Reconozco que estoy indignado y si bien sé que para expresarse con cierta imparcialidad es necesaria la calma y dejar que la indignación se disipe, mi impulso más primario me lleva a escribir lo que a continuación digo. Relativo a la derogación inmisericorde del trasvase del Ebro estimo procedente declarar que lo peor para esta Región no es la derogación en sí sino el modo en que se ha hecho. El método utilizado ha sido desproporcionado y humillante, en medio de una amalgama de asuntos tratados de forma indecente y sectaria por el nuevo gobierno de la nación. Por desgracia, el papel que nos ha tocado jugar a los murcianos es francamente peyorativo frente a los observadores no sólo de España sino de Europa. Por mor de una actitud vengativa e interesada de la ministra Narbona, nos vemos como ladrones, sinvergüenzas, egoístas, faltos de rigor, manipuladores etc... Si no fuera por la educación que se me supone ganas tendría de enviar a cualquier sitio a esta ministra nefasta y fantasma. De otro lado, da pena ver a los dirigentes socialistas de esta Región poner ridículos parches a las medidas que el gobierno impone por la vía del decreto ley (primero machaco y luego hago uso del talante). El argumento principal de estos dirigentes se basa en acusar al PP de manipulador de la sociedad, ignorando que es el propio Partido Popular el que se aviene hacia la sociedad civil murciana indignada por el tratamiento degradante de que ha sido objeto por parte de un partido sectario y repugnante en sus pactos políticos con otros de tal estilo. Mala situación, pésima postura la del PSOE regional a quíen no le llega el cuello de la camisa. A la ministra Narbona sólo le falta patear las braguetas de los líderes socialistas murcianos.
Qué lejos quedan aquellos tiempos en que los anuncios socialistas respecto al tema hidráulico eran del tenor abierto y dialogante que imponía el ministro Borrell: “el PHN será remitido al Consejo Nacional del Agua, para su informe”. Como debe ser. Allá por 1993, Borrell estableció una serie de medidas tendentes a dar satisfacción a las demandas futuras hasta el año 2012. Ahora Borrell se opone a lo que es una parte de lo que él propuso como medida racional de corrección de los desequilibrios hidráulicos. Una de dos, o Borrell estaba loco hace 10 años o ahora es un cínico mentiroso. Este ídolo caído que es Borrell dijo hace unos días que el único que había traído agua Murcia era él. Como no la trajera en cantimploras... En este punto, el antiguo ministro se cubre de gloria, tanto como hace unos años el ministro Trillo, en una fiesta de los Mejores de la verdad, cantando al olor de azahar que según él le recibía cada vez que venía a Murcia (siempre por Alicante, claro) mientras que el olor del río estaba en todo lo suyo.
Diez años después todo cambia. Para satisfacción de demandas en cuencas que tienen sus recursos propios agotados y necesitan transferencias de otras cuencas, don Josep en 1993 destina 3220 hm3. Aumenta los volúmenes disponibles en el interior de las propias cuencas mediante regulación en el Ebro, Duero, Guadalquivir y Júcar hasta alcanzar la cifra de 8520 Hm3, de los cuales los anteriores 3220 serían destinados a cuencas con recursos propios agotados, logrando así una conexión total entre cuencas y regido por el Sistema Integrado de Equilibrio Hidráulico Nacional (SIEHNA).
