jueves, febrero 22, 2007

LABORDETA, SIEMPRE CONSTANTE EN MI PENSAMIENTO

TE RECUERDO..LABORDETA...
SEGUNDO INCIDENTE CON EL GRUPO EN LA CÁMARA Labordeta llama 'gilipollas' al diputado 'popular' Carlos AragonésEUROPA PRESS
Labordeta (en el centro) se dirige a Carlos Aragonés (arriba), que gesticula. Mientras, Marín, se desespera. (EL MUNDO)
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MADRID.- El diputado de la Chunta Aragonesista, José Antonio Labordeta, que en diciembre de 2002 protagonizó un agrio incidente en el Pleno del Congreso mandando "a la mierda" a los parlamentarios del PP que le increpaban, repitió su enfrentamiento con el Grupo Popular. Labordeta llamó "gilipollas" al diputado Carlos Aragonés.
El presidente de la Cámara, Manuel Marín, se vio obligado a intervenir y exigir la retirada de tal "palabro castizo", a lo que Labordeta accedió sin problemas.
La bronca surgió cuando el diputado de la CHA intervenía por segunda vez en el debate sobre la convalidación del decreto ley que deroga el Plan Hidrológico Nacional. Ante los sonoros murmullos que nacían en los bancos del PP, Labordeta se fue 'encendiendo' paulatinamente.
Tras recordar que iba a mandar al PP "al mismo sitio" que en aquel otro enfrentamiento de hace algo más de un año, el diputado aragonesista optó por encararse directamente con los diputados 'populares' que le increpaban. "Déjenme hablar, yo tengo la palabra, señorías. ¿Qué haces con el puño cerrado? -le dijo a Carlos Aragonés, ex director de Gabinete de Aznar-. El puño cerrado lo tengo yo, tío. Yo voy con el puño cerrado con dignidad. No me lo cierres tú, gilipollas".
Ante la mirada reprobatoria de Marín y las protestas del PP, especialmente de Aragonés, Labordeta esbozó excusas. "Es que me están insultando. Están todo el rato metiéndose conmigo y haciendo gestos, que si el puño cerrado, la mano abierta", se quejó.
Marín se vio obligado a intervenir. "Comprendo que hay dificultades y momentos de tensión -le dijo a Labordeta-, pero tampoco esta Presidencia puede consentir que se creen precedentes. Ha utilizado un palabro, que ciertamente es castizo, pero que espero que lo retire".
El diputado de la CHA accedió a la reclamación del presidente, no sin antes pedir que "mientras un diputado habla, el resto de la Cámara se guarde de insultar". Marín agradeció la rectificación porque "si continuara esta espiral, imagínense lo que sería el hemiciclo en algunas semanas".

PARQUES TECNOLÓGICOS. LO POLÍTICO Y LO CIENTÍFICO.





(Empresa y Finanzas, febrero 07)
Una reciente encuesta nos dice que, en España, algo más de la mitad de sus habitantes no considera la ciencia como algo significativo. Sin embargo, a principios del siglo pasado primaba por encima de todo la categoría política, sin duda porque el esfuerzo de los intelectuales del siglo XIX hizo de los españoles un conjunto consciente de su atraso cultural y científico. A lo largo del siglo XX se produce un tránsito paulatino en donde la ciencia va perdiendo protagonismo mientras que la política, a modo de ectoplasma, se hace cargo de la conciencia nacional, de modo que esa categoría científica ha sido suplantada por la política. Y eso que la ciencia extiende sus bases sobre la incertidumbre de las cosas, mientras que la política lo hace sobre verdades absolutas. Nada más peligroso y dañino para el individuo que se mueve entre las tinieblas de la incultura y las sombras del sesgo político.

