martes, febrero 08, 2022

Peligro

 


Agua embalsada en España a 08-02-2022
España - Estado general de los embalses.
Agua embalsada:
25042
hm3
44.61
%
Variacion Sem. Anterior:
-88
hm3
-0.16
%
 Capacidad embalses:
56136
hm3
100
%
 Agua embalsada (2021):
32482
hm3
57.86
%
 Agua embalsada (Media 10 años):
34124
hm3
60.79
%

martes, marzo 02, 2021

 


Es muy probable que, finales de mayo, principios de junio, se superen los 40.000 hm3 almacenados. Algo más del 70% de la capacidad hidráulica del país.
Agua embalsada en España a 02-03-2021 
Agua embalsada:
35986
hm3
64.38
%
Variacion Sem. Anterior:
394
hm3
0.70
%
 Capacidad embalses:
55899
hm3
100
%
 Agua embalsada (2020):
32551
hm3
58.23
%
 Agua embalsada (Media 10 años):
36418
hm3
65.15
%
Cuencas - Estado de los embalses por cuencas.
Cuenca
Capacidad
Embalsada
Variacion
   Tajo
11056
7978
72.16 %
190
 
1.72 %
   Guadiana
9261
3800
41.03 %
18
 
0.19 %
   Guadalquivir
8113
3370
41.54 %
34
 
0.42 %
   Ebro
7919
6584
83.14 %
109
 
1.38 %
   Duero
7507
6258
83.36 %
50
 
0.67 %
   Miño-Sil
3030
2598
85.74 %
-23
 
-0.76 %
   Júcar
2846
1663
58.43 %
18
 
0.63 %
   Guadalete-Barbate
1651
769
46.58 %
4
 
0.24 %
   Med. Andaluza
1174
577
49.15 %
1
 
0.09 %
   Segura
1140
470
41.23 %
-1
 
-0.09 %
   Galicia Costa
684
608
88.89 %
-14
 
-2.05 %
   Cataluña Interna
677
587
86.71 %
12
 
1.77 %
   Cantabrico Occidental
518
450
86.87 %
-8
 
-1.54 %
   Tinto, Odiel y Piedras
229
184
80.35 %
2
 
0.87 %
   Cantabrico Oriental
73
69
94.52 %
2
 
2.74 %
   Pais Vasco Interna
21
21
100.00 %
0
 
0.00 %



martes, diciembre 29, 2020

 FINAL DE AÑO 2020

Estados de los embalses.

Prácticamente llegamos al final igual que los últimos años. En torno al 50% de la capacidad de nuestros embalses.


Agua embalsada:
28486
hm3
50.96
%
Variacion Sem. Anterior:
408
hm3
0.73
%
 Capacidad embalses:
55899
hm3
100
%
 Agua embalsada (2019):
30978
hm3
55.42
%
 Agua embalsada (Media 10 años):
32441
hm3
58.04
%

sábado, diciembre 26, 2020

MI COLUMNA EN ALERTA, DIARIO DE CANTABRIA. SEGUNDO AÑO DE ALERTA EN SANTANDER.

 
AL SUR DE CANTABRIA  
 PERDER EL CENTRO. - El Centro, en Política, no es sino un procedimiento de aproximación. No es nada topológico, no existe. Sin embargo es la excusa estupenda para inventar un partido de nuevo cuño. No aparecen más alternativas frente a los otros partidos, posicionados a izquierdas y derechas, que aquellas que tienen que ver con la oportunidad de tener algo nuevo para tonificar el hastío que producen las rutinas de los grandes partidos. No hay centro, no hay ideología. En ellos, en esos partidos, cabe de todo y, en consecuencia, su militancia (y cargos) es mucho más que plural, quizá un lío difícil de desenredar. En el CDS de los años 80,  siendo yo su presidente en mi Región, me entró un tipo con su ficha recién firmada quien, de entrada, me ‘asestó’ esta joya gramatical (e ideológica) : “En España, lo que hacen falta son muchos Tejeros”. Y se quedó tan ancho en el Centro de su ajustada ideología, mientras el cuadro que sujetaba una enorme fotografía de Adolfo Suárez caía al suelo con estrépito como diciendo ‘no es esto, no es esto’ Ya digo, la aparición de un partido de centro es toda una oportunidad para quienes desean iniciar su carrera política.  Pero el partido de centro debiera tener un fundamental objetivo: catalizar las opciones para que pueda darse un buen gobierno centralizado y prestar colaboración a cualquiera de las fuerzas mayoritarias, a izquierda y derecha, cuyas mayorías no resulten suficientes para formar gobierno. Ni que pintada, en España, esta situación se acaba de dar con el PSOE en disposición de gobernar con tal de que el apoyo centrista se hubiera dado ¡Una verdadera situación de libro! Y no se dio por la sencilla razón de que Ciudadanos no es un partido de centro; Ciudadanos es un proyecto para desalojar al PP de la derecha, Dos de cada tres de sus votantes, en el pasado, habrían antes apoyado al PP. Ciudadanos engaña a quienes se creen lo del centro. Habrá abandonos a gogó por su derecha y muy probables huidas hacia el PSOE por su izquierda. Las encuestas, y no solo la de Tezanos, así lo anuncian. A Rivera se le ha visto el plumero; su objetivo de echar fuera al PP no le resultado y lo que sí ha venido a suceder es que sus votantes han despertado. Ciudadanos debió evitar la castaña de nuevas elecciones dando apoyo al PSOE, pero como no es de centro sino un invento, pues pasará lo que habrá de pasar.
 CON LA MÚSICA A ESA PARTE. - Ya se sabe, señores, que para subir al Cielo se necesita, además de una escalera grande, otra cosita. El cielo catalán está nublado y, entre todos, no podemos dejar que el temporal desguace sus alas rotas. Cataluña es cosa de todos, de nuestra querida España; esa España mía, esa España nuestra, y por tanto no es admisible no hacer nada viendo pasar el tiempo como esos cantos de gorrión que caminan por las mentes, alejadas voluntariamente de todo aquello que resulta conflictivo. No creo que haya 155 razones para entrar a saco en el conflicto pero alguna, y de mucho peso, sí que la hay. Creo que se debe entrar decididos, con la frente limpia y clara, a esa primavera deshojada en que la han convertido quienes parecen que tienen veneno en la piel y están hechos de plástico fino; esos políticos independentistas a quienes nada les importa un montón de catalanes, cuya ambición se limita a vivir su vida, sin más mentiras y en paz, ajenos a la ideología que ha desafiado el orden constitucional hasta los límites de la delincuencia. Más le valiera a Torras y los suyos dejar los montes desafiantes y venir al mar de la estabilidad, a ver si de una vez todas, su voz se rompe como el trigo al clarear, pues -casi lo estamos viendo- de seguir así las cosas, cada vez más parecen marionetas bailando en la cuerda de la sinrazón, empecinados, más y más, en que la única salida es la independencia y que fuera de ella no hay diálogo. Es como para pedir, de coña, que saquen whisky, cheli, para todo el personal. Lo peor de todo es que la situación es tan delirante que, ahora,  nos debe importar un montón de gente que dice y habla sin ver la  realidad. Como si el futuro no nos acongojara con sus negros presagios en un montón de cosas más relevantes que el rollo catalán, como si fuéramos capaces de detener palomas al vuelo, volando a ras del suelo, como si fuera posible que, en España, lloviera en sus campos café. En fin, que lo que sufre Cataluña es algo muy grave que nos hace estremecer. Soy de quienes piensan que a los referéndums los carga el diablo. No hay mejor método para certificar la división de un colectivo que realizar uno. En los referéndums, casi siempre sucede que los resultados varían, a uno y otro lado, alrededor del 50%. Así es que la situación que se deriva del mismo refleja fehacientemente el estado de igualdad de unos contra otros. Los referéndums que resultan saludables, sin embargo, son los que se promueven desde las dictaduras. Franco hizo alguno y le salían muy bien; más del 90% apoyaba lo que el general deseaba. Faltaría más. Un referéndum en Cataluña, solo para catalanes, resultaría verdaderamente trágico; más si el triunfo de los no independentistas se figurara en poco más del 50%. Hay que estar ciego o haber perdido el caletre para no ver esto. Torra, es un político a la deriva. Por eso Cataluña está llorando y sus lágrimas son como perlas que caen al mar, pero el eco adormecido de este lamento hace que mis amigos catalanes lo pasen mal. Y los amigos de mis amigos que, por eso son mis amigos, también.
 
 LA ESTRATEGIA DE LA INDIGNACIÓN. - La estrategia del PSOE de forzar nuevas elecciones tenía por objeto, a la vista de las encuestas que Tezanos arbitra, obtener más escaños que los que en la actualidad dispone y, aun, si las circunstancias le fueran favorables, alcanzar una solvente mayoría.  Como consecuencia de esto, el PSOE mantiene unas políticas (le importa un comino la inestabilidad consecuente) cuya intención es indignar al personal de derechas, a fin de que esta indignación resulte determinante para que los votantes de VOX aumenten. A lo que se ve, esta acción táctica está dando resultado pues, de lo contrario, si el votante de VOX se apercibiera del truco, entregaría su voto al PP, éste lograría mayoría sobre el PSOE y el ‘indignado’ señor de VOX lograría su objetivo: tener un gobierno de derechas. Por paradójico, que no quede: VOX, aliado del PSOE. Y dicen que Pedro Sánchez dice que el PSOE quiere una España sin diferencias, una España donde quepan todos. Y lo dice tras que se haya puesto en escena una revisión, demasiado real, de lo que hace 80 años era la pura imagen de una terrible división. Resulta lamentable que lo que, conscientemente, no se hizo hace 37 años, se haga ahora a bombo, platillo y chapuza ¿Una España sin diferencias? Pero, señores, si el desahucio de Franco, ha supuesto para él una nueva victoria, después de 44 años muerto; si quienes no fuimos franquistas estamos, hoy, a punto de sentirnos así, porque más de la mitad de españoles estiman improcedente el gesto. Y mucho más, por la repugnancia que se siente al ver que los perdedores, tan sanguinarios o más que los vencedores, muestren su jodida superioridad moral, de siempre. Y, esto es lo que hay. Echando un vistazo, por encima, al montón de encuestas, incluida la de Tezanos, hay, escaño arriba escaño abajo, un invariante en todas ellas: ganaría el PSOE, más o menos con los mismos escaños que los que ahora dispone, haciendo bueno el dicho ‘para este viaje no se necesitan alforjas’. Dando por supuesto que la izquierda se muestra,  como siempre, dividida (algo patológico, habrá de verse el por qué), a la derecha se le presenta una gran oportunidad, pues los únicos votantes que pueden impedir que el PP no gane las elecciones son los de VOX, precisamente el partido que está contra las izquierdas. Más les valiera a esos votantes votar al PP, a fin de que se formara un gobierno de derechas que sepa convivir con la izquierda. Lo de pegarse un tiro en el pie no trae nunca buenas consecuencias. La estrategia de la indignación le pueda dar el éxito al Partido Socialista, de la misma forma que en 2011, la indignación, vía Podemos, se la dio al Partido Popular.
EL ACENTO. - Cuando la cosa va de gramática, especial mención merecen los signos de puntuación, y en lo particular el acento que, por mucho que con contumacia se ignore su grafía, viene a significar el valor tónico de lo que resulta ser el núcleo de la cuestión. Poco de música sé, pero una frase musical resulta más precisa y melodiosa si la última nota recae en la tónica. Así es que cuando se dice que ponemos el acento en determinado aspecto de un todo común, estamos sustentando una opinión, un determinado punto de vista,  lo que más importa de la cuestión sometida a examen, en definitiva. Viene a cuento todo lo anterior porque al tiempo que estoy ante el televisor pendiente de un debate televisivo entre políticos, repaso un documento en el que se expresan cualidades muy de tener en cuenta respecto a España. Según él, nuestro país es el primero del mundo en acoger refugiados; el primero en donaciones y trasplantes, el primer país europeo mejor conectado por fibra óptica y el que dispone de más kilómetros de autopistas. El segundo país del mundo en esperanza de vida y el  más tolerante con cualquier forma de amar. El tercero del mundo con el sistema sanitario más eficiente. Cuarto país exportador en contenidos televisivos. Somos, los españoles, una de las 19 democracias plenas del mundo mundial. El décimo país en publicaciones de artículos científicos; también, en esta posición, los más contribuyentes en acciones de paz. España es una nación consolidada, el país de la Transición, de una transición ejemplar y por ello, todo un referente mundial. La OCDE considera a España uno de los países más modernos y desarrollados del mundo. La paz, la convivencia entre pluralidades internas tan acusadas y el progreso alcanzado durante los cuarenta años de democracia son todo un hito inigualable en la historia del país. España es impresionante hasta en el deporte donde se han conseguido campeonatos del mundo en muchas modalidades. En ingeniería, España es el referente mundial, sus empresas son pioneras en el mundo. Según el muy respetado ranking de la revista especializada Engineering News Record (ENR), la primera constructora del mundo es ACS (Florentino Pérez) y las empresas españolas que prestan servicios de consultoría están entre las mejores del mundo. Tal es la cuestión que poner el acento en cualquier sitio de esta apabullante relación daría el mismo resultado: somos un país genial. Claro que en esto de poner el acento en cualquier discurso, las cosas pueden salir por donde menos te lo esperas y, en este caso, hablando de España y según lo expresado con rotundidad durante el precitado debate político, la candidata de Unidas Podemos manifestó con rotundidad que ‘España es el segundo país del mundo con más desaparecidos, tras Camboya’. Joé (si Stalin, Videla o Hitler levantaran la cabeza, a esta pretenciosa candidata sí que la harían desaparecer) Por farsante y por trolera, por ponerle el acento a España ahí, lo de Irene Montero resulta algo más que descojonante.
 
