Quitar a los pobres y dar a los ricos

Tenemos un problema grande, muy gordo. La situación se corresponde con el fin de un determinado sistema económico, ése que se sustentó en aquello de que a mayor oferta de producción, mayor cohesión social. Esto es muy grave. La economía financiera, con todo el descaro, suplantó a la economía real. Nos esperan tiempos difíciles. Resulta espantosamente inaceptable que quienes fueron inútiles cuando estalló, de forma concluyente, la Burbuja Financiera (de la que la inmobiliaria no es más que uno de sus más canónicos representantes) no se enteraron o, lo que es peor, ocultaron sus perversidades en función de un indisimulado interés electoral, estén ahora criticando la asunción de dolorosas medidas que atentan contra el estado del bienestar, en lugar de flagelarse moralmente por haber sido el peor gobierno posible en las círcunstancias más desfavorables. Parece como si la Crisis en España hubiera parecido, espontánea, justo cuando el electorado decide 'destituir' al anterior gobierno y propiciar la llegada de una nueva dirección. Pero, por lo sorprendente que esto supone, los del PSOE critican cada paso que se da como si el asunto no fuera con ellos. Es impresentable tal actitud y suficiente como para todos los españoles que estamos acogotados por los devastadores efectos de esa crisis financiera que está cambiando el rumbo de la Economía, hagamos cruces con los dedos de los pies cuando se vemos que hay políticos en acción que dicen (Oh, qué buebazos!!): 'el PP está quitando los derechos de los pobres para dárselos a los ricos'. Semejante disparate, en estos momentos, no tiene explicación más que en el terreno de la estulticia (véase el significado con el auxilio de un modesto diccionario). Quién pueda dar crédito a esto que quien desee oírlo? Nadie.