Estás en:
JUAN GUILLAMÓN Los planes del Gobierno
Benetiana hidráulica
JUAN GUILLAMÓN 01/02/2012
Vota
Resultado 14 votos
Sentenció Juan Benet que España es un país seco, no tanto por
la escasez de agua que recibe como por lo mal distribuida. Benet (el
ingeniero que, además, escribía) postuló en el programa de 1983 Si yo fuera presidente
que él "iniciaría la ejecución de un Plan Hidráulico como consecuencia
del cual ni una gota de agua caída en territorio español sería
desaprovechada, excepto aquellas que envía la naturaleza con intención
catastrófica y fijando para ello las condiciones técnicas por las cuales
determinaríamos sin discusión los distintos caudales ecológicos para
todos y cada uno del conjunto cardinal de los ríos, y sus afluentes, que
discurren por España".
Han pasado 29 años y de esa idea nada apenas se ha conseguido. El
derogado trasvase del Ebro marca un antes y un después en la historia
hidráulica de España; la que intuye Jovellanos, promueve Costa, impulsa
Prieto, inicia el franquismo, concreta Silva Muñoz, tabula con acierto
Borrell (siempre, Benet presente), Aznar confirma con el trasvase del
Ebro y, en fin, capitulan Zapatero y Narbona.
El Gobierno anuncia un nuevo Plan Hidrológico (mejor, Hidráulico) con la pretensión de poner a todas las españas
de acuerdo. Tras la muerte del trasvase del Ebro, procede un cambio de
coordenadas, siempre con trasvases a mano, para llegar al equilibrio
hídrico entre regiones. El itinerario debería discurrir por
procedimientos novedosos que tengan en cuenta la no vulneración de las
cuestiones básicas de la naturaleza (cuestión previa irrenunciable), el
no impedimento de futuros desarrollos en los territorios cedentes de
agua y la imposición clara y tajante de un precio (que tenga que ver con
el coste) a la misma, discriminando por usos. Y, sobre todo, que en la
distribución nueva del agua no se dé opción a incremento alguno de la
cantidad total concedida en cualquiera de sus usos. Se introduce un
nuevo concepto que habría de denominarse "agua eficaz" cuya procedencia
se obtiene de la optimización de todas las "aguas concedidas". El
porcentaje de ahorro obtenido mediante la optimización técnica de las
aguas agrícolas servirá para, mediante un organizado "mercado del agua",
transferir de un sitio a otro los volúmenes oportunos. Es esta la gran
oportunidad, pues ¡existen cientos de hectómetros cúbicos de aguas
"concedidas" potencialmente objeto de transferencia! En resumen, unos
pagan y sacan el mejor rendimiento de sus explotaciones, mientras otros
obtienen dinero que deben invertirlo en el mejoramiento de sus sistemas
de riego. Todos contentos y, lo que es mejor, muchos puestos de trabajo
originados. Y algo que debe quedar claro: ningún trasvase debe suponer
aumento alguno respecto al volumen total de agua concedida.
"La
política hidráulica no puede ser local, solamente la puede llevar a cabo
el Gobierno central, con competencia soberana sobre el agua española, y
con el lejano y supremo objetivo de conseguir una redistribución de la
riqueza hídrica española mediante la nivelación de las más flagrantes
diferencias", dijo Juan Benet.
Juan Guillamón Álvarez es ingeniero de caminos, canales y puertos y diputado por el PP en la Asamblea de Murcia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario