El primer pecado que deseo expiar en próximas confesiones, temeroso de Dios, será sin duda la de considerarme murciano. Por demás, me incluiré entre aquellos paisanos que, dirigiéndose al Altísimo, pedirán que se reedite aquello de: "Padre, perdona a los murcianos porque no saben lo que hacen (votar)”; y en fin, a nivel personal, procederé a imponerme la penitencia que merece mi desconocimiento profundo del Urbanismo. Nunca, en ningún caso, la explicación acerca del resultado de las elecciones celebradas el pasado 27 de mayo, estuvo más explícita. Tanto el candidato regional como la candidata municipal (Murcia), han expresado de modo tan rotundo el porqué de tal resultado. El mensaje que el PSOE dirigió a los electores, puede condensarse en el siguiente: "el gobierno regional es corrupto, y los ciudadanos que no nos voten serán, en todo caso, colaboradores necesarios; esto es, corruptos en segundo grado, lo cual es también corrupción; ¡Ah, y quien no nos vote, carece de criterio!”. A lo que puede añadirse -a modo de placebo, quizá- que “los ignorantes en materia de urbanismo estarán salvados (¿iremos al Purgatorio de las estupideces políticas?) pues todo aquel que esté ducho en la materia, y sólo él, deberá votar al partido socialista”. En consecuencia, y ante tal propuesta, los murcianos -penitentes pecadores- han optado mayoritariamente por hacer oídos sordos y continuar terne en su condición de corruptos. Pidamos, pues, perdón.
Pero como lo cortés no quita lo caliente, bueno es dar cuenta de cuál ha sido, a mi modo de ver, el pecado cometido por el PSOE regional, cuyo castigo ha sido una espectacular derrota. Veamos:
Por de pronto, parece que ha quedado claro aquello de que son los partidos políticos los que han de estar a disposición del ciudadano y no al revés, porque (claro) la mayoría de los electores no somos estúpidos. Además, siquiera por una vez, la lectura política coincide con una lectura racional de los hechos. Así, pueden anotarse seis razones que han llevado a la sociedad murciana a tomar cartas decisivas en la elección de nuestros gobernantes. A saber 1.-La estabilidad interna y meritoria (ni crisis, ni navajas, ni acosos...) del PP. 2.-Las alusiones constantes a que todo es "vil materia, podredumbre, cieno y… ladrillo" en nuestra Región. 3.-La generalización disparatada de que la corrupción nos hace participar a todos de ella. 4.-La ceguera hidráulica (revestida de A.G.U.A.) que hace oídos sordos a que, por ejemplo, en la Región, sin Ebro ni Tajo, nuestra disponibilidad hidráulica apenas alcanzaría los 900 Hm3, mientras que en el país hermano de Aragón se reservan, para su propio uso y disfrute, 6550. 5.-El excesivo uso del sustantivo "valcárcel" en los mítines socialistas, que más que uso ha sido abuso. 6.-La bisoñez alarmante de la candidata al Ayuntamiento de Murcia, quien optó equivocadamente por convertirse en otra T. Rosique (con más conchas que un galápago en esto de la dureza) en lugar de haber explotado su encanto personal.
Esto a nivel regional. En cuanto al carácter indudable que tales elecciones han tenido como adelanto de lo que ha de venir, esto es, como sucedáneo de unas primarias legislativas, lo que sigue:
1.-El radicalismo en el ejercicio del poder de la izquierda programada por Zapatero (cada vez que ha abierto un melón de propuestas, ha dejado a éste partido en dos mitades). 2.-La tiranía consentida de los conservacionistas a ultranza que han condicionado la política hidrológica de España de tal modo que más que hablar de ciencia hidráulica hoy estamos hablando de hidráulica política. 3.-El sectario uso por parte de todos los políticos (izquierda, derecha, arriba, abajo...) del término "sostenibilidad" cuando, en realidad, lo que éste quiere significar es -ni más ni menos- es el respeto que merecen tanto el bienestar ciudadano como la defensa del patrimonio ambiental frente a los abusos de un desarrollo económico exagerado, lo cual nada tiene que ver con que la sostenibilidad signifique que, sobre la base ingente de los 32 concejales y un diputado regional conseguidos, Los Verdes nos tengan que torturar. 4.- El sesgo centrífugo de la plural España, ayer centrípeta. 5.-El factor campo que siempre favorece al propietario del mismo, pues el aspirante termina enfangado en acusaciones (digamos que) injustas.
Ni de izquierdas, ni de derechas, el electorado no cautivo es del partido que más acertado está en las defensas de los intereses globales del conjunto de los ciudadanos. Tómese nota, por parte de quien corresponda, que el resultado electoral ha sido un fiel reflejo de lo que las familias murcianas desean: estabilidad económica, servicios adecuados y nada de denostar a la cultura ambiental. Y para terminar con este discurso, sobado y espeso, acerca de los pormenores que me han llevado a ser (sin quererlo) un pecador, formulo -no sé si en términos de aviso o, por el contrario, al modo de un modesto filósofo prosaico- lo que sigue: el mismo respeto, pero diferente admiración, profeso al empresario de quien dependen cientos de familias que al teórico intelectual de despacho que nos advierte de las maldades del mercado tales que convierten a todos los ciudadanos en depredadores y corruptos. Es que no es lo mismo.
Por todo lo anterior, cumpliré la penitencia que me fuere impuesta. Y, tal como dispone el genial J. Blanco: tómese cumplida cuenta de mensaje que los murcianos hemos mandado al PSOE.
La verdad, junio 2007
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