UN AÑO DE ALERTA EN SANTANDER
AL SUR DE CANTABRIA
VALLES PASIEGOS. - Los Valles Pasiegos son una excepción, quizá, para confirmar cierta regla que pone en consideración el aprovechamiento de recursos minerales para abaratar la Energía y, no solo eso, sino para reducir radicalmente emisión de CO2 a la atmósfera. Los Valles son una exigente excepción, por su belleza, por sus valores naturales y por su especial significación en la imagen de la Montaña –peñas arriba, peñas abajo-. Estudioso como soy de fracking, estoy muy en contra de quienes están en contra de él. Como sucede con lo nuclear, el fracking resulta ser un comodín para los que asumen una ideología de izquierdas. En esto de fracking, es muy posible que ni el 5% de los ciudadanos sepan bien cuál es su funcionamiento, las ventajas e inconvenientes de su práctica. Sin embargo, del fracking, opina casi todo el mundo. Esto es mi punto de vista general. En lo particular, de fracking en los Valles, nada de nada. Es como si en vez de haber arbitrado, según estricta conciencia hidráulica, la instalación de la Autovía del Agua a lo largo de la costa cántabra, se hubieran dispuesto embalses de regulación en ls cuencas del Pas, Miera y Asón. Hubiera sido un disparate, sin duda.
NO CAMBIES. - Si te llaman por teléfono para proponerte un cambio de operador telefónico, les dices que no: siempre será mejor malo conocido que bueno por conocer. Si ofrecen cambio de operador de internet, les dices que tampoco; ¿cambio de operador de televisión?, te niegas a hacerlo. Para cambios de seguros de hogar, coche (0 mascota), ni caso. ¿Cambio en tu decisión de voto? Nunca. Si te llaman para comprar vinos, te niegas; para hacerte socio de una peregrina organización, dices que no tienes perras. Para participar en una cadena donde se gana pasta, no caigas en la trampa. Cambio de pareja, cambio de equipo deportivo, cambio de entidad bancaria, no conviene, no piques. Es posible que algunos quieran darte por saco: ¡Te niegas! No cambies de equipo, ni de playa: vuelve siempre a Santander. No te conviertas en un vulgar tránsfuga, no se lleva nada. No cambies en nada. Siempre será mejor sufrir por algo conocido que quedar al albur de sufrir por algo por descubrir. Si piensas que la Tesis de Pedro Sánchez es un camelo cum laude, mantente firme, y si ahora te cuentan que las dimisiones de ministros socialistas, venidas y por venir, son producto de chantaje, les dices que no, que son tan válidas, al menos, como aquellas de las cremitas de Cifuentes. No cambies, la vida sigue igual.
LA LUZ. - Durante toda la legislatura en la que Rajoy estuvo al frente del gobierno no hubo pasado ni un minuto en que las distintas partes de la oposición, hoy enjaretadas en inverosímil puzle, pusieran a caldo, entre otras cantinelas, cualquier medida en la gobernanza del precio de la Luz. El populismo de Podemos siempre hizo pertinaz presa en tan específica e importante cuestión. En la actualidad, ya bajo gobierno socialista, el precio de la Luz se sube por las nubes, en medio de tanta demagogia y frustrante actitud de los actores en el mundo de la Energía. Ayer, tanto exigir y hoy tanto por justificar. Y tiene gracia este asunto porque los papeles se han cambiado con radicalidad extraordinaria. El gobierno de la Izquierda, aguantando en intento desesperado por mantener el impuesto vigente del 7% sobre generación eléctrica, y el PP, ahora en acción opositora, con propuestas de eliminación, pues ello supondría un ahorro de, al menos, un tres por ciento, que afectaría no solo a empresas sino a las familias. La no resolución del asunto dejaría al descubierto lo insustancial que los mensajes populistas, dictados en la oposición, siempre contienen. Ya va siendo hora de que alguna de las propuestas con las que inició la singladura este (¡tan imposible!) gobierno, enseñe la patita. Y se vea algo de luz en esto de la Luz.
DE LA SERNA. - Durante años un grupo de vecinos, cercanos a las vías del tren y constituido en Plataforma, estuvo durante años, en Murcia, reclamando que la llegada del AVE fuera soterrada. Con éxito, tino y gran repercusión mediática muy en exceso. Gobiernos del PSOE y PP, sucesivamente, fueron modificando los proyectos a fin de dar satisfacción a los requerimientos de la Plataforma. Ésta, cada vez más crecida, se miraba en el Gamonal de Burgos y a cada logro pedía más cada vez. Finalmente, en mayo de este año, el ministro Iñigo de la Serna aprobaba y adjudicaba un proyecto que respondía a la totalidad de las exigencias de la Plataforma. Pero ésta, muerta de éxito, vio que -más allá de su objetivo inicial y contando con la colaboración de Podemos, PSOE y Ciudadanos- su actividad podía debilitar al gobierno del PP, y cuando de la Serna llegó a Murcia a presentar el proyecto, en las vías aparecieron colchones, las vallas de protección arrumbadas y maquinaria incendiada. Apeló al orden frente al peligro existente y tras presentar sus credenciales ferroviarias, sugirió al delegado de gobierno llevar las fuerzas del orden a las vías para evitar males mayores. La Plataforma, ingrata, lejos de agradecer al ministro el esfuerzo inversor, lo acusó de chulo y de venir a provocar. Hoy, ya con el PSOE en el gobierno, las obras del proyecto de de la Serna discurren con toda normalidad. Fue verdaderamente escandaloso lo que a de la Serna se le hubo aplicado por esa plataforma de signo claramente político.
VUELVO A SANTANDER. - El día en el que mis viejos amigos y yo hubimos cumplido tropecientos años, quisimos celebrarlo en Cantabria. Recibidos por Piluca Balda en Santoña, pernoctamos en la Casona de El Arral de Liérganes durante una semana. Allí, por las noches, entre mil bondades más, fue posible disfrutar del murmullo del Miera a su paso por la localidad, camino de su desembocadura –Ría de Cubas- en la Bahía de Santander. Descubrimos los placeres que nos ofreció Cabárceno y su fauna, San Román y su exquisito restaurante, Arredondo –previo paso por Alisas-, el original y salvaje nacimiento del Asón, y Ampuero, Limpias, Colindres, Laredo y, ya por la autovía, la llegada, tras rebasar Medio Cudeyo –Valdecilla, al fondo- a Santander.
Misa en Santa Lucía, espectacular restauración gastronómica en Puertochico, una apresurada excursión hasta Cueto y una mirada nostálgica a los Campos de Sports del Sardinero. Como colofón, el último día, cómo no, baño en la Segunda del Sardinero, la Castañeda. Final feliz de cumpleaños con cena emocionante en Castelar, a los pies de la escalinata de Santos Gandarillas, amenizada por un cuarteto que nos regaló Marcos Pantaleón, ese ingeniero total. Todos los años, vuelvo a Santander. La herida que la vejez me ocasiona, encuentra su alivio en los viajes a Cantabria.
ADIÓS SOCIAL-DEMOCRACIA. - A vueltas con la Izquierda española cabría preguntarse si todos aquellos que se consideran de izquierdas lo siguen siendo en realidad. El derrote que, paso a paso, se está dando en España es muy notable pues las diferencias entre PSOE y Podemos cada vez son menos nítidas, y ello demuestra que en la izquierda las cosas se mueven sin el control clásico -y moderno- que la socialdemocracia exige para adaptar el socialismo a las economías de libre mercado. En definitiva, que Sánchez en nada se compadece con Felipe González. Y es que la presión de Iglesias resulta por momentos más que determinante. Ya se sabe que la pretendida superioridad moral de la Izquierda sanciona más gravedad en la sustracción de unas cremitas revitalizadoras para el físico femenino que el bochorno que supone una investigación dolosa acerca de 3,500 millones supuestamente mal empleados por el gobierno andaluz, pero, ¿toda la izquierda está de acuerdo con esto? Resultaría francamente dudoso. Y de las incoherencias entre lo que la Izquierda hubo sostenido antes de la Censura y todo lo contrario que se admite tras ella, ¿qué? Seguro que hay gente de izquierdas que ante lo que es no dar una a derechas son menos de izquierdas que antes. Esta circulación, guiada por Iglesias, convertido en subcomandante en jefe de una izquierda que se radicaliza, está poniendo a la socialdemocracia cara a la pared, lo cual no es bueno para nadie.
CIUDADANOS. - En la trayectoria de Ciudadanos, como oportunista partido político se ve un derrote claro y decidido en busca de algo interesado. Lo que en un principio supuso para ellos la etiqueta de partido centrista, según el devenir de los asuntos políticos, con la aparición de una nueva cantinela, aquella etiqueta de intencionalidad primitiva sufrió un radical cambio de rumbo. En efecto, si examinamos las características de esta renovada trayectoria puede verse que el objetivo final no ha sido otro que el de desplazar al PP de la derecha, procurando su desaparición. El hecho de que Ciudadanos, en su fundación, se nutriera de avispados militantes de UPyD no ha sido obstáculo para que, oportunamente captados, algunos otros espabilados procedentes del propio PP hayan promocionado toda una estrategia de desgaste al PP, tan crucial como para que, precisamente, fuera Ciudadanos quien encendiera la mecha para dar lugar a esa moción de censura que, al fin y a la postre, ha configurado el actual gobierno, cuya única y exclusiva justificación se encuentra en la disposición total de todos quienes la apoyaron para acabar con el gobierno del Partido Popular. Ahora, de cara a unas nuevas elecciones que se presentan como muy probables, Ciudadanos está dando muestras de dar signos de apoyos al Partido Popular, y a proponer justas acciones muy propias de las que habrían propuesto los propios populares. Es toda una estrategia de captación de votos en el vivero popular. Después de ver al PSOE apoyado por quienes lo mantienen en el gobierno (independentistas, amigos de Bildu, golpistas, activistas de izquierda radical) que pueda verse un gobierno de derechas con la gente e ideología de Rosa Díez, no resultaría nada extraño.
1978-2018. - Cuarenta años de nuestra Constitución apenas es nada. Todo político ufano que se precie habla de ella como armatoste revisable: parece lo políticamente correcto en todo caso. Sin embargo, nadie (así lo parece) dice, no ya el por qué sino el qué merece ser revisable de su articulado. Mi opinión es que ahora no es momento oportuno, pues las cuestiones que se barajan para su modificación tienen que ver, en la mayoría de sus circunstancias, con el conflicto (insufrible conflicto) que el Estado tiene con Cataluña, y el objetivo de las modificaciones debería ser asegurar mayor igualdad entre los españoles. Lo que a lo largo de esos cuarenta años debería significarse que la Constitución no ha dado por resuelto serían algunas de estas cuestiones que, de seguido, expongo. 1. – Es necesario un Plan Nacional del Agua del que todo el mundo habla y nadie tiene el coraje de abordar. 2. – Tal y como están dispuestas las normas de los partidos, los diputados y senadores están más pendientes de la dictatorial ley de hierro con la que se rigen sus partidos que de los intereses de los ciudadanos. 3. - La facilidad con la que se pone en entredicho la Monarquía tiene como fatal consecuencia subvertir todo el proceso habido en la Transición. 4. – El febril asunto de la Memoria Histórica no debería buscar la alternativa entre recordar y olvidar, sino simplemente en saber o no saber. Dejemos la Historia a los historiadores, pues a los políticos solo el presente y el futuro es lo que hubiera de ocuparles. 5.– Bien sea recibida la pluralidad, pero a la hora de gobernar, ponerse de acuerdo un montón, siempre, quiérase o no, la gobernanza no resulta gobernable ¡Viva la Constitución de 1978!
ALBERT SERRATOSA. - En 1967 la ciudad pujante que era Santander apenas disponía de centros de estudios universitarios. La oferta se limitaba a una Escuela de Peritos Industriales y otra de Náutica. Escaso bagaje para tan importante ciudad y provincia-región tan acreditada. La tradición ingenieril de Cantabria fue la que impulsó la creación de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de Las Llamas. A Partir de ahí y como fructífero embrión de las ciencias y de las letras, paso a paso, fue erigiéndose la hoy muy acreditada Universidad de Cantabria que, junto a la insigne Universidad de Verano Menéndez Pelayo, son orgullo y seña de la región cántabra.
