Incluyo, como elemento positivo y muy a mi favor, este artículo, publicado por La verdad, que pretende ser una réplica a mi insinuación omeya (véase estirpe) acerca del fundador de la ciudad de Murcia, Abderramán II. Réplica fallida, pues mis dos tesis planteadas: 1.- No daré crédito alguno al movimiento ecologísta murciano hasta tanto en cuanto critique (con intensidad séxtupla) la reserva del Ebro, en cantidad de 6550 hm3, para 'uso exclusivo de los aragoneses'. Y 2.- La libertad de cátedra es todo un campo abierto para hacer política con marcados tintes muy, muy determinados.
Comprenderán mis queridos aprendices de polemistas, además, otras dos cosas: 1.- No puedo perder el tiempo rebatiendo estúpidos argumentos (¿de Laboratorio?). 2.- No por no ser ecologístas, los no ecologístas somos, todos, muy malos, malísimos.
CODA. Aprovecho la ocasión para agradecer la aparición de los ecologístas, hace más de 30 años, pues gracias a ellos, los desmanes desarrollistas sin cuento tuvieron su merecido freno y dejaran de hacer goles . Hoy, las cosas son diferentes: hay casi tantos buenos como malos; por eso no estaría mal para el ciudadano que, además de los ambientalistas, otros puedan meter goles (siempre y cuando no estén fuera de juego).
¡A las defensas, pues, ecologistas independientes.., y no tanto! Pero ni miento, ni manipulo.
LA TRIBUNA DE 'LA VERDAD, 15 de mayo, 2007
Juan, dile a Abderramán que ya puede bajar del monte (I et non plus)
DAVID SAURA LÓPEZ, JOSÉ ROBLES LÓPEZ E IGNACIO SOTO MOLINA/
El 2 y el 3 de mayo, en esta misma sección, se publicaron dos artículos consecutivos de mano del decano del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, el señor Juan Guillamón Álvarez, bajo el título Dile a Abderramán que haga su palacio en el monte (I y II). En el primero de ellos se nos aludía de forma directa, por lo que hemos creído conveniente contestar.Esta alusión llega en forma de ataque malintencionado, ya que se nos acusa de no tener criterio propio por compartir la opinión de Miguel Ángel Esteve, profesor de Ecología de la UMU, y para justificarlo nombra a sólo uno de nosotros (Ignacio Soto), alumno suyo, obviando al otro autor (José Robles), periodista, licenciado en Madrid y que no tiene el placer de conocerle. Deducimos que sólo así podía sustentar su «hipótesis de la secta ecologista».Asimismo afirma que los ecologistas están comprometidos con una opción política determinada y para argumentarlo cita al profesor Esteve « claro que en Murcia es posible un desarrollo sostenible, sólo hemos de cambiar de gobierno». Sin embargo, el señor Guillamón, que asegura no mentir ni manipular, olvidó mencionar lo que seguía: «Este cambio es condición necesaria y, aunque no es garantía suficiente (realmente de lo que hay que cambiar es de modelo de crecimiento), facilitará mucho las cosas para que lo sea»; por lo que nos da la impresión de que lee hasta donde quiere leer e interpreta lo que desea interpretar.Otro ejemplo de esta no manipulación es la cita que hace de la ecóloga Vidal-Abarca de la que destaca que no se debe extraer de un río más del 6% de sus recursos hídricos en la desembocadura con el fin de no alterar su función natural, justificando que parte de este 6% podría venir a la Región. Señor Guillamón, el río Ebro cuenta ya con 180 presas en su cuenca, 8 trasvases y alguno más propuesto. Los recursos hídricos superficiales suponen de media 18.217 Hm3, de los cuales, las demandas (lo que ya se extrae) suponen un 40% o más (CHE, usos del agua), por lo que ese 6% queda bastante superado. Por tanto los 1.050 hm3 que se pretendían trasvasar supondrían otro 5% a añadir a este alto porcentaje ¿o es que siempre se puede extraer un 6% de cualquier río sea cual sea su estado? ¿Del Segura también?No contento con ello justifica la conveniencia del trasvase derogado con la reserva hídrica para Aragón y con las recientes inundaciones. Las inundaciones son situaciones de emergencia, consecuencia de fenómenos meteorológicos puntuales, durante las cuales es tremendamente difícil obtener agua para trasvasar. Consideramos poco acertado este argumento que relaciona estas eventualidades con el trasvase, ya que estas estructuras, hasta donde nosotros (que no somos ingenieros de Caminos) entendemos, no sirven para evitarlas.En cuanto a los 6.550 Hm3 de reserva exclusiva para Aragón, y al órdago que lanza este ingeniero a los ecólogos y ecologistas para que «pongan en solfa la cuestión de la reserva hídrica aragonesa», diremos que es descorazonador que muchos políticos (de todos los colores), promotores y personas afines (Guillamón et col.) propongan, aprueben