   ALINEACIONES. - Me pasa, cuando veo lo que veo en la actualidad política, que noto enorme diferencia entre los que ayer fueron y los que hoy son, y no me queda otro remedio que dar por bueno aquello que dicta eso de que cualquier tiempo pasado fue mejor. Sin duda, la condición mental que se ve tan condicionada por la vejez me hace mirar los asuntos de tal manera. No quiero aburrir al lector con la cantinela de que aquellos Suárez, Felipe González, Guerra, Abril Martorell y otros son incomparables frente a los Sánchez, Rivera, Iglesias etc... que nos piden el voto para bloquearse entre ellos (más que para gobernarnos). Entonces  para justificar mi nostalgia de las cosas pasadas, me voy a acercar al fútbol en lugar de la política a fin de resultar más divertida la encomienda de hoy.  A mediados de los sesenta, mis veranos en Santander tenían, entre otros asuntos, una referencia: los amistosos de pretemporada del Racing, ya en los Campos de Sport, ya en Astillero u otra localidad cercana.  Julio Gento, Antonio Gento, Abel, Chapela e Isidro, podría ser la delantera de aquella temporada (y el resto del equipo -gran equipo- algo así: Aracama, Salvador, Iglesias, Goñi, Jiménez y Raba). Recitadas las delanteras de tal manera, al modo 3-2-5, a desdén de los estragos que produjo la aparición del 4-2-4 impuesto por Brasil cuando Didí retrasó su posición dejando la delantera en Garrincha, Vavá, Pelé y Zagalo, las alineaciones de los equipos perduró así hasta finales de los años setenta, atosigados por tácticas cada vez más defensivas, hasta el punto de que hoy nadie se escandaliza cuando el entrenador de turno anuncia sacar su equipo al campo en formación de 5-4-1. Incluso, ese 1, acaso pudiera tratarse de un falso delantero centro, por mucho que antaño esa figura respondiese a un jugador tuercebotas y malo como la carne de pescuezo. Hoy, sin embargo, esto es una opción táctica. Hasta que resultó de todo punto imposible numerar a los equipos según aquel olvidado 3-2-5, a los aficionados se nos dio la oportunidad de recordar famosas delanteras de equipos de Primera División y ámbito internacional. Todavía emociona recordar algunas: Kopa, Mateos, Di Stéfano, Rial y Gento; Arteche, Marcaida, Arieta, Uribe y Gaínza; Basora, César, Kubala, Moreno y Manchón, por el lado catalán, aún sin anhelos independientes; Canario. Santos, Marcelino, Villa y Lapetra, aquellos cinco magníficos; Miguel, Adelardo, Mendoza, Peiró y Collar; Amancio, Pereda, Marcelino, Villa y Lapetra, quienes vencieron a la malvada URSS. Ésta del Valladolid era muy buena, Aramendi, Endériz, Morollón, Rodilla y Molina, y tan notable como la de Vall, Torrent, Wanderley, Domínguez y Serafín. Finalmente, una rara pero que dio a su equipo el ascenso a Primera División en 1962, Lax, Vicedo, Marsal, Lalo y Monóvar. Reconocerá el lector que resulta más saludable -por lo deportivo- hablar de fútbol y no de política, pues por muy desesperantes que sean las tácticas en el deporte, siempre se entenderán más que las que se enjaretan en la política.
EL PALADÍN DE LA ANTICORRUPCIÓN. - Que cuatro presuntos sinvergüenzas, por no decir otra cosa, se las llevan con dos pelotas, aprovechándose de su situación privilegiada en el PP, vale para que el PSOE, el de la honradez autoproclamada, certifique, por elevación, que el propio PP es un partido corrupto, enmarañado en la trama del asunto Gurtel  y un montón de tramas más. Con la pretendida honradez, siempre por bandera, organiza una moción de censura en compañía de radicales súper ultras de izquierdas, independentistas, antisistema,  anti monárquicos y la inestimable ayuda (por imprescindible) de esos traidores políticos  vascos del pene en V. Y triunfan. Y descalabran al gobierno del PP por corrupto. Mientras, en provincias (menos en Andalucía, claro), se autoproclaman paladines de la anticorrupción y, entre otros asuntos de menor calado, fuerzan la dimisión de una alcaldesa –agobiada por mil expedientes sin resolver- que nombró a dedo a un interventor y poco importó que, después, un juez justificara esa decisión digital. Y a un presidente regional le abrieron hasta diecisiete expedientes en busca, sin reparos, de un culpable de corrupción absoluta, al tiempo que el juez, uno a uno, iba archivando los asuntos. El PSOE carece de respeto hacia todos, excepto a sí mismo. Y resulta increíble que haya mantenido su papel de ilusorio paladín teniendo, durante nueve años, la espada de los Eres andaluces  danzando sobre su cabeza. Finalmente, lo corrompido más grande que en materia política se ha dado en España, similar al nivel corrupto que en países tercermundistas, tiene lugar, queda descubierto, de par en par, con sus pestilentes alfombras al aire, en Andalucía. Condenas a mogollón de un montón de cargos públicos, desde altos funcionarios hasta presidentes, pasando por directores generales, gerentes, consejeros: ¡todo el mundo, pringado! Y a cuenta del Estado, con los cuartos de todos los andaluces y de la parte que nos pudiera tocar al resto de españoles. Nada de una corrupción individual, ni siquiera colectiva; una corrupción gubernamental, no dentro del ámbito del partido, porque éste se quedaba estrecho para poder malversar los dineros a fin de mantener a quienes, en elecciones, han de votar al partido. Una corrupción generalizada, masiva, que llegaba a cualquier parte, con un director que compraba drogas a través de su chofer; con tarjetas, negras, blancas, de cualquier color, para pagarse las putas con descaro. Esto es demasiado para la vergüenza de un partido, pero mucho más para el engendro demoledor que se enjareta a fin de constituirse en el paladín justiciero contra la corrupción. Qué a cuento viene ahora, en estas circunstancias, lo evangélico que nos apercibe de esa circunstancia que, teniendo una viga en el ojo, se es capaz de advertir la paja en el prójimo. Casi 700 millones, se dice, camuflados para comprar voluntades es la signatura falaz de la infamia y la jeta de un partido que aviva el odio entre españoles y crea diferencias sin medida. La gran incoherencia llevada a hombros de la actitud cínica y desvergonzada por quienes se arrogan esa manida honradez centenaria.
DE INDIGNACIONES. - Se dispara VOX. A la izquierda de más allá, pero sobre todo a la de más acá –léase PSOE- se les ha ido la mano. Tanta exagerada apelación a la homofobia, el machismo y el antifeminismo, han provocado la indignación de personas normales, amantes del orden y escandalizadas por las reiteradas incoherencias de muchos de sus notables dirigentes. Lo peor del asunto es que han sido demasiadas las personas normales que ni son xenófobas, ni machistas, ni antifeministas, las que se han indignado y se han integrado en las filas de VOX. Personas normales que, por demás, no abdican –faltaría más- de los requerimientos necesarios para evitar los desmanes que el evidente cambio climático andrógeno provoca. Gente de bien, enraizada en los valores que desprecian el odio, sobre todo. Un montón de personas a las que reconozco y con las que comparto casi todos sus puntos de vista y que, por cierto, son los que cotidianamente y en cada lugar determinan sus criterios en cualesquiera  bares, calles y plazas. Todo absolutamente consecuente con la agresiva deriva que la política toma en función de tantos y tantos botarates de la extrema izquierda, con Franco sepultado o renacido de sus propias cenizas; los de la jodida superioridad moral que olvida sus propios desmanes, más terribles, sin duda, que los de quienes ellos acusan de intolerantes. Fachas, dicen, y se quedan tan frescos. Sí, se les fue la mano, pero les ha venido, de resultas, tan bien: ¡Podrían formar gobierno! Somos, los de la derecha responsable, la moderada, quienes pensamos que lo nuestro es convivir con la morigeración de la izquierda, los que hemos salido perdiendo, los que votamos al PP; tantos y tan pocos, quizá, que no nos hemos dejado llevar por la indignación y hemos rechazado subir al barco de la indignación que pilota VOX. Y la cosa irá a peor, si en política se impone lo que, sin vergüenza alguna, se propone desde la izquierda: la pelea, la lucha a fondo, la pelea sin cuartel, elección tras elección. Como si no tuviéramos suficientes ejemplos de que la única manera de llegar a consensos que propicien gobernanzas saludables, son los gestionados desde la moderación, desde la equidistancia mínima exigible a las izquierdas y derechas que confluyen en un centro ideal de convivencia. Si la gente de derechas, a su vez convergiera en un solo grupo representativo de la sociedad moderada y amante del orden, seguro que se daría la feliz circunstancia de alcanzar mayorías suficientes para lograr un gobierno capaz de hacernos a todos mejores. El comunismo fatal que se nos viene encima -¿tan malos hemos sido para merecerlo?- se alimenta de la división que su empeño provoca en las derechas para que éstas pierdan el control y, dicho con todo el respeto del mundo, VOX, como caladero accesible, recoja la indignación inducida. A la derecha española habría que espabilarla con más tiento.
CUANTO PEOR, MEJOR. - No sé bien pero que algo malo, malísimo (asunto de extrema gravedad), hemos hecho en España es una triste realidad. Estar en las manos de todo un Rufián resulta demoledor para las conciencias de los ciudadanos cuyos latidos son de ajustada normalidad. Poner en sus manos el futuro de España es paradójico por donde se mire; por el lado serio o por el cómico. En las manos de quien es, precisamente, uno de esos malvados catalanes que buscan y pretenden la descomposición de España, es verdaderamente patético. Así las cosas, desde el PSOE están dispuestos a que los españoles durmamos con nuestro peor enemigo: el contumaz independentismo catalán. Peor es aún ese engendro político que nos lleva a que, en la doliente Cataluña, hayan elegido para diputados a unos delincuentes, presos en las cárceles por su rebelión, sedición, o lo que sea, frente al Estado. Y qué decir de ese líder huido que es Puigdemont, o del actual presidente, ése otro, que acaba de ser condenado por haber desafiado el orden electoral a base de lazos amarillos. Es que esto es para torrarse de golpe. Vistas así las cosas, lo de las negociaciones entre el PSOE y ERC parece cosa de locos. Amnistía, referéndum e independencia, esto sí que es lo que se dice marcar paquete, con precisión. Aunque puede mejorarse (el paquete) con el añadido de un relator, foráneo de España, que actúe como imparcial sancionador de lo que hubiera de acordarse entre ERC y el PSOE. Las verdaderas intenciones de unos y otro son imposibles de casar, miradas bajo la lupa de la Constitución, pues la parte catalana/republicana, escandalosamente apartada del escolasticismo autoritario de nuestra Carta Magna, impone ‘para empezar a hablar’ la asunción de tal  desconsiderado paquete. Del resultado de las conversaciones, si se toma la lógica como pauta natural, solo puede acabar en todo un flagrante desacuerdo, lo cual vendrá en sancionar esa aspiración que los independentistas catalanes muestran sin pudor: En España, cuanto peor, mejor. Claro que, de otro lado, ¿qué mejor gobierno para ellos que uno en el que participe Podemos? Tras una retahíla de contradicciones, de esas de las de ahora digo y mañana sostengo lo contrario, de las de los abrazos que son la metáfora del cinismo y la traición, de ambiciones desmedidas, y de patosos desencuentros de la derecha, cuya mayoría es notoria frente a la estupidez con que se acredita la superioridad moral de la izquierda, estamos en un tris de batir el record de la insensatez política con eso de ponernos en manos del independentismo catalán y los comunistas modernos de Podemos. Joé.
  EL CLIMA. - Planteado el asunto, no precisamente con ánimo por mi parte de establecer la comparación, sino por la de quien sí se muestra interesado, acerca de quién resulta más imbécil, si Barden o el alcalde de Madrid, según se desprende de la estupidez de aquél, cuando de un micrófono solidario hizo cuestión personal, resulta oportuno, según indica mi modesto magín, señalar al comprometido galán de nuestro cine como el imbécil en esta apresurada comparación. Lo delicado que resulta establecer advertencias acerca del cambio climático hace muy necesario que los imbéciles no se erijan en protagonistas, pues, de resultas, el personal se ve impelido a opinar entre asumir el peligro de ese enigmático futuro que se anuncia o enfrentarse, simplemente por rechazo integral, a ése -o esos- que enarbolan la bandera climática como excusa política para establecer diferencias en cuanto a su pretendida superioridad moral. Si los que nos alertan acerca del Cambio Climático y sus nefastas consecuencias fueran, en lugar de activistas de izquierdas, sesudos profesores en la materia, premios nobeles acreditados incluso, las cuestiones en danza estarían más cerca de ser entendidas. Me permito enmendar al alza lo que Max Weber (El político y el científico) estableció para compadecer, in extremis, ciencia y política, siempre con el debido respeto que mi inmadurez científica impone, estableciendo que en toda interpretación de las cosas de la ciencia, el componente emocional ocupaba el 60% del sujeto interpelado. Yo, visto el derrote que lleva el asunto climático, pienso que ese 60% se queda corto (Einstein fue más allá pues acerca de su famosa Teoría de la Relatividad, manifestó que frente a ella había solo dos opiniones: la de los socialdemócratas y la de los liberales conservadores). Y es que, si en cada manifestación en donde se alerta de lo aterrador del cambio climático, aparecen pancartas en las que se pone a parir a los neo liberales, sería de imbéciles (de ser neo liberal) desfilar bajo ellas. Pero no participar en cualquier manifestación ‘mixta’ tan ideologizada, te condena a ser un negativista del cambio climático, un facha, un nazi, franquista. Es que enseñar la patita para precisar determinada cuestión técnica del Cambio es la excusa para que la izquierda te ponga a parir. No sé si esto es cosa de imbecilidades o de superioridad moral, pero lo cierto es que como hables, aunque sea con conocimiento científico, te cae encima el peso moral de toda la universal izquierda. Casi me matan cuando osé opinar acerca del fracking, aportando datos acerca de su funcionamiento y ventajas oportunas frente a una energía generada con efectos nocivos de CO2. Ni la opinión emitida por el Colegio de Minas, ni los éxitos obtenidos en USA, ni la bondad de los materiales, y las buenas prácticas en su empleo, frenaron la lluvia de improperios que se me vino encima. Por cierto, y ya que estamos, en Cantabria y sus valles pasiegos, por razones estrictamente ambientales, solo por eso, las técnicas de fracking deberían ser rechazadas. Y Para terminar, si en vez del fantasma de Barden, la pequeña encantadora Greta y similares, encabezando propuestas para luchar contra el Cambio Climático, figuraran acreditados científicos, dispuestos a pasarse por el forro espurios intereses políticos, todos saldríamos ganando.
LA CUMBRE. - Es natural motivo de sesuda asunción decir que la COP25 de Madrid ha constituido un rotundo fracaso.  Para el activismo político, desde luego que lo es, pues de sus apocalípticos anuncios, plenos de intención activista, no han dado los resultados por ellos esperados. Pero mucho más decepcionante es el hecho de que a nivel científico no se hayan abordado los verdaderos problemas con esa otra intención provista de racionalidad y con referencia al futuro, próximo futuro, al que el mundo mundial se enfrenta. Vaya por delante mi impresión personal acerca de que esta cumbre, como de todas las anteriores, desde Río de Janeiro y Kioto, no sirven para nada en lo que verdaderamente importa. Si USA, China, Rusia y la India, se ponen de perfil, cualquier intento de modificar el sistema energético resulta ser una birria. Si por demás, descontada la población de esos países -60% del total- y aún del resto, más de mil millones que carecen de efectivo acceso a la electricidad, las conclusiones que han de resultar para los países que albergan a unos mil y pico millones restantes, no es otra cosa que  papel mojado. Un ejemplo de esto tendría que ver con la insólita circunstancia en la que todos los chinos e indios optaran por encender una bombilla de 100 w durante 24 horas y provoquen el doble de emisiones de CO2 (en China funcionan un montón de centrales de carbón) de lo que emite toda España en ese mismo intervalo de un día. En realidad, de lo que en esta COP se debería haber establecido como conclusión importante acerca de las perversas emisiones de gases invernadero, de las que el rey es el CO2, sería el análisis oportuno de una futura situación energética en el horizonte de veinte o treinta años, en donde el CO2 habría de jugar un papel menos decisivo como ahora. Es fácil imaginar que el petróleo, en el campo de la energía, tiene los años contados. Imaginación que, puede asegurarse, pasará a ser realidad en pocos años. Antes de 2025, la energía solar en la UE tendrá instalados más de 1.500 Gw (la nuclear, en 60 años, tiene 396Gw). En tal escenario, ¿se ha puesto de manifiesto que la descarbonización necesaria a día de hoy se compadecerá menos con la del futuro próximo? ¿En el intento de acordar las reglas correspondientes se tendría en cuenta tal circunstancia? Para tranquilizar a esos ciudadanos a los que el miedo atenaza cuando se ven amenazados por los gurús implacables del ecologismo radical, he aquí una muy buena noticia: Casi ya, está al caer, el viento en el mar, tan constante, viene en nuestra ayuda, la energía eólica podrá ser energía de base (¡fuera de una vez por todas, de ese papel, el carbón, el gas y la nuclear!), quizá para antes del 2025. Adiós al CO2, poco a poco, por supuesto. No creo que el hombre llegue a dominar el cambio climático, en su versión antrópica, con medidas heroicas. De lo que sí estoy seguro es que sabrá controlarlo, si en lugar de acojonarse ante apocalípticas admoniciones lanzadas por los artistas de la ecología radical, se valieran de las razones científicas dadas por los propios científicos. Sí, el cambio climático debe ocuparnos, pero siempre bajo el prisma de la escala temporal adecuada. La geológica, la dejaremos para dar, con cierta certeza científica, que, en menos de 10.000 años es muy probable que se produzca una glaciación de cojones.
 
 LA VIGILANCIA. - No sé si mi existencia, mis circunstancias, lo que verdaderamente me importa, tienen que ver demasiado con la velocidad a la que las cosas del mundo, hoy, se mueven. Quizá (vaya, seguro) una somera comparanza del hoy con el ayer no demasiado lejano, pudiera dar noticia de lo mucho que se ha avanzado. Sin embargo todavía me siento impresionado por cómo el tiempo, cada vez, se acorta en su dimensión estrictamente temporal (la que se rige por la subjetividad): mi abuelo nació poco después de lo que fue la fugaz Primera República, unos ochenta años antes de lo de Napoleón y jamás le pareció lejana tal circunstancia; nada que ver con la sensación a la que mi nieto se ve sometido por la cercanía en que nos vemos atrapados por mor de esa esfinge identitaria que es la Memoria Histórica, justiciera de lo que aconteció hace casi ochenta años. Ochenta años pasados y olvidados por mi abuelo, frente a ochenta de recuerdo cotidiano ¡Qué mundo tan diferente!  Sabemos, eso sí, tantas cosas que me encuentro abrumado. Es por el asunto de las tecnologías. El recorrido de los adelantos que hoy se disfrutan, mirados desde el ayer de unos cuantos años (¡el tiempo no corre, galopa!) es impresionante. Ayer, mi teléfono era el 22 y lo administraba un operadora cotilla a la sazón; hoy, mi número es de nueve cifras y lo atiendo sin sacarlo del bolsillo. A cambio de tanto avance, prensa, radio, televisión…, me siento vigilado, mirado y escrutado en todos mis movimientos, de día y de noche. Sobre todo en lo que respecta a los asuntos que se refieren al espacio virtual, cuyo elemento director es un aparato que consta de pantalla, teclado y otros chismes periféricos. Soy un adicto a él, tales son las ventajas que presenta, pero confieso que estoy aterrado, que me veo, repito, vigilado y advertido en cualquier rincón de la web en que me encuentre. Creo que alguien lo sabe todo de mí;  mi teléfono, los últimos dígitos de la tarjeta, dónde estoy, los pasos que cada día hago, el camino que recorro... Cuando estoy solo en casa, creo que me vigilan y que por invisibles señas me indican a cada momento lo que tengo que hacer. Estoy para pedir socorro. Ayer me enganché en Spotify  ¡Saben la música que me gusta y me la ponen sin que yo haga nada! Seguidor de los años Sesenta, suena una canción de Los Puntos, Llorando por Granada; me pongo triste y compadezco a Boabdil, pues perder una ciudad tan hermosa como Granada sería lo más terrible que pudiera nunca suceder. Sí, pero ahora mismo, alguien me está observando, aunque no mi abuelo, a quien el caballo de Pavía apenas le inquietaba.
EL TRIBUNAL DE JUSTICIA DE LA UNIÓN EUROPEA. - La Junta Electoral tuvo a bien autorizar la candidatura al Parlamento Europeo de un presunto delincuente que se encontraba en prisión preventiva, el señor Junqueras. Del resultado electoral subsiguiente, tal señor figuró en la lista de elegidos, pero no se le permite acceder a su puesto en el Parlamento y el Tribunal Supremo, en medio de alguna duda, decide consultar el asunto con el Tribunal de Justicia (TJUE) de la Unión Europea. Como los asuntos que la justicia debe resolver no van con la velocidad del rayo precisamente, en el ínterin de la consulta se produce la sentencia del Procés por la que Junquera se convierte en un delincuente que ha de cumplir 13 años entre rejas. Tras esto, al fin, el TJUE nos anuncia que, en España, no hemos actuado bien y que se debería haber dejado a Junqueras ocupar su escaño. Menuda faena la que se nos vino encima, Sobre todo porque el razonamiento seguido para tomar la decisión tiene un fundamento democrático indiscutible: El voto del ciudadano es valor fundamental en democracia, así es que el hecho de que Junqueras fuera votado y elegido, le confiere, de facto, la condición de diputado y la inmunidad consecuente. Dos cosas, ahora.  Una, ¿estaba el Supremo obligado a preguntar al TJUE? Dos, ¿debió, antes de contestar, o  al menos considerar, el TJUE que, en el ínterin del asunto, Junqueras resultó condenado? Con que una de las dos circunstancias se hubiera producido, quizá ahora estaríamos menos confundidos. Por si fuera poco, tras la sentencia del TJUE, veinte países han de modificar su legislación electoral. En España, la Abogacía del Estado ha resuelto el problema de que un delincuente ocupe un escaño en el Parlamento, autorizándolo. Claro que con medidas de seguridad al uso para impedir que tal delincuente aprovechara la ocasión para fugarse. Así es que lo normal será la aplicación de la rutina habitual para estos casos: traslado del preso en furgón policial hasta Bruselas, en donde hará aparición en el Parlamento debidamente esposado y custodiado por un par de miembros de la policía. Será impresionante el momento. La cosa del esperpento no ha de quedar ahí, pues si la condición de diputado se confiere en el mismo momento en que se resulta elegido, las tomas de posesión, calificantes, no tendrían por qué realizarse o bien se podría jurar, o prometer, como le salga del fondo de sus narices al diputado. Si es catalán, le valdría legalmente prometer por la República Catalana, y por Basora, César, Kubala, Moreno y Manchón. El de Murcia, por la Huerta de Europa, que lo es. Claro que sí, y el de Teruel, por su existencia. Para otro día, nos quedaría el espanto de admitir si con la sentencia del TJUE, a Junqueras habría de desencarcelarlo o no.
MAYDAY. - Llevamos camino de prorrogar indefinidamente los Presupuestos Generales del  Estado. Se podría lograr un record democrático y mundial con los presupuestos, por ahora, más longevos de nuestra historia reciente, la de los 42 años de democracia española. Unos presupuestos, los de Montoro, prorrogados por el PSOE cuando resultó triunfador en la Moción de Censura de junio de 2018. Tiene gracia la cosa. Como no fueron capaces de aprobar su propia propuesta presupuestaria tuvieron que echar mano de una prórroga. Pedro Sánchez llegó al poder con el apoyo de los radicales de izquierda, los independentistas y, que escasa vergüenza, del PNV, que cinco días antes, con su clásico chantaje político, había prestado su apoyo a esos presupuestos elaborados por Montoro, del PP. Las alianzas post moción de censura no resultaron válidas para aprobación alguna presupuestaria: así es de canallesca la tropa independentista. Tras los 315 días transcurridos entre las Elecciones Generales de diciembre de 2015 y la formación, por fin y mediante otras elecciones en junio de 2016, del gobierno de Rajoy, más esos otros 324 que median entre el fin de la siguiente Legislatura, en febrero de 2019, la celebración de Elecciones en abril de ese año y la repetición de las mismas en noviembre, hasta hoy, nos encontramos con 639 días, en donde la imposibilidad de formar gobierno ja tenido a los españoles al borde del infarto. Claro que eso no es lo peor, pues caer en manos de unos agresivos comunistas, liderados por ese señor de la coleta tan intrépido, la asunción de poder por parte de los enemigos más aguerridos de España, los independentistas catalanes, es para no estar tranquilos durante el tiempo que dure semejante coalición. Seguro que, no menos de la mitad de españoles presenta grandes dosis de acojono, ante el dibujo de lo que se aparece en el horizonte político a muy corto plazo. Gobierno del PSOE, Presupuesto de Montoro en vigor, acoso de ERC sin dar treguas, VOX y Podemos dando palos, a diestro y siniestro (nunca mejor dicho). Un montón de políticos con su pepla de que el multipartidismo es cojonudo y el otro montón, sin atreverse a denunciar (por lo de lo impertinencia política) que el desastre en que España se ha convertido desde la aparición del multipartidismo, es bien patente: Cuatro Elecciones en cuatro años, 639 días sin gobierno, unos presupuestos prorrogados desde hace dos años, y, por descontado, el gobierno que nos acaba de caer encima. Aunque los presupuestos generales del Estado podrían prorrogarse indefinidamente, lo cierto es que, si Sánchez no fuera capaz de aprobar los suyos, la espada de Damocles de nuevas elecciones estaría, de nuevo, sobre nuestras cabezas. Claro que, de producirse esa situación, el panorama nacional dejaría de ser un drama y se convertiría en todo un vodevil al más puro estilo cómico. Socorro.
PROGRESISMO. - Lo de subir las pensiones, el salario mínimo y, en general, asumir el mandato moral de reducir las diferencias entre unos y otros, no es solo cosa de la superioridad moral de la izquierda, es cosa de todos los partidos, pues a ver si ahora va a resultar que, quienes estamos ajenos a esa moral suprema que se atribuye para sí misma la izquierda, vamos a ser unos traidores a la Humanidad. Nada de eso. Lo que a unos y otros nos diferencia, es la ausencia o no de populismo, en el puro sentido de si, lo que se promete, se puede hacer o no, según las circunstancias. Cuando el gobierno subió un 20% el salario mínimo, en 2019, unos 40.000 señores se fueron al paro y, lo que es peor, a vivir en la economía sumergida, ésa que no genera impuestos, porque comer, todos tienen derecho a comer, y el personal se busca la vida como puede. Doble faena, entonces, más paro y menos impuestos con qué combatirlo. El Partido Popular debiera tener como la más noble encomienda, la de llevar a la derecha en torno al centro, con la recomendación de evitar cabreos enconados a discreción, uno tras otro, durante la Legislatura que ahora se inicia, pues no le hará falta alguna: un gobierno con comunistas no tiene futuro. La derecha moderada sí lo tiene, y eso hay que hacérselo ver a los encabronados de VOX. Señores, ¡que desde los extremos, aunque se lograra el gobierno, no puede haber estabilidad! Estén ustedes atentos a Podemos, y su decadente comunismo, cuando se coma por los pies a las huestes del errático PSOE actual ¡Todos, al Centro! Y, ya que estamos, me pregunto si lo de los tres salarios mínimos, con los que todo cargo público de Podemos ha de aviarse, sigue en pie ¡Rebus sic stantibus, Iglesias! No es lo mismo Vallecas que Galapagar. Qué ironía nos tenía reservada nuestra plural España, que un gobierno con comunistas sea calificado de progresista. El comunismo ha sido descartado desde hace tiempo como forma de gobierno oportuno. Echando mano de un símil futbolístico, señalar que el comunismo es progresista es tanto como adoptar el 4-2-4 como táctica idónea para el futuro. Creo que lo más peligroso, hoy, en el panorama político, tras la investidura de Sánchez es VOX. Dicho con la misma rotundidad con la que puedo afirmar que participo de muchos de sus puntos de vista, pero nunca el de votarlo. Firme partidario del bipartidismo como como soy, la moderación me impone. No piense el lector que culpo a VOX de lo que pasa, pues no es ésta la cuestión, sino la de que, en pleno siglo XXI, un gobierno con sus entrañas en el comunismo se pueda considerar progresista. Con el actual gobierno, hemos dado un paso atrás, y solo la moderación política de la social democracia y el centro político liberal pueden dar estabilidad al Estado. Llevar la disputa política hasta un enfrentamiento donde VOX y Podemos sean protagonistas directos, habría de resultar fatal. A ver cómo nos arreglamos. Claro que en Cantabria, con el PRC de por medio, la sangre no ha de llegar al río.
 