Albert Serratosa fue un ingeniero de caminos innovador y cuyo compromiso social indesmayable le llevó a ser considerado como el paradigma del modo de hacer ingenieril capaz de diseñar un territorio ordenado y habitable para el hombre, en todos los sentidos: social, económico y cultural en el ámbito urbano. El Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, viendo en él un patrón ideal para seguir pautas sostenibles, instituyó el Premio Ciudad y Territorio Albert Serratosa que este año ha merecido el Santander Smartbay Master Plan por el que se logra una plena y brillante integración del frente marítimo y la ciudad. Qué hermosa está la Bahía/ cuando está brava la mar/qué bonito es Santander/qué belleza sin igual/de Cantabria, la señora… Así reza el cantar que, sin duda, anima a los santanderinos en su pasión por la mar, mirando al Sur, ya sin temor, y que sabiamente organizados en plena democracia, han hecho posible, desde aquellos lejanos tiempos en que Aguilar, Bengoa y Quince impulsaron la Escuela de Caminos, dar mayor lustre si cabe al Puerto cuya fachada hoy recibe el reconocimiento a la belleza y al urbanismo responsable con el Premio Albert Serratosa.
QUÉ SE DIRÍA. - Se pregunta Chema Puente qué dirían un montón de santanderinos, entre ellos, Geluco y Arturo, respecto a la escollera de la Magdalena. Para el cantautor cántabro todo está claro: que quiten ese espigón. En tal vibrante canción protesta, a Chema se le olvida preguntar al IHCantabria. No sabría decir cuál sería la respuesta pero, fijo, de darla sería de lo más correcto. Resulta inverosímil ver cómo en la ciudad donde se ubica el IHCantabria, cuya categoría científica goza del mayor reconocimiento mundial en su especialidad – alta tecnología en el ciclo del Agua en cualquiera de sus facetas- tres administraciones rivales, las unas contra las otras entre sí, no sean capaces de arbitrar una solución que técnicamente favorezca la óptima circulación de las arenas, respete la mecánica tradicional de la Bahía y contemple los impactos sociales y estéticos de manera imparcial, alejados los criterios siempre interesados de los políticos en acción. Ya es mala suerte que las circunstancias se vuelvan tan adversas con la composición de los gobiernos en danza. No hay peor situación que tres gobiernos de diferentes signos en busca de una solución. La Magdalena, mientras el irritante sí o no con que se mira el proyecto, está resultando harto perjudicada. Sépanlo todos quienes participen de esta duda. Conforme pasa el tiempo, las razones técnicas se desvanecen mientras las políticas toman músculo. Y, en el ínterin del desacuerdo, se está dando pábulo a una de las desgracias más irracionales que el tránsito político nos propicia y que no es otro que, en meses, quienes, en el Gobierno, tuvieron razones técnicas para aprobar el proyecto, ahora, gente de ese mismo Gobierno, busca otras razones distintas para desautorizarlo, pues si ayer el PP estaba donde hoy lo está el PSOE eso cambia radicalmente el panorama. Quizá si cuando se hubo practicado la información pública previa a la aprobación del proyecto del espigón de marras el silencio total no se hubiese producido, seguro que las cosas hubieran ido mejor para Santander y su Bahía. Hoy debería procederse, con el tiento oportuno político, encomendar al IHCantabría que diga y razone cual es la mejor solución. Encontrada ésta, que Chema Puente la escriba y la cante para universal conocimiento de todos.
FIN DE AÑO. - Vamos a despedir un año, cuanto menos, original. Las cañas se volvieron lanzas a eso de primeros Junio, justo cuando el gobierno del PP remataba la faena con los del PNV a fin de encontrar votos suficientes para aprobar los presupuestos generales del año. Tiene bemoles la cosa, que una aprobación necesaria para la marcha del Estado tenga que tardar en llegar hasta cuando ha transcurrido casi la mitad del periodo para el cual es de aplicación. El gobierno del PP quejándose, con razón, mientras el PSOE practicó esa estúpida cantinela del No es No, finalmente encontró en los vascos ese ‘desinteresado’ apoyo tan característico de ellos. Llega Junio, y aun cuando ni en el país de los disparates pudiera entenderse, una moción de censura llevada por 86 audaces diputados alcanza una mayoría suficiente, tras lograr el apoyo a la iniciativa de los enemigos de España, esto es, de los antisistema que aspiran a derogar los principios por los cuales, hace 40 años, se hizo una transición exitosa desde la dictadura a la democracia (una democracia firme y duradera, a lo que se ve); de los independentistas que no paran de socavar la estabilidad del estado a fin de lograr un república del todo imposible de acuerdo con la Constitución; y, en fin, de quienes, de alguna forma, podrían ser considerados los sucesores intelectuales del criminal terrorismo de ETA. Sí, una amalgama sin sentido dio sentido a lo que es hoy un gobierno. Y, otra vez, los presupuestos de por medio, con la particularidad graciosa –por no decir otra cosa- de tener que admitir, en lo más fantástico de lo político, las admoniciones que el Gobierno expresa y que, para pasmo político de cualquier observador, coinciden, con suficiente exactitud, con las que el anterior gobierno administraba para ellos mismos – los del PSOE- con la súplica de que se bajaran del burro ése que transportaba aquel terco sistema que responde por No es No. Así las cosas, pese a que lo que ayer nos hubiera parecido un gobierno imposible, sin embargo ahí está mostrando su incapacidad de gobernar.
GRAVEDAD. - No es bueno creer a pie juntillas eso que los políticos, a nuestra bola, intentamos convertir en verdad indiscutible pues, con frecuencia y sin sofisticadas apariencias, lo que se afirma no es más que pura mentira. Durante la entronización de Marta Bosquet (C’s) como presidenta del Parlamento Andaluz, la voz potente del portavoz del PSOE expresó (sic) que la aparición de VOX ‘es el hecho más grave de la historia de la autonomía andaluza’, y que es solo comparable al momento en que UCD (1980) pedía el No para el Estatuto de Autonomía. Si no fuera porque más de uno no nos chupamos el dedo, esto iría a misa. Pero no, UCD no votó contra la autonomía andaluza, votó a favor de llevarla a cabo según el artículo 143 de la CE y no por el 151 que valió para las llamadas comunidades históricas: Cataluña, Galicia y País Vasco. Hay que decir que por el art. 143 han llegado a su plena autonomía todas las comunidades autónomas de esta plural España. Andalucía, por ese camino hubiera llegado a donde hoy se encuentra, sin duda. Así es que nada de hecho grave el de UCD con Andalucía. Se ha dicho que si a los números y a las letras las torturas convenientemente, al final darán razón a nuestros argumentos, por mucho que estos resulten ridículos y fantasmagóricos. De los cuales, el mejor ejemplo pudiera ser ése que determina la aparición d VOX en Andalucía como el ‘hecho más grave’ de su historia, como si los interminables trámites judiciales, iniciados por la jueza Alaya, para dar tralla a las circunstancias de los ERES fuera una broma para Chaves, Griñán y el montón de ejecutivos políticos que, ente todos y según se cuenta, fundaron un buen ´pesebre’ para uso y disfrute de algunos andaluces, los más espabilados. Ni los asuntos de VOX, con sus propuestas populistas, que en modo alguno se llevarían a cabo según se nos anuncia desde una izquierda cada vez más excitada, ni que ahora, como parte del invento éste de la memoria histórica, UCD estuvo en contra de la autonomía andaluza, son cosa de gravedad extrema. Sí que lo es el hecho de que hoy España esté gobernada por quienes son sus propios enemigos declarados: el Independentismo y los Antisistema anticapitalistas. Ambos sí que se dan de leches, cada día, con la Constitución y esto sí que es grave.
SANTIAGO, EL DE VOZPORNOCHE. - Dóblese el mapa de España y se podrá ver, de entrada, lo drástico que resulta contemplar el sur y el norte, frente a frente, en cuanto se adivina toda una pluralidad de sensaciones, en lo físico y en lo social. Cantabria, verde y explosiva en su naturaleza, frente a Murcia, reseca y acalorada, pendiente de un agua esquiva que pudiera hacer florecer una huerta apremiada. Me gusta Cantabria por todo lo contrario, por lo henchido de vida de sus territorios, y que sin embargo quedan deshabitados por la fuerza del progreso, por lo extraordinariamente diversificados de sus núcleos poblacionales y por la abundancia excesiva (y obligada) de ayuntamientos que recogen a su vez un montón de núcleos urbanos, tantos que, aquí en Cantabria, como en ningún otro sitio se hace muy necesaria la labor regional de su gobierno autonómico. Unas cifras, permiten entender esta cuestión que obliga a una gobernanza más intensa por parte del gobierno cántabro. Murcia, con una extensión de 11.300 km2 se organiza en 45 municipios, mientras que Cantabria con la mitad de extensión, 5.250 km2, dispone de 105. Casi la mitad de lo uno, y más del doble de lo otro. Y lo que resulta más sorprendente de esta organización es que todos esos municipios se articulan en numerosos núcleos de población. Buen ejemplo de ello es Luena, cuyos actuales 615 habitantes se distribuyen en 28 núcleos de población, uno de los cuales, de nombre espectacular -¡Vozpornoche!- alberga a ¡un solo habitante!, de nombre Santiago. Luena, a lo largo del siglo pasado perdió casi un 70% de su población. La vida en los valles pasiegos es extremadamente dura; cabañas, prados y vacas resultan ser un marco tan hermoso como inconveniente para los modos de vida actual. No sé a ciencia cierta si a los de Luena se les llama luenenses u otra cosa, pero sí que, desde hace un montón de años, los luenenses nacemos en un montón de sitios; al sur de Cantabria, entre otros lugares, si bien es posible que podríamos sentirnos tan pasiegos como el busto de Riancho en Entrambasmestas. Alma y corazón de indianos, sin duda. Cantabria es tan diferente como grande en su extraordinaria belleza.
PROFILAXIS Y TERAPÉUTICA. - No puedo considerarme un caso especial de vocación profesional declarada, desde luego y ello me ha llevado por ese camino paralelo en donde prima lo accesorio sobre lo fundamental. Antes de iniciar la carrera, a un tío mío ingeniero, no demasiado proclive a prestar favores, con el fin de ilustrarme en el complejo camino de los ‘caminos, canales y puertos’, le cogí un libro cuyo título rezaba ‘Profilaxis y terapéutica del hormigón’. En mi despiste inicial, me dije ¿pero esto de qué va, de medicina?, ¿no es cosa de ingenieros lo que yo, algo ingenuo, he elegido? Pues, en efecto, no era cosa de medicina pues el hormigón es el rey de los materiales de construcción y su conocimiento estricto es de especial importancia para el ingeniero. Armado o sin armar, es un reológico instrumento listo para dar solidez a las estructuras, y de su estudio han ocupado el tiempo cientos y miles de estudiosos ingenieros. Del libro deduje (o, quizá, más tarde pude deducir) que lo primero era estar prevenido de las inconveniencias que pudieran ocurrir una vez establecidas sus funciones con la aparición de cargas excesivas (profilaxis) y, después, disponer del oportuno conocimiento de los medios para remediar carencias sobrevenidas, ya durante su empleo (terapéutica). La aplicación de algo, supuestamente indicado para el entendimiento de las cosas en medicina, a otros campos de la ciencia, me resultó oportuno. Así las cosas, hoy llevo esa interpretación a lo que me ocupa y tiene que ver con la función del sistema carcelario en España. Creo que debería aceptarse que la pena de cárcel es la profilaxis que defiende a la sociedad y no una imposible terapia para rehabilitar al reo. Hacer de la terapia en la cárcel un objetivo, resulta difícil de asumir. Un pederasta, un pedófilo, ¿podría corregir su orientación sexual por haber estado encerrado entre rejas? La respuesta es no. Dar un repaso a la prisión permanente pero revisable parece necesario.