y defiendan proyectos altamente insostenibles y sustentados en intereses económicos no generales, y cuando se les han acabado los argumentos para defendernos recurran al -como los de allí lo hacen, nosotros también tenemos derecho a hacerlo-.Esta forma insostenible de pensamiento la trató de manera genial Garret Hardin en su artículo La Tragedia de los Comunes, publicado en Science en 1968, que explica la sobreexplotación de los bienes públicos de propiedad común (en este caso el Ebro) por el hecho de que todos los agentes económicos tienden a exprimir cada vez más el recurso teniendo la seguridad de que los demás harán lo mismo. Esto lleva a beneficios individuales a corto plazo y la ruina irreversible y anunciada a medio y largo plazo.Posiblemente no existiría una oposición tan frontal al trasvase si nuestra Región no sufriera un modelo de crecimiento (que no de desarrollo) depredador hasta el límite de recursos y agresivo con el territorio, basado en el monocultivo del ladrillo. Existe un término en Economía denominado Coste de Oportunidad que viene a decir (en este caso) que si dedicas agua a plantar ladrillos tendrás que quitársela a los tomates. De ahí que suene a fraude pedir agua para los agricultores cuando se pretende duplicar el número de viviendas actuales la Región y triplicar su población (suponiendo que las viviendas sean para que la gente viva en ellas, claro, y no para amasar billetes) en no más de treinta años.Respecto a su investigación que concluye que las sardinas y boquerones no dependen de los aportes del Ebro; señor Guillamón, investigan los investigadores, como Charton, usted se documenta y es muy osado afirmar que estas especies no dependen del río que aporta los nutrientes básicos de la cadena trófica de la que forman parte.En relación a la apropiación por parte de los ecologistas del término sosteniblididad, señor Guillamón, en ninguna de las herramientas de ordenación territorial aprobadas en Murcia por el PP desde la desgracia de la Ley del Suelo se ha aplicado este término con propiedad. El adjetivo sostenible implica no poner en peligro el derecho de los futuros murcianos a vivir, a disfrutar de lo mismo que nosotros disfrutamos hoy, y a desarrollarse saludablemente. Por el contrario, el gobierno regional parece haber adquirido el programa Microsoft Sostenible, que inserta este adjetivo cada 20 palabras en cualquier texto, pero no por ello hace que lo que en él se diga lo sea de verdad.Y como dijo Forrest Gump, del que ninguno de nosotros hemos sido alumnos: no tenemos nada más que decir sobre esto.
Juan, dile a Abderramán que ya puede bajar del monte (I et non plus)
DAVID SAURA LÓPEZ, JOSÉ ROBLES LÓPEZ E IGNACIO SOTO MOLINA/
El 2 y el 3 de mayo, en esta misma sección, se publicaron dos artículos consecutivos de mano del decano del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, el señor Juan Guillamón Álvarez, bajo el título Dile a Abderramán que haga su palacio en el monte (I y II). En el primero de ellos se nos aludía de forma directa, por lo que hemos creído conveniente contestar.Esta alusión llega en forma de ataque malintencionado, ya que se nos acusa de no tener criterio propio por compartir la opinión de Miguel Ángel Esteve, profesor de Ecología de la UMU, y para justificarlo nombra a sólo uno de nosotros (Ignacio Soto), alumno suyo, obviando al otro autor (José Robles), periodista, licenciado en Madrid y que no tiene el placer de conocerle. Deducimos que sólo así podía sustentar su «hipótesis de la secta ecologista».Asimismo afirma que los ecologistas están comprometidos con una opción política determinada y para argumentarlo cita al profesor Esteve « claro que en Murcia es posible un desarrollo sostenible, sólo hemos de cambiar de gobierno». Sin embargo, el señor Guillamón, que asegura no mentir ni manipular, olvidó mencionar lo que seguía: «Este cambio es condición necesaria y, aunque no es garantía suficiente (realmente de lo que hay que cambiar es de modelo de crecimiento), facilitará mucho las cosas para que lo sea»; por lo que nos da la impresión de que lee hasta donde quiere leer e interpreta lo que desea interpretar.Otro ejemplo de esta no manipulación es la cita que hace de la ecóloga Vidal-Abarca de la que destaca que no se debe extraer de un río más del 6% de sus recursos hídricos en la desembocadura con el fin de no alterar su función natural, justificando que parte de este 6% podría venir a la Región. Señor Guillamón, el río Ebro cuenta ya con 180 presas en su cuenca, 8 trasvases y alguno más propuesto. Los recursos hídricos superficiales suponen de media 18.217 