Tengo el convencimiento de que la ciencia, y su consecuencia más inmediata para las garantías futuras del ciudadano, debe volver a ocupar el lugar que le corresponde, sin demérito de que la democracia como sistema político merece todo mi respeto pues, en definitiva, el curso de los acontecimientos lo marcan los políticos, ya sean buenos ya sean malos. Y en este punto me detengo para felicitarme (al tiempo que lo hago para los promotores) por la decisión, ya definitiva, de establecer un Parque Científico ubicado precisamente en el lugar donde debe establecerse, esto es, junto a la Universidad Pública de la ciudad de Murcia. Y en orden a respetar la ordenación de los territorios regionales respecto a su potencial, he de remarcar que este Parque Científico junto al de Fuente Álamo, de carácter tecnológico, ha de servir con eficiencia al progreso económico de esta región, sin olvidar las vertientes social y ambiental. Es decir, estamos en el punto de partida de lo que será el inicio de los procesos de investigación y desarrollo que han de dar sus frutos mediante el desafío de la innovación. Sin ser profeta de lo neoliberal, ni mucho menos, sí entiendo que determinados aspectos de la globalización son muy convenientes para regiones señeras como la nuestra. Así, respecto al establecimiento formal de relaciones del Parque Científico con otros ocho parques el mundo puede afirmarse que es una buena medida la que tomará en su momento el Patronato de la Fundación. Deben aprovecharse socialmente los avances de la ciencia, de modo que el desarrollo científico (la gestión del mismo) ha de servir para estimular la participación de la sociedad civil en el mundo de la empresa, aprovechando al máximo los frutos de la investigación. Como debe ser, en el Parque Científico deberán primar las iniciativas en cuanto a los intereses de la industria autóctona regional. La biotecnología, la faceta agroalimentaria y conservera en general, junto a las exigencias de la sociedad de la información y, sobre todo, en la mejora de las tecnologías del agua y de las energías renovables, han de llenar las ocupaciones y preocupaciones de los investigadores.

Y termino con el epítome relativo a la política en la ciencia. El órgano de gobierno del Patronato estará formado por 10 miembros, de los cuales siete constituirán la denominada Comisión Ejecutiva. Es de esperar, por el bien de todos, que le elección de tales miembros sea producto de un análisis objetivo en donde prime el científico frente a la aspiración del militante de turno, pues de esta manera tan profesional y tan sencilla de establecer las cosas, el gran beneficiado de todo ello será el propio ciudadano quien, acaso sorprendido, recibirá sus talentos políticos de modo inmaculado, sin perversión sectaria alguna y así confortado con aquello de que el político a lo suyo… y el científico a lo nuestro. Por eso, que cada cual se apriete los zaragüelles como pueda.

Juan Guillamón

LOS CAMINOS DE ECHEGARAY


Murcia 6 de Febrero: Homenaje al ingeniero, politico, dramaturgo y divulgador.
MUSEO 'LOS MOLINOS DEL RÍO'

miércoles, febrero 21, 2007

HACIENDO AMIGOS (A DIESTRA Y SINIESTRA)