ALGO DE PIN RAZONABLE. - Tan enconado está el campo de batalla político en la cuestión de la enseñanza a los niños que una circunstancia, no menor desde luego, como es el asunto del pin parental, se ha constituido como elemento muy esencial en el debate político que enfrenta a izquierdas y derechas en el momento actual. Una aproximación al caso resulta pertinente. Es cierto que en la actividad escolar no todo ha de referirse a las materias que tradicionalmente ocupan los programas educativos, pues dentro de las circunstancias en las que se encuentra un país democrático ha de haber un lugar para explicar, y no solo exponer, el baremo imprescindible de valores que han de concurrir en el acervo del ciudadano. Las actividades extraescolares son necesarias. No creo que haya discusión alguna, por parte de nadie, para estimar que esos valores tienen que ver con el respeto a las personas y, en sentido más amplio, con la Justicia, la responsabilidad, la sinceridad y, sobre todo, con la libertad. Para un demócrata, no puede haber duda respecto a que la formación de nuestros hijos debe basarse en lo anterior. Una vez fijado el objetivo, procede elaborar los programas en donde los contenidos apunten siempre en la dirección correcta. Además de prestar la importancia que damos a la formulación de las cuestiones preceptivas, no se debe olvidar lo decisivo que resulta la acción doctoral de quienes son los encargados de predicar los contenidos de las lecciones programadas. Aquí  reside la gran cuestión que merece discutir ¿Quién cuenta los cuentos a nuestros niños? Se comprenderá fácilmente que no será lo mismo, para hablar de sexualidad, que lo haga un señor, supongamos, del Opus Dei, a que lo exponga un aguerrido activista de la libertad sexual. Y entre estos extremos hay un montón de opiniones a lo largo de cualquier recorrido. Hay que reconocer esto, sin miramientos, ¡es cuestión de respeto a los demás!, de una responsabilidad paternal, derivada de la gobernanza asignada a los padres respecto a la protección de los hijos, de la sinceridad que marca el derrote democrático en el examen de las cosas, y en definitiva de la propia Libertad -con mayúsculas- como bandera indiscutible para la convivencia. Hay razones, entonces, para aceptar con reservas el planteamiento educacional que sustenta el conjunto de valores que se han enumerado. Y muchas más razones si somos receptores de los diferentes mensajes que unos y otros políticos nos envían con tozudez. No estamos tan lejos de olvidar el adoctrinamiento que fue aplicado durante la dictadura de Franco, mirando al frente, con la cara destapada y al sol, y si de poner los pelos de punta se trata, consideremos la aparición del comunismo de Podemos en el gobierno y su nada disimulada propuesta de aplicar la vieja teoría de Gramsci acerca de dominar la voluntad del pueblo mediante una radical imposición de determinada hegemonía cultural. Y, en fin,  por no hablar de esa sarta impresionante de mentiras (y gordas) que tanto Sánchez como Iglesias han protagonizado antes del metafórico abrazo exhibido 24 horas después de haberse atizado hasta en el cielo de la boca. Así es que mostrarse partidario de imponer una restricción cautelar a los propósitos educativos del Estado es una cuestión de justicia, de respeto, de responsabilidad, de sinceridad y, desde luego, de libertad. Más que seguir terne en el encono que nos aturde, la cuestión debería analizarse en pos de lo razonable. Un poquito de pin, por favor. 
 
LA HISTORIA SAGRADA. - No falla, a la segunda o tercera argumentación sobre el cirio del pin parental, lo de nazi o franquista sale, sin remedio, a la palestra a fin de dar por buena la imposibilidad de un acuerdo entre los del pro y los del contra. No debe cundir el desánimo entre quienes opinan que el adoctrinamiento en la escuela, no solo es posible sino que casos paradigmáticos así lo demuestran. Vaya por delante que aplicar medidas correctoras a funcionarios y docentes en el uso de sus atribuciones no merece mi respeto. Otra cosa es que quienes han de dar conferencias, extraescolares o complementarias a las materias regladas objeto de obligado estudio por los estudiantes, si suscitan dudas por sus curricula, deberían estar sometidos a un imparcial control. No es lo mismo que en temas de sexualidad, diserte un tipo que sostenga que la homosexualidad es una abominación ante Dios, que otro capaz de pintarse la picha con los colores del arco iris como medio de protesta a tipos como el anterior. Es un ejemplo, pero nos lleva a dar por bueno que el espectro ideológico, entre unos y otros, es monumental. Así es que la cuestión a debatir no es censurar las tareas sino arbitrar acerca de las personas encargadas de desarrollarlas, para evitar posibles adoctrinamientos, porque los hay. Recuérdense las sucesivas denuncias realizadas por los políticos de toda condición acerca de  supuestos adoctrinamientos independentistas en las escuelas catalanas; la inquebrantable adhesión obligada al régimen de Franco; las vergüenzas totalitarias del comunismo en la URSS, por no citar los desmanes chavistas de hoy mismo. Por cierto, en este orden de cosas, en la determinación de las materias susceptibles de ser examinadas dentro de las actividades escolares, me muestro muy partidario de dar a los estudiantes nociones de Religión. La Historia Sagrada, tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento, debería ser de obligado conocimiento escolar, pues para entender la historia de la arquitectura, de la música, la escultura y la pintura, si no estamos al tanto de lo que la Religión ha supuesto para su desarrollo, difícilmente comprenderíamos su significado. Contaba José Antonio Fernández Ordoñez, ingeniero de caminos y a la sazón presidente del Museo de El Prado, que un amigo le pidió una visita explicada al Museo para su hijo, brillante estudiante y con inequívoca vocación de ingeniero de caminos. El propio José Antonio acompañó al notable zagal durante la visita. Al pasar por delante de un cuadro de Platinir, en donde se representaba La Huida a Egipto de la Sagrada Familia, el aspirante preguntó quiénes eran los personajes que aparecían en el cuadro ¿San José? No sé quién es ese señor, dijo el aspirante. Presa de la incredulidad más significada, José Antonio se quedó pasmado y no pudo por menos que exclamar ¡Si no sabes quién es San José, para qué demonios quieres ser ingeniero de caminos!  En fin, que el románico, el gótico y el barroco, quizá son movimientos que, en su esencia, llevan mucho de Historia Sagrada en su deambular histórico. Así es que me declaro firme partidario de las clases extraescolares y complementarias para la formación integral de nuestros jóvenes, y sin pin totalitario.
 
CIRCUNSTANCIAS. - No falla, a la segunda o tercer argumentación sobre el cirio del pin parental, lo de nazi o franquista sale, sin remedio, a la palestra a fin de dar por buena la imposibilidad de un acuerdo entre los del pro y los del contra. No debe cundir el desánimo entre quienes opinan que el adoctrinamiento en la escuela, no solo es posible sino que casos paradigmáticos así lo demuestran. Vaya por delante que aplicar medidas correctoras a funcionarios y docentes en el uso de sus atribuciones no merece mi respeto. Otra cosa es que quienes han de dar conferencias, extraescolares o complementarias a las materias regladas objeto de obligado estudio por los estudiantes, si suscitan dudas por sus curricula, deberían estar sometidos a un imparcial control. No es lo mismo que en temas de sexualidad, diserte un tipo que sostenga que la homosexualidad es una abominación ante Dios, que otro capaz de pintarse la picha con los colores del arco iris como medio de protesta a tipos como el anterior. Es un ejemplo, pero nos lleva a dar por bueno que el espectro ideológico, entre unos y otros, es monumental. Así es que la cuestión a debatir no es censurar las tareas sino arbitrar acerca de las personas encargadas de desarrollarlas, para evitar posibles adoctrinamientos, porque los hay. Recuérdense las sucesivas denuncias realizadas por los políticos de toda condición acerca de  supuestos adoctrinamientos independentistas en las escuelas catalanas; la inquebrantable adhesión obligada al régimen de Franco; las vergüenzas totalitarias del comunismo en la URSS, por no citar los desmanes chavistas de hoy mismo. Por cierto, en este orden de cosas, en la determinación de las materias susceptibles de ser examinadas dentro de las actividades escolares, me muestro muy partidario de dar a los estudiantes nociones de Religión. La Historia Sagrada, tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento, debería ser de obligado conocimiento escolar, pues para entender la historia de la arquitectura, de la música, la escultura y la pintura, si no estamos al tanto de lo que la Religión ha supuesto para su desarrollo, difícilmente comprenderíamos su significado. Contaba José Antonio Fernández Ordoñez, ingeniero de caminos y a la sazón presidente del Museo de El Prado, que un amigo le pidió una visita explicada al Museo para su hijo, brillante estudiante y con inequívoca vocación de ingeniero de caminos. El propio José Antonio acompañó al notable zagal durante la visita. Al pasar por delante de un cuadro de Platinir, en donde se representaba La Huida a Egipto de la Sagrada Familia, el aspirante preguntó quiénes eran los personajes que aparecían en el cuadro ¿San José? No sé quién es ese señor, dijo el aspirante. Presa de la incredulidad más significada, José Antonio se quedó pasmado y no pudo por menos que exclamar ¡Si no sabes quién es San José, para qué demonios quieres ser ingeniero de caminos!  En fin, que el románico, el gótico y el barroco, quizá son movimientos que, en su esencia, llevan mucho de Historia Sagrada en su deambular histórico. Así es que me declaro firme partidario de las clases extraescolares y complementarias para la formación integral de nuestros jóvenes, y sin pin totalitario.
 
BERLÍN. - Me he dado una vuelta por Berlín, en concreto, por la parte de la ciudad que quedó a merced de los soviéticos, tras el final de la 2ª Guerra Mundial. Las diferencias a uno y otro lado de lo que fue el lamentable Muro, a nivel urbanístico, son notables, no así el ritmo de vida de sus habitantes. De los terribles daños causados en la ciudad apenas quedan un montón de memoriales en donde, resaltando imparcialmente hechos bélicos, se apela al sentimiento de ciudadanos y forasteros para que no se ausenten de sus memorias los hechos y consecuencias del conflicto. De Memoria Histórica, estoy hablando. Los alemanes fueron tremendos, pero el temple político los hace prudentes, prácticos y poco enemigos de despertar odios pasados. Nada que ver con esa otra Memoria Histórica que se ‘despertó’ en España, 67 años después del final de la Guerra del 36, y 30 tras el inicio de la Democracia en el país. Aquí, el intento por recuperar la España dividida en dos, resulta sencillamente espectacular. Mientras en Alemania, con sabia inteligencia, han dejado en el saco de lo menos importante asuntos como la muy estrecha colaboración de sus más importantes empresas con el régimen nazi, en España, en aplicación de la Ley de Memoria Histórica se juzgan hechos que, comparados con los que en Alemania se tienen por descartados, resultan ridículos. Juan de la Cierva, quizá uno de los españoles más influyentes a nivel mundial, es descabalgado de calles y plazas por haber colaborado con el régimen franquista; el almirante Bastarreche, genial impulsor de las infraestructuras hidráulicas que dan de beber en la cuenca del río Segura, ha sido, igualmente, descabezado en todos sus bustos significativos: al inicio de la Guerra Civil estaba al mando del Alcalá Galiano. Y el comandante Zorita, el capitán Haya y, aunque nada tuvo que ver, hasta el almirante Cervera. He tomado notas fehacientes de cómo en Alemania, durante el nazismo, las grandes empresas colaboraron con el régimen. Anoto algunas de ellas. Volkswagen, tras las gestiones realizadas con Hitler, fabrican el ‘coche del pueblo’, más conocido como ‘escarabajo. La gigantesca Bayer, no solo fabricó el letal  Zyklon, con el que se gaseaba a los prisioneros de los campos de concentración sino que, se dice, utilizaba prisioneros vivos para realizar pruebas en sus instalaciones. La Opel, equipaba camiones para la contienda bélica y fabricó miles de aviones bombarderos para el ejército alemán. Es cierto que para el funcionamiento empresarial en el Tercer Reich se precisaba la autorización expresa del gobierno, pero ello no debería haber sido óbice para que los productos fabricados por las empresas no tuvieran una devastadora función. Hugo Boss utilizó, como esclavos, miles de prisioneros de guerra. Siemens tuvo que ver mucho con la fabricación del Zyklon. BMW no llegó a fabricar ningún arma pero sí para que funcionasen. Las vestimentas de los ejércitos nazis fueron fabricadas por Adidas. En 1999, el gobierno alemán obligó a las empresas que participaron en el conflicto a indemnizar conjuntamente a las víctimas de la Guerra. Así fueron las cosas en Alemania, y suerte para todos los alemanes que la aplicación de medidas compensatorias a las víctimas de la masacre, no hayan sido tabuladas con el rigor y sentido de restitución con los que se manifiesta nuestra Memoria Histórica nacional. Cuestión de equilibrio y razonable juicio en las medidas por parte alemana.
 
FRANCO, HOY. - Por si la legislación que viene me pilla en pelotas y me empapele, me apresuro a hacer apología, muy sentida, del general Franco. Para ello hago valer mi reconocimiento hacia las cosas bien hechas, proyectadas al futuro y, una vez llegado éste, dar por sentado la audacia que ha hecho posible el bienestar. Gracias a Franco, a su política hidráulica, el sistema de embalses que aglutina más de 1.200 presas, en España, 45 millones de españoles podemos beber, regar y ducharnos, pues, de lo contrario, de no haber existido tal política franquista, de los 45 millones, no más 8 hubieran disfrutado de ese suministro. Señores, que la limpieza e higiene que ahora disfrutamos, es cosa de Franco. Tras este comentario, espero que la futura ley que ha de condenar opiniones como ésta, no tenga carácter retroactivo. Si no, estaré perdido. Se me ha ido, de golpe, esa prevención traumática por la que temía que el progresista de turno me acusara de franquista. Al carajo. Si en tiempos de Franco -¡ay, tan lejos!- me posicionaba en contra del franquismo, era, simplemente, porque estaba prohibido. Por la misma razón, y al contrario, hoy me declaro a favor de Franco, porque esto del franquismo, lo quieren prohibir. Prometo, no obstante, no votar a VOX jamás, pues lo mío de derechas no es luchar contra el rival político sino convivir con él. La política hidráulica de Franco fue genial y el Plan de Estabilización Económica de España de los años sesenta, fenomenal. Así es que Franco no es tan malo como se quiere apuntar, y, en lo que a mí respecta, los grises solo me pegaron una vez, pero estuve espabilado y no me hicieron daño. Sigo pensando, cada vez más convencido, que la Izquierda, hoy aupada en el gobierno, pretende dividir a la derecha, Divide y vencerás, desde luego, pero, de seguir así, se le va a ir la mano en menos de lo que canta un gallo. Ahora, con lo de castigar lo de las apologías franquistas, se llega al culmen de todo lo que es más despreciable según las estrictas normas de respeto democrático. Va a resultar que quienes nos alteramos ante tanta medida sectaria programada desde la izquierda, quienes no estamos por la labor y mostramos justificada indignación, somos reo de ser tachados de ultraderechistas. Esto de dividir con tanta intención, si al final la derecha se convierte en un montón decisivo de votos tipo VOX, España estaría apañada, pues un nuevo episodio de odio nos llenaría de él hasta las orejas. Quienes defienden necesariedad de la Memoria Histórica están convencidos, supongo, de que los perdedores de la Guerra Civil fueron unos héroes masacrados y auténticos demócratas, horriblemente humillados por el fascismo. Por supuesto que lo creen. Pero por favor, tengamos todos un poco más de conciencia, pues la República, en el 36, tenía de demócrata lo que yo de chino mandarín. Las propuestas incendiarias de Largo Caballero nos darían buena información y, sobre todo, el ectoplasma del Komintern, ocupando los poros de cualquier miliciano, no da lugar a considerar a los vencidos como angelitos del Cielo. Más malos todos que el baladre, en la Guerra, los de izquierdas y los de derechas. Igualicos. Sin muchas diferencias.  Pero, ¡qué suerte el resultado final, si por él nos libramos de ser una sucursalita del Pacto de Varsovia, y su particular Telón de Acero!
 
ÁBALOS EL IMPROPIO. - Reconozco cierta fijación por el ministro Ábalos. Lo tengo como un personaje con cierto cinismo, de esos que no se arrugan, cuando las críticas arrecian contra él, pues, si defiende que no es de recibo lo de aquéllos que no usan caballos para circular, y él sí, habiendo automóviles para circular, no se arredra ante nadie, con tal de mantenerse en sus trece. Tengo ante mí, un video en el que, antes de la moción de censura que aupó al PSOE al poder, manifiesta unas cosas que, vistas ahora, tras de producirse los acuerdos y pactos con los independentistas y Podemos, harían sonrojar al más pintado. A él no. Defender una cosa y, a continuación, la contraria, con igual denuedo, no es cosa de alguien de quien uno se pudiera fiar. Deberíamos preguntarnos si lo de incurrir en flagrantes contradicciones, conlleva mentir, o no. Y lo es, necesariamente, pues si una cosa es verdad, la contraria no lo ser (no hace falta tener conocimientos de Lógica Matemática). Así es que defender, con consciencia -y constancia- lo que no es verdad, es materia de sobrado embuste, sin necesidad de tener que opinar sobre ello. En el caso de la señora Delcy, que tanto está dando que hablar, en medio del gran ruido que provoca, me atrevo a opinar que la tal señora no nos ha hecho, a los españoles, incurrir en delito alguno contra la normativa todopoderosa de la UE. Me creo que la venezolana no transgredió el mandato de no pisar el espacio Schengen. Esto es, aquí no está el problema. Donde sí está, y de modo claro, es en la credibilidad de un ministro que es capaz de mentir, sin escrúpulo alguno. De entre las variadas versiones que nos ha ofrecido, acerca de su encuentro venezolano, alguna tiene, por fuerza, que ser verdad. Lo que, automáticamente, lo convierte en mentiroso, si de considerar las otras versiones se trata. La agresividad que este político, y otros de su partido, ejercieron, desde la oposición, a las supuestas mentiras que los del PP cometieron, no se compadece con la defensa a ultranza de las cosas que, ahora, en el PSOE se producen. El acoso y derribo a Cifuentes, por causa de las cremitas, fue brutal. No creo que lo de la dulce Delcy, y el propio Ábalos sea una circunstancia de tan escaso valor como lo de Cifuentes. Es mucho mayor. En esto no debería haber dudas. No sé si para los políticos, en general, lo de estar en la oposición o en el gobierno, es cosa de fariseos o saduceos, pero lo cierto es que, en lo que ahora nos ocupa, este asunto, tan de venezolana condición, es el paradigma de la falta de credibilidad respecto a un hombre público. En España, seguiremos enfrentándonos, los unos contra otros, pero sin llegar la sangre al río. Lo cual, lejos de dar sosiego y tranquilidad, inerva el sistema nervioso de los ciudadanos, quienes, cada vez más, presencian las reyertas asombrados. Lo de Ábalos, en ejercicio pleno de su función política, podrá ser tratado como asunto propio o impropio, desde luego, pero que el factor común a todo su desarrollo es la mentira integral, de eso no hay duda, ¿Propio o impropio? Por cierto, en algo que nada tuvo que ver con la política, dentro de lo político, pero en la vida de un político, éste se tuvo que ir a la puta calle. Eran otros tiempos, y en otro país, donde se la cogen con papel de fumar, en esto de la credibilidad. Ese papel, que no impidió dejar el rastro impropio de una escena consumada, en el despacho del político, cuando una becaria trepadora guardó la prueba de una acción arriesgada, practicada por debajo de una mesa presidencial.
 
CASTA PURA. - Cuando lo de la casita de Galapagar, no me salían las cuentas. A ver. Una hipoteca a 30 años, es mucha hipoteca para quienes, como mucho, tienen garantizado el trabajo durante cuatro años. Y de la cantidad a pagar, no digamos. Por demás, esa traba tan formidable como artificiosa, de limitar los salarios a tres veces el SMI, no ayudaba a la comprensión del asunto. Hoy, sin embargo, respiro. Iglesias, el anticaspa, lo tiene arreglado. Nada de esa absurda limitación de los tres salarios y, sobre todo, nada de limitar mandatos a doce años. Mejor, treinta. Un tipo listo, este Iglesias, pues no me digan que el Nuevo Código Ético, inventado a tal fin, no es cosa de un artista. Magia de la buena, ‘Un Podemos Contigo’, convertido en ‘Un Podemos Para Mí’. Qué casta más dura, la del político. Me impresiona -quizá debiera escribir, me indigna- la justificación que, como argumentario, cada miembro de Podemos, en radio, prensa y televisión, argumenta en defensa de esta propuesta de modificación. Es de risa, escuchar que lo que se pretende es todo lo contrario de lo que parece favorecer. Como el salario mínimo ha pasado de seiscientos euros a casi mil, entonces – nos cuentan- los tres salarios mínimos supone una cantidad tan grande que se escapa de las austeras medidas que, antes, se instauraron, con la intención de dar muestras de denodado sacrificio, frente a la casta política que ocupaba el poder. Así es que, ahora, lo de los tres salarios mínimos, es mucha cantidad. Hay que ser torpe para creer esto, sobre todo si uno hace una o dos cuentas, no más, acerca del gasto que supone mantener una casita en su parcela de 2.000 metros ¡Ni con diez SMI, se mantiene! ¿Qué historia tan estúpida nos quieren contar, con lo del luchador anti casta convertido en pura casta? Ya, cuando lo de los 30 años de la hipoteca para hacer frente a un gasto de 600.000 euros, la mosca que llevo tras la oreja, se volvió un poco loca ¿Treinta años? ¡Pero si los periodos en los que los políticos se pueden ocupar, van de cuatro en cuatro! El adalid contra la casta, la caspa y el despilfarro, nos daba cuenta de su intención por estar cobrando de la política, al menos durante ocho periodos. Para él no cuenta que, si un día, cae en la recurrente desgracia que inhabilita al político por practicar la frescura sin tiento, la hipoteca se puede ir al carajo. Por eso, por si las moscas cojoneras se ponen a dar por saco, un periodo de 12 años, es poco menos que una minucia despreciable. Fuera, pues, esa estúpida norma. La trasparencia bien ordenada empieza por uno mismo, aunque ese mismo sea de Podemos. Lista de gastos, lista de ingresos, sobre la palestra, ya, para los ministros de Galapagar. Lo de los seis SMI, en su conjunto, no dan para justificar la casta acumulada en su nido. Casta pura, pero con la caspa acumulada en tanta y tantas críticas formuladas contra quienes sí, con todo merecimiento, alcanzan el nivel de vida que, ahora, unidos, los ministros del progreso pueden disfrutar ¿Tres salarios mínimos y doce años? Ja.
 