LA MUJER Y LA DERECHA. - Me manda, como cosa curiosa, mi pariente César Lucio, un padrón de la población de Luena (Cantabria) de finales del siglo XIX. Y tan curiosa que resulta. Hay en él una cuestión que hoy, impresiona: no hay mujeres en la las listas, ¡solo hay hombres! Labradores, jornaleros, un par de curas, un abogado y algunos maestros pero ninguna mujer ¡En 1890 las mujeres no existían! Hoy la situación difiere mucho de lo que era hace 128 años. No hay color, pero, sin embargo, vistas las cosas desde la ideología de derechas, el asunto de la lucha por la igualdad entre hombres y mujeres no ha hecho sino empezar. Por eso estimar exageradas cualesquiera medida que la normativa imponga -en esta cuestión- a nuestra sociedad debería ser rechazada. La gente de derechas no deberían dejarse azuzar por esos progresistas de salón que, desde la izquierda, pretenden adjudicar intolerancias que no se practican. Es todo un mantra aquello que posiciona a la derecha en contra de la igualdad entre hombres y mujeres. Las exageraciones de los puntos de vista acerca de la cuestión solo tienen que ver con la intención del progresista de turno para definir al contrario como elemento ideal sobre el que practicar su crítica. Cualquier ley es perfectible, manifiestamente mejorable; nada existe perfecto. Pero si de alguna ley, en este momento, no resulta oportuno su modificación, es de la que hace referencia a la violencia de género (que por cierto más que de género debería hablarse de sexo) pues las determinaciones que contienen, por muy inadecuadas que fueran (solo en algún sentido), no habrían de ser, en este momento, enmendadas, pues constituyen la necesaria vía hacia una igualdad aún no alcanzada. Es más, esta cuestión habrá de ser resuelta en su totalidad por generaciones siguientes, pues la nuestra todavía está demasiado intoxicada por los modos y maneras que han situado a la mujer en un escalón inferior respecto al hombre. Todo queda por hacer. Y ya que estamos, es lástima lo Beitia, pero que Buruaga renazca es bueno para el PP y para Cantabria. Y es que cuando a los poderes centrales se los fuerzan a intervenir demasiado, la cosa no suele resultar bien.
EL FUTURO. - El futuro se nos ha venido encima y no en forma de futuro esperado. Es un futuro más sorprendente de lo que todo futuro suele proponer. Así es que se puede afirmar, sin reparo alguno, que el futuro ya no es lo que era. Es más, todo rueda con tanta rapidez que puede parecer que el futuro es, no ya el presente sino el mismísimo pasado. Poner puertas a lo que el futuro descubre día a día no es buena práctica pues, tarde o temprano, el futuro nos devastará si no nos agarramos bien a él. 2019, fue el futuro lejano de 2000, y entre ellos no tienen nada -casi nada, mejor- en común. Ayer, no pro hoy llevo en mi bolsillo una agenda, una cámara de video, otra de fotos y un álbum grande para guardarlas; un reloj despertador, una completa colección de mapas de carreteras, un termómetro inteligente y un teléfono con pantalla visor; una enciclopedia universal, diccionarios de inglés, francés y ruso: una linterna, una máquina calculadora científica, una Guía del Camino de Santiago, una televisión y un aparato GPS para el coche; clases de inglés con una nativa, un dictáfono y una brújula; una colección de discos, un montón de libros, una videoteca muy completa, una radio portátil y treinta y seis juegos electrónicos para mis nietos; aplicaciones que me permiten sacar entradas para espectáculos, organizar viajes; el Banco en mi casa y un montón de cosas más. Nunca hubiere imaginado que esto pudiera llegar con tanta rapidez. A lo vulgar, ‘hay que estar al loro’, y reciclarse con rapidez para que los cambios no nos pillen desprevenidos. Quien avisa no es traidor. Yes que, en efecto, el futuro dista mucho de ser el que era.
SI YO FUERA PRESIDENTE. - Puestos en el disparadero de la fantasía que ocupa el caletre de quienes, heridos por la vejez, padecemos una edad avanzada, en ausencia de esa consideración inteligente que, antaño, ponderaba, sin barreras, a nuestras maduras y poco ajetreadas inteligencias, me propuse, ayer por la tarde, o anteayer, no recuerdo bien, imaginar personajes ajenos a mi discreta condición, pero de brillantez contrastada, como cosa propia, tal que yo fuera uno de ellos, al tiempo que me preguntaba, ¿qué hubiera hecho yo, si hubiese sido tal cosa posible? En la música, en el cine, en la danza, en el teatro, en la escultura, en la pintura etc. Me imaginé futbolista y deseé haber sido Parejo, el del Valencia y si no, Platini. Como ciclista, sería un campeón como Valverde y ganaría un Tour. Me convertí en director de cine y sería Torrentini, el de la Grande Bellezza, aún más intenso e imaginativo, si cabe. Sería un músico capaz de escribir el tercer movimiento de la Novena de Beethoven. Como bailarín, interpretaría con éxito a Albrecht, en el Segundo Acto de Giselle, arrastrado por las Willis hasta la muerte. En lo tocante a Pintura mi ambición sería pintar como Antonio López, directamente. Como escultor, imaginaría ser uno más de entre los autores de las 1.200 extraordinarias obras que figuran en la Sala de Escultura del Museo de Bellas Artes de Lyon. Si de arquitecto se me hubiere dado la condición, sería como un calculista campeón, y tan creador como Moneo. Robert de Niro, en cualquiera de sus papeles, de lo más cómico hasta lo sumamente dramático, habría sido mi alter ego como actor. Un tenista como Nadal, diestro, he soñado ser. Como torero, sería cualquiera de ellos, prestos a cortarse la coleta. Habría sido, si político, como Abril Martorell, noble, firme y sentimental ¿Portero en un edificio?, el de mi casa. Un profesor comprometido como Clemente Sáenz; alcalde de Santander, periodista nocturno, alférez de complemento, amante (escondido) de Adriana Ugarte, sereno por Navidad y en Madrid, capitán de mi propio barco, un padre ejemplar, un marido correcto etc.. Como inventor, Torres Quevedo maquinando a distancia entre Cantabria y el Niágara. Como presidente de un gobierno, habría dimitido al día siguiente de mi nombramiento. Ah y como escritor, la media aritmética entre la colosal riqueza morfológica de Concha Espina y el talento narrativo de Pereda. Si bien tras todo esto, apenas sí queda algo del aprendiz de ilustrado que soy yo. Poca cosa.
LA ABERRACIÓN. - Parece mentira que en Santander y con el prestigioso, en lo mundial, del IH Cantabria jugando a favor, se haya perdido el norte en la interpretación de una obra marítima. Parece mentira que, con tanta información técnica a mano, la política se haya hecho con la exclusividad de decidir en esta cuestión. Parece mentira que, con la misma persona al mando técnico del ministerio, se haya pasado de un lado al otro en función de un cambio de gobierno, proveído por determinada moción de censura. Parece mentira que, disponiendo de un reciente informe acerca de lo que procedería hacer, redactado por el CEDEX para el Ministerio de Fomento en el que se propone como solución más eficaz (y opción única) para mantener la estabilidad de La Magdalena, la de acabar las obras de los espigones, vaya el delegado del gobierno en Cantabria, y como representante de lo que el ministerio habría de determinar, salga por peteneras, y sobre la base de lo que, quizá, algún ingeniero le haya podido comentar, nos cuente esa teoría de los sacos en profundidad que, por cierto, lo único que habrían de propiciar es dejar las cosas como están, para perjuicio evidente de la Magdalena. A lo mejor IH debiera hablar con cierta contundencia. Su criterio sería muy de tener en cuenta pues sopesaría pros y contras acerca de una estructura marítima cuya instalación mucho tiene que ver con el siempre complicado mundo de lo medio ambiental. Las cosas, así, dispondrían de buenos elementos para que, puestos en consideración, se llegase a concluir esta complicada acción que viene a desarrollar un proyecto, y su correspondiente evaluación ambiental, que hace cinco años no presentó rechazo administrativo y político alguno. Claro que si el informe del CEDEX no resultara suficientemente asumible, siempre nos quedaría el criterio del presidente Revilla, quien afirma con esa rotundidad y bravura suya (procedente del Norte) que los espigones de La Magdalena «Son una aberración». Con dos pelotas.
HISTORIAS. - Cuando la derecha organiza manifestaciones, sin rotura de cristales, sin agresiones mutuas con agentes de la autoridad, sin destrozos aparentes en el mobiliario urbano. Cuando todo es pacífico, entonces el presidente Sánchez va y dice que la derecha está provocando, queriendo desunir a los españoles y manipulando el significado de la bandera. Todo eso. Y, por demás afirma que, mientras el actual gobierno está procurando la unidad de España -lo único que importa- garantizando la unión de todos los españoles para que no haya diferencias, para que todos seamos buenos y más cosas que tienen que ver con este original buenísimo. Pero obvia (esto es de manicomio radical) que el consenso, la unidad, la colaboración y el recorrido en común es ajeno al No es No con el que el presidente Sánchez se hubo convertido en el paradigma nefasto del consenso político. No me vayan a decir que esa práctica, que hace 2 años obliga a repetir las elecciones generales, es el paradigma de la bondad política. Mientras, alguien, descerebrado, ha tenido la ocurrencia de profanar las tumbas de la Pasionaria y Pablo Iglesias (el bueno, no éste que ahora nos predica mientras se sacude la caspa desde Galapagar) en acción más que deplorable. El autor, o los autores, de tan repugnante acto, quizá entiendan que la manera de crispar al contrario debiera tener la componente más abyecta que pudiera darse. Sin embargo, lo único que merecen es la desaprobación de todo el universo mundo. Lo grotesco del caso es que tanto Dolores Ibárruri como Pablo Iglesias no eran objeto de atención preferente -dicho lo cual sin merma de su importancia histórica- pero de esta manera tan infame cobran una triste popularidad. Algo así, aunque menos, como le ocurre a Franco, recuperada su memoria ingenuamente para descrédito de unos y otros. Más nos valiera dejar tranquilas nuestras tumbas y dejarnos de historias.
¿PACTOS? SEGURO! - Por descontado que habrá pactos tras las Elecciones. Se postularán un montón; todos los posibles pues, ¿qué otra posibilidad habría si la multiplicidad de partidos concurrente invalidan de tajo cualquier mayoría absoluta? Habrá pactos, seguro, por mucho que los líderes de los partidos intenten quitarse de encima este reconocimiento en el transcurso de la campaña electoral. No hay otra salida, a menos que reeditemos el jodido No-es-No que obligó a celebrar nuevas elecciones. Veamos, si el mantra del bipartidismo ha logrado conformar una opinión (escasamente meditada, según yo) displicente respecto a la supuesta maldad de sus consecuencias, entonces su alternativa, la del multipartidismo, no puede salir alegremente dibujando líneas rojas que hagan imposible la gobernación. Estamos pues, en el país de los pactos. Pactos por la izquierda y pactos por la derecha. Lo ideal de cualesquiera de ellos es que tuviera como referente el centro y la moderación ya que, de otra forma, si de extremos se tratara, difícil resultaría la convivencia. El pacto posible y deseable, desde la derecha (y con el debido respeto a quienes están ubicados al otro lado, esto es, a la izquierda) entre PP, Cs y VOX, de tener los resultados que se esperan, tendrá lugar en cualquier circunstancia. No deberíamos dar por buenas las admoniciones que se lanzan contra la participación de VOX en el pacto, pues dudo mucho de que la gobernanza de la derecha hubiera de tener un horizonte de carácter muy extremista. Al contrario, resultaría necesariamente un horizonte de centralidad. A VOX le corresponderá (por la cuenta que le trae) la obligación de sustentar el gobierno así configurado, aun a costa de renunciar a sus tres o cuatro cuestiones, nada factibles, en relación con lo que no sería una expresión democrática de su ideología. Será VOX el más interesado en practicar esas renuncias, a fin de lograr la estabilidad de un gobierno de derechas que todos sus votantes desean.
