PERFORMANCE

Más allá de lograr un criterio unitario de aceptación mayoritaria, las manifestaciones de parte, a mi modo de ver, no rinden el fruto apetecido por los convocantes, excepto en contadas ocasiones. En todo caso, una manifestación pacífica tiene escasas posibilidades de lograr sus objetivos. La participación de individuos antisistema es la que, con la violencia subsiguiente, da cuerpo a que el recuerdo de unos incidentes condicione las decisiones futuras apetecidas. Pero aquellas protestas que exhiben fantasías estéticas no  exentas de una pretendida espontaneidad, provocación incluida, que son apetecidas por los medios y exhibidas por aquello de que el pueblo quiere saber, resultan falsas de toda falsedad. Y ya, por terminar, ¿qué tal sacar a la calle media docena de mujeres en pelotas para que tiren al rostro del señor obispo un par de bragas o tres?