Sostiene Borrell que "la Política Hidráulica inscribe sus coordenadas en el medio plazo, en el horizonte de 20 años. El diseño de un país desde la perspectiva de la utilización de sus recursos hidráulicos se inscribe en plazos de cuartos de siglo. Por lo tanto algo muy alejado de los bandazos, las especulaciones, los golpes de efecto, las expectativas racionales o irracionales etc. etc..” Entonces, ¿a què viene ese repentino cambio descartando al Ebro como abastecedor nacional? Porque, según Borrell, el volumen total aportado por tal río, con horizonte de 2012, es de 1855 Hm3, de los cuales 575 habrían de ir a parar a la cuenca del Segura. Uno de los consultores que participaron en la elaboración del PHN del 93, César Cimadevilla Costa, manifiesta que "la proposición de transferencias de recursos hidráulicos entre cuencas distintas son el resultado de un largo y complejo proceso de planificación hidrológica". César Cimadevilla ha sido un destacado dirigente del PSOE. Mientras, Narbona resuelve en un mes, por decreto ley, olvidando que la planificación hidrológica es una norma jurídica de elaboración participada, es decir por Ley y pasando por las Cortes Generales. Los Proyectos de Directrices y Avances de Planificación no importan para quien, con escasa vergüenza, acusa de falta de rigor a quienes han hecho los deberes mientras que ella se aplica al rigor que impone determinado pacto de gobierno. Dice el PHN 93: "existen dos zonas donde es posible captar recursos excedentes para enviarlos a las áreas deficitarias; las cuencas del Duero y del Norte, y el curso inferior del Ebro, aguas abajo de su confluencia con el Segre". También, "en el año 2012, el Ebro dispondrá en su curso bajo de casi 4900 Hm3 anuales de excedentes regulados. 3000 Hm3 anuales de excedentes se mantendrán, además de los caudales necesarios para las demandas locales, regadíos, refrigeración, caudales ambientales etc...". El gran logro del PHN 93, según se dice en él, es "la incorporación al país de 2000 Km. de ríos nuevos de agua limpia". Pero es que el volumen anual de agua transferido en el horizonte 2012 sería de 3768 Hm3 y según el señor Cimadevilla "cualquier intento, aunque sólo sea intelectual, de los ribereños por apropiarse del agua que pasa por su río carece de fundamento moral o legal", ¿es esto un palo para Iglesias y Carod? Y esto que sigue, como santificación del PHN 93, cuya autoría se debe al respetable ingeniero de caminos César Cimadevilla, es una perla que no puedo dejar pasar de largo. Tome nota el lector: "no debemos considerar las transferencias hidráulicas como una opción extrema o anormal. Las transferencias desde otra cuenca han de considerarse una de las opciones impolutamente normales de obtener recursos para atender demandas. Por supuesto que podrían plantearse alternativas a las transferencias de recursos, pero podrían ser socialmente inaceptables -desafectación de los regadíos más rentables de España y desmantelamiento de la industria alimentaria que en ellos se sustenta, con las absurdas secuelas que ello representa-, o económicamente desfavorables como por ejemplo la desalación masiva de agua de mar que es una alternativa carente de cualquier atisbo de racionalidad". Espero que el señor Cimadevilla haya dejado de militar en el partido socialista y, desde luego, que Josep Borrell rectifique su punto de vista respecto a la planificación hidráulica, la cual lejos de sustanciarse en ese cuarto de siglo apuntado por el catalán habría de convertirse en un mes, más o menos largo pero intenso, durante cual Cristina Narbona ha sido capaz de enmendar un PHN que no era otra cosa que una simplificación acaso pragmática del que su partido propugnó hace poco más de 10 años.
¿Son la técnica, la política, la oportunidad y la cara dura conceptos compatibles? Yo que sé.
JUAN GUILLAMÓN
Qué lejos quedan aquellos tiempos en que los anuncios socialistas respecto al tema hidráulico eran del tenor abierto y dialogante que imponía el ministro Borrell: “el PHN será remitido al Consejo Nacional del Agua, para su informe”. Como debe ser. Allá por 1993, Borrell estableció una serie de medidas tendentes a dar satisfacción a las demandas futuras hasta el año 2012. Ahora Borrell se opone a lo que es una parte de lo que él propuso como medida racional de corrección de los desequilibrios hidráulicos. Una de dos, o Borrell estaba loco hace 10 años o ahora es un cínico mentiroso. Este ídolo caído que es Borrell dijo hace unos días que el único que había traído agua Murcia era él. Como no la trajera en cantimploras... En este punto, el antiguo ministro se cubre de gloria, tanto como hace unos años el ministro Trillo, en una fiesta de los Mejores de la verdad, cantando al olor de azahar que según él le recibía cada vez que venía a Murcia (siempre por Alicante, claro) mientras que el olor del río estaba en todo lo suyo.
