Si bien, en principio, los daños causados por un terremoto de grado Richter 5,2 no deberían haber sido del extraordinario alcance como el producido en Lorca, convendría saber que, a nivel técnico, las cosas se hubieron hecho de acuerdo con la Normativa. En efecto, el COAM (Colegio de Arquitectos de Murcia) hubo visado todos los proyectos constructivos de los edificios construidos en Lorca. Tal visado, como garantía de seguridad para la sociedad, contempla que en todos y cada uno de los proyectos visado se contiene el cálculo sísmico correspondiente. En este caso dramático que nos ocupa, puede contemplarse la bondad de lo que apunto en el hecho incuestionable de que apenas un diez por ciento de los edificios dañados han sufrido daños estructurales y, quizá, éstos hayan tenido su origen en indeterminados errores en durante la construcción. La Norma Sismorresistente no tiene alcance normativo más allá de las estructuras propiamente dichas –vigas, dinteles, nudos, apoyos ect..- y por eso es ya obligatorio extremar medidas acerca de las condiciones que deberán cumplir los aditamentos constructivos tales como techumbres, revestimientos etc.. Deberíamos admitir que, por desgracia, siempre es a partir del caos creado por un fenómeno cuando la sociedad argumenta nuevas defensas ante una situación no prevista. Estamos de lleno en esta situación recurrente en las que políticos y colectivos sociales reclaman más formulaciones profilácticas frente a las terapéuticas; esto es, ponderar mucho a la prevención.
Tienen los lorquinos (y los españoles, porque, ahora, ¡todos somos Lorca!) que apelar a su orgullo y fortaleza para que acompañados por las propuestas de los técnicos adecuados puedan resurgir de estas infaustas cenizas producto de una situación malvada a lomos de fallas tectónicas de instinto tan criminal.
2 comentarios:
Ya que hablas del visado de los proyectos constructivos de los arquitectos, ¿Qué pasará cuando los proyectos de los ingenieros de cualquier apellido lo sean para realizar presas, carreteras, puertos, puentes, aeropuertos o centrales nucleares y no requieran de la existencia de control alguno sobre la capacidad y la idoneidad del autor, más allá de una declaración responsable? ¿A quién se le pedirán cuentas de los efectos provocados por los desastres naturales o personales que se produzcan en nuestro país en el futuro? ¿A los técnicos que los desarrollaron o a quienes les dejaron hacerlo?
Fíjate que en las obras de ingeniería civil, que son todas 'pura estructura' no ha sucedido prácticamente nada. A lo mejor es porque 'alguien' se ocupó que las recomendaciones sismo resistentes se tuvieran en cuenta.
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