LA MOSCA. - De siempre, las carpinterías me han fascinado. Recuerdo que, cuando niño, detrás de la casa de mis abuelos, había una que era fantástica. Con el ruido constante de la sierra batiendo y el suelo lleno de serrín, andaba yo, en cuanto podía, por entre mesas y caballetes, apartando con los pies, hacia los lados, la viruta tras el cepillado de la garlopa en tablas y listones. Pedro, el dueño, me hizo una espada de madera genial y construyó, para mis equipos de botones, dos porterías en miniatura que mi abuela completó con ganchillo a modo de redes. Me gustaba, sobre todo, ver el lápiz que Pedro se ponía en la oreja. Un lápiz no redondo sino ovalado. Yo creía que todos los carpinteros debían llevar un lápiz en la oreja. Quise ser carpintero para poder llevar uno en mi oreja pero resultó que, en vez de lápiz, lo que llevo es una mosca. Y, ahora una mosca enorme que, en nombre del ‘procés’ me trae a mal traer por el caos que provoca. Pero, al tiempo, y a propósito de este caos (moción de censura, al canto y posterior elecciones obligadas) que el independentismo catalán está originando en España, el candidato Borrell –con su propia mosca tras la oreja- ha advertido sobre el peligro que suponen, para una estabilidad civil sin contiendas, los movimientos independentistas. Razón no le falta. En octubre de 1934 (¿real comienzo de la Guerra Civil, quizá?) la Ley de Contratos de Cultivo, en Cataluña, provocó grandísimas disputas con Madrid, tanto como el asunto del Concierto Económico en Euskadi, donde se llegó a celebrar unas ilegales elecciones que dieron con un montón concejales en la cárcel (veremos qué resulta ahora como consecuencia del juicio al procés). Si a lo anterior unimos la sublevación en Asturias, la Guerra Civil en el 36 fue la consecuencia lógica, entre otras, de las extremadas exigencias de vascos y catalanes al Estado con sus propuestas independentistas. Por supuesto, lo que avisa Borrell no es de traidores, sino de consciente advertencia. Así es que ojo al parche y unión entre todos para que, respetando la diversidad entre catalanes, cántabros, vascos, murcianos y resto de españoles, controlemos los excesos independentistas a fin de espantar moscas, aunque ‘Mosca vulgar que, de puro familiar, no tenga digno cantor: yo sé que ya te has posado’.
PANCARTAS. - Resulta bastante incómodo atender las forzadas razones que, desde el feminismo, se expresan en cada uno de los foros autorizados y espacios tertulianos de radio y televisión. Por mucho que se quiera decir lo contrario, quienes desde la izquierda defienden el feminismo demuestran un interés explícito por no aceptar que la lucha por la desigualdad es cosa de todos, a derechas e izquierdas de cualquier sesudo y oportuno razonamiento. En las manifestaciones, las proclamas que destacan la inferioridad a que la mujer, hoy mismo, está sometida, por lo común van enjaretadas a insultos hacia la derecha; las pancartas, por demás, incluyen textos de mal gusto e intención que tienen por objeto hacer escarnio de la derecha para a continuación acusarla de antifeminismo. Con toda sinceridad, para un tipo de derechas como yo, resulta inapropiado salir en manifestación tras cualquiera de las pancartas en donde se conjuga perversamente la igualdad de la mujer exigida con afrentas a la derecha. En lo particular, y ya que estamos, niego prestar mi colaboración para enardecer al personal con pancartas en donde se dibujan coños y la gracia de hacer la señal del pito con el dedo medio. Más bien, en esto de la igualdad, yo juego en otro partido. Sí, y por aclararnos, desde la derecha se puede pensar que, en la actual encrucijada, la Mujer es tema prioritario para todos, pues vivir un presente que, a malas penas, se despoja de las ligaduras de un pretérito injusto, sin disponer de los instrumentos necesarios para entrar en ese futuro que se nos muestra muy firme en su lucha contra la desigualdad, necesita, hoy por hoy, toda la fuerza legislativa posible. Dicho esto, sin complejo alguno, desde la derecha. Y estimar que alguna de las precisiones normativas contenidas en la legalidad vigente es, como poco, escasa muestra de determinada imparcialidad entre Hombre y Mujer no es necesariamente estar en contra de Ésta (Es el tropo malvado, la perversa sinécdoque, tomar el todo por la parte, lo que desde la izquierda se azuza a la derecha, siempre, en el asunto de la Mujer). Aunque bien mirado, en este urgente asunto de la Mujer, las cosas no están para bromas, pues tengo el convencimiento de que lograr objetivo final de la igualdad exigida no es cosa, por desgracia, de esta generación sino de alguna posterior, así es que la lucha por la igualdad es asunto irrenunciable para todos, se vaya o no tras de una pancarta.
ELECCIONES, GUÍA. EL VOTO. - Ante el mogollón de elecciones que han de celebrarse en el plazo ligeramente superior a los dos meses, y a fin de propiciar algún tipo de respuesta inmediata frente a la multitud de ofertas políticas, con el debido respeto, propongo una serie de pistas, a modo de posibles soluciones (el mundo al revés), para cuando el elector, plagado sometido a razonables dudas, resuelva introducir su voto en la correspondiente urna. En todo caso, he de suponer que la intención de unos y otros en tal momento resultará independiente del plebiscito que se trate, ya local, regional, nacional y aun internacional, esto es, que en todos los casos dispondrá de una intención unitaria, la misma para cada ocasión. En fin, que esto es lo que hay y a continuación, al lector, le ofrezco. Si quieres que haya gobierno de izquierdas, vota a Podemos; si un gobierno de centro izquierda, deberías votar a Ciudadanos ¿Un gobierno de centroderecha?, vota al PP. Si lo tuyo es mostrar irritación frente a los partidos de izquierdas y la supuesta pasividad del PP, vota a VOX. En circunstancias claras de desear que gane el PSOE, deberías votar al PSOE. Si, dentro de una determinada normalidad, prefieres un gobierno de derechas, no lo dudes, vota a PP. Si fuera el caso de que te diera igual un gobierno tanto de centroizquierda como de centroderecha, vota Ciudadanos. Si te cabrea mucho (bastante, un montón) que desahucien a Franco, vota a Falange Española; si te da mucha pena que un perro pastor corra tras un camión cargado de sus ovejas, deberías inclinarte por votar al Partido Animalista. Si estás mosca con el lío montado por Podemos debido a las disputas entre sus fundadores, no dudes en no votar a ninguno de ellos y opta por hacerlo a una de sus confluencias y, si fuera posible, a la que más perjudique (a Podemos) el voto. Y, finalmente, ya que estamos en Cantabria, tierra infinita, alimentada por la bravura esa que viene del norte, lo mejor podría ser que votes al PRC y así, de este modo, podrás seguir disfrutando de las contundentes visitas de Revilla a cuantos lugares idóneos acuda para dar pábulo al populismo, del que es un verdadero crack, una vez satisfecho el oportuno acopio de anchoas cantábricas que tanto éxito le proporcionan en esas asistencias televisivas nacionales de indiscutible éxito. Dicho todo lo cual sin ánimo de obligar demasiado a allegarse a lo que aquí se aconseja, sino humildemente, de eso, de aconsejar según un buen, y supuesto, juicio.
EN EL PICOESQUINA. - Me pregunto qué razones tendría un señor de derechas o de centroderecha para votar a Ciudadanos el próximo 28 de abril. Digo de derechas y centroderecha porque Ciudadanos está plagado de señores con esta condición ideológica; los conozco y no diré que son más de derechas que Franco, algunos, no sea que se me pida que los identifique uno a uno. Lo sé de sobra. Y lo veo desde la posición, pretendidamente imparcial, que se infiere de cierta identidad con la que se podría identificar a un político centrista, puesta, hoy, su referencia en una moderada visión de las cosas desde el centroderecha. Así las cosas -y con Tezanos empujando lo suyo- el pronóstico, según el denominador de las encuestas habidas hasta el momento, sucedería que, después del 28M, el PSOE formará gobierno con el apoyo de Ciudadanos y la abstención de Podemos, mientras los de VOX, más contentos que Marisol rumbo a Río, hacen sus panes con tortas, en la panadería sita más allá del pico esquina de la derecha. Si esas encuestas, a día de hoy, dan como vencedor, en las Elecciones del 28 de abril, al PSOE, habría que ver cómo se las arregla para formar gobierno. La primera e indiscutible posibilidad es contar con los de Ciudadanos, pues si estos lograran votos suficientes para alcanzar con PSOE una mayoría absoluta, seguro que participarán en una entente bastante cordial. A Rivera, siempre imaginativo, algo se le ocurrirá para despejar eso de que ‘con Sánchez, nunca’ ¿Y con el PSOE?). Sería cosa de pelillos a la mar. La suma de PSOE y Podemos se antoja difícil (a lo mejor Tezanos lo arregla) y echar mano de independentistas, ni pensarlo. Así las cosas, que Ciudadanos, un partido que está acogiendo a tipos de la derecha procedentes del PP, propicie un gobierno de izquierdas, resultaría grotesco pero viable. Sobre todo, cuando de entre sus filas hay un montón de gente, muy de la derecha, militando en ese partido. Quizá que por haber carecido, ayer, de sitio en el PP han sabido buscarse la vida por otro camino.
ALGUIEN MÁS. - Las cuestiones morales -más cuando las circunstancias a despecho de lo razonable de cada uno- son de muy difícil valoración legal. Ninguna mujer debería estar obligada a tener que decidir entre dos alternativas de consecuencias tan opuestas: abortar o parir. Esto me confunde demasiado. Mi obsesión por encontrar una solución ‘administrativa’ en la cuestión del Aborto no encuentra paliativo alguno, nunca. En el ámbito del desarrollo moral se producen tantas incoherencias e irracionalidades que me impiden afirmar que, en este campo, impera, no ya la racionalidad pura sino la racionalidad instrumental sobre la de quienes piensan de manera categórica y excluyente. Esto crea un problema, pues la radicalidad con la que se defiende la tesis de un aborto que proclama la libertad individual de la madre (permítame llamar así a la mujer embarazada) no es exactamente un punto de vista a alcanzar por quienes no están en tal tesitura. El que entre esos argumentos se incluya el tópico lugar común de ‘además de yo, hay muchos’ no deja de ser el reflejo de una evidente falta de soporte intelectual. Y en algunas cuestiones, como la que nos ocupa, lo cardinal me es indiferente. Lo diré con claridad; frente a lo inespecífico de una ley de Plazos, opongo con firmeza otra de Supuestos. Supuestos Vs Plazos, pues, dentro del conflicto meramente legal, es la cuestión clave por determinar. Pero, siempre, en caso de aborto decidido por la mujer embarazada, la posibilidad de ir a la cárcel debería estar, desde luego, impedida, pues bastará para ello el informe redactado, según estricta conciencia, por un par de médicos. El ámbito de lo sicológico es tan abstruso e indeterminado que en él cabe cualquier conjetura. Salvado esto, la cuestión que me hace meditar es dar por inexacto, improcedente, y en su consecuencia inválido, el argumento del ‘derecho a decidir’ o el ‘derecho al propio cuerpo’, porque lo que hay dentro del cuerpo de la embarazada merece la misma consideración que se exige para la madre. No es asunto de uno, hay alguien más. Esto es indiscutible, y para regular el aborto debe contemplarse esta consideración. La ley vigente de plazos me produce angustia, pues un feto de 22 semanas tiene pulso desde los ocho, tiene pies y manos. Antes de proceder al triturado es obligado hacer una reflexión. Y, fíjese que llegado el caso, tendría comprensión por las consecuencias de tal reflexión. Entiendo que es muy delicado dar viabilidad a un feto con serias malformaciones, como también admito que, en caso de violación, la madre tomara el asunto por el camino de en medio. Entiendo todo, menos la ligereza de abortar sin meditar sobre que, también, ‘hay alguien más’.
