Primero, el trabajador, después el carbón

     Es precisamente cuando la Sostenibilidad es el Asunto, cuando olvidamos emplearla. Sí, sostenibilidad es recurso permanente para que discurso político sea 'políticamente correcto'. El asunto va por la cosa del Carbón, del que se puede afirmar que es algo así como Cuatro veces más pernicioso que el Gas Natural en cuanto a 'maldad energética' se refiere (en producción eléctrica, una central de carbón envía a la atmósfera 1kg. de CO2 por cada Kwh producido, mientras que en ciclo combinado la emisión no pasa de 250 grs.). Estamos con el conflicto de León, El Bierzo y 7.000 familias están al borde de la inanición mediante el despido de un montón de mineros que trabajan en el carbón. Dispongo de una determinada indignación ante la inexistente actitud del movimiento ecologista radical que, según su evangelio, tal cuestión, la  eliminación del carbón es cuestión indiscutible. Y me llama la atención esa beligerancia iluminada, casi con desespero, hacia actividades que, con todas las de la ley pueden ser sostenibles, generan consumo de Naturaleza y miles de empleos por venir. Tiene narices el asunto demagógico de ese líder ecologista que viene a sancionarnos como degenerados sinvergüenzas a los murcianos por cuanto -¡para combatir el Paro!- ponemos asuntos en marcha como Cabo Cope y El Gorguel.

¡A los asuntos, señores ecologistas luchadores! Hay vida tras el camachuelo y la tortuga mora. Sí, mineros del Bierzo. A ellos parece que son de consideración. Pues menos mal, digo yo porque, a fin de cuentas, es cosa de tocarme la nariz los kilos de CO2 que se envíen a la atmósfera ¡importan más las familias! Y, por demás, ¿qué más dan esos kilos si los chinos, en sus centrales, 'fabrican' ciento por cada uno en El Bierzo y en toda España.

Lo primero es la persona y, después la propia Naturaleza que precisamente está destinada para el uso y goza del hombre y la mujer. Vayan dando por donde se pueda patadas al carbón pero que se salven las familias de los mineros. Esto es lo esencial, ¿o no? Que todo sea por no apretar demasiado a la Sostenibilidad ni a mis adorados camachuelos, los de la trompeta.