Hm3, de los cuales, las demandas (lo que ya se extrae) suponen un 40% o más (CHE, usos del agua), por lo que ese 6% queda bastante superado. Por tanto los 1.050 hm3 que se pretendían trasvasar supondrían otro 5% a añadir a este alto porcentaje ¿o es que siempre se puede extraer un 6% de cualquier río sea cual sea su estado? ¿Del Segura también?No contento con ello justifica la conveniencia del trasvase derogado con la reserva hídrica para Aragón y con las recientes inundaciones. Las inundaciones son situaciones de emergencia, consecuencia de fenómenos meteorológicos puntuales, durante las cuales es tremendamente difícil obtener agua para trasvasar. Consideramos poco acertado este argumento que relaciona estas eventualidades con el trasvase, ya que estas estructuras, hasta donde nosotros (que no somos ingenieros de Caminos) entendemos, no sirven para evitarlas.En cuanto a los 6.550 Hm3 de reserva exclusiva para Aragón, y al órdago que lanza este ingeniero a los ecólogos y ecologistas para que «pongan en solfa la cuestión de la reserva hídrica aragonesa», diremos que es descorazonador que muchos políticos (de todos los colores), promotores y personas afines (Guillamón et col.) propongan, aprueben y defiendan proyectos altamente insostenibles y sustentados en intereses económicos no generales, y cuando se les han acabado los argumentos para defendernos recurran al -como los de allí lo hacen, nosotros también tenemos derecho a hacerlo-.Esta forma insostenible de pensamiento la trató de manera genial Garret Hardin en su artículo La Tragedia de los Comunes, publicado en Science en 1968, que explica la sobreexplotación de los bienes públicos de propiedad común (en este caso el Ebro) por el hecho de que todos los agentes económicos tienden a exprimir cada vez más el recurso teniendo la seguridad de que los demás harán lo mismo. Esto lleva a beneficios individuales a corto plazo y la ruina irreversible y anunciada a medio y largo plazo.Posiblemente no existiría una oposición tan frontal al trasvase si nuestra Región no sufriera un modelo de crecimiento (que no de desarrollo) depredador hasta el límite de recursos y agresivo con el territorio, basado en el monocultivo del ladrillo. Existe un término en Economía denominado Coste de Oportunidad que viene a decir (en este caso) que si dedicas agua a plantar ladrillos tendrás que quitársela a los tomates. De ahí que suene a fraude pedir agua para los agricultores cuando se pretende duplicar el número de viviendas actuales la Región y triplicar su población (suponiendo que las viviendas sean para que la gente viva en ellas, claro, y no para amasar billetes) en no más de treinta años.Respecto a su investigación que concluye que las sardinas y boquerones no dependen de los aportes del Ebro; señor Guillamón, investigan los investigadores, como Charton, usted se documenta y es muy osado afirmar que estas especies no dependen del río que aporta los nutrientes básicos de la cadena trófica de la que forman parte.En relación a la apropiación por parte de los ecologistas del término sosteniblididad, señor Guillamón, en ninguna de las herramientas de ordenación territorial aprobadas en Murcia por el PP desde la desgracia de la Ley del Suelo se ha aplicado este término con propiedad. El adjetivo sostenible implica no poner en peligro el derecho de los futuros murcianos a vivir, a disfrutar de lo mismo que nosotros disfrutamos hoy, y a desarrollarse saludablemente. Por el contrario, el gobierno regional parece haber adquirido el programa Microsoft Sostenible, que inserta este adjetivo cada 20 palabras en cualquier texto, pero no por ello hace que lo que en él se diga lo sea de verdad.Y como dijo Forrest Gump, del que ninguno de nosotros hemos sido alumnos: no tenemos nada más que decir sobre esto.
David Saura López es licenciado en Ciencias Ambientales, José Robles López es periodista e Ignacio Soto Molina es estudiante de Ciencias Ambientales.
1 comentario:
Muy bueno el blog, le felicito aunque debo confesarle que soy de la parte contraria a la visión ingenieril de la vida.
Pero por lo menos es de agradecer que sea de los pocos que tiene un espíritu abierto al debate. Sobre todo teniendo en cuenta el nivelazo de los debates públicos en nuestra Región.
Sólo quería preguntarle ¿qué opinión le merece el asunto de la desprotección de la Marina de Cope?
E invitarle a que conozca nuestro punto de vista con la campaña que hemos iniciado desde la Asoc. Oficina Verde de la Univ. de Murcia.
http://www.um.es/eubacteria/marinadecope.html
Saludos cordiales
Jose Pedro Marín
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