LA PRESUNCIÓN DE INOCENCIA. (17 archivos de 19 denuncias). - La presunción de inocencia es la cuestión más cachifollada en España desde el momento en que la política se hubo crecido y puso sobre la mesa propuestas de demolición drástica para los adversarios, que más parecen ya enemigos a muerte que meros adversarios. Hay tanta maldad en la confrontación, tanta lucha soterrada e infame en el terreno en donde florecen navajas y cuchillos, que la profesión, obligada o voluntaria, de político es como una refriega en donde el riesgo a ser linchado tiende a lo infinito. Hablar del respeto a la presunción de inocencia resulta hoy en España una broma, una broma de pésimo gusto y que, sin embargo, de su perversa práctica puede obtenerse tanto rédito político que ya resulta intolerable. Hace poco menos de un año, los aguerridos dirigentes de ese partido, tan moderno como ejecutor de prácticas políticas de los más clásico, que es Ciudadanos, exigió al gobierno de la Nación que, para suscribir determinados acuerdos, debería producirse la dimisión de la senadora Pilar Barreiro, en aquel momento investigada por el muy manido asunto de la operación Púnica. Hubo dimisión forzada de esa senadora y, solo unos meses después, su caso fue archivado por inocencia comprobada. Y Ciudadanos, tan campante. Pero el caso más dramático y escandaloso se ha dado en Murcia. Su anterior presidente, Pedro Antonio Sánchez, se vio obligado a dimitir por la presión de Ciudadanos, quienes amenazaron desalojar al gobierno regional del PP si no se producía la dimisión de Sánchez como presidente, entonces investigado en diferentes causas. Ni presunción de inocencia, ni cristo que lo fundó. A la calle. Año y medio después, la Justicia determina el archivo de la causa principal, con el agravante escandaloso de que de las 19 denuncias políticas practicadas, por el momento, contra él desde la oposición (la mayor parte procedentes del PSOE), nada menos que 17 ya han sido archivadas. Resulta descorazonador que la trayectoria política, y su propia familia, de una persona decente y emprendedora se haya visto destrozada por tanta denuncia penal, administrativa, civil… presentadas contra ella, por ser político del PP. Todo por causa de esa batalla, sin límites, que pretende hacer creer que todo el PP es un nido de corrupción. Lo peor del caso es que, tras demostrarse que la falsedad de aquellas acciones supuestamente criminales no fueron tales pero supusieron dimisiones políticas tan injustas, los promotores, los instigadores no han de pagar políticamente por sus torcidos denuestos. No hay derecho. Y, para acabar, desde este Sur de Cantabria que es Murcia, refiero la guinda con que se culmina esta malvada historia de la perversión política y que, cómo no, tiene que ver con Ciudadanos. Hace 4 años, la condición impuesta por este artificioso partido para otorgar el apoyo a la presidencia de la Región del candidato popular, no fue otra que obligar al PP a expulsar del partido al anterior alcalde la ciudad de Murcia, Miguel A Cámara, por estar imputado en un caso que, dos años más tarde, fue archivado. Todo esto es para llorar, para apearse de Mundo, si no lo paran.
LAS AGUAS Y SUS RIQUEZAS. - Cuando veo mis estanterías, llenas de libros, casi la mitad de ellos apenas hojeados en diagonal, me angustio, tal es la necesidad que tengo por leer y la imposibilidad de hacerlo con todos los libros. Acumulo libros hasta debajo de las camas, y eso que con esto de internet, me he obligado a mí mismo, no comprar más libros. Es lógico que actúe así, ya que la afición por la lectura cumple el objetivo de quienes, aprendices de ilustrados, queremos saber muchas cosas, un montón de ellas. Añádase a esta frustración lectora la invasión de films y series que las plataformas televisivas ofrecen con exagerada cantidad y que, los cinéfilos, nos vemos incapaces de no visionar. Casi nunca vuelvo a releer un libro (solo faltaba esto con tan poco tiempo que el tiempo me da), pero hay una excepción reiterada. El Caballero de Sajonia es la novela más digerible de Juan Benet, si es que su escritura acaso pudiera ser apta para los no iniciados. Acudo a esta novela, no una sino un motón de veces (cada vez que me acuerdo) y la releo, una y otra vez. Es una narración con personajes escondidos dentro de una trama de alto valor histórico, en donde se hace valer una información de calidad impagable. Juan Benet es el gran renovador de la narrativa castellana de mediados del Siglo pasado, un ingeniero destacado en su profesión y un ingeniero que, por demás, escribe, mucho y muy bien, un librepensador de izquierdas, y el más certero innovador, que fue, de la ciencia hidráulica española. En su referida novela, ambientada en el siglo XVI, se las arregla para meter –con el brillante ‘calzador’ de su talento- su pensamiento clave en relación a la política del Agua (actualmente en España en diletante asunto de discusión): ‘Las Aguas y sus riquezas, no tienen dueño’, tal como expresó, porque así lo creía, el pescador de cangrejos del río Punz, al ser detenido en el mercado de Zu Meinecken con una cesta de ellos y pretender venderlos (pág. 110, Ed Planeta). Termino de escribir esto y me dispongo a releer el libro, esta vez teniendo más interés por mis anotaciones al margen, muy necesarias para poder descifrar los muy escondidos detalles que la novela ofrece.
LUZ EN LA MAÑANA. - Hay cosas que resultan difíciles de creer. Tras la dolorosa pérdida de la extraordinaria soprano, Montserrat Caballé, dicen que Puigdemont expresó una estúpida falta de respeto a su figura como catalana, por cuanto la diva siempre exhibió su inequívoco orgullo de ser española. Es cosa, desde luego, de si no lo veo no lo creo, aunque dado el nivel de rigidez independentista de Puigdemont, toda estupidez resulta viable. Lo del independentismo ha llegado a tal punto que las colisiones entre unos y otros, por muy increíbles que lo parezcan, son cada día protagonistas de una historia política que resulta interminable. Pero aquí estamos pues caso muy distinto (al de Puigdemont) sería el de Ainhoa Arteta, cuyos elogios a la diva catalana le hacen justicia. Ahora que viene al caso, Ainhoa es muy afortunada, por cuanto es capaz de emocionar tanto a la gente a través de la música y su fantástica voz. Con todo merecimiento, en octubre pasado, fue investida honoris causa por la UIMP (¿habrá en el mundo, y en cualquier verano, por cierto, universidad tan emocionante como ésta de la Magdalena? No lo creo, ni vista a 800 kilómetros del Palacio). El pasado año, junto a Estrella Morente, la Arteta celebró en el Auditorio de Murcia un memorable concierto. Locuaz y próxima, interrumpió su concierto para, feliz y divertida, contar que ‘se había echado un novio de Murcia’. Tan exigente en su profesión como en su vida amorosa, Ainhoa, ya va por su cuarto marido. Ella, como la Caballé, sus voces y sus encantos, son verdaderamente como Luz en la Mañana, esto es, ‘Goizian argi hastían’ y ´’Al matí la llum del matí’, respectivamente, entonados con acento español. En dos lenguas, la euskera y la catalana, que junto al castellano, deberían hacer más rica la pluralidad que hay en esta nuestra muy plural España.
SANIDAD ESPAÑOLA. - El pobre Prístino me cuenta que si todos los españoles hubieran hecho uso de la sanidad pública como él, ésta estaría en bancarrota. Hace tiempo –cuenta- en 2003, estuve hospitalizado 78 días para recuperarme de un grave accidente del que salí vivo de milagro, tras unos cuidados intensivos por parte de un equipo médico altamente especializado. Valencia se convirtió, para mí, en la ciudad más generosa de aquella triste época. Diez años después, la coronaria de la derecha, antes de llegar al corazón sufrió un infarto agudo que un hábil cardiólogo logró solucionar con un stent y una semana de ingreso. Más tarde, no pasarían ni dos años, una piedra molesta en el riñón derecho me obligó a una complicada operación para sacarla por mismo pito, y a renglón casi seguido, con laparoscopia me eliminaron la vesícula, que creo me quedaba al costado derecho. Casi una semana más de internamiento necesité para superar el éxito de mi curación. No sin antes de recuperarme del todo, mis dos ojos – no solo el derecho sino, por demás, el izquierdo- parecían encaminarse a todo trapo en dirección al Niagara, así que en un par de intervenciones ambulatorias me fueron librados de sus cataratas. Y, por fin, tras este desgraciado domingo del 26 de abril, tras la debacle electoral que hube sufrido, de mi ojo derecho se desprendió la retina, y en ello estoy, tras una operación ambulatoria y en posición de castigo, mirando al suelo ocho horas diarias. Si a todo esto sumamos esta escasa resiliencia bruta que no me impide dejar de ser abducido por el mundo ornitológico, me convierto ocasionalmente en un verdadero capullo de cabernera (jilguero asilvestrado), lo cual me hace sentirme fatal. Después de este relato tan triste (y costoso para nuestra sanidad nacional) no pude por menos que expresarle a Prístino mis condolencias, si bien matizando que de todos sus males padecidos, a mi entender, lo peor, sin duda, es el asunto de la cabernera. Eso tiene mala curación. La sanidad española no está aún preparada para hacer frente a esa falta de resiliencia cualificada. Es posible que a Prístino aún no le haya llegado lo peor ¿A finales de mayo, quizá?
MEJOR DOS QUE TRES (O MÁS). - Si te quedadas calladito y no rechistas cuando un fantasma te susurra algo al oído, seguro que si es una trola, suficientemente repetida, puede resultar para el personal conformista toda una tautológica realidad. Pues es evidencia recurrente que la propia realidad se nos muestra, a veces, muy irreal. Y a todo esto se me pasa por la cabeza el ectoplasma éste del bipartidismo al que se le viene considerando, sin que nadie diga ni mu, el peor los males políticos, y así es que la gente se lo cree a pie juntillas. Un somero análisis de las circunstancias, por demás fácil de asumir, nos llevaría todo lo contrario: que el bipartidismo es, a fin de cuentas, de lo menos malo que tiene la Democracia. En menos de cuatro años, en España hemos necesitado nada menos que tres elecciones generales para hacer el país gobernable, pero con tantas ‘líneas rojas’, ese recurrente ‘lo que es no, es que no’ y la contumacia en no pactar, nos han llevado a una situación que solo el bipartidismo hubiera podido solventar. Simplificando, lo de Derechas VS Izquierdas, dentro de una moderación organizada, es la situación ideal para que nos organicemos en gobiernos estables. Nada pues de extremos y sí mucha inteligencia en el voto porque la aparición de esa tan aplaudida multiplicidad de partidos concurrentes y resultantes triunfadores en diferentes medidas tras las elecciones, organizan un follón del demonio. Con el bipartidismo ¿Que las cosas resultan bien?, en cuatro años repetición de gobierno ¿Que no? A la calle y que pase el siguiente. Como sucede, cada cinco años, en USA, y allí los americanos son el número uno (de verdad) en democracia. Ya se dice, o no se dice, a las claras: dos, son suficiente, tres, multitud. Aunque esto sería ya otro asunto.
AMIGOS TAXISTAS. - En Barcelona, en cuanto a la cuestión que sigue, ya se ha arbitrado una medida, aunque bien mirado tal resolución parece más una colocación de media puerta en mitad del medio del campo, pues poner freno a la tecnología no es de provecho ni siquiera a medio plazo. Poca gracia me hacen las huelgas -pese a su legalidad como instrumento de defensa de los derechos de los colectivos- por el desdoro que supone frente a los deberes que exige toda prestación social, pública o privada. La huelga de taxistas para defender la posición de sus trabajadores, ante la aparición de nuevos y modernos medios de transporte, resulta antipática y, sobre todo, inexplicable en sus formas pues, ¿qué de positivo puede obtenerse de una acción que perjudica directamente a sus clientes? Y, desde luego, aunque los estacazos y piedras con que algún loco taxista propina al vehículo VTC de turno, en acto de servicio, no es más que producto de acciones aisladas, ¿quién evita que cuando requieres los servicios de uno de ellos no circules con el acojono de que te partan la luna del auto durante el trayecto? Espero que lo que a mí me hubo sucedido, para desgracia del sector taxi, no sea el paradigma de la respuesta ante un situación de estrés, pues un determinado fin semana, en Madrid, me topé con una huelga de taxistas que a mí me afecta sustancialmente, ya que pese a haber vivido allí casi 15 años, por mi condición de fuerte contenido provinciano, en cuanto llego al hotel, dejo el coche aparcado y tiro de taxi para los desplazamientos. No habiendo taxis debido a la huelga, mi hijo me instala una app en el teléfono, ingreso unos datos y descubro la eficacia de las VTC ¡La huelga de taxistas me permite descubrir las bondades de sus enemigos! La verdad es que no tenía conocimiento de la modernidad y eficacia de esos nuevos servicios. El tiro por la culata, amigos taxistas, es lo que ha sido, para ustedes, esa huelga. Y como al progreso no es posible echarle el candado, la solución no es intentar frenarlo sino descubrir el modo y manera de adaptarse a sus exigencias. Creo que la solución para el delicado momento por el que pasan los taxistas es su reciclado y adaptación a las exigencias de un nuevo modo de transporte. Así es que lo primero que deberían hacer es entrar de lleno en el campo de la tecnología moderna, utilizar sus técnicas, crear aplicaciones móviles, al modo de como lo hacen las VTC, y competir con gran ventaja sobre ellos, pues siendo el número de taxis muy superior al de los VTC, el triunfo competencial lo tendrían ganado. Tales son las cosas que aún estoy muy sorprendido de que el sector Taxi, en lugar de huelgas, no esté empeñado en hacer uso de la tecnología.
