Crisis o no, lo cierto es que hay alarma ante situaciones reales que, al menos de modo indirecto, recaerán en los modestos ciudadanos, ajenos a los movimientos del jodido capital, cuyos poseedores ignoran que lo mejor para todos, y no sólo para ellos, es respetar el imposible objetivo que reza así: ‘Pan para todos’. La cuestión española tiene suficientes amenazas, si bien las soluciones posibles encuentran tantas dificultades dentro como en el exterior del territorio: la eterna cuestión de las variables endógenas versus a las exógenas. Zapatero es el actor capital en este inicio de drama, y su acción en esta crisis, recesión o enfriamiento de la economía, la de más extraordinaria repercusión, favorable o no, en nuestra economía. El presidente es, desde luego un verdadero as de la política: en lo de ganar elecciones se las pinta solo. Lo hace muy bien. En cada gesto, acción y actitud mediática, siempre reconozco su suprema intención: ganar elecciones. No es mala tal actitud, lo que sí es irresponsable es el sometimiento de cada una de las cuestiones que pasan por el patio de su gobierno a esa soberana voluntad de ganar elecciones. Las cosas como son y el poder para ejercerlo, no para ostentarlo. Cada movimiento de la ceja presidencial es todo un ejercicio político que juega a su favor. Veamos. Antes de las últimas elecciones, nada de hablar del ‘tubito provisional’ para transfundir H2O del Ebro a Barcelona (por cierto, el presupuesto de la no ejecutada transfusión temporal -180 M€- euro arriba euro abajo, coincide con el que se financiará la UMU el próximo ejercicio). Nada de problemas durante el proceso electoral, tal como esa estúpida historia de entretener a esa Martinsa-Fadesa con promesas increíbles y referencias al ICO, como si éste tuviera por objeto salvar los muebles de la casa de cualquiera. Me atrevo a pensar: ¿será que el ladrón cree que todos son de su condición? Algo así debió suceder hace 4 años con el acoso espectacular al gobierno saliente por culpa de una no certificada mentira de corte masivo ante un espeluznante atentado. Siempre me parecerá necio, por donde lo mire, una propuesta -tan electorera- como el asunto de los 400€ o la oferta de los 2.500 a los bebés, poco antes de producirse eso que no se sabe como llamarlo pero que es una crisis económica como un castillo. Una de dos, o nuestro presidente Zapatero no las huele o, quizá, es que pierde el culo detrás de un montón de votos. La pobreza es una enfermedad terrible, así es que hay que tomar el toro de la economía por sus propios cuernos y adoptar medidas cuya solvencia tenga la suerte de sortear crisis y deflexiones molestas. Menos repartos ridículos con fines electorales y más inversiones en Infraestructuras, Tecnologías y Educación. Tres actividades que ayudarían muy mucho a ganar la batalla que la plural España tiene con el petróleo, la estúpida moratoria nuclear autoimpuesta, los fantasmas de turno y los nefastos poseedores de las reservas mundiales de capital, cuya cifra brinca por encima de los 4 billones de euros y cuyos poseedores de las dos terceras partes están en los países asiáticos (¡). Eso, nada mejor para nosotros que el gobierno se aplique y estudie Economía, porque el zafarrancho de combate se anunció una vez que las grandes empresas comenzaron a vender activos.
La verdad, agosto 08.
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