EL BICHO CORONADO. - Qué raro es esto que nos está pasando; es hasta tremendo e injusto, pues, ¿qué pecado hemos cometido para tal castigo? Habrá quien piense en la aplicación de la Justicia Divina, por mor de tanto dislate en que incurrimos los humanos; otros, más perspicaces, achacarán estas vicisitudes al debe de la sabia Naturaleza, a fin de controlar la población. Incluso hay quienes explicarían la coyuntura en función de los funestos intereses económicos de siniestros países en franca confrontación. Pero lo cierto es que estamos -y no es un sueño- en nuestras casas castigados, cuando, ayer, en otros estados más lisonjeros nos vimos. La vida dista mucho de ser un sueño para todos. No pasa de mera ilusión, la que ahora nos mueve para dar matarile a ese bicho tan cabrón, coronado como virus asesino de nuestra salud y de la economía. Lo peor del jodido virus que nos azota es su capacidad de contagio, tan brutal. Espero que sea eso y no su gravedad. Según los datos diarios es mucho más evidente su pandémica propagación que el número de fallecidos, cuyas cifras son harto inferiores a las de otras infecciones de menos rigor. Así es que, una vez superado este fatal episodio, nos quedarán los efectos de una crisis económica que arruinará a más de uno. Dentro de esta situación trágica, no deja de sorprender la falta de espíritu combativo de quienes, desde algunos lugares de España, interpretaron las tremendas medidas restrictivas, impuestas por las autoridades, como oportunidad de tomarse vacaciones a pie de playa, tomando el sol con placidez. No son conscientes de la gravedad del problema, y la asunción de la responsabilidad individual se la pasaron por los güevos. Quiero expresar mi optimismo respecto a esto del coronavirus, mediante un lamento pesimista, oxímoron necesario para mitigar angustias, de un lado, y anunciarlas, de otro. Lo peor de esta pandemia será la crisis económica tan fantástica que está ocasionando. Al final, el número de muertos no sobrepasará las centenas de millar y esto, comparado con pasadas epidemias, apenas es nada. La de la Viruela provocó 300 millones de muertos; el sarampión, 200 millones; la peste bubónica, 12; el tifus, 4; el cólera, 3; la gripe española, 50; la gripe asiática (1958), un millón. Y la peor, por lo reciente, la del SIDA que mató a más de 30 millones de personas. La contaminación, por sí sola, matará 4 millones en 2020. Y, como nota adicional, el tabaco fulmina en España, cada año, a 50.000 personas. Así es que lo peor del bicho coronado será el tremendo perjuicio que terminará ocasionando a la Economía. Viendo el transcurso de los acontecimientos, no se me ocurre, por desgracia, solución alguna y eficaz para compadecer tanta pérdida económica para las pequeñas empresas, regidas por autónomos y, no solo a estos, sino a todo lo derivado, directa e indirectamente, de la paralización de la economía para toda la sociedad. Pasado este episodio fatal, toca empezar de nuevo. Una verdadera desgracia la que tenemos encima.
 
RUFIÁN PROPONE. - Me acaban de dar noticia de lo que el muy aguerrido independentista catalán y látigo de la democracia, Rufián, ha propuesto para implementar, como medida salvadora, argumentos sobre los cuales hacer frente a la pandemia del coronavirus. Y son fantásticos; es como si todo el mundo menos él se hubiera caído de un guindo, como si, de repente, todos estuviéramos ciegos e incapaces de ver lo fácil que es hacer frente a una crisis económica. Una de dos, o los ciudadanos estamos perdiendo cuartos pagando el sueldo de diputado a este espécimen, o Rufián es nuestro héroe, nuestro campeón, de la economía, de la política, de la lucidez excelsa en el magín más arreglado que tenemos en España. Loor a tan acreditado político, a quien ha conseguido hacernos ver, a todos, que la riqueza no se crea; al contrario, viene directamente del cielo, es como el maná que recibimos gratis y que, por la historia malvada esa que, desde la derecha, se anuncia respecto a que la riqueza hay que crearla -y para esto es imprescindible mimar al empresario  que arriesga lo suyo y crea empleo- es una falacia propia de fachas, nazis y franquistas, quienes, para sus intereses y propio beneficio, intentan cercenar las libertades de todo individuo, pues resultaría, según Rufián y adláteres varios, que el desarrollo no es cosa del trabajo y esfuerzo de la gente sino producto de cualquier decreto publicado por el gobierno de turno, puesto que lo público es sagrado, inviolable y, lo que sería ya la repanocha,  indiscutible y único frente a lo privado. Es de una irresponsabilidad tremenda tener un diputado como el señor Rufián, pues lo suyo no es sino pólvora mojada, de colores y pintoresca, huera por dentro y populista por fuera. He aquí sus propuestas (a lo que yo añadiría que a todo confinado -y confinada, hay que estar al loro- por qué no darle, además, una asignación de dos duros para mayor felicidad del conjunto.   La lista de Rufián es ésta: Suspensión del pago del alquiler y de los servicios básicos, como luz, agua y gas, para los colectivos más afectados. Prohibición de los despidos. Moratoria directa de los pagos de las cotizaciones de la SS para autónomos, y del IVA a las pymes. Renta de confinamiento para los colectivos más vulnerables. Impuesto extraordinario solidario y temporal a compañías digitales de distribución y reparto, como Glovo. Un impuesto solidario y permanente para las grandes fortunas. Utilización del superávit de los ayuntamientos (6.000 M€ en el año 2009). Cierre de centros educativos y de los que cuiden a personas mayores. Ampliar las ayudas a los autónomos, poner los hostales y hoteles al servicio de quienes no tienen casa. Si yo fuera pobre, y no muy listo, votaría a este fantasma que cree que esto es Jauja y que los cuartos vienen llovidos del cielo. Claro que yo no soy pobre, al menos si esta crisis me respeta, y no tengo nada de tonto, así es que lo de Jauja y sus bondades, lo dejo para los rufianes.
 
EXCALIBUR. - Cuesta, ya lo creo que cuesta, no salir por peteneras y poner el pasado, a mogollón, sobre la mesa, en materia de acción-reacción de gobiernos conservadores VS los progresistas de la superioridad moral, pero la situación actual, azotada por el coronabicho de los cojones, requiere unidad de acción de todos para afrontar la lucha contra un enemigo invisible tan cabrón. Seguro que merece la pena el esfuerzo de caminar en pos de la unidad de acción.  Esto es así y, sin embargo, tomar en consideración, de manera objetiva, desde luego, que al mismo tiempo se debe criticar, por lo constructivo, las incoherencias que nuestro gobierno ha podido cometer, también es procedente. La primera y mayor capital incompetencia tiene que ver con la propia competencia. No es un juego de palabras, es evidente que siendo España un estado descentralizado, la asunción de la política centralizada acordada por el gobierno central, nos coge a todos en pelota. Vamos a ver. Un ejemplo: si el entrenador de un equipo dispone una alineación donde casi todos son defensas, lo lógico sería no emplear una táctica basada en el ataque, porque carece de delanteros. Pues lo mismo, si las competencias en Sanidad están transferidas a las comunidades autonómicas, si el Ministerio, vaciado de las mismas, va y echa mano de las competencias que ya no le pertenecen y se pone a liderarlas, el asunto no puede salir bien. Así, las cosas han ido fatal; rara es la Autonomía que no haya hecho llegar sus quejas por la falta de coordinación con el gobierno central. A ver, esto que digo resulta razonable: puesto que son las comunidades autónomas las que gestionan la sanidad en sus respectivos territorios, el gobierno central, por medio de su ministerio de Sanidad, lo que debería haber hecho era emplearse en labores de coordinación y, llegado el caso de producirse errores, ineficaces prácticas e imposibilidad de lograr avances por parte de las comunidades, entonces ejercer labores de suplencia en los servicios afectados. En suma, en lugar de dirigir; practicar coordinar y suplir. A la hora de escribir este artículo, en España, muere un afectado por el covid-19 cada dos minutos. Si el gobierno actual fuera de derechas, España estaría incendiada. Si por un perro (Excalibur) que murió víctima de la lucha contra el ébola, hace seis años, se pidió la dimisión de la ministra, ¿qué no se exigiría ahora cada dos minutos? Por descontado que hay animosidad contra este gobierno y, aunque a mí me resulta exagerada (es mejor criticar con serenidad), resulta de algún modo merecida, muy merecida, si se toma en consideración los antecedentes habidos entre gobierno y oposición, y porque el gobierno social-comunista demuestra un cinismo de gran altura, por aquello de discriminar comportamientos según su propia conveniencia. Así es que por un perro que se mató, no ha lugar a clasificar a nadie como mataperros, de tal forma que, por la misma razón, en esa misma línea de razonamiento, no evitar 800 muertes diarias, también pudiera asignarse a lo de matapersonas. Claro que esto, comportarse así, calificar de esta manera, no tendría perdón de Dios.
 
PACTO DE TOLEDO. - La mejor manera, yo diría que la única, de poder gobernar con cierto orden y paz política generalizada, a mi modo de ver, sería mediante un ofrecimiento de colaboración real por parte del PP al actual gobierno, con la indispensable condición de que Unidas Podemos saliera del mismo. Tengo ante mí una fotografía con los integrantes del Pacto de Toledo, con el que se dio comienzo a la Democracia en España y, a la vista de ello, se me hace cuesta arriba ver una repetición de los mismos, habida cuenta de los personajes que hoy pudieran comparecer en el pacto. Torra, Rufián, Urcullu, algún tipo de Bildu, Iglesias, Garzón, alguien de VOX… En cambio, sí que sería deseable que Pablo Casado ofreciera su apoyo a Sánchez, con la condición de apartar a Podemos, y el compromiso, por parte de aquél, de formar un gobierno unitario socialista, bajo el supuesto de estar integrado por personas con sólidos conocimientos técnicos en las materias propias de la gobernanza política, al tiempo de negar la aptitud para gobernar a quienes poseen el exclusivo mérito de saber escalar por entre las interioridades del partido. Ese apoyo, lo espera España ya. Hablamos de un gobierno socialista monocolor, de corte social demócrata, lejos de actuar como lo hizo Zapatero- y lo hace Sánchez-, y más al estilo que impuso Felipe González, tan alejado de este par de sujetos, y tanto como demostró estarlo de Largo Caballero. Un gobierno que, sin perder las señas socialistas, se sitúe en las coordenadas de la economía libre de mercado, para lo cual debe descartar cualquier propuesta venida de Podemos, partido atrabiliario en lo ideológico que pierde la noción del sano juicio, enarbolando la bandera de lo público con exageradas muestras de populismo, como si el resto de españoles que no seguimos el rumbo podemita ignoráramos el valor trascendental que tiene lo público para la sociedad, siempre con el reconocimiento expreso de que lo privado no es enemigo de lo público, como sanciona con reiteración el postulado comunista de los de Podemos. Es para indignarse, cada vez que Iglesias viene con el cuento de que, ahora, a diferencia de 2008 en que Europa rescataba a los bancos, lo que se pide es rescatar a las personas con dificultades económicas, los que más sufren, algo así como plasmar la existencia irremediable de ricos contra pobres, ¡la lucha de clases, de vuelta, y en plan marxista ortodoxo! A Iglesias hay que sacarlo del gobierno, porque el primer beneficiado será el propio PSOE y, desde luego, España. Ya está bien de convocar a unos para litigar el odio con los otros. Podemos ha sabido arbitrar que lleguemos a odiarnos tanto como él odia a lo privado, a los chalets, a la casta, a los sueldos de siete mil euros y a todo lo que se mueve fuera del cúmulo de sus contradicciones. El cinismo de Iglesias no debe impedir un pacto de gobierno mediante el cual el PP apoye, con sus condiciones por descontado, a un nuevo gobierno socialista compuesto de gente capaz y dejando fuera a los comunistas.
 
LEALTAD. - Si en lugar de tener un gobierno social comunista, esto es, con todas las izquierdas e independentistas dentro, estuviera España gobernada por un gobierno de derechas, la situación dramática por la que pasa el país a cuenta del bicho coronado, sería la de la de Dios es Cristo, ¿o no? Los antecedentes de confrontación gobierno-oposición, cuando estaban cambiadas las tornas, nos darían el orden de magnitud acerca de lo que es capaz de hacer una oposición de izquierdas ante la tragedia que sufrimos. Ahora, las cosas no llegarán a tanto. Los más excitados (oigan, que las excitaciones no son nada compadecientes con la mesura) de VOX, son los más ruidosos, pero sus indignadas manifestaciones no pasan de ser expuestas con el orden exigido en el ámbito normal de la política; esto es, portavoces y altos cargos criticando, y poniendo a caldo, todo cuanto propone el gobierno; incluso, se llegan a pedir dimisiones, pero sin escraches y caceroladas. El PP, aunque tremendamente crítico con el gobierno y, desde luego, sobrado de razones, muestra lealtad en sus comportamientos como oposición responsable, sin que ello suponga el apoyo en exclusiva a las tesis de gobierno y tenga que taparse la boca para no expresar crítica alguna. No, la lealtad (Martínez Almeida dixit) tiene un doble recorrido: el apoyo en la ida y la crítica en la vuelta. Al fin y al cabo, el gobierno hasta el momento, siempre ha tenido el respaldo de los populares. Y esto es lo realmente importante, si bien se entiende sin dificultad alguna que, ante los errores evidentes cometidos por este gobierno, no es posible callar, sin más que examinar los resultados obtenidos en la lucha contra el coronavirus en relación con otros países. La derecha es más responsable que lo que lo hubiera sido la izquierda en estas circunstancias. En las comparecencias en los medios públicos, los altos cargos aparecen apoyados por miembros de la cúpula militar y todo resulta normal. Si fuera al contrario, los izquierdistas clamarían que esto es lo propio de un gobierno golpista. En medio del fragor de la batalla contra el virus, parte del gobierno no se priva de criticar en público al Rey y hasta le obsequian con la cacerolada de las nueve de la noche. El amigo Iglesias no se ha dado cuenta aún de que ejerce como ministro del gobierno de una monarquía democrática y que vive en Galapagar, pues quizá el subconsciente le traiciona y le hace actuar como si viviera en Vallecas y fuese el activista antisistema de hace dos días. Y no digamos de los medios de comunicación, públicos y privados en manos izquierdistas, que, en tal caso, en lugar de airear imágenes de cadáveres en países extranjeros como hacen ahora, expondrían los propios con toda su crueldad, haciéndose eco del sufrimiento de tantos enfermos hacinados. ¿Llamaría, la izquierda, asesino al supuesto gobierno de derechas?
Dejo este alegato con el que Carlos Bardem se despacha a cuenta del brote de hepatitis de hace unos años. Textual: “Que haya gente en España muriendo todos los días, ¡qué tristeza!, pero hay que transformar esta tristeza en rabia, en indignación, en voluntad de cambiar esto, porque vivimos sumidos en una estafa económica y social, sostenida por una estafa política…, que haya gente muriendo todos los días. El PP es un teatro de guiñoles siniestro desarbolado, del que yo confío, de verdad, sinceramente, que le quede poco, que le quede un año en el poder. Unos señores que se han dedicado a mentir desde que ganaron las elecciones hasta el día de hoy, y lo demuestran con sus hechos, día a día, ¿dónde está la mejora de la gente? Ahí hay un montón de gente que se está muriendo, gente que se va a morir, tienen fecha de caducidad en su vida, 11 personas. Creo que es un dato demoledor. Hoy, 20 de noviembre, van a morir 10 personas de hepatitis C. Es muy fácil, usted, y cualquier ciudadano, visualicen a 100 personas de las que conocen, y después quiten 10 ¡Que todos los días mueren 10!,  hay que salir a la calle, hay que movilizarse, hay que luchar contra esta gente y hay que ir a votar, y hay que echarlos del poder y recuperar este país y esta sociedad para nosotros, para los ciudadanos, para la gente que trabaja, porque esta gente que se está muriendo son trabajadores, gente que ha trabajado toda su vida, que ha cotizado a la Seguridad Social toda su vida. No hay nada tan populista como el gobierno actual que nos está llevando a todos a la ruina ¡10 muertos y se permite esto! “. Sin comentarios.
 
EN BICICLETA. - Confinado desde el 13 de marzo, no he dejado de hacer ejercicio ni un día. En la habitación que dejó libre el último de mis hijos para irse de autónomo, tener nueve personas a su cargo y estar, en lo dramático, a verlas venir por culpa del coronavicho chino, he instalado mi bicicleta estática a la que soy capaz de darle pedales cada día lo suficiente para recorrer 25 kms en poco más de tres cuartos de hora. Animado de esta potencia, y de que de Cantabria son los Trueba, Pérez Francés, Cobo, Aja, San Emeterio y Freire, decidí recorrer, en plan virtual, los 840 kms que separan Murcia de El Sardinero. Treinta y cuatro días muy deportivos para hacer este virtual viaje. Era fundamental aprovechar el paso por pueblos y ciudades para meditar sobre sus circunstancias. Suerte tuve al pasar por Cieza (la de Murcia), pues la bellísima floración de sus árboles frutales, en especial la del melocotón, tuvo este año lugar antes del 13 de marzo. Así es que, a mi paso por tierras esparteras, la alfombra de tonos rojos, rosas y blancos estaba espectacular. Caramelos, en Hellín; alubias con sus sacramentos en El Vasco de Villarrubia; mirada preocupada a los pantanos de Buendía y Entrepeñas, desde Saelices, y rumbo a Madrid, evitando entrar en la ciudad de esta manera: de A-3 a R-3, luego M-50, después R-2, vuelta a M-50 y, final, en la A-1. Descarto parar en el Ondarreta de San Agustín de Guadalix, pues prefiero el Asador Tudanca, en Aranda del Duero. Tudanca es para mí la Tablanca de Pereda, el tío que mejor escribió de todo el mundo mundial, con permiso de Concha Espina, la dama de Luzmela (¿Mazcuerras?). Una vez en Burgos, me digo que nada de comodidades y moderneces, quiero pasar por El Escudo. Tomo la N-623 y, en nada, dejo atrás el Páramo de Masa y llego a Cabañas de Virtus. Cuando era niño, mi padre subía el puerto en segunda y para bajar tenía que meter la tercera marcha y, aun así, en invierno el coche patinaba y en verano había que refrescar el radiador. Me detengo en San Miguel, capital de Luena, saludo a mis parientes, y en Selviejo, le digo hola a Santiago, su único habitante. Antes de salir de Luena, saludo con admiración al busto que Riancho tiene en Entrambasmestas. Alceda, Ontaneda, Puente Viesgo, Vargas etc. Como quiero hacer mi entrada en Cueto con detenimiento, decido quedarme en Astillero, antes de dar giro a la última etapa. Reposto en La Abadía para recuperar fuerzas. Alguien, al verme tan deportivo, me pregunta: ¿sabe usted quién es el mejor extremo de la historia? Yo no me arredro y respondo ¿Gainza? El parroquiano (es del mismo Guarnizo), sin alterarse, replica: Caballero, le he preguntado por el mejor extremo de la historia, no por uno de los mejores. Ah -respondo- Entonces, Paco Gento, ¡la Galerna del Cantábrico! El último día, disfrutando de las bondades de la virtualidad, entro a Santander por Cuatro Caminos, me resulta emocionante ver Valdecilla; la Alameda, la Catedral y una paraduca en Concha Espina, tan cerca de los Meones; Puertochico, Castelar, San Martín, Reina Victoria, la Magdalena y, por de frente, Somo y Pedreña, tras El Puntal. Por fin El Sardinero (la Primera y Castañeda). Me quedo en el hotel Palacio del Mar, del intrépido cazador y pescador Juan Renedo quien, por demás, es ingeniero de caminos, y bien que sudó para serlo, pues su primer examen en la Escuela de Las Llamas lo suspendió con un 0.00 endosado por el muy cruel Chandi Bengoa.
 ¿A qué temperatura está el agua? ¿Y a qué me baño? De modo virtual, por supuesto: el agua está muy fría y, además, ¡sigo confinado!
 