Desde luego lo mío no es hacer amigos porque mi hipótesis es la siguiente: Por desgracia, la ciencia depende del color político con que se mire. Y mi tesis es la que García Martínez (La Verdad, 17.09.06) expuso en su Zarabanda: «Comoquiera que el PP propone Tranvía, los del PSOE llegan y pretenden Metro. Y ahora viene lo bueno: si los del PP hubieran propuesto Metro, los del PSOE habrían pretendido Tranvía». Pues, en efecto, el asunto es así. Veamos.Parte primera. Murcia. El 7.12.06 (La Verdad) el edil del PSOE de Murcia, Rafael González Tovar, arremetió por enésima vez contra el proyecto del tranvía, y aseguró que «no aportará nada a solucionar el tráfico de la ciudad y es un transporte del siglo pasado». Este mismo concejal, el 30.10.06 (La Verdad), en nombre de su Grupo Municipal, denunció en un comunicado de prensa que el comienzo de las obras del tranvía en la avenida Juan Carlos I era «ilegal» porque están siendo tramitadas sin tener en cuenta la Ley de Contratos de las Administraciones Públicas. Además, González Tovar denuncia que durante las obras de este tramo de tranvía inútil se producirán ruidos, aumento de tráfico pesado, contaminación y molestias a los vecinos de la zona, se perderán cientos de plazas de aparcamientos en un área todavía disuasoria al tráfico, al encontrarse en la periferia del centro de la ciudad. «Si llega a funcionar algún día creará mas colapsos de tráfico, más inseguridad vial y más contaminación acústica». Y es que el Grupo Municipal Socialista defiende la puesta en marcha de un metro ligero, con un tramo subterráneo coincidente con la zona de mayor densidad urbana, a diferencia del tranvía superficial propuesto por el PP. Entre las ventajas del modo de transporte que proponen los socialistas destacan que no tendría efecto negativo en la superficie; sería más seguro al no entrar en conflicto con el tráfico superficial y los peatones; contribuiría a la disminución del tráfico, y alcanzaría mayores velocidades. Además, la candidata socialista, María J. Alarcón (al tiempo que reclama una Murcia moderna, libre de estereotipos sexuales, con mujeres libres de enseñar el canalillo) estima, el 23 09 06 (La Verdad), que Murcia debería contar con un medio de transporte sólido como el metro, pues así se resolverían realmente los problemas de tráfico. Dice, también, que con los problemas de tráfico que hay en Murcia es muy injusto que el equipo de gobierno municipal invierta cinco mil millones de pesetas para un proyecto sin bases sólidas como es el del tranvía. Claro que nuestra candidata olvida que el transporte subterráneo supone una inversión de entre 3 ó 5 veces (ó 10, qué sabe uno) la del transporte superficie. Y, en fin, el alcalde popular, Miguel A. Cámara, hace frente a los ataques socialistas del proyecto tranvía con una rotundidad tal que: «quieren taladrar las entrañas de la tierra desde la oscuridad, y habrá que preguntar cuántos murcianos quieren que les hagan un túnel debajo de su casa». (14. 10.06; La Verdad).Parte segunda. Zaragoza. El Heraldo de Aragón recoge en su edición del 7.02.07, lo que sigue: «la oposición (PP) exige la paralización del proyecto del tranvía y reclama el metro». El portavoz del PP, Domingo Buesa, anuncia que si es alcalde impulsará un plan para que el 80% de los zaragozanos tenga un acceso al suburbano a 5 min. de su vivienda. Y le contesta Jesús Sarría, concejal de Movilidad del PSOE, «Zaragoza mantendrá su propuesta para implantar la línea de tranvía Norte Sur, pese a las peticiones de paralización de la oposición del PP». Y, además, acusa al PP de querer convertir la ciudad en un queso gruyére y anular la potencialidad del metro que, ante la falta de distancia suficiente, nunca podría coger la velocidad que «lo haga tan eficaz como el tranvía». Respecto a éste, Jesús Sarriá, recordó que es un sistema de transporte de capacidad idónea para ciudades del tamaño como el de Zaragoza y recriminó al PP que no se atreviera en sus años de gestión en el Ayuntamiento a implantar sistemas de transporte de alta capacidad como el tranvía.«No es coherente plantear la propuesta a tres meses de las elecciones. Se debería paralizar el proyecto». Es la respuesta de Domingo Buesa, portavoz popular.Parte tercera. Conclusión. Lo que dice el PP de Zaragoza es lo que dice el PSOE de Murcia. Y lo que dice el PP de Murcia es lo que dice el PSOE de Zaragoza. Con lo cual se demuestra que la ciencia y la tecnología dependen de las coordenadas cartográficas y del color político con que se adornan los territorios y, por consiguiente, la tesis de García Martínez, el de La Zarabanda, está muy ajustada a la realidad. Y eso contando con que la precisión del citado periodista tenía mucho más de intuitivo que de deductivo. Con lo que, desde luego, hemos podido comprobar, desgraciadamente, que la hipótesis y la tesis indicadas al principio tienen plena validez. Dicho lo cual, pese a todo lo dicho (y dicho con todo respeto) en las próximas elecciones ejercitaré mi voto.Y termino recordando lo que el Colegio de Ingenieros de Caminos de Murcia aportó en aras de dulcificar el debate, el 10.10.06 (La Verdad): «Sobre la actual controversia entre los dos principales partidos del Ayuntamiento de Murcia (tranvía vs. metro), este Colegio opina que lo de menos es la denominación de un transporte muy necesario para la ciudad sobre la base de la electrificación, y que el trazado más conveniente es el de superficie siempre que sea posible, y, cuando esto no suceda, que los expertos determinen las condiciones técnicas por las cuales la circulación pueda transitar bajo tierra».


Ni caso.