LA REDUCCIÓN AL ABSURDO. - Nada mejor que, en Cantabria, se podría enjaretar un sentido lamento de lo que pudiera llegar a ser el Reino de España como conjunto de regiones –o comunidades autónomas, o pequeños reinitos, con su taifa y todo, y hasta nacionalidades con sentimiento propio y del demonio- si en cada una de las comunidades autónomas llegara a liderar la lucha de partidos uno de carácter regional, como si en cada uno de esos diecisiete lugares hubiera un ardoroso Revilla capaz de encender los ánimos de todos los animosos ciudadanos existentes en cada uno de esos rincones patrios. En efecto, en Cantabria, sería viable recordar ese muy utilizado método filosófico, en lo concreto de forma lógica y/o matemática, que responde al insinuante nombre de Reducción al Absurdo. Su empleo resuelve, a veces, solemnes dudas acerca de lo que resulta como consecuencia de una determinada opinión, meditada o aun espontánea. El método dispone de una sencillez plausible: Si lo que se propone corre el riesgo de ponerse en tela de juicio, con la aplicación de una norma sencilla podría encontrarse, a su vez, si lo contrario de aquello es absurdo o no. De darse el caso de que resultarse ser absurdo lo opuesto a lo que se propone, el argumento quedaría suficientemente validado. Ahora, tras las Elecciones del pasado 26 de Mayo, los cántabros, no sin entusiasmo, han revalidado su apoyo a Revilla, líder aplaudido del partido regionalista local. Los partidos de corte nacional, una vez más, han quedado en no muy buena posición tras ser batidos democráticamente por el equipo de Revilla (a ver, por cierto, qué pasa con el Racing -hablando de grandes equipos- este fin de semana en las Baleares). En Cataluña, no hace falta contar lo que allí se vive en cuanto a su nacionalismo; en País Vasco y Galicia, también. Faltaría que en cada territorio, en lo político, las cosas resultaran de tal modo como para contemplar lo absurdo que sería un Parlamento en Madrid donde la mayoría de sus diputados estuvieran de acuerdo únicamente en lo que a su ombligo respecta. Y como un ombligo común es imposible, el resultado sería el caos. Válganse las regiones que tienen su regionalismo bien adaptado de la mejor forma posible, pero líbrense el resto de aplicar esa misma visión, aunque se pierdan opciones para sacar de Madrid más caminos, canales, puertos y hospitales.
FRACASO Y DERECHO. - En todo caso, cuando se apunta a un objetivo y éste no se logra, hay que hablar de fracaso. Todo error es fracaso, con intención o sin ella. Cuando se echa un ‘polvo’ y no se pretende otra cosa que la obtención de placer, si por causa sobrevenida sucede que se produce un embarazo, se puede afirmar que ese polvo fracasó en su objetivo. Pero quienes desde la izquierda manifiestan su opinión obvian lo anterior y establecen la solución del aborto en los términos de un derecho. Por el contrario, desde la derecha, estimamos el aborto como un fracaso y…..una cuestión de derecho, también. Fracaso y derecho a decidir. Si bien la decisión no es cosa de uno sino de al menos dos: hay una vida de por medio. El asunto del aborto es una cuestión moral pero, sin embargo, requiere una reglamentación civil. Y en eso estamos. ‘Papá, vengo de la consulta de Paco, me ha hecho la ecografía y hemos visto que el bebé está fenomenal, tiene ocho semanas y media, y le late el corazón perfectamente’. Esto contaba mi hija la primera vez que quedó embarazada. Dos meses, algo más de cuatro semanas y la vida del feto ya era toda una explosión de alegría. Después de aquello, yo tengo mi posición respecto al aborto muy clara. Respeto asimismo a quienes difieren de la mía y, a ellos, propongo una solución que nos aproxime: fuera una ley que establezca plazos y dentro, otra que establezca supuestos. Dos médicos atestiguarían médicamente la necesidad de un aborto sin crear problemas a quienes, en conciencia, renegamos de él. Y un apunte, final, revelador para cualquier conciencia. Si Leo y Manuel hubiesen correspondido a un embarazo no deseado, Pablo e Irene estarían en plazo para abortar. Un pena para esos chiquillos. Y para todos.
HETERODOXIA. - Nada más lejos de la utilidad pública como que nuestros gobernantes acepten el dogma por elemento integrador en las decisiones políticas: Jamás encontré‚ mayor motivo de satisfacción como en aquel día en que súbitamente aprecié‚ las posibilidades que aporta al entendimiento usar del libre albedrío, con lo que lleva de divertido la transgresión, poco menos que sistemática, de alguna de las normas preestablecidas. El libre albedrío, bien entendido, es compatible con la disciplina de partido. Es más, entiendo que su uso discriminado incluye mecanismos o resortes muy positivos para la adopción de medidas adecuadas en la toma de decisiones innovadoras, que son las mejores para sacar fruto del progreso, por cierto. Claro que este horizonte, el de la innovación, queda oscurecido por la invasión inmisericorde de tantos y tantos renovadores que trepan, mejor se auto defienden, por el interior de los partidos. Insisto, tantos renovadores, para qué‚; yo, en mi transitar por la vida me quedo con el innovador, con el aparentemente heterodoxo. Heterodoxo no como aquel que se pone por montera las normas, sino como el que se arriesga a equivocarse porque es capaz de ir más allá de las normas preestablecidas; si tenemos en cuenta que de los errores se aprende, puede apreciarse el enorme interés que para el ciudadano tiene el conjunto de gobernantes capaces de errar, de equivocarse.., de meter la pata. No quiero decir que el gobernante ‘errador’ ha de seguir terne en su yerro, pues es evidente que de acuerdo con la gravedad de sus hechos lo procedente sería quizá la dimisión; quiero decir, por el contrario, que es bueno para la convivencia -al menos no tan malo- la aparición de algún petardo gobernante al amparo de cualquiera de los partidos políticos. Si se equivocan, tomaremos nota, enderezamos el camino y el petardo se va a la calle para ser sustituido por otro, el cual debería comenzar su andadura teniendo por presente el fallo de su antecesor para seguir avanzando en los términos más positivos que su calidad política sea capaz de afrontar. Cosas así, todavía pienso.
315 DÍAS EN MADRID. - En lo objetivo, en lo absoluto, sin mirar atrás, la petición que el PSOE hace a PP y Ciudadanos de abstenerse para lograr investidura de su candidato, Pedro Sánchez, tiene todos los visos de ser razonable pues, de otra forma, tal investidura no sería (probablemente) viable, y tendríamos de nuevo un periodo de incertidumbre y desgobierno de resultados fatales para el buen orden y desarrollo de la política nacional. Esto, en lo que se refiere al asunto, aunque despojado de cualquier otra intención. Pero resulta indignante, en lo político, que tal petición se haga aun cuando las líneas rojas del demonio, el ‘no es no’ y los 315 días de desgobierno, estén ‘bailando’ en lo más reciente de nuestras peplas electorales. El 3 de mayo de 2016, las Cortes quedaron disueltas tras no haberse logrado la investidura de nadie, desde la celebración de las elecciones celebradas el 26 de diciembre de 2015. Ya, a primeros de enero (toda rapidez era poca) el PSOE daba por seguro la repetición de elecciones por considerar que Rajoy no lograría un ‘gobierno estable’. Los esfuerzos de Rajoy por forzar la abstención del PSOE fueron extraordinarios, ofreciendo una reforma exprés de la Constitución y la Presidencia del Congreso. Sí, el socialista Pachi López fue investido presidente gracias al PP. Nada, ni por esas; las líneas rojas del PSOE se multiplicaban por doquier, y el ‘no es no’ se convirtió en todo un lema letal. A finales de abril, la impotencia por lograr un acuerdo se desvanece y Pedro Sánchez insiste en que ‘el PSOE nunca pactará nada con el PP’. El 26 de junio, nuevas elecciones, y tras de ellas el órdago de Rajoy a Sánchez ofreciendo un gobierno de coalición. Nada, tampoco. El propio PSOE, ante la inflexibilidad de Sánchez se conmueve; éste dimite como secretario general; se forma una gestora cuyo punto de vista mayoritario es frontalmente opuesto al de Sánchez. Se obliga (aquello del famoso ‘mandato imperativo’) a los diputados socialistas a que faciliten la investidura de Rajoy. En Andalucía el PSOE se inclina por la abstención, entonces Sánchez se cabrea y deja el escaño. Al cabo de 315 días las Cortes proclaman presidente a Rajoy. Y, ahora, Sánchez, después de este pifostio monumental de tan reciente recuerdo, se olvida de su juramento eterno de no pactar jamás con el PP, va y pide árnica en modo abstención, con los cojones de un campeón. Debería aceptar, por España, el PP esa petición y demostrar el suspenso en categoría moral de este espécimen político, de rayas rojas intensas, capaz de teñir de cinismo e hipocresía la función política como nadie lo hizo.
LA REFERENCIA. - A fin de encontrar una explicación plausible sobre la actuación de Ciudadanos tras las últimas elecciones, quizá valga esto. El germen en la fundación del actual Cs fueron los restos de aquel UPyD que liderara Rosa Díez, de ideología social-demócrata. Una vez venido arriba el partido, el mogollón de votos procedentes del PP (se dice que alrededor del 70% de los votos para Ciudadanos son de esta procedencia) se encargan de convertir esa social-democracia en un liberalismo con más proximidad a la Derecha que a la Izquierda; tanto ha resultado ese aproximamiento que la intención indisimulada de Rivera es, desde hace ya un tiempo, ocupar el lugar del PP (lo del sorpasso) y desbancarlo. Así las cosas, pese a las severas admoniciones de los señores de Carreras y otros fundadores de aquel inicial partido catalán, el supuesto apuntalamiento que Cs ha practicado al PP resulta consecuente con esta trayectoria, y hasta es posible que dos de cada tres de sus votantes hubieran torcido el gesto ante un pacto con socialistas, como poco. Y no resulta demasiado correcto confundir deseos con realidades consecuentes. Más, en esto de las complicadas relaciones que el beatífico pluralismo impone al futuro de las relaciones políticas, tras su contundente victoria sobre el malvado bipartidismo (dispóngase de toda la ironía posible para interpretar esta frase). Lo bueno, así las cosas, sería echar un objetivo vistazo al fondo de la cuestión. Hay tres factores que nos dan explicación respecto a lo que un partido debería hacer. 1) Su ideología 2) Su programa electoral, y 3) El espectro real de sus votantes. Si, en el caso que nos ocupa, la ideología es liberal, en el programa electoral se consagran las libertades, no solo sobre sobre economía sino cuestiones de conciencia en general, y sus votantes derrotan hacia la derecha con no poca sutileza, Ciudadanos es lo que se dice un partido de centro derecha. Y si, en política, el centro solo existe como aproximación, lo normal es que ese partido confluya con los postulados de derechas. La confluencia con las fuerzas de izquierdas corresponderían, entonces, a un partido de centro izquierda. Un partido de centro, en el más puro sentido de la palabra, no puede existir (y, además, como dijo aquél, ¡es imposible!) pues no se puede redactar un programa en donde se diga, simultáneamente que se subirán los impuestos y que también se bajarán; o, por ejemplo, que la Concertada cumple un papel importante para la Educación y que, simultáneamente, hay que ir reconvirtiéndola en Pública. Y un montón de cosas más. Así es que el centro político, más que existir, es una referencia para el consenso. Una buena referencia, por cierto.