GALÁPAGOS. - Las islas Galápagos, esa tierra que sirvió para que Darwin diera con su popular teoría, es un territorio que siempre me inquietó, y mucho más ahora cuando parece que el más fecundo de los galapagares está situado en España. Las del archipiélago ecuatoriano, a diferencia del de España, que son dos, aunque simulan ser más, la componen nueve islas principales más unos cuantos pequeños islotes, en total diecinueve. Hay una circunstancia que llama la atención, pues siendo que el conjunto de estas islas están situadas en latitudes nulas o casi nulas, dada su posición cercana al Ecuador, lo normal es que sus especies tengan que ver con climas más tropicales que en ningún otro sitio, y sin embargo habita en una de ellas, la más septentrional, Marchena o Pinta, no estoy seguro, una especie de pingüino, el llamado pingüino penguin, que por mucho que sus hábitats naturales estén el sur, siempre en las cercanías de la Antártida, por lo que fuera, quizás por ser el más espabilado de su especie y como artista del intrusismo, se ha colado entre animales de otra especie o casta y vive tan tranquilo en esas islas como si su pasado frío y antártico le importase una guita. Es un bicho muy inteligente que aletea con suma facilidad por entre los de más acá, pero sobre todo por entre los de más allá. Y lo sorprendente del caso es que pese a su escasa talla (física) deambula sin problemas entre galápagos de muy alta condición.  Bien, quizá va siendo hora contar porqué a las islas en cuestión se las refiere como las Galápagos. Sin duda así lo dispuso Darwin, pues todas ellas en su conjunto componen un auténtico galapagar que, como bien sabe el lector, es un sitio donde abundan los galápagos. Un bicho de estos, aun teniendo los atributos de la tortuga, no debe clasificarse específicamente en su grupo, pues su especialidad es saber nadar con pericia en el mundo acuoso. Sí, puede admitirse que el galápago es una tortuga marina, de acuerdo, pero no es ni como una tortuga mora, ni leprosa, ni mediterránea, que son las más típicas en nuestra península. En cambio, pudiera encontrarse gran parecido con cierta especie peligrosa, el galápago europeo, una especie en apariencia tímida que no se adapta bien a la cautividad propia de ciertos humedales del tipo vallecano.  El galápago auténtico -quedan pocos- puede llegar a pesar doscientos kilos y medir más de un metro cincuenta. Es -o era- un animal gigantesco. Su especie más interesante es la Chelonoidis abingdonii (menudo nombre para recordar) y su ejemplar último y más famoso es Solitario George, un supermacho alfa decepcionante pues, para salvar la especie, fue encerrado con dos hembras, pero fue incapaz de lograr descendencia y la especie se extinguió. El tamaño no lo es todo, como tampoco lo es el pasado de algún espécimen para que éste se vea reconvertido en pieza apetecida, antes objeto de caza y después compañera amable donde reposar con astucia. 
SEGUNDO MEDIO AÑO DE ALERTA
EL DIMORFISMO. - Hablaré del acusado dimorfismo que existe nuestra humana especie. Admito que no sé si en los tigres, leones u otros animales de robusta raza, se dan tantos rasgos diferenciados entre macho y hembra como en los humanos. Como advertencia previa he de manifestar que, entre el hombre y la mujer, en la más aventajada especie animal, y como seres humanos, las diferencias existentes en cuanto a derechos y deberes civiles, son nulas de toda nulidad. No hay ni una sola diferencia, aunque en cuanto a empeño, laboriosidad y talento, globalmente la mujer es quizá sea superior al hombre. Esto podría constituir una sutil diferencia favorable a la mujer, pero donde más se pueden apreciar los rasgos de un dimorfismo muy acusado es observando los aspectos biológicos y físicos de ellas y ellos. Por descontado, en la sociedad civil democrática en la que nos encontramos, se sabe convivir con estas diferencias. En los grandes almacenes, los espacios están discriminados en función del sexo. No son habituales las peluquerías unisex; las mujeres se pintan la cara, los hombres, no; los tacones son de uso femenino; vestuarios y servicios, separados etc.…  A nadie se le ha ocurrido unificar las competiciones deportivas, pues en lo de ‘más alto, más fuerte y más lejos’, la verdad es que no hay color, dicho lo cual, con el debido respeto a Ruth Beitia, Coral Bistuer, y Úrsula Ruíz, desde luego. Además, si se llegaran a unificar las competiciones deportivas, algún feroz partidario del feminismo pediría la implantación de una determinada cuota para las mujeres. Curioso sería tener que aceptar que el Racing de Santander tuviera obligación de alinear un mínimo de mujeres en sus partidos. O que, en básquet, el UCAM Murcia se viera obligado a que uno de sus pívots fuera, por lo del cupo, una mujer. En lo físico y en sus maneras de manifestarse, el dimorfismo se nos muestra con rotundidad. Nada malo se desprende de esto. Si bien, el peligro que una mujer solitaria y borracha tiene, no lo sufre -siempre, por lo general- alguien de sexo masculino. En lo biológico es donde más diferencias hay, y lo que más ha influido en esa cultura atrasada, condenada a desaparecer, por la que el hombre, sin discusión alguna, ha tenido sometida a la mujer. Se trata del embarazo. Esta particularidad de la mujer la ha hecho figurar por debajo de sus posibilidades como persona a lo largo de su existencia ¡Y el hombre astuto se ha aprovechado de eso!  La normativa legal vigente en sociedades democráticas no tiene, en absoluto, nada que ver con lo que de esta cuestión hubo en el pasado. Hoy la legislación discrimina no a la mujer, sino al hombre, en beneficio de aquélla, y esta transgresión constitucional a la igualdad de todos sin diferencias de sexo, se asume democráticamente, al menos hasta que en la cuestión de derechos (y deberes) de los hombres y las mujeres sean iguales. No es necesario tomar las cosas por la tremenda, como algunas feministas se afanan en practicar su empeño, de modo que los hombres aparecen como enemigo a batir. No hace falta, y téngase en consideración que no es necesario ser de izquierdas para encontrar sentido a la igualdad de sexos, pese al dimorfismo tan evidente entre hombre y mujer. Por cierto, acabo de leer que, respecto a la sexualidad de unas y otros, las diferencias son notables, al menos en lo cardinal, pues a cuenta de la función reproductiva, mientras la mujer puede llegar a ovular unas 500 veces a lo largo de su vida, el hombre podría llegar a suministrar más de 500.000 millones de espermatozoides, dicho cual con la prevención de que tal cuenta no sea interpretada fuera de contexto. Ah, y que lo normal es que sean las mujeres quienes se pinten las uñas y no los hombres. Lo normal, digo.
SEXUALIDAD CONFINADA. - Suele responder, como argumento feliz, Luqui García Palacios, con la frase ‘según encuestas no publicadas’, a fin de justificar sus argumentos, y como muestra de su sentido del humor, por demás inteligente. Lejos de imaginar la existencia de unas supuestas encuestas incapaces de salir a la luz, me encuentro con una que, siendo real y publicada en cierto periódico local, resulta de tan inquietante conclusión que, por ello, Luqui debería cambiar de argumento, pues, tras la contemplación de ésta que ahora me ocupa, resulta muy difícil que hubiera, bien guardadas, encuestas no publicadas. El asunto va de un trabajo desarrollado durante el confinamiento, acerca de la sexualidad femenina, por el Instituto Sexológico Murciano con motivo del Día Mundial de la Masturbación y bajo el lema ‘Tiempos de confinamiento, tiempo de masturbación’. Los resultados se recogen en un amplio reportaje que ocupa dos páginas completas en un periódico, con toda suerte de titulares y recursos, a lo largo y ancho de esas páginas. El titular principal que llama la atención reza así: ‘Mas de 55.000 mujeres de la Región, nunca se han masturbado’. Una conclusión que, debido a mi limitado conocimiento del asunto, no acierto a valorar si como buena o como mala, aunque, con toda sinceridad, opino que, en cualquier caso, es improbable que tal conocimiento resulte sustancial para la sociedad. Pese a este elevado absentismo sexual de la mujer, la encuesta determina un notable aumento de esta práctica individual durante el confinamiento. El 36% de las mujeres estima que la masturbación es un ejercicio importante, lo cual quizá tenga que ver con que el día 7 de mayo haya sido elegido, a nivel mundial, como el Día Mundial de la Masturbación, circunstancia que yo ignoraba y que, pese a ello, motiva la concentración de un montón de hombres y mujeres, testaferros de condición, y lo celebren. Es muy importante, también según la encuesta, saber que de los hombres apenas un 2% no acuden a la masturbación como consuelo sexual, mientras que las mujeres que renuncian a tan oscura actividad onanista representan el 25% del total. La encuesta se viene arriba en su aspecto sicológico y constata que hay hombres y mujeres que consideran el consuelo masturbador como un acto de bajeza moral, citando sus respectivos porcentajes: 21%, las mujeres y 12%, los hombres, lo cual demuestra una vez más el gran dimorfismo existente en la raza humana ¿Estimulaciones a diario? El 20%, chicos, 5%, chicas. Uff. Cosas así se recogen en el trabajo, y hasta se citan los tipos de juguetes sexuales al uso, desde el vibrador hasta un simple chorrito de agua. La realización de este tipo de estudio, tan meticuloso, es cosa de un ente privado, así es que nada que objetar a que cada uno que haga de su capa un sayo para gastar los cuartos en lo que le venga en gana a cada cual. Distinto sería que la encuesta hubiera sido realizada por organismo público y gasto a cuenta de los impuestos. No me negarán que las conclusiones son curiosas, pero, a fin de cuentas, dudo si la sociedad receptora de la noticia final podrá o no mejorar en sus andaduras, tan procelosas, surcando rumbos en direcciones muy abstrusas. Quizá tenga ahora, tras la encuesta, más ayuda para ello. Ahora bien, en la línea de este trabajo, yo no me sentiría tampoco alarmado de darse la circunstancia en la que en una encuesta (no publicada) se llegara a determinar el número de varones que cargan a la izquierda, lo cual, además de ser interesante para los sastres, sería de interés para los analistas políticos, a fin de ver si hay correlación entre los que cargan a la izquierda y los que votan a izquierdas. Y llegar a la posible conclusión de ‘dime dónde cargas y te diré a quien votas’.  Quizá no me haya tomado muy en serio la encuesta del ISM, pero es que no llego a ver qué beneficio pandémico tiene para una sociedad confinada, el mayor o menor número de gallardas con las que pudieran apañarse, en este caso, las murcianas.
EMPRESARIO DIEZ. - Acabo de recibir un video de Pablo Iglesias que, con un tono pretendidamente austero y tolerante -muy parecido al empleado cuando pidió disculpas por ‘no haberle roto la cara a los fachas con los que discute en televisión’-, en el que propone algo de extraordinario interés para las mujeres maltratadas y sus perros. Lo dice en un tono tan convincente que tal propuesta bien merece ser considerada tan insustancial como aquella con la que defendió esa otra, pasado el tiempo, al disponer que donde hay propiedad privada, hay corrupción, lo cual, y por cierto, no ha sido obstáculo para haber situado en el mapa, con toda pompa y circunstancia, a Galapagar.  Ni qué decir tiene que, aun respetando a las mujeres maltratadas y sus perros, tal propuesta, actualmente, desmerece, y mucho, frente a cualesquiera que provenga de un empresario democrático, de un empresario ‘diez’, de los buenos, de los que crean empleo y que con su actividad provee de fondos al estado a fin de que haya caminos, canales, puertos, sanidad y enseñanza gratuitas, así como poder repartir fondos de carácter social a personas cuya renta es mínima o que carecen de ella. Son mis favoritos, estos empresarios. Cada vez que oigo a un político de izquierdas decir que los empresarios solo quieren, con codicia, amasar el dinero de sus beneficios, me llevan los demonios. Es verdad que hay dos clases de ricos, buenos y malos (bah, también regulares). Los primeros son la clave del bienestar para el estado; los segundos, allá con sus asuntos y, gracias a Dios, que ya van quedando pocos de quienes tienen a resguardo sus cuartos y solo los gastan en función de los instintos de su ombligo. Respecto a los ricos buenos, los empresarios ‘diez’, es obligado referirnos a ellos de un modo cardinal, esto es, cifrando su contribución a los deberes del estado con números. Se puede hacer un cálculo aproximado de esta asunto, en función de sus obligaciones laborables en relación con la actividad desempeñada. El empresario es, en primer lugar, el mejor recaudador que tiene el estado. En bienes y servicios, el empresario desembolsa el 21% del valor de adquisición en concepto de IVA; se hace cargo de la parte empresarial de la seguridad social de sus empleados y del IRPF de ellos para girar directamente su importe al estado. Después, abona el 22% del impuesto de sociedades sobre el beneficio para, en fin, como contribuyente personal al estado, liquida sus beneficios al tipo correspondiente. Para entender lo anterior con cifras, hagamos el cálculo para una figurada actividad empresarial y una producción final de 100 euros, con beneficio estimado del 10%. El IVA final soportado 22- 11= 11%; SS, 12%; IRPF,6%. Y una ecuación final de las ventas más o menos, así. Ventas = Compras +Personal + Gastos Generales + Beneficio. Del impuesto de Sociedades, el empresario transfiere al estado de su beneficio (10), 2,2 euros, más su liquidación de la renta como sujeto pasivo (tipo del 40%), otros 2,5€. Su beneficio queda reducido a 10 – 2,2 – 2,5 = 5,3€. Al estado le ha pagado 11+6+12+2.2+2.5= 33,7€. El empresario ‘diez’ español, por cada euro que gana, entrega 6,5 al estado. Nuestro ordenamiento constitucional consagra la bondad del sistema de libre mercado y determina al empresario como actor fundamental del estado social de derecho. El empresario ‘diez’, no solo practica el ‘seis por uno’, sino que hace de recaudador para el estado, correspondiendo a éste distribuir el ‘tesoro’ de acuerdo con las mejores intenciones, sea de izquierdas o sea de derechas. Vistas las cosas con objetividad, resulta normal despreciar los argumentos de quienes cargan contra los que se suponen que son ricos, pues, sin ellos, a ver de qué manera podrían abastecerse las cuentas del estado y su posterior aplicación a las políticas pertinentes. Estas críticas, tan estúpidas, se caen por su propio peso sin más que considerar qué pasaría si empresarios como Amancio Ortega, en lugar de procurar decenas de miles de empleos se gastara sus cuartos en piulas.
LA DIFICÍL MODERACIÓN. - Si uno es de derechas, aunque a lomos de la moderación más inteligente, siempre estará más cerca de la derecha extrema que de la radical izquierda. Esto es, llegado el infausto caso de que la polarización política nos atenace, incluso más, de lo que ahora obliga, de cien posibilidades ofrecidas, en todas, siempre estaría más con VOX que con Podemos. Sin embargo, mis dosis de optimismo me llevan a imaginar otros horizontes, distintos del actual, donde las fuerzas políticas se dirijan en la dirección contraria, esto es, a la moderación del centro común de una política menos belicosa. Hoy echo en falta el modelo de gobierno de un PSOE social demócrata y un PP moderadamente liberal, frente al sesgo que están tomando las cosas, pues, ¿en qué demonios estamos, dando vueltas a que si VOX o a que si Podemos? Lo de la radicalidad de las izquierdas metidas por el PSOE en el gobierno tendrá perdón de Dios desde su propio interés, pero desde el imparcial punto de vista político es de cárcel total, de cárcel inmisericorde donde penar las contradicciones políticas, las mentiras y los desvaríos de hacer incumplimiento de las ofertas prometidas. Lo de VOX y sus banderas, y lo de Podemos y sus desprecios hacia ellas, no debe ser la imagen de España. Que Pablo Iglesias se haya infiltrado en el CNI es cosa de locos, y que día tras día haya gente poniendo a parir a la derecha en su gusto por administrar la bandera nacional, no me sugiere otra cosa que esta respuesta: hagan ustedes lo mismo, la bandera es tanto de ellos como suya, enarbólenla con orgullo y, de paso, olvídense de responder con la enseña republicana. Hay, de otro lado, un exceso de superioridad moral por parte de la izquierda, de lo que es ejemplo determinada circunstancia habida en el Parlamento de Andalucía. A ver si me aclaro, a ver si estoy perdiendo la chola y la imparcialidad a mochazos. Resulta que PSOE y Podemos se han encabronado tanto con la decisión gubernamental de nombrar a un señor de VOX presidente de la comisión para la recuperación económica y social de Andalucía que han dado un portazo a dicha comisión y se han retirado de la misma, como muestra de protesta. No doy crédito a mi imparcialidad, tiene cojones el asunto, si se compara con el bonito detalle que el gobierno de la nación ha tenido con el gallo Iglesias, colocándolo en el CNI, a fin de que esté al tanto de espías, jueces, fiscales e independentistas. O sea que los de VOX son unos mangantes y el galapagareño de corte venezolano, aguerrido luchador demócrata, santo inocente. Me pierdo en la imparcialidad, pero no me siento culpable. Simultáneamente al cabreo de la izquierda andaluza, la derecha en el Congreso de los Diputados, acepta (no sé si sin rechistar o no) que el diputado de Podemos, Sánchez Serna, se integre en la correspondiente comisión para el restablecimiento económico de España, tras los desastres de la covid-19. La derecha, en sus manifestaciones extremas, es menos belicosa que la izquierda. No puede comprobarse (lástima que sea imposible) pero de haberse dado la circunstancia inversa de la actual -que la derecha ejerciera el gobierno y la izquierda oposición- las críticas, las manifestaciones, los escraches actuales no serían mas que pintura en comparación con el fuego desplegado. Esto es seguro, por mucho que no se pueda demostrar y sí comparar con actitudes pasadas, en donde la izquierda llamó asesinos globalmente a las autoridades, sobre todo a la ministra en ejercicio, cuando lo del ébola que mató al perro Excalibur, y más cuando lo de la crisis de la malvada de la Hepatitis C. Cerca de 30.000 muertos es mucha más razón para llamar asesinos, que la razón del cadáver de un perro. Tengo el convencimiento de que la radical confrontación que asola a España tiene en Sánchez, en sus mentiras y cinismo, su responsable. Pero, ojo, no es tiempo de pedir dimisiones en el gobierno. Ahora no. Todo llegará.
LOS INFORMES DE PARTE. - Comprenderá el lector que, ante el mogollón de informaciones volando a todo tren en los medios informativos, presente mis reparos ante la profusión de opiniones interesadas que toman sus respectivas justificaciones en lo que, comúnmente, llamamos ‘informes de parte’. Todos sabemos que esos informes, como su esclarecedor nombre indica, de qué parte están. En la actual situación de España, ahíta por los rigores de la pandemia y, aún más, por la extraordinaria escalada política de una terrible confrontación, sin duda, avivada su fuego por mor de la eclosión indeseable de tantos partidos concurrentes, a uno y otro extremo del espectro político, las declaraciones de los políticos cuentan, siempre, con el interesado apoyo de un elíptico informe de parte. Hacen (los políticos) sus propuestas y se quedan tan panchos, lo cual no es sino parte de un peligroso proceso mitómano por el que se es capaz de asumir hasta las propias mentiras. Días pasados, en una tertulia radiofónica, me sale un payo y me echa en cara (soy de derechas) que la corrupción en España, mueve al año 90.000 millones de euros. Dicho así, con dos cojones. Me limité a decirle que eso era una mentira como un castillo, una gran y monumental mentira, retándole a que en el siguiente programa demostrara lo que, para mí (y para lo más aproximado a la verdad), era una flagrante mentira. Llegado el siguiente programa, nada dijo sobre el particular, lo cual que fue mejor para él, pues yo había investigado la procedencia de la disparatada cifra. Resulta que, en 2018, el grupo europarlamentario de los Verdes/Alianza Libre Europea, constituido por 52 eurodiputados, publicó el informe ‘Los costes de la corrupción alrededor de la Unión Europea’ y en lo que respecta a España, las prácticas corruptas suponían esos 90.000 de euros al año. Animado por una agitada indignación intelectual, pude comprobar que los métodos utilizados por esos guerreros anti desarrollistas carecían de seriedad económica alguna, pues sus mediciones de los niveles de corrupción en el sector público eran obtenidas mediante la realización de encuestas directas a los ciudadanos y de un cierto indicador ‘riesgo de país’, calculado en función de las probabilidades de tener que realizar sobornos y otro tipo de corrupción incrustada en el sistema político. En resumen, lo de los 90.000 millones no era otra cosa que el uso retorcido de unas cifras ofrecidas por un trabajo publicado por el Parlamento Europeo. Causa bochorno que estudios así salgan a luz, y más para aprovecharse de que, en los últimos barómetros publicados por el CIS, la corrupción y el fraude se convierten en el tercer mayor problema existente en España. Lo cierto es que, debido a la naturaleza ilícita de la corrupción, ésta es difícil de detectar y medir. Sin embargo, si de llegar a estimar el montante de la corrupción en España, de acuerdo con la evidencia de que, en efecto, existe, podríamos estar en sintonía de lo que El economista.es estima respecto al coste de la corrupción en España: ‘Más de de 7.500 millones saqueados, desde 1978 hasta 2016’. Claro que, después, habría que añadir lo de los ERES andaluces, que no es moco de pavo. Compare el lector estas últimas cifras con las de los ‘imparciales’ verdes/aliados/ libres/europeos, y de seguido, con gran consternación, vengamos en lamentar hasta donde se puede llegar propagando disparates. Pero, Dios mío, ¿en manos de quién estamos dejando la faena de gobernar nuestras ciudadanas conciencias?
