La rivalidad entre equipos de la Región siempre provocó iras desatadas. No es lo más recomendable, desde luego. El domingo fue una excepción pues tanto el Cartagena como el Murcia ejercieron de deportistas con el balón. Muchos gritos de ánimo por parte de las dos aficiones. Insultos, pocos. Por parte de los cartageneristas, quizá porque el resultado no estaba para bollos, muy pocos (siempre alusivos, con desprecio, a un supuesto abuso de los de la capital). En el lado murcianista, casi nada molesto; eso sí, un par de veces se cantó esa estupidez de 'a Segunda B' que tanto se entonó por la parte contraria cuando 'lo de Girona'.
La segunda parte del Real Murcia le hizo acreedor a la victoria.
Ah, y pese a quien le pese, en Cartagena me he sentido y seguiré sintiendo como en mi propia casa.
2 comentarios:
Los gallegos para esto tienen más salero. Pasé dos años destinado en Sada (La Coruña), y presencié algún que otro derbi Depor-Celta. En casa se exhibían pancartas en las que se llamaba pueblerinos a los vigueses, y éstos, muy ingeniosos, desplegaron a la vuelta una gigante que decía en letras bien grandes "BIENVENIDOS HIJOS DE LA GRAN PITA"
María Pita, heroína, con mando en Plaza (su plaza), hotel y museo. Habrá de reconocerse la inteligente puesta en la escena de la rivalidad esa pancarta, tan inespecífica como adecuada.
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