En la urbanización 'El Rebite', aquende Granada, se resuelve con brillantez el compromiso anual. Arroz caldoso, morcillas y alguna longaniza, componen el menú. Bajo la presidencia de la tía Tere -dándole de leches a la poco delicada manera en que la edad se nos echa encima, nos encomendamos, todos, sin fisuras, a Santa Tíarosita, bajo cuya advocación espiritual agradecemos su póstuma e inmarcesible prueba de bondad sin límites: ¿Desde dónde nos paga el banquete? Fácil, sencilla la respuesta.
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