CATORCE. - Los españoles son iguales ante la Ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra circunstancia personal. Así lo especifica el art. 14 de la Constitución Española. No se trata ahora de discutir la objetividad de la Ley de Violencia de Género, pues aprobada y practicada como lo está, apenas merece la pena cuestionar si tal encaje procede o no. Lo que sí merece consideración es determinar que su aplicación conduce a situaciones manifiestamente injustas. Como consideración previa, puede comprobarse que, en la legislación que regula la defensa de los derechos de propietarios afectados por la ocupación ilegal de sus viviendas, las resoluciones de los jueces provenientes de la aplicación legal de esa normativa, se producen, no en el momento de la denuncia por parte del afectado, sino una vez resuelto -aunque eso requiera largos periodos de tiempo- el contencioso en el juzgado mediante sentencia judicial. La explicación política, social y humanitaria del proceso, que así se sigue, proviene de una actitud legislativa que da prioridad a los más débiles (por mucho que, ahora, los okupas, más que debilidad lo que demuestran es falta de escrúpulos a mogollón). No ocurre tal circunstancia en la aplicación judicial de los pormenores que entran en el juego de la violencia por razón de género (¿por qué hablamos de género cuando lo que se quiere decir es sexo? sino todo lo contrario: basta que una señora denuncie, para que, de inmediato, sin esperar a que una investigación objetiva determine los pormenores de esa denuncia, el juez dicte orden de alejamiento para el sujeto denunciado, siempre y cuando se trate de la denuncia de la mujer contra el hombre; en caso contrario no hay cuestión, y en el caso de hombre contra hombre, o mujer contra mujer, no tengo idea de lo que se derivaría de una eventual denuncia. Hace unos días, en Cieza (la de Murcia, no la de Cantabria) una mujer denunció que su ex pareja la había maltratado cruelmente en el momento en que éste fue a buscar a la hija que tienen en común, por haber sido objeto de vejaciones y amenazas físicas. El juez, ipso facto, dictó orden de alejamiento; más, por fortuna para quien resultó ser falso maltratador, el mancebo de la Farmacia sita en el bajo del domicilio de la denunciante, observó, y así lo declaró, que la entrega de la niña se hizo en tono de familiaridad evidente; el padre del denunciado, saludando afectivamente a su ex nuera, la niña feliz y todos tan contentos. Posteriores investigaciones sobre el caso descubrieron que la denunciante en cuestión era más mala que la quina; se le encontraron en el móvil unos malvados mensajes enviados a su expareja: que si te voy a denunciar, que si voy a destrozar tu vida, y otras lindezas gratuitas del estilo. Sucede que ahora lo que priva en las legislaciones de todo el universo mundo, su gran descubrimiento, es que la palabra de la mujer es dogma de fe indiscutible y que, de ella, hay que dar estricto cumplimiento. Una cosa es que la mujer haya estado relegada atávicamente respecto al hombre, con sus derechos y deberes, y otra dar oportunidad para que, dicho sin ambages, pueda darse una patada al contenido del artículo 14 de la CE y a los que se pongan por en medio. Acabo de leer las Memorias de Woody Allen, he repasado los pormenores de la denuncia de que fue objeto por su ex novia Mia Farrow y sucede que ningún juez lo condenó por abusos sexuales. Es la única acusación de este tipo que ha sufrido este gran director de cine, pues nadie de las 106 actrices protagonistas de sus películas (¡ninguna!) ha formulado contra él acusación alguna. Mi opinión es que Allen no es un depredador sexual, y sí víctima propiciatoria, desde hace 28 años, de las artimañas utilizadas por Mia Farrow para con Dylan, hija de ambos. Vaya, toda una cabronada tipo art. 14, pero versión americana.
LA CALLE ES MÍA. - Cuando en 1976, Fraga Iribarne acuñó aquella frase de ‘La calle es mía’, lo suyo no debería ser calificado más que como una fanfarronada y algo mucho menos pretencioso que lo de Pedro Sánchez cuando, en modo interrogatorio y pillín, dijo ¿De quién depende la Fiscalía?, pues, de seguido, la fiscal general de estado, si no siguió instrucciones precisas del gobierno, lo cierto es que, por lo parecido, resulta difícil discernir si en sus providencias hay independencia o no. Un montón de años después, siendo presidente del gobierno Mariano Rajoy, el entonces jefe de la oposición, Pedro Sánchez, sin ánimo alguno de crispar, por supuesto, le espetó a don Mariano -también en modo interrogativo- esto ¿Es franquista, posfranquista o fraguista, eso de la frase ‘La calle es mía? Sin esperar respuesta, el hoy presidente, con la autoridad que le otorga la ya legendaria ‘superioridad moral de la izquierda’, afirmó: ¡franquista! Franquista o no, lo cierto es que nadie puede arrogarse, en democracia, tal propiedad, así es que, ausente Fraga de la política y del mundo, uno llega a pensar en lo imposible que sería por parte de político alguno, no ya sugerir la metáfora que tiene en la propiedad callejera su sustento, sino dar testimonio público de que, realmente, la calle es suya. Pero no. Me voy a ir a las inmediaciones de la calle de Riomonte en La Navata, de Galapagar, donde el heterodoxo más genial de la política, Pablo Iglesias, se ha hecho fuerte allí, asistido por fuerzas, coches y patrullas de la policía nacional, las mismas que ayer permanecían en sus cuarteles, ajenos a la dispensación medicinal, en forma de jarabe democrático, que el aguerrido adalid de los pobreticos suministraba en radicales cucharadas a los, según él, enemigos de la democracia, los de la derecha cruel y sanguinaria, de casta cobarde, utilizando el paliativo método del escrache, como castigo, y al tiempo, medicina solidaria para acabar con quienes, igual que hugonotes reconvertidos,  deberían alcanzar las glorias de la izquierda ¡Un chalet bien vale sus principios! Sin embargo, Tino, el del modesto bar de Vallecas, el panadero, el frutero y el vendedor de cupones, ayer tan queridos por el señor de Riomonte, asisten confundidos a la carrera por éste emprendida, de tan opuesto signo a lo que, antes de figurar entre los prebostes de La Navata, predicaba por plazas y calles, sin miramiento alguno hacia quienes, para él, no eran sino parásitos. La diferencia entre Fraga y Pablo Iglesias es que, para el gallego, su imaginación lo llevaba a creer que suya era la calle, mientras que el galápago de nuevo cuño, sabe que la calle es suya. Lo cual no es sino la sutil diferencia entre pensar y saber. Así es que meditando acerca de la insólita circunstancia por la que los ministros, señores de Iglesias, se ven protegidos por las fuerzas del orden, alineadas a lo largo y ancho de su residencia en Galapagar, me da por pensar qué es lo que hubiera sucedido en cualquier ciudad de España si la policía local hubiese dispuesto sus defensas para impedir los agudos escraches continuados propinados a los alcaldes de  derechas por las cofradías de las santísimas congregaciones comunistas, un día sí y otro también. Quizá de haberse dado el caso, los Iglesias dirían que esos policías eran ‘matones al servicio de los ricos’. Un montón de alcaldes fueron agredidos e insultados, algunos de ellos, con sus familias, tuvieron que ir a dormir fuera ¡Qué escandaloso es el embudo político de algunos! Y, por cierto, leo en Google que en las Islas Galápagos hay un intruso: el Sphenicus Mendiculus, una especie de pingüino, que lejos del hábitat natural de los de su clase, la Antártida, se adaptó a vivir en esas islas, donde viven las tortugas. Y yo digo ¿No es más natural que los pingüinos vivan con los pingüinos y que los galápagos vivan con los suyos en su galapagar?
EL DISPARATE. - Propongo al lector que repare en el nuevo dislate político, relacionado con la solicitud del gobierno cántabro a la CHE de 5 hm3 procedentes del Embalse del Ebro para abastecimiento, El gobierno de Aragón se opone a esa transferencia, por dos razones, una porque sigue creyendo que el rio Ebro es suyo y, dos, por sus propias y legendarias narices; las mismas que le valieron para poner sobre la mesa, con éxito, que, en su Estatuto de Autonomía, figure una reserva hidráulica para su territorio de 6.500 hm3 al año.  No es necesario que el lector calcule el % de lo que solicita Gochicoa, en nombre del gobierno cántabro, respecto a esa reserva hidráulica aragonesa; yo la escribo, 0,07%. Solo por lo cardinal del asunto, Aragón debería hacérselo mirar. Sin embargo, la petición de Gochicoa adolece de tres debilidades en sus argumentos: ‘es de justicia’, ‘el abastecimiento es prioritario’ y ‘dos terceras partes del embalse del Ebro están en Cantabria’. Para justificar el suministro que se reclama, ninguna de las razones va más allá de la ingenuidad política, si se toma como referente que el agua y sus riquezas carecen de dueño, puesto que esa propiedad es exclusiva del Estado. Al principio hice alusión genérica a los disparates y creo obligado justificarlo con el ejemplo que hoy nos da, de nuevo, el pueblo aragonés. Resulta que cuando Zapatero llegó en 2004 al gobierno, en tres meses y mediante decretazo, tiró por tierra el Trasvase del Ebro, cuyas obras estaban recién comenzadas. Aragón organizó un frente de fuerza impresionante, aduciendo que el trasvase terminaría con la riqueza de Aragón, y unidos a la fracción más verde que te quiero verde de España y la del propio Aragón, forzaron que la auténtica verdad política estaba en determinar que 1050 hm3 trasvasados desde el Delta eran malos de toda maldad para todos (y todas). No contento con esta manipulación, los aragoneses, haciendo gala de lo tozudos que son, incluyeron en su Estatuto de Autonomía la reserva de 6.550 hm3/año. Y si tal cantidad debiera erizar los pelos y clamar contra el Cielo, quienes admitieron horror por aquellos 1050 hm3 en la desembocadura del Ebro, callaron y aceptaron que un volumen seis veces mayor que aquella criminal cifra no era para tomárselo tan a mal. Desde luego, el Ebro parece de los aragoneses, pues ni unidad de cuenca, ni cristo que lo fundó, son razones suficientes para que, en lo político, se determine que Zaragoza no es el ombligo de ese río. Hoy, solo faltaría que el gobierno central, por medio de la CHE, pusiera de rodillas al gobierno de Cantabria, solo por el hecho de que la toma del volumen solicitado pertenece a una cuenca hidrográfica en la que no se encuentran los territorios a los que se quiere abastecer. Cantabria por la disposición orográfica de sus tierras, tan fantásticas y de belleza cuasi infinita, no dispone de muchas posibilidades para hacerse con las reservas hidráulicas que en otras regiones sí es posible. Hace años, lo del llamado Bitrasvase fue una buena operación, pero condicionada a devolver los caudales en distintas estaciones del año. Esta concesión política, habilitada por los caudales circulantes en el Pas y el Besaya, ya me hubo parecido una solución rácana y, en efecto, hoy la operación retorno hasta el embalse del Ebro, no se realiza. Terminaremos con un cálculo sencillo, a fin de determinar numéricamente el disparate tan espectacular que se contiene en el Estatuto de Autonomía de los aguerridos aragoneses. Si 1.329.000 aragoneses disponen cada año de 6.500 hm3 de agua, su dotación por habitante y año es de 4.891 m3. Puestos a dotar a cada uno de los 44, 7 millones de españoles con la misma cantidad, nuestras reservas hidráulicas deberían ser de 218.600 hm3: esto es, cuatro veces la capacidad del sistema de embalses de España. O si se quiere, 3600 nuevos embalses de regulación más. Esto de los aragoneses y el Ebro debería arreglarse ya, por mucho que la Plural España, sea tan plural.
ON LINE. - El futuro se nos ha echado encima, ya está aquí. Lo que se barruntaba habitual para dentro de unos años, es una realidad que nos ha cogido desprevenidos. Cuando la mayoría de la población, ya talludita, estaba en disposición de pasar a la lección que sigue a lo de on-off, la telemática, en forma de meteorito veloz y furioso, se ha adueñado de nuestras costumbres. Nos hemos puesto, los mayores, casi de repente, a la altura de esos jóvenes, niños y bebés de chupeta, que saben darle al dedo para proveerse de información. Quienes hemos hecho del lápiz y bolígrafo nuestros elementos básicos de trabajo, nos vemos hoy obligados a verlos como chismes del pasado; ahora la cosa va de pantallas y aplicaciones. La pandemia nos ha llevado a practicar el modo de trabajar a través de internet, nos hemos hecho expertos en el teletrabajo y es posible que esta experiencia tenga ya poco recorrido hacia atrás. Una vez superada la emoción de poder establecer conversaciones con los compañeros de trabajo, jefes, colegas o subordinados, hemos podido comprobar que casi todo lo que se hace en la oficina, es posible hacerlo en casa, Esto es algo extraordinario, desde luego. Cincuenta días sin poder pisar la calle (algunos, bastantes más) es tiempo suficiente para poder cabalgar sobre el futuro y sobrepasarlo fácilmente. En todo caso, sí que es preciso reflexionar con los datos que nos explican cuál ha sido el derrote telemático de las cuestiones on-line en la Enseñanza. A falta de cifras más concretas, me cuentan que el número de suspensos en las distintas facultades y escuelas universitarias ha disminuido en torno a un diez por ciento. Me parece escaso margen para las facilidades que el sistema ha proveído para profesores y alumnos. Mi amigo Prístino, el de la pastinaca del espigón de más allá, me cuenta ufano que ninguno de sus hijos, este curso y al contrario de los anteriores, han sufrido suspenso alguno (se habrán hecho más listos, le digo). Claro que él mismo reconoce haber participado en el examen on-line de una de sus hijas en edad universitaria: Hicimos el examen juntos -dice- sin problemas, pues me cuidé de no aparecer en el monitor del ordenador, dispuesto en ‘modo on-line’. Esto de los exámenes on-line es cosa de meditarlo a fin de encontrar el modo de evitar las trampas que, en este sistema, son fáciles de toda facilidad. En determinada universidad española, de alto índice de competitividad, en cierta asignatura ha sucedido -y no tanto por la bondad con la que la cátedra se emplea normalmente- que la nota media del curso ha resultado ser, nada menos, de 9,2 (sobre 10); no ha suspendido alumno alguno y, claro, a la vista de los dieces obtenidos por  25 alumnos (más de 9,5, son 63, y sobresalientes, otro montón), algunos de ellos han llegado a la conclusión de que son merecedores, ya que estamos, de la matrícula de honor: a ver cómo se torea esto. Como consecuencia de estos resultados, el reducido grupo de alumnos que decidieron no presentarse al examen, es posible que estén tirándose de los pelos. Los antecedentes de los resultados de la asignatura en cuestión nos dicen que el número de sobresalientes respecto a años anteriores ha subido desde el 20% hasta 65%, y el número de suspensos bajó desde el 18% hasta el 0. Es evidente que esto merece una reconsideración, pues los resultados de este curso, seguro que no reflejan la realidad competitiva de los alumnos. No digo que se le nieguen méritos a la generalidad de quienes han logrado este curso mejorar sus calificaciones, pero sí debo plantear que las autoridades docentes deberán implantar medidas para que los exámenes seguidos por ordenador hagan más difícil las trampas por las que el alumno puede valerse. Es justo y necesario que así sea, pues los conocimientos adquiridos por los jóvenes en la universidad, han de ser el instrumento eficaz para que la sociedad mejore.
PUTIN, IGLESIAS Y HASTA FRANCO. - Vladimir Putin es de esos rusos que recién advenidos a la democracia no se chupa el dedo. Ha sabido aprovechar las circunstancias para, mediante una conveniente consulta, agenciarse nada menos que la posible continuidad en el poder hasta 2036. Esto, hace un par de años y no ahora, hubiese supuesto una crítica radical por parte de Pablo Iglesias, entonces enfrascado en su cruzada contra la casta política a la que había que desbancarla del poder. Mas hoy, el señor de la coleta, ha callado como si lo de Putin fuera una maniobra democrática destinada a librar al pueblo ruso de las maldades terroríficas que la derecha es capaz de practicar. El resultado obtenido por Putin no deja lugar a dudas: apoyo del 78% con una participación del 65%, si acaso algo rácana pero suficiente para demostrar que el apoyo a Putin es amplio y suficiente. En el caso de Iglesias, la pandemia le ha permitido hacer una maniobra astuta a fin de proteger sus intereses. Para ello convocó la Tercera Asamblea Ciudadana Estatal para mediados del anterior mayo de forma telemática, como es habitual en estos casos, y aunque la participación fue lamentablemente escasa, 11%, logró el apoyo del 92% de la militancia, cifra que le vale para exhibir el orgullo podemita sin que le cause resquemor alguno la mísera participación habida. Estos caudillos de la democracia moderna como Iglesias, no valen para las consultas ni la mínima parte de lo que Franco lograba con las suyas. Eso si que eran victorias aplastantes, referéndum convocado, referéndum que arrasaba con resultados rotundos. El último de ellos, hacia 1966, con lo de la Ley Orgánica del Estado y con una participación del 89%, obtuvo la aprobación del 96% de los votos (claro que, a la vista de estas exageradas cifras cabe la duda de si los que votaban sí, lo hicieron bajo vigilancia policial, aunque no lo creo). Eso sí que era una adhesión inquebrantable y no la miseria de ahora, por mucho que con ella se haya beneficiado (con la cara más dura del mundo) de la prohibición de poder seguir en lo alto de su partido por tiempo indefinido y, lo que ya raya en el esperpento, eliminar la historia de los tres salarios interprofesionales con los que arengó a sus huestes y las arremetió contra los ricos, haciéndoles ver que los ricos son los malos que se dedican a recortar derechos de los pobres y les quitan el pan de ellos y de los suyos. Menuda hipocresía que tiene que ver con el meollo de una casita de campo a pagar en veinticinco años y cuyo mantenimiento requiere no el sueldo de seis salarios mínimos sino el de veinte o más. Esto de Iglesias ha de explotar cualquier día, será inevitable, pues cae con reiteración en los supuestos vicios de aquellas circunstancias ayer denostadas, y no solo olvidadas sino practicadas con lo más fuerte del cinismo político. Caerá, sin duda, dejando la vergüenza a rastras, doblada o rota sin misericordia, si bien dentro de una casa casposa, lejos de aquella Vallecas a la que simulaba adorar.  Bastará para ello que ese reducido montón de seguidores den de lado a lo preferente que es el odio visceral a los enemigos de Iglesias y pongan el foco en lo que realmente éste representa, el de un falsario, cuyo cúmulo de contradicciones carece de paragón alguno. Cada vez más me convenzo más de que el carácter chulesco y agresivo de este individuo no es más que la fachada artificiosa de una coraza de carácter defensivo frente a lo que se viene encima. Debería pagar el precio de haber instalado el odio entre los españoles. Debería desaparecer. No es de recibido que, en España y, en pleno siglo XXI, tengamos al comunismo morando en un rincón de nuestra bandera.