DESIGUALDADES Y DIFERENCIAS. - De acuerdo, el poder mediático está por convencernos de que VOX es un disparate, pero creo que con Bildu el asunto, también en lo mediático, la cosa no parece tan grave. Si dedico una pequeña meditación al asunto, constato que resulta la mar de curioso observar que el partido en el que milita Ortega Lara es, según se ve, para la democracia, mucho más perverso que aquél que defiende los intereses políticos de su verdugo, Bolinaga. Algo de desconcierto me produce. Desde mi punto de vista, las cosas de Bildu las tengo como infinitamente más alejadas de mí que las correspondientes de VOX, Esto me resulta muy claro. Y, supongo, que para todo el mundo mundial, si se trata, por demás, de no defender ni por asomo las tesis de VOX, partido cuyo derrote no va a ningún lado pues, haga lo que haga, decida lo que decida, lo único que sus votantes desean es que no haya un gobierno de izquierdas por lado alguno. Las cosas hay que verlas con mesura; a mí no me gustan los gobiernos de izquierda, prefiero los de derechas, pero no se me ocurre echar mano de argumento radical alguno porque no conviene a los propios intereses de quienes deseamos un gobierno que, en lo económico, en lugar de subir los impuestos con la finalidad, nada despreciable, de disminuir las diferencias entre unos y otros, aborde este fundamental objetivo político propiciando ‘autopistas’ llenas de facilidades a los empresarios y emprendedores con talento, a fin de propiciar la riqueza necesaria con la que combatir -sin tregua- aquellas desigualdades. En lo político, esa sería la diferencia esencial para distinguir izquierdas y derechas. Las demás cuestiones se habrán de dilucidar una vez que la ruta seguida vaya en esa línea de reducir desigualdades que es, sin duda, el más noble objetivo de cualquier política. Y cuento todo esto sin dejarme llevar por la indignación que me produce ese video, que circula por las reyes, dando cuenta de los horrores producidos por ETA, y que cobra valor por mor de esa muy criticada entrevista realizada por TVE a ese antiguo canalla, Otegui, militante activo que fue de ETA.
EN EL PIPÍ CAN. - No llegaré a solicitar prohibiciones de cosas peregrinas como la de no permitir que algunas personas, de ordinariez consumada, o de magín desacomodado, pudieran oír la radio, la televisión y leer periódicos, pero casi. Sí, porque lo que, en conclusión sacan, siempre mirándose el ombligo y sin demasiado análisis de por medio, a veces resulta perjudicial para todos. No es raro ver, cualquier día, en algunos de esos medios, al político de turno echando en cara al partido opositor la coplita de turno (que por lo general proviene de alguna noticia sobre determinado asunto desvelado por algún medio), utilizando ese argumento, lugar común que para cualquier asunto vale, que tiene como sujeto sustancial, los impuestos. Referirse a ellos resulta muy útil siempre para cualquier asunto. ‘Con mis impuestos’ o ‘yo pago mis impuestos’, se dice como inicio o final argumental en cualquier crítica al contrario. Siempre se queda bien, y es por esto que la cantinela ha pasado a ser uso común en el ‘común’ de los ciudadanos. Para cualquier cosa, créanme. Y, si no, miren lo que ayer mismo me pasó. Bajo, todos los días, a pasear el perrito, que mi hija se empeñó en tener y que, nada más tenerlo en casa, dejó de existir para ella, al pipí-can debajo de casa. Pese a que el Ayuntamiento coloca bolsas de recogida de cacas en todos los pipí-can de la ciudad, casi nunca hay bolsitas disponibles. Desaparecen. Me quejé, y un señor con perro, muy amable, contó que, la noche anterior, vio a una señora llevándose para su casa un montón de bolsas. Refirió que él mismo censuró esa falta de civismo por adueñarse de algo que estaba a disposición de todos. Una vez recriminada por su actitud, la señora, muy firme, contestó: ‘Me las llevo porque las he pagado con mis impuestos’. Me queda la duda de si el argumento utilizado lo hubo aprendido oyendo la radio o viendo la televisión.
COALICIONES ¿CUATRO EN CUATRO AÑOS?. - Es curioso que todo el mundo dé por bueno y genial la desaparición del bipartidismo, pese a que el berenjenal que su ausencia provoca es ya escandaloso. En España, en poco más de tres años y medio, vamos camino de ¡Cuatro Elecciones! Nadie expresa con energía que esto del multipardismo nos está llevando al caos político. Quizá sea por la tiranía que ejerce sobre las débiles conciencias ciudadanas, eso de lo políticamente correcto, que nadie ose a decir con rotundidad que las cosas, en España, han cambiado para mal con la aparición de tantos partidos, animados por esas voces que, con empacho de democracia, predican que el bipartismo es letal. Entendámonos bien; estamos hablando del bipartidismo como una consecuencia, no como sistema electoral legislado, que no es lo mismo. El berenjenal montado en España desde hace dos meses y medio, desde las Elecciones del 28 de Abril, debería dar paso a otro tipo de manifestaciones que fueran el lamento unánime de tanto desencuentro, de tanta incompatibilidad, para establecer imposibles pactos entre formaciones que, lejos de arbitrar sus rivalidades, se comportan como verdaderos enemigas, mostrando, sin pudor, sus aviesas líneas rojas, los cacareados NoesNo, y dando a entender que no existe, para nada, horizontes de acuerdo posibles. Un montón de Ayuntamientos, diputaciones, Comunidades Autónomas, permanecen aletargados en espera de unos acuerdos cada vez más lejanos y que pueden llevarnos a una nueva repetición de elecciones en todos esos ámbitos. Hay más de intereses políticos de los partidos que interés en resolver cuanto antes los problemas que derivan de las diferencias entre los ciudadanos, quienes de los políticos, más que se aticen leña, desean soluciones. Sería, de verdad, muy irresponsable que, en menos de cuatro años, los españoles hubiéramos de sufrir hasta cuatro elecciones generales. Qué desastre. En todo caso, y en función de visto lo visto en materia multipartidista, en el de las nuevas elecciones, los pactos entre partidos deberían ser anunciados antes de abrir las urnas. Coaliciones electorales al pie de la letra, sin mentiras ni sectarias alarmas a fin de sacar partido en función de los resultados habidos. Coaliciones previas, de los partidos de la derecha, los de centro (de existir al menos metafísicamente hablando) y los de la izquierda. Y si algún partido decide ir en solitario que lo haga, pero quienes no, que anuncien sus alianzas. Y de este modo nos aseguraremos, mejor unos gobiernos que, por ahora, no parecen tener fácil su formación.
EL ORGULLO. - Hace tres años participé, como jurado, en la adjudicación del Premio Sagasta, de carácter bianual, convocado por la Fundación Caminos y la Editorial Debate, cuyo objeto, entre otras cuestiones más específicas para los ingenieros, es impulsar y dar a conocer ensayos originales e inéditos que hagan referencia a la modernización socioeconómica e intelectual de este país en aquellos campos relevantes para las ingenierías, tales como la transformación digital, la previsible sustitución de las energías fósiles, el futuro del transporte y el urbanismo, el cambio climático, el papel desempeñado por las obras públicas en el desarrollo de las colectividades etc. El jurado, quizá haciendo encajes de bolillo para justificar su decisión dentro de los anteriores conceptos, adjudicó el Premio al ensayo titulado “Al margen de la Naturaleza” de Víctor Mora (yo voté por otro ensayo, “Horrores, Errores, Ficciones”, de Damián A Altshuler, por contener precisiones más acordes con el objeto del Premio). En todo caso, la impresión que me produjo la lectura del ensayo premiado fue terrible. Ya, por mi edad, tuve ocasión de escandalizarme en numerosas ocasiones con motivo de reiteradas agresiones al colectivo homosexual tan improcedente. En el ensayo se hace un repaso, imposible de asumir con los criterios actuales, de los puntos de vista de cuantos autores respetables hubieron formulado juicios temerarios acerca de la condición homosexual. Hoy todos aquellos autores, aunque de reconocido prestigio profesional, serían condenados de manera irremisible por una sociedad más tolerante. Felizmente con la democracia (1997) el ataque a la homosexualidad en España comienza a desaparecer. Hoy, no hay ataque administrativo alguno. Antes, en España (y en el resto del mundo, civilizado o no) los homosexuales eran tratados como maleantes (régimen franquista) o como enfermos (Marañón, Vallejo-Nájera, López Ibor…), lo cual visto desde como ahora se entiende la cuestión, resulta ser un auténtico disparate. Hoy no queda (legalmente) ni rastro de aquello. Las manifestaciones del ‘Orgullo’ en un principio, se celebraban según la orientación que, desde el primer desfile en Stonewall Inn del barrio neoyorquino de Greenwich Village, con la intención de reivindicar unos derechos entonces anulados. Sin embargo, de la reivindicación se ha pasado a la provocación con intención manifiesta de ejercer venganza ¿Contra quienes, si los culpables ya están todos muertos? Ver a un tipo en pelotas con la polla pintada de arco iris, otro payo enculando al Oso, bajo el Madroño, y escenas profanando crucifijos, más que una manifestación es una mariconada. Tanto que, con cierta seguridad, cabría pensar que la mayoría de, lesbianas, gais, bisexuales y transexuales, estarían muy lejos de sentirse representados por tanto sujeto irreverente en tan desmadrados desfiles.
POR EL MOMENTO, 150 DÍAS. - La verdad es que, por un lado, respiro tranquilo si que España se ha librado de tener ministros que vayan, y vengan por ahí, en mangas de camisa…y con coleta, lo cual no supone alivio a la indignación que me produce ver que, tras tres meses de supuestas negociaciones, Sánchez no haya podido formar gobierno. Lo de Podemos resulta inexplicable, a menos que haya sido engañado sagazmente por el PSOE, pues la coyuntura de tener que repetir las elecciones, según los oráculos de Tezanos, tiene toda las trazas de provocar una auténtica debacle en los votantes y las votant(a)es de Podemos. Pero es que parece muy difícil, dado el encontronazo producido entre socialistas y la ultraizquierda de Podemos, que en el futuro se lograra conformar gobierno entre ellos. Vistas las intervenciones de unos y otros, la conjunción, de darse, carecería de futuro. Empiezo a estar convencido de que al PSOE le interesan nuevas elecciones, y que Podemos cayó en la trampa. No hace mucho, el propio Sánchez advirtió que, ni antes ni después, pactaría con el populismo, pues –según él- el final de Podemos es ‘la Venezuela de Chaves, la pobreza, la cartilla de racionamiento y la falta de democracia’. Pablo Iglesias ha procedido a embestir más que a investir a un candidato al que detesta, en lo político, profundamente. La jugada que Sánchez le practicó poniendo como excusa la condición de su no pertenencia en un futuro gobierno, quizá sea la clave de la estrategia por la cual Podemos ha quedado al pie de los caballos. Claro que, excusa o no, dejar en manos del señor de la coleta y vecino ilustre de Galapagar, la gestión de asuntos de máxima gravedad en las cuestiones de estado, hubiera sido tanto como la temeridad de dejarlas en manos de un profesor titular de cualquier facultad de Ciencias Políticas sin experiencia alguna. El caso de un profesor más interesado en elegir sillones que en confrontar contenidos. Por descontado que es importante ser ministro para ejecutar las políticas, pero antes habría de determinarse el qué, cuánto y cómo de esas políticas. Me explico, las ruedas de un coche son elementos imprescindibles para que se eche a rodar, pero si antes no se ha puesto a punto el motor, las ruedas maldita la falta que hacen. Y mucho menos si quien ha de pilotar el auto no tiene acreditado el saber conducir. Entre las dos anteriores sesiones de investidura (cuando lo de Rajoy en 2016) hubo de transcurrir 315 días para encontrar solución. A Sánchez, esto no ha debido parecerle suficiente: ya se ha asegurado, al menos, otros 150 días para que sumados a aquellos 315, la suma (465) revele las maldades que se derivan de la no existencia de dos partidos mayoritarios capaces de reeditar el solvente bipartidismo. Ah, y Revilla, muy bien, tan original y exclusivo como las anchoas de Colindres.
