En la Asamblea Regional, una
moción del PP acerca de determinadas lagunas en las circunstancias que tienen
que ver con menores de edad que rechazan el aborto y defienden la continuación
del embarazo ha sido objeto de críticas -y rechazo- por parte de la oposición.
Desde luego nada hay absoluto pero la coherencia debería ser la actitud más considerada. Uno de los
argumentos esgrimidos para el rechazo era que por qué obviar en la protección
propuesta al hombre embarazador, que también existe. Sí que existe pero choca
que el argumento se vuelve del revés al obviar a ese embarazador en caso de
aborto. Aquí, la mujer es dueña y señora de la decisión. Cuestión de
coherencia.
Y sigo con el asunto de marras por
aquello de la incoherencia al servicio de la ideología. En la Asamblea, cuando el PP propone ventajas
para las menores embarazadas, IU discrepa: “Se habla de las embarazadas y de
las madres jóvenes, ¿por qué no de los padres?,
esto puede ser inconstitucional pues vulnera el principio de igualdad
entre los sexos”. Pues, admirado diputado Pujante, a ver si va a ser que el
derecho de la mujer a decidir sobre su propio cuerpo en la cuestión del aborto
resulta ser, también, inconstitucional
¿O es que en el embarazo no es decisiva la colaboración del hombre en el
coito causante del mismo?
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