DEBERÍA IRSE. - No ofrezco duda alguna de que soy de derechas, de derecha moderada, eso sí, y sin embargo en tres ocasiones fui votante del PSOE, más por razones de índole personal que por cuestión de doctrina, pero voté. Pero con Pablo Iglesias la cuestión política se ha enredado de tal manera para mí, que vivo trastornado las circunstancias habidas desde que, en 2011, este caudillo de la violencia ideológica apareció en nuestras vidas. He vivido con desesperación los logros políticos alcanzados por su partido a partir del espectacular ascenso de 2015. Desde su llegada he tenido la impresión de que ahora somos todos enemigos, de los unos y de los otros. Parece como si el pacto de progreso firmado por los representantes políticos de la generación del cambio, artífices del trascendental trueque de la Dictadura por la Democracia que hoy disfrutamos, fuese un paso en falso; como si aquella renuncia de Felipe González al marxismo, a fin de construir una social democracia lejos del marxismo, fuera una trampa; y como si el bipartidismo que Partido Popular y PSOE formaron para dar alternancia y consistencia a los gobiernos hasta la violenta aparición de Podemos y su consecuencia letal, el multipartidismo, no fuera sino un truco antidemocrático para domeñar la voluntad de los españoles.  Muestro mi radical postura frente al comunismo que se integra en el gobierno actual, de pésimas condiciones y que ha necesitado hasta de la celebración de cuatro Elecciones Generales en cuatro años. La mano de este mentiroso compulsivo, chulesco en sus manifestaciones y agresivo en su discurso es la que mece la cuna de este gobierno que, lejos de mostrarse como valedor de la doctrina socialdemócrata que lo validó como gobierno oportuno para los españoles, hoy se ve sometido al irritante rumbo que marcan los podemitas de Iglesias. Claro que continuar por el camino que señaló el insensato Zapatero para revalidar viejas pendencias de una guerra civil, cuyas diferencias hubieron sido bien eliminadas muchos años antes, fue fácil para Pablo Iglesias, una vez subsanadas, en el corto espacio de una noche, sus terribles diferencias con Pedro Sánchez, ese árbitro fulero de la conciliación. No solo es mi deseo, sino una propuesta que ha de beneficiar a España: que Iglesias desaparezca. Este ladino señor, capitán de las contradicciones más groseras, no tiene un pelo de tonto (aunque el plumero con el que se adorna es ya escandaloso) y echó mano de esa democracia interna, tan oportuna,  para organizar, en mayo, una Asamblea Ciudadana Telemática y blindar su poder en el partido. Deberíamos suponer que la debacle electoral, casi sin precedentes (Galicia y País Vasco), era cuestión previsible para los cálculos del propio Iglesias, como así ha sido. Fíjense en las cifras que se desprenden del apoyo ‘masivo’ que le dio la militancia. Fue elegido gerifalte superior de Unidas Podemos con el 92.19% de los votos (Bah, Franco salía por más) pero la participación se redujo al 11% del censo electoral, lo cual significa que de toda la militancia (516.492 votantes), ¡solo tiene el apoyo del 10,6%!, esto es, 54.577 valientes e inquebrantables partidarios de su entronización. La conclusión es que 461.915 militantes de Podemos, o están en contra de Iglesias o les importa un bledo su liderazgo. Esta cardinalidad tan exagerada debería desautorizarlo, siga o no siga en Galapagar (esto es otro asunto). Echando un vistazo hacia atrás, sin necesitar de viajar mucho en el tiempo, resultados muchísimo menos dramáticos que los habidos por las coaliciones moradas, precipitaron la dimisión de los responsables políticos. Ejemplos: Rubalcaba y Rivera. El colmo de la chulería de este señor sería no poner el cargo a disposición de ese diez por ciento de militantes que le dieron su apoyo. El resto, los del noventa por ciento, seguro que lo verían con buenos ojos. La verdad, jamás llegué a tener que pedir la eliminación fulminante de alguien a quien considero rival en lo político, pero deseo con todas mis fuerzas que el señor de marras desaparezca cuanto antes de la escena política. Y, ya que estamos, no vendría mal que salieran del gobierno él y sus ministros, a fin de que el PSOE volviera a la senda de la social democracia y pidiera al PP leal colaboración para superar la legislatura.
DEAL. - El notición de la semana, se mire como se mire, es que Europa, menos mal, se ha mostrado capaz de resolver un problema de mucho nivel, tal que, de no haberse llegado a un acuerdo, el futuro de la Unión no podría haber sido más funesto. Deal (acuerdo) fue la mágica palabra que, ya de madrugada, pronunció el muy aliviado presidente del Consejo, Charles Michel, una vez puesto de acuerdo a los unos, los otros, a Merkel y Macron. La mutualización de las transferencias (préstamos y subvenciones) es muy buena noticia para España. Pero, señores, en España ¿Qué está pasando? Pues que el gobierno tiene el compromiso electoral de derogar la Ley de Reforma Laboral (la que inventó, entre otras buenas cosas, los ERTES) y esto no es asunto baladí pues, además del compromiso formal que hay entre los dos partidos integrantes de este gobierno, socialistas y comunistas, hay otro de corte mucho mayor y de signo espeluznante, pues espeluznante es tomar en consideración todo aquello que exigen los enemigos declarados de España, tal es la exigencia de Bildu respecto a que ‘hay que derogar en su totalidad la Ley Laboral’. Desde Bruselas nos dirán que de eso, nada de nada y, es más, no solo se nos va a exigir el mantenimiento de la Ley, sino que deberemos añadir cláusulas de mayor rigor al que el articulado anterior nos obliga. Esto de pertenecer a un club como el europeo no resulta nada compatible con la aplicación de ideas comunistas. Algo debe reformarse en este gobierno. Un gobierno con protagonismo comunista, donde los cinco ministros que lo integran, no se privan de poner en solfa las mismas cuestiones que, antes de gozar del poder otorgado, argumentaban como activistas encarnizados en la brega política. Quizá, el presidente Sánchez debió matizar el ingreso de estas personas al modo en que Mitterrand, en su día, resolvió la integración en su gobierno de tres comunistas. No he nombrado a tres ministros comunistas -dijo- he nombrado a tres comunistas ministros de mi gobierno y me deben lealtad. Bonito y explícito juego de palabras, el suyo, desde luego. No deja de sorprender, y mucho, la nueva propuesta del gobierno que, por medio de ese activista reciclado a político que es Pablo Iglesias, formuló, ayer o anteayer, como proyecto de ley integral para indemnizar a las víctimas del franquismo, creando una campaña que contemplaría establecer el derecho a la reparación moral y económica de las víctimas del franquismo. El ministro holandés, ése que no se fía del destino que les vamos a dar los cuartos de los fondos europeos, mutualizados o no, como pedimos, se va a descojonar. Aprovechar las ayudas de los 27 que, tras tensos debates, han otorgado a los países miembros, para condenar el golpe de estado y poner patas arriba lo conseguido en la Transición política, ahora, en plena pandemia, en plena crisis y desconcierto económico es, desde luego, sin necesidad de meter al Rey Emérito por medio (por cierto), toda una estupidez comunista, llevada a cabo por lo que parece ser un loco desatado. Los exigentes estados ‘frugales’ nos estarán mirando con lupa. En fin, llegado el caso, lo más conveniente, sin duda, sería apartar a Iglesias y sus muchachos del gobierno, a cambio de un pacto de estabilidad con el PP para tres años y como medida profiláctica para hacer frente a las condiciones que la Unión nos establezca. 140.000 millones de euros (el equivalente al 11% del PIB español) en seis años, de esta cantidad, 72.700 millones en calidad de subsidios, y el resto a préstamos, no es para jugar a las batallitas comunistas.
MIENTRAS. - Mientras a la hora en que esto escribo, la conquista de Marte se recrudece (una vez más) y da comienzo para los americanos, excitados, y tan combativos, y atizados por la doble anticipación de excursiones espaciales hacia ese planeta, emprendidas por chinos y árabes del Emirato, en España seguimos dándole vueltas a la feliz circunstancia por la que la UE ha procedido a un auxilio de carácter extraordinario a éste nuestro país. A mí se me hace difícil entender que la aportación del presidente Sánchez haya sido, no solo decisiva, sino meramente positiva, dentro de la actuación conjunta de los jefes de estado; de todos, de los de los países necesitados y de los sobrados al modo frugal. Opinión, por cierto, muy distinta a la que, en el Congreso de los Diputados, expresaron de modo grandilocuente, entusiasmados, los diputados y senadores del PSOE, en su avalancha laudatoria hacia el presidente, a quien, sin duda alguna, consagran como el pilar principal sobre el que se sustentó el fuste que representa a toda la Europa global. Supongo que, en esto -y en lo de Marte- habrá divisiones oportunas entre unos y otros, a fin de no dar tregua al ambiente crispado que, entre los políticos, y en colaboración con la pandemia, es el pan nuestro de cada día. Mientras, también, el Deportivo de La Coruña se agarra al cabo ardiendo que el coronavirus cabrón ha puesto en tela juicio la legalidad de la confrontación de la postrera jornada en la Liga de Segunda B, y nos tiene a un montón de futbolistas enfrascados en que sí y en que no, lo del Depor es sucedáneo de artimañas para no descender. Entonces llega VOX y saca la pata del banco para amagar con una moción de imposible censura que lo único que pretende es advertir a la gente de derechas que el verdadero enemigo de la izquierda es VOX, identificando a los bandos (izquierda y derecha) como enemigos, lo cual no es solo improcedente, sino todo un gran disparate pues, ciertamente, las lides políticas han de verificarse, no sobre la enemistad sin límites, sino en la convivencia pacífica de unos y otros reflejada en posiciones firmes pero no agresivas. Desde la derecha, los objetivos no han de fundarse en el ataque total (eso sí, lo de Iglesias es todo un disparate inaceptable) sino en la proposición reglada de objetivos entre los unos y los otros. Y simplificando el debate a una sola alternativa: gobierno de derechas o gobierno de izquierdas. Y los americanos que se llevan un todo terreno a Marte (tracción en las cuatro ruedas, quizá) y el Depor que no quiere bajar -toma y yo no quiero que baje el Racing, no te fastidia-, pero es que no vale llorar como el moro de Granada lloró ante su pérdida, ‘lo que no has sabido defender en toda la temporada, no me vengas ahora a reclamar por un quítame esas pajas que ese par de individuos, Rubiales y Tebas, se han sacado de la manga. En lo de Marte, si eso es una competición, que ganen los americanos; de los chinos no me fio un pelo y menos de los de los Emiratos, gente con tanta pasta que asusta. Los USA, siempre, han sido unos colaboradores necesarios. Cuando se los ha requiere, en extremas situaciones, acuden ¿Ejemplos? Primera y Segunda Guerra Mundiales, la Guerra de los Balcanes y el Iraq (si bien en estos frentes no anduvieron muy finos), cuando las matanzas de hutus y tutsis, en Ruanda, y, en lo particular, cuando pusieron firmes a los marroquíes en la isla Perejil. A los argumentos del Depor no les doy enjundia, sobe todo porque, ¡casualidad!, en 1991 su ascenso a Primera se produjo tras un incidente en la última jornada (incendio provocado por alguien en Riazor) que le dio la oportunidad, durante 48 minutos, de saber cuáles fueron los resultados finales del resto de partidos. Si el rival perjudicado, el Real Murcia, hubiese argüido las mismas consideraciones que ahora ejercita el Depor, quizá habría provocado la descojonación que hoy, por el contrario, no se produce. Y, a todo esto, por si fuera poco, tras el descalabro podemita en Galicia y País Vasco, Tezanos, una vez más, vaticina el crecimiento de Iglesias, su coleta y su ‘si ayer dije esto, hoy no me acuerdo’, Mientras, yo esperando que la covid-19 me permita ir a Santander, como cada año.
HYDE Y JEKILL. - Hace tanto tiempo que ya casi no me acuerdo de nada de la novela de RL Stevenson sobre el doctor Jekill y el señor Hyde. Sí, de qué va. Dos personajes; uno, Hyde, malvado a más no poder, y el otro, Jekill, médico y respetado ciudadano. La particularidad de estos dos personajes, del todo antagónicos, es que se corresponden con una misma persona. Jekill es Hyde; Hyde es Jekill. También, en la tradición escocesa novelística, encontramos a James Hogg, cuyo más lucido personaje resulta ser un tipo que, animado por el mismo diablo y por su condición luterana (los elegidos de Dios, jamás merecerán el castigo divino), se convierte en un asesino borracho. Por último -y éste es un personaje real- William Brody, modélico ciudadano de siglo XVIII, concejal de su ayuntamiento, ejemplo de conducta cívica durante el día, quien de noche se convertía en un ladrón, de cuyas trastadas nadie se enteraba, ni siquiera sus dos amantes, con las que tuvo cinco hijos. Escribo esto para advertir al lector de que, por mucho que uno intente clasificar las cosas que determinan la objetividad con que se pretende observarlas, nunca podrá afirmarse, con seguridad, que, uno de cualesquiera de los puntos de vista empleados, resultaría válido para la objetiva determinación que viene a cada caso. Lo del Rey Juan Carlos es toda una evidencia de lo que quiero expresar. Un Rey modélico en su actuación como conductor de una monarquía democrática como no ha habido otra, y, al tiempo, un hombre de desaforada bragueta en lo íntimo de sus circunstancias. Lo que más me interesa expresar, en este momento tan infeliz para la monarquía, es lamentar en lo más profundo, que tales circunstancias vengan de perlas a señores como Iglesias, cuyo afán es dar carpetazo a los postulados democráticos enunciados y aceptados por todos en 1978, justo cuando yo, aquel año, junto con un montón de personas, carecíamos de sentimiento monárquico. Lo de la monarquía nos traía sin cuidado, pero el transcurrir de 39 años, en donde no hemos tenido necesidad de votar a un jefe del estado para garantizar la democracia, imparcial, y adecuado representante feliz de todos los españoles ante el mundo, nos ha convertido, a ese montón, en profundos monárquicos. Y, desde luego, la razón de ello es Juan Carlos. Tómese nota de ello, pues fuera del aguerrido grupo republicano que amenaza el orden constitucional, (estoy por asegurarlo) es donde está la mayoría de los españoles. En el otro orden de cosas, en el de la nocturnidad que afecta a ese otro Juan Carlos, el follador impenitente, no soy de quienes estarían dispuestos a admitir contemplaciones, del tipo estúpido, a más no poder, como el que pretende justificar las historias del rey aludiendo a su condición de borbón, y la afición de estos por asaltar camas. No hay historias de braguetas sueltas y pendones inteligentes que haya acabado bien. Lo del rey -en su nocturnidad, insisto- ha sido una historia de éstas. Lo de los cuartos, para él, carece de importancia, de ahí que no haya tomado suficientes medidas para oscurecer los trapicheos económicos. Ha sido la bragueta lo que le ha movido. Es un escándalo todo el conjunto de actividades, extra monárquicas, extra matrimoniales, indecorosas, tanto que debe purgar todas sus tropelías con la vergüenza necesaria. Cierto es que, si hubiese llevado más cuidado, menos impulsivo en su apetito carnal, ahora todos estaríamos más tranquilos, disfrutando de nuestra democracia tan monárquica como venturosa y, lo mejor, que los cantamañanas que día tras día, hacen del cuestionamiento monárquico su discurso, no dispondrían de esta oportunidad que lo disruptivo de la conducta sexual de Juan Carlos (Hyde) les ha puesto en bandeja para acosar al muy ejemplar rey -que fue- de España, Juan Carlos (Jekill). No lo duden, señores, a España, la monarquía le va muy bien.
ARIAS NAVARRO. - Tengo serias dudas de si me estoy convirtiendo en un carcamal, igual que aquellos pocos que se rasgaban las vestiduras cuando, en 1978 y con la Constitución vigente, se le dio carpetazo a la Dictadura ¿Debería, en tal caso, dejarme el bigotito recortado, y tan fino, con el que se adornaban el labio superior aquellos denodados franquistas de entonces? No quiero ni pensarlo, pero es tal la intolerancia que muestro frente a los aguerridos representantes del renovado comunismo en el gobierno de España, que lo mío es todo un acto de rebelión intelectual. Quiero creer que esto, por el contrario, no es propio de un tipo reaccionario y sí una muestra democrática de intolerancia frente a todo un conjunto de cosas a las que veo imposible de lograr algo positivo. No se puede entender, dentro de lo racional de las cosas, que el gobierno sea al tiempo gobierno y oposición. Vean, si no, las manifestaciones continuadas del vicepresidente Iglesias en contra del orden constitucional. O estás gobernando, o estás en contra de lo que te obliga por pertenecer al gobierno. Esto es como aquello de Piqué, defendiendo la camiseta del equipo representante de todo lo que el defensa no respeta. Un sinsentido. Y con lo de la nocturnidad del rey Juan Carlos, a la parte comunista del gobierno se lo hemos puesto a huevo: guerra a la monarquía. Estoy en contra de tener que respetar un gobierno en donde milita un tipo como Iglesias, y por eso me rebelo. La consecuencia de la aparición en el panorama político del hombre de la Coleta es que hemos empezado a odiarnos los unos a los otros, con pasión. La aparición de VOX es muestra de ello. De punta se me ponen los pelos con solo pensar que, en el futuro próximo, la alternativa de poder se redujera a un duelo entre Podemos y VOX. Quienes se empeñaron en acabar con el bipartidismo y lo lograron, flaco favor le hicieron a la estabilidad política. Ya expresé líneas atrás mi temor a convertirme en una especie de Arias Navarro del 78, pero es que mi espanto ante el actual gobierno (no tanto debido al giro izquierdista del PSOE, cuanto a la presencia comunista) es ya monumental. Menos mal que, para mi consuelo, las circunstancias de hoy no son las de hace cuarenta y tantos años, y la democracia protege mi indignación política. Pero, volviendo a la carga, me reconcomo por dentro (y por fuera) cada vez que tengo la oportunidad de escuchar declaraciones de la ministra Montero, la de Galapagar, a quien le han dado un ministerio para que pueda seguir jugando a activista anti reaccionaria. Señora Montero, que usted ahora es ministra, que no es una estudiante lideresa de una facultad de Letras, que esto es serio, que lo suyo es gobernar y no lanzar mensajes progres que no sirven para sino para arengar descamisados y enemigos progres del gobierno. Que usted no está en una asamblea de las que se montan con facilidad en las facultades universitarias. Usted está para cooperar con el resto de ministros en la creación de empleo. Es que es para descojonarse, cada vez que hace declaraciones. Parece que quien habla no es una ministra, sino una cajera del supermercado del Corte Inglés o Mercadona. Miren, si no, ésta que ayer mismo le oí decir: ‘la clave para entender a la mujer está en llegar a discernir el misterio del binomio sexo/género’. Y es que para ella no es fácil distinguir qué es la mujer y que no lo es. Y ahí la tenemos, de ministra, mientras yo tengo la horrible pesadilla de haberme convertido en Arias Navarro. Hay, todavía, cosas peores que dan paso a posibles pesadillas horribles, ¿cómo es posible un gobierno que pueda gobernar un país, con los más enconados enemigos del propio país formando parte de ese gobierno? De ninguna manera; es lo que estamos viendo, mientras los cuartos que nos mandarán, bajo lupa, desde Europa, no harán más que advertir la imposibilidad de gobernar, simultaneando el gobierno con lo de hacerse oposición a sí mismo.
 