Juan Guillamón es ingeniero de Caminos, Canales y Puertos.

martes, febrero 06, 2007

Echegaray: desde Murcia hasta Estocolmo



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Mancha, y mancha vergonzosa, porque no vale que un pueblo tenga poetas, pintores, teólogos y guerreros, si no tiene filósofos ni geómetras, ni hombres que se dirijan a la razón, la eduquen, la fortifiquen y la eleven». Así, de esta manera tan rotunda, expresaba Echegaray su lastimero sentimiento respecto a la pobreza científica que asoló España durante más de dos siglos y hasta el momento en que este insigne ingeniero, político y literato tuvo la oportunidad de ingresar en la Academia de las Ciencias, el 11 de marzo de 1866. José Echegaray realizó sus primeros estudios en Murcia, en el Instituto Alfonso X el Sabio, en donde su padre, médico aragonés, dictaba clases de agricultura, siendo, además, uno de los fundadores de tal Instituto, hace ya 170 años. De Murcia parte a Madrid, muy joven, para graduarse ingeniero de Caminos, Canales y Puertos como elección directa para recibir lecciones de las materias más complicadas, ya que por aquel entonces el prestigio de los ingenieros de Caminos era bien alto (como hoy). Todo ello, a despecho de las diatribas lamentables que reyes y gobernantes impresentables dieron en despreciar a aquellos españoles que, conscientes de la pobreza moral imperante en España, acudían a las fuentes de la Ilustración francesa en busca de conocimientos científicos, y que por esta razón fueron acusados de afrancesados, y lo que es peor, de traidores a la Patria. Los ingenieros de Caminos que, tras diversos avatares, surgen a principio del siglo XIX (entre otras razones como consecuencia de la tragedia del pantano de Puentes, Lorca) constituyeron un colectivo librepensador, ilustrado y afrancesado. José Echegaray bien puede considerarse un elemento muy representativo de este grupo innovador que a la larga colocó a España, acaso como en una heroica cruzada cultural, en los niveles mínimos para progresar en el futuro. La figura de Echegaray es realmente notable por cuanto su perfil humano nada tiene que ver con los efluvios románticos propios del XIX y sí con la pléyade de hombres universales habidos en el Renacimiento. Sus ideas políticas y económicas liberales le llevaron a participar en la Sociedad Libre de Economía Política en defensa de las ideas librecambistas. Tras la revolución democrática de 1868 (en la que no participó) contribuyó al afianzamiento del nuevo régimen ocupando diversos cargos políticos: fue diputado en las Cortes constituyentes, director general de Obras Públicas, ministro de Fomento y ministro de Hacienda, y participó activamente con Ruiz Zorrilla en la fundación del Partido Radical. En esto de la política, tuvo mucho que ver con su colega ingeniero de Caminos, Práxedes Mateo de Sagasta, presidente del gobierno progresista por turnos, si bien, éste fue más moderado. En realidad, Echegaray, formó parte del ala izquierda del Partido Liberal de Sagasta.En su época fue considerado un hombre de extraordinario prestigio. Presidió el Ateneo de Madrid, fue director de la Real Academia Española, senador vitalicio y presidente (por dos veces) de la Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. En fin, a principios del siglo XX obtuvo en compañía de Frederic Mistral el Premio Nobel de Literatura. Han sido cientos los artículos escritos acerca de las matemáticas y la física, cuya producción ha sido clave en el desarrollo de estas ciencias en España, su gran preocupación. «No hay historia de la ciencia en España, aquí no hubo más que látigo, hierro, sangre, rezos, braseros y humo», dijo. Asimismo, fue profesor en la Escuela de Caminos en varias y variadas disciplinas. Y de su pensamiento, del pensamiento de un Premio Nobel, no me resisto a reflejar una frase que lo dice todo de su categoría científica: «Amad a la ciencia por la ciencia, a la verdad por la verdad, que el resto se os dará en añadidura». Bonito, ¿no?José Echegaray Eizaguirre salió de Murcia y llegó, pasando por Madrid y sus circunstancias científicas, intelectuales y políticas, hasta Estocolmo, donde alcanzó la gloria que muy pocos tienen en su poder. Valga todo lo anterior para justificar el entusiasmo y el orgullo con que desde Murcia recordamos a este insigne ingeniero, cuyo padre, recordémoslo, vino desde Aragón hasta estas resecas tierras para enseñarnos cómo hacer florecer nuestra Agricultura. Este ingeniero de Caminos, Canales y Puertos, nació en Madrid en 1832 y murió en 1916. De él se ha dicho que las matemáticas entraron en España gracias a su empeño (y de algún otro, naturalmente).

Juan Guillamón es ingeniero de Caminos, Canales y Puertos.

Peligro

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