La ingeniería actual está dispuesta a dejar sin trabajo a los ecologistas trasnochados. Sí, quiérase o no, resulta indiscutible que el proceso ingenieril (sin matiz peyorativo alguno) tiene un fuerte compromiso con el Desarrollo Sostenible en general y con las pequeñas cuestiones ambientales en particular. Ya se practica ese cometido ambiental por el que el ingeniero incluye en el precio de las diferentes unidades de obra contempladas en todo proyecto el correspondiente coste ambiental. Esta interiorización es fruto de la asunción, por demás muy razonable, de todos los criterios que se ocupan de frenar el fenomenal aumento entrópico en la Naturaleza como consecuencia del desarrollo de infraestructuras, tecnología y desbastes sin cuento producidos por el hombre (y las miembras, también) en su afán de pasar por este mundo de acuerdo con el criterio que fijó Epicuro de forma tan breve como concisa y dando por sentado (y por supuesto) que no hay acción humana capaz de salvar cualquier impacto, por pequeño que sea. Dicho sea lo anterior para tranquilizar a la sociedad, en la medida de lo posible, frente al cúmulo de advertencias apocalípticas que, procedentes de los nichos ecologistas radicales, no hacen otra cosa que agobiar nuestras conciencias a despecho de su laxitud. La ingeniería es ya, por suerte, muy conservacionista. El esfuerzo realizado por encontrar el equilibrio entre el necesario desarrollo y la vigilancia estricta del medio natural debe ser tenido en cuenta, sobre todo porque aporta suficientes elementos de contenido harto razonables. Tanto es así que es obligado recordar que la ingeniería es una de las mejores aliadas con que cuenta la ordenación del territorio.
Por fortuna (quizás), y pese a los continuos debates entre políticos de uno y otro signo, las obras del tren AVE Madrid-Levante (precisando que determinado tramo que afecta a Murcia y Cartagena no será de tal condición sino de ‘altas prestaciones’) van a un gran ritmo. Son muchos los tramos explanados y en ejecución. Ejecución que tiene por norte el respeto a las cuestiones ambientales afectadas por la traza. Para trabajar, delante de cada dumper o motoniveladora, va un arqueólogo y ‘a la primera que observa’ se pone en contacto con las autoridades para, una vez determinada la importancia del hallazgo, documentar, catalogar, proteger, recuperar el material e incluso, llegado el caso, modificar el trazado. Especial mención merece la reserva de El Regajal, humedal reconocido como Mar de Ontígola, donde se ha protegido un arbusto utilizado por una mariposa nocturna([1]), endémica de la zona, más conocida por ‘hormiguera oscura’. En la Península Ibérica sólo están presentes en 11 localidades. Siendo imprescindible protegerla, la solución ha sido diseñar un túnel de
Bien, pues esto. Y, además, ¿podría saberse a cuánto asciende el coste del túnel? , pues todo hay que valorarlo, ¿o no?
Juan Guillamón
[1] La «maculinea nausithous» es la más oscura de las hormigueras y se identifica por su reverso de color canela en ambos sexos. Su hábitat lo constituyen praderas húmedas, en claros de fresnedas, hayedos o melojares y con hierba de entre 30 y
5 comentarios:
Señor Guillamon, encontré su blog por casualidad. Desde hoy me declaro un fiel lector. Soy admirador sobre todo de su gran amor al Real Murcia. ¡Vamos a salir de esta!
La virgen, si esque ha sio entrar aqui y presidente
VAMOS A CRAE EL EUROMURCIA!
LA AFICCION ESTA CONTIGO!
SIEMPRE REAL MURCIA!
Muchísima suerte. El murcianismo está con usted, nuestro Presidente.
Vamos a salvarnos!
Mucha suerte Juan, Murcia y los murcianos te apoyan ciegamente en este nuevo reto.
Vamos a sacar al Murcia de esta.
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