APUNTES AMBIENTALES

¿Negro o blanco?, mejor gris. Veamos. Existe un tipo de economía (¡la base del desarrollo!) que denominaremos convencional, cuya corrección inteligente nos llevaría a un tipo de economía moderada en el uso de sus factores y que tiene en cuenta los valores ambientales, esto es, la economía sostenible. Bien, hay otra economía: la economía ambiental; aquélla en donde priman exclusivamente los valores de este tipo (ambientales). No puede (ésta) descalificar a la economía intermedia (la sostenible) con tal de denostar justamente a la primera (convencional). Además, pese a quien pese ideológicamente, lo convencional, por fortuna, cada vez existe en menor cantidad, o ¿es que no estamos en democracia, no existen los partidos, el control parlamentario, el estado de opinión, la prensa libre, las organizaciones civiles y la madre que las parió?

Ojo, conservacionistas, respetemos a todo el mundo, no sea que nos carguemos el sistema. Para la población mundial, incluida Burundi -por supuesto- lo primero es comer, y no es fácil, al menos para un par de miles de millones que pululan por el mundo; luego -segundo- vale la busca de la felicidad de todos; feos y guapos, altos, bajos, negros, amarillos y hasta políticos; en tercer lugar, todos, absolutamente todos, tenemos el deber de respetar los derechos de nuestros descendientes. Y así..

Mi angustia energética de hoy es: ¿Cuánto hemos de renunciar de nuestra cuota de energía, los consumidores actuales, para dar paso a 2.000 millones de individuos que, hoy, carecen de acceso a la electricidad? Difícil contestación.

Ésta es más fácil: ¿Cómo ahorrar energía urbana de forma sencilla? Pues descartando el uso del automóvil privado, sustituyéndolo por un transporte público con muchísimo menos gasto de energía: El tranvía, que puede llevar a 220 pasajeros con el mismo consumo energético que el que lleva anejo el conjunto de tres vehículos (coches). Sería la gran venganza del tranvía, que fue eliminado drásticamente cuando, en la eclosión del vehículo privado, se vio que 'molestaba' a éste. Nunca es tarde si el proyecto es bueno.