MIÉRCOLES DE AGOSTO. - En este verano tan extraño, dominado por circunstancias tan ajenas a la normalidad, nada ha impedido mi vuelta -y más que vuelta, revuelta- a Cantabria. Créanme si planifico la visita sometido a ciertas condiciones de contorno que me impongo, en función de lo qué hacer en este norte de España de dimensiones temporal y física tan infinitas. El baño en la Segunda del Sardinero (la Primera se la dejo a los turistas) es prioritario, para lo cual consulto desde quince días antes las predicciones del tiempo que suponen sol para el Sardinero. Presenta esta tarea algún inconveniente, pues es normal que tras diez o doce días de consulta, la predicción del buen tiempo se traslade de un día al anterior o posterior. Hay que estar muy al loro en la planificación. Este año he dado plenamente en el clavo. El miércoles, 19 de agosto, este año, en Santander, resultó ser sensacional. Brisa suave del suroeste -sin duda refrescante-, débil oleaje; el azul del Cielo, más propio de tierras sureñas, impecable su color; la temperatura del agua en torno a los 21º prestaba ayuda a los cuerpos de los bañistas que se vieron afectados por rayos UV de casi 7, sin llegar al color rojo que implica peligro: una protección (SPF) de 15-20 es suficiente para resistir hasta el 90% de los rayos arrojados por el sol ¿Y la temperatura ambiente? Realmente increíble, nada menos que 32º a mediodía (hasta bien entrada la noche, los 30º no fueron rebajados) pero con una sensación térmica más que moderada. La playa de Castañeda dispone de la posibilidad de establecer control en sus entradas. Desde primeras horas, mediante el aparato oportuno, se escanea el número de sus ocupantes. A la hora de mayor concurrencia, una pantalla, en cada acceso, indica el porcentaje máximo de admisión en función de las limitaciones que impone la covid-19. Media hora de cola, a eso de las doce y treinta, fue necesario para poder acceder a la playa. El control no solo de entradas y salidas sino de ocupación eran muy efectivos y es lástima que cuando presenté mis respetos a la alcaldesa de la ciudad, Gema Igual, esa misma mañana en su despacho, no tuviera conocimiento de lo exquisito de su gestión en esta materia de pandemia tan condenada. Entre tanto elogio que le hube mostrado, seguro que, en lo que a esto se refiere, no habría escatimado ninguno. Vaya, es que llegar a Santander y ser recibido por su alcaldesa es motivo más que de satisfacción: ‘Aquí estoy de nuevo y le presento mis respetos’, Llevo encima de mis gastadas alforjas, por demás, la obligación de visitar en Luena a mis parientes. A orillas del Pas, aguas abajo de donde el arroyo de la Salcera rinde sus aguas al Magdalena y éste al propio Pas, junto al inhabilitado temporalmente Balneario de Puente Viesgo, dimos cuenta de un machote espectacular. Subir de Santander hasta el pie del Escudo por la N-623 es, desde luego, la obligación de cada año. En Alceda hube de disfrutar de su reconocido Parque, en exclusiva, pues el balneario ha sido cerrado a los cuatro vientos, asediado por el bicho coronado, ése tan cabrón. No he subido a Vozpornoche para saludar a su único habitante, Santiago. Fuera de la ruta N-623, me quedan los recorridos que desde Santander practico a Este y Oeste. Este año, Isla, playa de El Tejo al Este, y Comillas, al Oeste. En San Vicente de la Barquera, imposible entrar en sábado: adiós a la Exposición del ilustre cántabro Torres Quevedo. Siempre nos quedará Mazcuerras, cuna de Rosalía de Castro quien, junto a José María de Pereda, marca la perfección con su escritura, en el fondo y en la forma. Hola y adiós a la Montaña, pero un adiós encendido para Chema Puente, quien en todo momento y ocasión ha sabido acompañarme igual que si fuera una airosa racha de nordeste durante mi estancia.
RÁPIDO, CONCRETO. - En 1918 la senadora Pilar Barreiro fue obligada a abandonar el Grupo Popular en el Senado como condición impuesta por Ciudadanos para aprobar los Presupuestos Generales del Estado. La razón era estar investigada dentro un determinado proceso judicial. Un año más tarde, su caso fue archivado por el juez. En 2015, para votar a favor de la investidura de Pedro A Sánchez como presidente de la Región de Murcia, Ciudadanos (y no es broma) exigió que el Partido Popular destituyera a quien era su secretario general, Miguel A Cámara por estar investigado. En 2018, su caso fue archivado por el Juez. En 2017, el propio presidente Pedro A Sánchez hubo de dimitir acosado por diecisiete denuncias hechas por el PSOE, de las que hoy han quedado resueltas a favor del presidente dieciséis. Sirvan estos tres ejemplos para verificar la fina interpretación de la presunción de inocencia cuando se trata de juzgar las cosas del rival político. Quizá la expresión más rotunda podría ser la que en su día -ayer, no hoy, desde luego- Pablo Iglesias, quien al ser interpelado acerca de su actitud política si en su partido sucediera algún caso de investigación judicial, hubo afirmado: ‘apertura de juicio oral, dimisión; así de rápido, así de concreto’.  El líder radical de la izquierda, en su moderación, lleva el asunto hasta el momento de la apertura del juicio oral. Lo de estar investigado (recuérdese, lo que antes era imputación) merece, ahora, ser contemplado bajo el criterio de la presunción de inocencia. Pero los acontecimientos que parecen llegar no presentan un horizonte halagüeño para Iglesias. El juzgado de instrucción número 42 de Madrid, del que es titular el magistrado Juan José Escalonilla, ha resuelto investigar (imputar) a Juan Manuel Olmo, secretario de Comunicación de Podemos, a Daniel Frutos, el de las Finanzas del partido, a Rocío Val, gerente, así como al propio Podemos como persona jurídica. Veremos en qué queda aquella rotunda afirmación de Iglesias tan contundente, pero me temo que, dada la carrera emprendida por el señor de la coleta, dirá, en el momento de esa apertura oral que parece inminente, que no van con él estas minucias sin importancia. De su dimisión (aunque poco probable) podría desprenderse algo que daría tranquilidad a muchos españoles. No me refiero a su salida del gobierno, que también, sino a la del CNI, pues, en lo personal, me produce verdadero acojono que un tipo como él, con ese montón de declaraciones pasadas alentando odios y profiriendo insultos sin cuento a la clase política, sin distinción, poniendo a caldo, no solo al PP sino al mismísimo PSOE, el de la cal viva, pueda ahora tener noticias seguras e inmediatas sobre quienes tienen encomendadas funciones estrictas para la defensa nacional. No llego a entender que un parque de bomberos pudiera estadirigido por un acreditado pirómano, dispuesto a darse de ‘osttias’ con los que el propio pirómano califica como seres fachas y ladrones. Sería deseable que este señor se marchara; yo participaría en un colecta para recaudar fondos destinados a pagar su chalet, propondría que se subiera el posterior sueldo a veinte salarios mínimos, a fin de que quedara recluido para siempre. También arbitraría la posibilidad de fabricarle una asamblea de facultad universitaria en donde pudiera realizarse como instigador político para siempre. Tales son las cosas que se me ocurren a fin de apartar a quien, en esta década, ha conseguido encabronar a unos y otros, tal que es el odio lo que se supura entre los bandos ideológicos. Bueno, ¿y qué decir de la colaboración de Podemos, prestada al PNV para que, junto a Bildu (¡qué disparate!), hayan dispuesto un ‘cinturón sanitario’ a VOX en el Parlamento Vasco a fin de garantizar el buen gobierno?, ¿hemos de suponer que Bildu y el pasado criminal que le ha sido entregado, es la mejor garantía de los derechos y libertades de los vascos? De ser así, apaga y vámonos ¡Bildu, paladín de las libertades!
SUERTE, AL FIN Y AL CABO. - Según noticias fundadas por otros, esto es, por la mismísima Comisión Europea (CE), España es la única de las grandes economías donde la confianza ha empeorado como consecuencia de la pandemia de la covid-19 (véase el indicador de sentimiento económico, ESI). Mal asunto lo de esta noticia. Sería cuestión de cargar las tintas contra la labor del gobierno, desde luego, pero sin alarmas pues, aunque hubiéramos gozado de un gobierno de derechas, si bien las cosas seguro que habrían mejorado, no sería tampoco para tirar cohetes. Digo que el mejoramiento se habría producido, pues no creo que la gestión actual haya podido ser peor. Sin embargo, no me quejo en toda su intensidad porque, en cambio, creo que haber ‘gozado’ de un gobierno de izquierdas, durante la pandemia, y con los avatares nocturnos del Rey Juan Carlos, ha sido muy bueno para España; toda una  suerte que la izquierda nos haya permitido respirar a los españoles, La única pega para ensombrecer esta cuestión tiene que ver con Podemos ¿Qué pinta un partido como éste, cien por cien de oposición, en el gobierno?, ¿es que las maniobras propias de la oposición son también operativas al timón del gobierno? Las manifestaciones continuadas de Iglesias tienen un contenido tan inoportuno, según se desprende del discurso de todo un vicepresidente del gobierno, que, a partir de ahí, solo el descrédito gubernamental tiene algo de sentido. Veamos, las tropelías del rey emérito que, por cierto, son difícilmente admisibles, han sido consideradas por el gobierno como asunto aparte (eso sí, grave) para la consideración de la actual monarquía como sistema democrático de gobernación. En esto sí es responsable la posición del gobierno, aunque parte integrante de él, Podemos, ponga en tela de juicio nuestro sistema de gobierno cuando su función es no ya defenderlo, sino desarrollar sus mecanismos. Es como si el vicerrector de un colegio estuviera atizando al alumnado (con el consentimiento del propio rector) contra la dirección. Esto, señores, es un contradiós. Es una verdadera suerte que el descubrimiento de las aventuras de Juan Carlos y su bragueta se hayan desvelado bajo un gobierno de izquierdas, pues de haberse producido con el PSOE en la oposición, las cosas hubiesen sido dramáticas pata la monarquía. Eso, por un lado, pues por el otro tenemos el follón de la pandemia ¿Imaginan que el PSOE estuviera ahora en la oposición, con cerca de 30.000 por la Covid-19? Bastaría ver cómo se las gastó cuando el cirio que montó el ébola hace unos años ¡Qué barbaridad, cuanta energía empleada en una crítica tan desaforada, qué ínfulas en la petición de explicaciones, en las exigencias de dimisión de todo quisque¡ ¡Al margen de un religioso que regresó de las misiones africanas infectado y murió en España, no hubo más fallecido que un perro! Por el perro que mató, el PP fue llevado en volandas de la crítica hasta el mismo infierno. No estoy por poner impedimentos a la complicada labor del gobierno en su gestión de la pandemia, pero es que se me llevan los demonios cuando pide colaboración bajo el tupido velo del cinismo con que el que llevan sus cosas. Vaya, es que solo comparar 30.000 muertos con un perro me lleva a la desesperación más profunda. Eso sí, jamás se me ocurriría poner palicos en las ruedas a quienes negocian la salud en España. Hay que salir de ésta con la colaboración de todos.  Y un aviso. Soy mayor, es más, soy viejo, pero la imparcialidad me guía y, sobre todo, el sentido común. Por eso opino que la economía ha de estar ya por encima de las políticas sanitarias necesarias para frenar las maldades de la covid-19. Aunque nos tengamos que morir los viejos. Dicho esto, con cierta sorna, pero con algo de verdad. Un nuevo estado de alarma, con el montón de comercios cerrados, con tantos trabajadores metidos en ERTES -que ya casi no se da abasto- declarar un nuevo estado de alerta sería tanto como dar matarile a la economía. Si los españoles fuéramos más responsables, más respetuosos con las normas que nos obligan a cumplir con las medidas anti pandémicas, se podría salvar la economía y evitar que los viejos palmásemos. Ojo, los viejos y los jóvenes, porque los peligros ahora, los señalan.
CAPITALISTAS Y COMUNISTAS, UNIDOS. - Basta darse una vuelta por las hemerotecas que señalan las impresionantes contradicciones del vicepresidente Iglesias para darnos cuenta de que las disparidades entre los unos -ministros socialistas- y los otros -los comunistas- pueden ser admitidas ya con toda normalidad. El día en el que se produjo el anuncio de absorción de BANKIA por la CAIXA, la Bolsa reaccionó valorando a aquella entidad en unos 1.600 millones más sobre su cotización en ese día. Como la participación estatal, vía FROB, supera el 60%, el Estado, de golpe. registró un beneficio de 1.000 millones. Por eso Sánchez pidió calma a su vicepresidente ante tal ganancia. Ganancia esperada y que, por eso, la astuta Calviño, nada le hubo indicado con antelación a los ministros podemitas, no fuera que sus aspiraciones públicas entorpecieran la operación. Que una vez más Iglesias se la envaine viene a estar reflejado en el orden del día que da cuenta de nuestra plural España. Al mismo tiempo, nos pide el presidente del gobierno, Sánchez, fidelidad y comprensión a fin de que, entre todos, afinemos en la gobernanza de las cosas que tanto nos interesan. Buena voluntad no nos debe de faltar, pero ¿Qué actitud habríamos de adoptar quienes leemos, el mismo día, en la misma página, bajo el mismo recurso y titular, que la vicepresidenta del gobierno, Nadia Calviño, ve la oportunidad de sacar a Bolsa los cuartos del FROP dedicados a Bankia, y el vicepresidente de ese mismo gobierno, Pablo Iglesias, tan preocupado como su ministro Garzón, señala la oportunidad de formar un banco público (al modo del ICO, dice) cuando las noticias de la fusión Caixa y Bankia se nos anuncian de golpe? ¿Deberíamos dar por buena una alianza entre el capitalismo, con su mecanismo de mercado, y la rigidez marxista del comunismo con coleta, y el preciso aditamento del independentismo?, ¿qué historias son éstas? ¿Apoyamos la nacionalización de la Banca o la sacamos a concurso? Pero el gobierno a lo suyo, a perfeccionar lo de su propia reedición de la Historia ¿Más Memoria histórica? Si el fascismo (malo) no hubiera vencido al comunismo (peor) en 1939, ahora estaríamos hablando del lazo rojo, anudado al cuello, del ciudadano español, y las aclamaciones diarias de adhesión a la URSS, durante el tiempo que hubo transcurrido desde el final de la Guerra Civil y el desmantelamiento del Pacto de Varsovia, telón de acero incluido, pues eso es lo que hubiéramos protagonizado (¡descojónate del Cara al Sol!) Pero si la Komintern tenía agarrado al gobierno republicano por los mismísimos cojones; si lo que se hacía y deshacía entonces en España era dirigido y controlado por Moscú. Además, los dirigentes que perdieron la guerra eran más malos que el demonio y se lo pusieron a güebo a los confabulados. Pobre España, implicada en el feo asunto de ‘susto o muerte’ y ahora con estas historias de histérica memoria. Y lo que faltaba, que desde la Justicia argentina se proceda a una particular revisión de la conducta democrática que, a partir de 1975, hizo de España un país, en lo fundamental, feliz, sorprende y mucho. Un primer impulso intelectual hace de mí, un ciudadano afectado muy perplejo. Que en el país de los Videla y compañía se proceda a una revisión democrática de otro, casi ejemplar, como España, es que es como si nos tocaran las pelotas. Y eso no es lo peor, pues desde esa nueva fortaleza surgida en España, de tono tan comunista, que, sin duda, pretende poner en evidencia la estabilidad democrática ganada y hasta el valor de la propia Constitución, se acepta el pulso argentino y se llega hasta el disparate de poner en tela de juicio a españoles tan grandes como Martín Villa ¡Para no echar gota! A ver, un voluntario, que invente cualquier asamblea de facultad, en adecuado ambiente de su propia inmanencia, para que Iglesias y los suyos, aprendan a enjaretar adornos con hilo en complejas urdimbres de tejido, calado con flores y figuras, para que se los pongan en las bocamangas de sus coletas, bordadas con puntillas y que, de esta manera, prosigan con sus propuestas. Que se vayan hasta allá, y no vuelvan.
JUSTICIA Y LEY. - Me produce verdadera inquietud la facilidad con la que un juez enmienda lo dispuesto por otro colega, le da la vuelta al resultado y sentencia todo contrario que el anterior. Sé muy bien que los señores jueces no tienen por qué hacer justicia -eso corresponde a los legisladores- pues lo suyo es limitarse a aplicar la Ley, sean éstas buenas o nefastas para los ciudadanos. Durante un mes hemos estado apercibidos por una supuesta jugarreta que el rey de las coletas, Sr. Iglesias, habría practicado para, no solo burlar a la justicia, sino para engañarla. Por lo leído y escuchado, lo de la tarjeta de la ex asesora de Iglesias discurrió por senderos tenebrosos, con velocidades diferentes según cada uno de los abstrusos recorridos transitados. El juez abrió el expediente, con todas las de la Ley y no con la pretensión de hacer justicia, sino como procedimiento necesario para aplicarla. En esas estábamos, cuando de golpe (las noticias contradictorias nunca dejarán de sorprendernos), aparece un juez diferente y determina que Iglesias vuelve a ser el personaje perjudicado y no el culposo en la trama sometida a estudio. Esto es, por razones legales, lo uno y lo otro, son considerados por jueces diferentes como el personaje capaz de ser una cosa y, de pronto, pasar a ser la contraria. Que la Justicia reparta suerte llevando a lomos la pesada carga de la aplicación rigurosa de las leyes, desde luego, pero he de manifestar que estoy como aquél que se quejaba de haber depositado su gozo en un pozo, ya que mis simpatías acerca del señor de las coletas son del todo inexistentes. Reconozco mi aversión a quien, no hace nada (y el tiempo vuela), tenía las pelotas de manifestar, sin empacho alguno, que ‘si la revolución avanza, la nación avanza’. Sí, lo dijo cuando nos contó que Venezuela era ‘referencia fundamental’ para los ciudadanos del sur de Europa, y demostración palmaria de ser la alternativa más viable para un gobierno de derechas. Oigan, que Iglesias lloró a la muerte del Comandante: ‘Chaves ha muerto, pero será invencible’, nos anunció para acojono de quienes le hubimos despreciado políticamente. E insistió con aquello de ‘soy comunista y por tanto simpatizo con el gobierno bolivariano. Valiente, y explícito, don Pablo. Claro que algunos, incluso no siendo fachas, le agradecieron que no hubiera llevado a la práctica su deseo de ’romper la cara a los fachas’. Estos antecedentes son los que me hacen aborrecer a los ministros de Podemos que militan en el gobierno, entendiendo por aborrecer solo aquella parte que, dentro del conjunto de detalles que integran el verbo, tiene que ver con el pensamiento político. En resumen, la recapacitación judicial por la que el culpable se convierte en perjudicado, me ha sentado como un tiro. Pero ahora viene lo peor ¿Es posible ser más pardillo que quien se inventó lo del asunto de Kitchen?, ¿alguien sería capaz de apuntar una sola dirección en donde un asunto así planteado no fuera descubierto por el más tonto de los políticos? Resulta que se organiza un dispositivo para defenderse de un delincuente provisional y se echa mano de más de cincuenta intervinientes. Con que uno solo de ellos se deje llevar la lengua por el demonio, la trama quedaría desvelada. Y así ha sido. Menuda chapuza, que ha servido para que el PSOE, ese partido inmaculado -al que las heridas de los EREs andaluces parecen haberle apenas acariciado- recupere su papel de adalid de la lucha contra la corrupción, y le tire un nuevo viaje a las maltrechas espaldas del PP. Y hasta, careciendo de vergüenza política, le echan en cara que los 54.000 euros empleados para acorralar a Bárcenas proceden de los fondos del Estado, y esto, señores, es lo más grave. Lo mismo que no lo es los 855 millones chorizados en Andalucía mediante EREs fantasmas, directores generales depravados, dos presidentes condenados y las habilidades de un chófer putero y drogadicto.  Así es que caigan sobre mí estas desventuras que dan respiro a Podemos, de un lado, y de otro, mortifican al PP por su candidez. Eso sí, no descarto que, tras acabar con la pandemia, las cosas vuelvan a nivel, esto es, al nivel que a España interesa.
LOS DATOS OBJETIVOS. - Cuando en política se dice que una cuestión se pone sobre la mesa bajo el supuesto de la objetividad, por lo general, más vale echarse las manos a la cartera por lo que pudiera suponer de atraco ideológico. Sin embargo, sin olvidar que el vicepresidente Moño En Alto mantiene sus prioridades de gobierno en terminar con la Monarquía, lo cierto es que la cuestión económica es lo que más nos importa a los españoles, más ahora, metidos de lleno en la ominosa pandemia que nos fustiga. Y pese a lo que apunto al inicio de esta columna, daré datos objetivos (sin mancha alguna de interés ideológico) respecto a economía. Tres son los parámetros a tener en cuenta; eso sí, en todo lo suyo de consideración cardinal.  El PIB, el Paro y el número de afiliados a la Seguridad Social. Considero, en exclusiva, los números que se desprenden de los gráficos de INE (fuente oficial). Cuando Felipe González (1982-1996) se hizo cargo del gobierno, había en España unos 2,2 millones de parados, esto es, el 16,6% de la población activa; el número de afiliados a la SS fue notable, pero al final del periodo en el que gobernó, el Paro subió hasta el 21,1% (3,6 millones) En el gobierno de Felipe no hubo ningún año con resultado negativo del PIB. El mandato de Aznar (1996-2004) registró estas cifras: en ningún momento hubo recesión negativa del PIB; del 21,1% de Paro, se pasó a 10,5%, creando empleo para 1,8 millones de personas, lo que supuso un incremento espectacular en el número de afiliados a la SS.  Durante todos los años el PIB estuvo por encima del 3%, cifra que solo a partir de la cual puede crearse empleo. Al final de la legislatura, el número de parados era de 1,8 millones (10,5% de la población activa). Y llega Zapatero (2004-2011), el de la Memoria Histórica, al gobierno. Recibe un país con 1,8 millones de parados (10.5%) y lo deja en 5,3 millones (22,6%); las afiliaciones a la SS bajan con la misma espectacularidad con la que subieron en el periodo de Aznar, y en 2008 se produce la caída del PIB en un 4%, siendo la mayor habida en todo el período democrático. En 2011, el gobierno de Rajoy (2011-2018) se hace cargo de los 5,3 millones de parados de Zapatero para dejarlos, al fin del periodo, en 3,2 millones (14,5%), presentando un máximo de crecimiento del 4% del PIB en 2016. Y ya, con lo de Sánchez (2018-2020), para qué insistir; la caída, por el momento, es de más del 15% del PIB, y el número de parados, en 2020, se incrementa hasta el 28%. A este último gobierno habría que aplicarle la tremenda influencia de la pandemia, mas teniendo en cuenta que los resultados adversos obtenidos, tanto en lo que respecta a la economía como a la propia sanidad, en relación con el resto de los países del mundo, las correcciones al alza no quiero aplicarlas, y menos aún en consideración de este contradiós impresentable que los socialistas y comunistas aplican al gobierno de la Comunidad de Madrid, a desdén de ser responsables de unos resultados que, a modo de ejemplo, multiplican por cuatro las maldades pandémicas del Reino Unido. En resumen, viendo estos resultados tan objetivos, y pidiendo disculpas por haberme atrevido a transgredir mis propios principios, se puede llegar a la conclusión de que, en materia de economía política, toca ser de derechas por la cuenta que a todos nos trae. Otra cosa es dejarse llevar por la ideología, pues ésta nos puede llevar a donde se quiera, incluso, a que pase como en China, donde una ideología comunista, en lo económico los chinos se han convertido en unos verdaderos aristas. La riqueza es necesario que esté presente en cualquier política, de lo contrario, la hora de repartir es la hora que abre el umbral de la miseria. Así es que cuando un gobierno echa mano de la ‘pasta’ para distribuir ingresos mínimos vitales, es lo mismo que abrir la puerta al desempleo y, lo que es mucho peor, a ampliar las diferencias entre unos y otros. Dicho todo lo cual a despecho de que me llamen capitalista y facha, cuestión que nada me importa, o al menos, menos de lo que una Ley Democrática que pretende reescribir determinada historia en donde los buenos fueron mas malos, aun, que los propios malos.
PEDRO (H) CABRÓN. - Hacer cabronadas era lo propio de Pedro Hernández Cabrón hace 500 años, mitad corsario y a medio camino entre mercenario y servidor del rey. Un tipo de cuidado, tanto que sus ‘hazañas’ eran tildadas de cabronadas. Eso era antes, ahora estoy por la cuestión de que otro Pedro, el actual presidente Sánchez, es todo un experto en hacer cabronadas. Ya sean con cierto escrúpulo y dispensa, ya sea como parte de su estrategia para encabronar a la Derecha y dividirla. Es un tío listo, pero habría que avisarle de que con el odio entre los españoles no se debería jugar. A sus tácticas las carga el diablo. Tras las últimas elecciones, presa del miedo cósmico que le tengo al comunismo, traté de ver con Teo Gª-Egea la posibilidad de encontrar la forma en que pudiera formalizarse un pacto de gobierno por parte del PP, pero éste, quizá resignado, dijo que Sánchez se limitaba a disimular y que su única intención era pactar con Podemos. Albert Rivera, cuando se le echó en cara su renuncia a no haber apoyado al PSOE en las penúltimas elecciones, contestó más o menos de la misma forma, en el sentido de que las conversaciones entre Ciudadanos y PSOE no eran sino el palimpsesto que escondía la verdadera intención de Sánchez, pactar con Podemos. Lo de Sánchez es ser como Pedro Hernández Cabrón. Pero más allá de estas consideraciones, es necesario echar un vistazo de conjunto a las maniobras de Pedro Sánchez, pues a su lado Maquiavelo palidecería. A la Derecha, como es su intención, ya la tiene suficientemente dividida haciendo buena la frase machadiana aquella de ‘españolito que vienes al mundo, te guarde Dios, una de las dos Españas ha de helarte el corazón’. No dejamos de recibir, día a día, mensajes con comentarios, fotos y videos, por parte de indignadas gentes de derechas clamando contra las cosas del gobierno actual. Una de dos, o esto es un agobio o estamos perdidos, pues se llega a la conclusión de que la etapa socialista (magnífica, encomiable, feliz) de Felipe González no fue sino la excepción del PSOE preconizado por el infausto Largo Caballero y el actual reconvertido por el irresponsable Zapatero y dirigido hoy por el propio Sánchez. La inmoderación actual es germen de la que nos llevó a los españoles a odiarnos hasta la guerra. Estamos peligrosamente enfrentados y a punto de helarnos el corazón. Estamos a pique de que PSOE y VOX se den la mano. Entre unos y otros, están consiguiendo sus objetivos. Aquéllos, viendo cómo sus expectativas electorales crecen sin parar, y estos, satisfechos de ver a la derecha cada vez más dividida. Aun así, viendo las cosas venir, ya no sorprende el cinismo con el que gobierno ‘explica’ sus cosas. De un lado considera que los demócratas de derechas somos poco menos que gilipollas y los de la izquierda meros defensores de la causa con tal de excitar a la derecha. Y si hay que echar mano de Tezanos, pues se echa. Lo último es inaudito, con toda la hemeroteca sobre la cabeza de Sánchez, se inicia el proceso de indulto al Procés, se impide la presencia del Rey en Cataluña y se llama a Bildu para hablar de presupuestos.  Este ‘Tres en Uno’ simultáneo que se nos ha dado por parte del gobierno no es de extrañar, pues es parte de su estrategia: una vez dividida la derecha, ocupar todo el espacio de la izquierda. Negociar con Bildu los PPGG, aceptar la petición de los independentistas catalanes sobre la prohibición de la presencia del Rey en Cataluña y negociar con los propios sediciosos la reducción de penas que se aplican a la sedición, es todo un desafío de este gobierno sustentado por los propios enemigos de España, los anti constitucionalistas, y los herederos de los mayores crímenes políticos cometidos en la España democrática, sí, pero la cuenta y su coste se la pasarán a Podemos, sencillamente, de manera que las urnas se llenarán de diferente forma en las elecciones venideras. Sánchez le está haciendo la cama a Iglesias cada vez que le deja hablar y calla. Sabe lo que se hace, He aquí a un nuevo estratega (en plan Pedro Hernández Cabrón) que está, quién lo diría, cumpliendo sus objetivos. Pero vamos a ver, ese tal Ivan Redondo, ¿no fue asesor del PP?, ¿quién lo dejo escapar? Así las cosas, la salida del Barsa de Luis García para reforzar al Atlético, ¿no será cosa también de Redondo?
 
 

 

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