Diez años después todo cambia. Para satisfacción de demandas en cuencas que tienen sus recursos propios agotados y necesitan transferencias de otras cuencas, don Josep en 1993 destina 3220 hm3. Aumenta los volúmenes disponibles en el interior de las propias cuencas mediante regulación en el Ebro, Duero, Guadalquivir y Júcar hasta alcanzar la cifra de 8520 Hm3, de los cuales los anteriores 3220 serían destinados a cuencas con recursos propios agotados, logrando así una conexión total entre cuencas y regido por el Sistema Integrado de Equilibrio Hidráulico Nacional (SIEHNA).
Sostiene Borrell que "la Política Hidráulica inscribe sus coordenadas en el medio plazo, en el horizonte de 20 años. El diseño de un país desde la perspectiva de la utilización de sus recursos hidráulicos se inscribe en plazos de cuartos de siglo. Por lo tanto algo muy alejado de los bandazos, las especulaciones, los golpes de efecto, las expectativas racionales o irracionales etc. etc..” Entonces, ¿a què viene ese repentino cambio descartando al Ebro como abastecedor nacional? Porque, según Borrell, el volumen total aportado por tal río, con horizonte de 2012, es de 1855 Hm3, de los cuales 575 habrían de ir a parar a la cuenca del Segura. Uno de los consultores que participaron en la elaboración del PHN del 93, César Cimadevilla Costa, manifiesta que "la proposición de transferencias de recursos hidráulicos entre cuencas distintas son el resultado de un largo y complejo proceso de planificación hidrológica". César Cimadevilla ha sido un destacado dirigente del PSOE. Mientras, Narbona resuelve en un mes, por decreto ley, olvidando que la planificación hidrológica es una norma jurídica de elaboración participada, es decir por Ley y pasando por las Cortes Generales. Los Proyectos de Directrices y Avances de Planificación no importan para quien, con escasa vergüenza, acusa de falta de rigor a quienes han hecho los deberes mientras que ella se aplica al rigor que impone determinado pacto de gobierno. Dice el PHN 93: "existen dos zonas donde es posible captar recursos excedentes para enviarlos a las áreas deficitarias; las cuencas del Duero y del Norte, y el curso inferior del Ebro, aguas abajo de su confluencia con el Segre". También, "en el año 2012, el Ebro dispondrá en su curso bajo de casi 4900 Hm3 anuales de excedentes regulados. 3000 Hm3 anuales de excedentes se mantendrán, además de los caudales necesarios para las demandas locales, regadíos, refrigeración, caudales ambientales etc...". El gran logro del PHN 93, según se dice en él, es "la incorporación al país de 2000 Km. de ríos nuevos de agua limpia". Pero es que el volumen anual de agua transferido en el horizonte 2012 sería de 3768 Hm3 y según el señor Cimadevilla "cualquier intento, aunque sólo sea intelectual, de los ribereños por apropiarse del agua que pasa por su río carece de fundamento moral o legal", ¿es esto un palo para Iglesias y Carod? Y esto que sigue, como santificación del PHN 93, cuya autoría se debe al respetable ingeniero de caminos César Cimadevilla, es una perla que no puedo dejar pasar de largo. Tome nota el lector: "no debemos considerar las transferencias hidráulicas como una opción extrema o anormal. Las transferencias desde otra cuenca han de considerarse una de las opciones impolutamente normales de obtener recursos para atender demandas. Por supuesto que podrían plantearse alternativas a las transferencias de recursos, pero podrían ser socialmente inaceptables -desafectación de los regadíos más rentables de España y desmantelamiento de la industria alimentaria que en ellos se sustenta, con las absurdas secuelas que ello representa-, o económicamente desfavorables como por ejemplo la desalación masiva de agua de mar que es una alternativa carente de cualquier atisbo de racionalidad". Espero que el señor Cimadevilla haya dejado de militar en el partido socialista y, desde luego, que Josep Borrell rectifique su punto de vista respecto a la planificación hidráulica, la cual lejos de sustanciarse en ese cuarto de siglo apuntado por el catalán habría de convertirse en un mes, más o menos largo pero intenso, durante cual Cristina Narbona ha sido capaz de enmendar un PHN que no era otra cosa que una simplificación acaso pragmática del que su partido propugnó hace poco más de 10 años.
¿Son la técnica, la política, la oportunidad y la cara dura conceptos compatibles? Yo que sé.
JUAN GUILLAMÓN
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