PESETA. - A comienzos de 2007, la Comisión Europea, por medio del denominado Informe PESETA. propone reducir las emisiones de gases contaminantes para el año 2020 en al menos un 20% respecto a los niveles de 1990. Al cabo de 12 años, ya en 2019, la Comisión actualiza datos del informe y proyecta sus cálculos, según cuatro escenarios posibles, al periodo 2020-2080. Como tal periodo lo tenemos ya encima, resulta de interás conocer alguna de las soluciones arbitradas en el informe. Respecto al nivel del mar, entre los cuatro escenarios, su aumento se prevé de 49 cm y 88 cm, lo cual verdaderamente acojona de verdad, pues en tales supuestos, el deslinde actual señalado por Costas de Estado habría de quedar en preclara evidencia. Claro que, pese a todo este umbral previsto de catastróficas consecuencias, la experiencia demuestra que la sangre no ha de llegar al río, pues entre que se tomarán medidas preventivas al efecto, y que las proyecciones estimadas adolecen de un cierto grado de exageración (siempre con el sano fin de acojonar a quien, a estas alturas, todavía se muestra escéptico frente al cambio climático), las cosas no llegarán a mayores. En materia medioambiental es cierto que aún no llevamos en nuestro equipaje mental circunstancias por las que el asunto de la Naturaleza tiene que ser arbitrado con el debido respeto. Desde luego que sí, pero no reconocer que en materia normativa, el trato que se da ahora a las cosas poco tiene que ver con los arbitrios aplicables en los años setenta del pasado siglo, no es aceptable. Nada que ver con ese pasado inmediato. pero que no es óbice para que determinado sector ecologista, airado en el extremo radical de la defensa de la Naturaleza, pretenda hacer creer lo contrario y, sistemáticamente, desacredite cualquier opinión medioambiental que no proceda de alguno de sus organizados grupos. Siguiendo con el asunto, el aumento de la temperatura global de los escenarios PESETA está en un rango entre 2.6 ° C y 3.4 ° C nada menos. Si estos valores los relacionamos directamente con sus correspondientes a 1970, se tendrían aumentos de entre 2.5 ° C y 5.4 ° C. Una auténtica barbaridad. A todo esto, entre las consideraciones del informe no se tienen en cuenta parámetros como el aumento de la inmigración y la afección que el cambio climático exterior puede incidir en las cosas de Europas. Y aquí viene la bomba: ‘Sin una adaptación pública al cambio climático y si el clima de la década de 2080 ocurriera hoy, el daño anual del cambio climático para la economía de la UE en términos de pérdida del PIB se estima entre 20 y 65 mil millones de euros’, según escenarios. Si topamos con los cuartos, mala cosa. Aprovecho la ocasión para mostrarme políticamente incorrecto: Cada vez hay más evidencias de que la Naturaleza no tiene nada de sabia, con sus catástrofes naturales tan frecuentes. Eso sí, tratada con mimo (por la cuenta que a todos nos trae), puede ser corregida con tacto e inteligencia. Vaya, he aquí la razón de ser de los ingenieros.
TIEMPOS IMPERFECTOS. - Lo de VOX y lo de Bildu podría ser interpretado según el empleo de las distintas formas y tiempos en que se conjugan los verbos, regulares o no. Independientemente de su conjugación, si bien hay terminaciones, no precisamente de intención verbal, que responden más al ‘ir’ que a desenvolverse en modo ‘ar’. Desde luego sabemos que la observación de las cosas del espectro político depende mucho de la posición en que está quién opina (recuérdese que según la doctrina cuántica, tal posición, influye poderosamente sobre el resultado de cualquier proceso), así es que no tendríamos por qué pedir disculpas por participar de una determinada ideología a la hora de enjaretar el pensamiento. Pero es que, por demás y nunca mejor que en estos casos, la posibilidad de querer forzar una opinión generalizada es, quizá, la más consistente, la más plausible. Entrando en la cuestión que nos ocupa, hago objeto de mi estrategia discursiva a la mecánica que adjudica el tiempo a los modos verbales. El pretérito imperfecto, denota lo que fue ayer, y el ayer para Bildu es demasiado imperfecto; tanto que resultaría ser el prototipo de esa forma y tiempo verbal. Un pretérito muy imperfecto; crímenes y asesinatos en nombre de una libertad que, precisamente, lejos de constituir el objetivo de lograrla se desvanece en sí misma entre tanta criminalidad ¡Pretérito imperfecto, adjudicado! De otro lado, de la parte contraria, VOX presenta las bases para que lo que nos haya de venir sea un futuro, también, imperfecto. ¡Adjudicado el futuro imperfecto! Y, al igual que Podemos, en su día, fue responsable de una patente imperfección de la Izquierda, con su superioridad moral y todo, hoy VOX emula tal circunstancia, esta vez para gran disgusto de la derecha. Imperfecciones, se mire por donde se mire. Los restos de una banda asesina enmascarados bajo el mantón de la política y unos nostálgicos del orden exagerado, que pretenden, sin sutilezas, regresar al pasado. Eso sí –entiéndase bajo de mi particular punto de vista- hay algo que resulta curioso. Mientras que, desde la izquierda, se denuncian con denuedo las iniciativas que se toman para investigar determinadas subvenciones a organizaciones de corte izquierdista, echando mano de argumentos democráticos más o menos huecos, el caso contrario, esto es, las denuncias, también, desde la izquierda que se establecen para desacreditar a organizaciones más propias de las derechas, parecen tener la bendición democrática sublime que emana de la famosa superioridad moral de la izquierda. A veces sería conveniente que, desde una moderada condición de derechas, se debería expresar sin complejos (con la regla decimal de medir democracias), que la distancia a la que se encuentra VOX es, con mucho, más corta que la que hay de separación con Bildu. Ni qué decir tiene que todo lo anterior debería interpretarse en modo subjuntivo; más que nada en virtud de la modestia de quien esto escribe, pese a que lo de VOX y Bildu es harto indicativo.
LOS UNOS FRENTE A LOS OTROS. MEMORIA. - Al final, la Guerra Civil y sus horribles circunstancias han de salirme hasta por las orejas. Quién habría de decirlo, a estas alturas tan distantes en el tiempo aquellos sucesos de la Guerra Civil. Distantes y que creí tener asumidos sus reparos, no como borrón y cuenta nueva, sino como conclusión final del nunca más. Ahora se nos pone por delante la obligación de tener que redescubrir las lamentables circunstancias habidas, después de ochenta años. Mientras las ‘bondades’ del multipartidismo nos entretienen con dimes y diretes (cínicamente expresados) acerca de lo difícil que es conformar gobierno, paralelamente (entre otros muchos asuntos de cuidado), el fantasma de Franco y el aliento normativo de la Memoria Histórica, nos lleva obligatoriamente a lo que en el principio anuncio: ¡Pero qué fue la Guerra Civil! Le he dado, este verano, un intenso repaso. Tras ello, y con intención deliberadamente objetiva creo que el asunto articulado por los ‘unos’ contra los otros’, todos tienen razones poderosas para sentirse ofendidos, con la particularidad de que, al tiempo, los ‘otros contra los unos’, también podrían exhibir argumentos contundentes. Algo así como que, de la interpretación somera de la historia, cabría deducirse el conocimiento de que aquello (la Guerra) fue lo más característico de una siniestra propuesta que nos llevó a tener que elegir entre ‘susto o muerte’. Fascismo VS Comunismo, en toda su amplitud ¿Es que, por ventura, no habría podido darse una confrontación menos radical? Que los ‘vencedores’ ejercieron una extremada imposición de su fuerza a los vencidos durante los cuarenta años de dictadura, es un hecho más que palpable, pero ¿Qué hubiera sucedido si el triunfo se hubiera inclinado hacia el lado republicano? Pues tampoco se habría propiciado la restauración de un régimen democrático –seguro- ni habría redundado su triunfo en un mejor equilibrio geopolítico europeo (franceses y británicos frente a alemanes e italianos). Hubiera sido, como poco, más que tremendo, y se me ponen los pelos de punta de solo pensar que la situación derivada hubiera llevado a España hasta los dominios de aquel horripilante Pacto de Varsovia que el comunismo soviético gerenció con mano tan dura. El poder que sobre la España Republicana ejerció el Komintern (proyecto comunista universal), con sus mandos maquinando a diestro y siniestro a las aturdidas autoridades del gobierno, puede decirse que fue total. Si los golpistas hicieron triste gala de brutales acciones, los republicanos no les fueron la zaga. Si los nostálgicos de la Monarquía no dejaron, desde 1931, de hostigar al gobierno, éste no paró de mostrarse canalla en sus acciones civiles (lo de su furor contra la Iglesia fue cuestión muy prevalente). Si tras el fin de la contienda, los confabulados fueron tremendos, sería muy difícil de admitir que los vencidos se hubieran mostrado como hermanitas de la caridad. Así es que, habiendo sido todos muy malos, la ejemplaridad de quienes exigen reparaciones diferidas en el tiempo, tiene escasas posibilidades de ser considerada objetiva. De aquí mi rotundo rechazo a la interpretación sesgada que desde la Memoria Histórica se propone. Si la dictadura franquista no se extinguió hasta 1976, cabe recordar que la apertura comunista, y consecuente desaparición de la URSS, no se produjo hasta 1989. Para temblar.
HIDRÁULICA. - Si decimos que la ciencia hidráulica, con sus técnicas, es la gran aliada de la Ordenación del Territorio, sin duda resultaría ser un criterio difícilmente rechazable. Tal cuestión, por el contrario, implicaría el desprecio interesado por parte de esos ambientalistas, tan de fogosas opiniones, cuya radicalidad hacen temblar al resto de los humanos. Son ya tantas las veces con que se han referido a las cosas de la técnica bajo el peyorativo y panfletario desprecio de ‘al modo ingenieril’ de las cosas que, a poco que nos descuidáramos, serían capaces de proyectar un mundo en donde la ingeniería quedase del todo arrinconada. Es fácil observar cómo en las apreciaciones de los gurús ecologistas, siempre se contiene la intención de identificar al desarrollista moderado como un auténtico destructor, enemigo total de la sabia naturaleza. Si no fuera por esta actitud (por la que reciben tantos encargos para un montón de estudios técnicos acerca de las posibilidades que, según sus sabios criterios, presentaría un mundo sostenible), quizá todos seríamos más felices, nos llevaríamos mejor, y esa sostenibilidad que a todos (y no solo a ellos) interesa, estaría perfectamente identificada. Para la izquierda, por lo general, además de sus clásicos fondos ideológicos, tales como el rollo del LGTBI y el feminismo en su más feroz interpretación, el asunto ambiental y su mejor referencia, el cambio climático, son banderas por las que quieren identificar su ideología (¿y su superioridad moral, también?) al tiempo que prefabrican un radical denuesto a la derecha, con la acusación de que está en contra de todo lo bueno y lo malo que se contiene en aquel motivo intelectual de tan pérfida intención. En asuntos hidrológicos, el ecologista audaz se rasga las vestiduras cuando en los boletines al uso se informa de que el embalse tal o cual está vacío (un breve repaso a lo que es la regulación interanual se debería dar); recuerda las supuestas maldades de la política franquista y propone la demolición de las presas (1.200, en España) por la agresión que suponen a la biodiversidad del medio. Respecto a esto debería saberse por todos que de no estar en funcionamiento el sistema de embalses hispano, no más de ocho millones de españoles tendrían acceso al Agua. Gracias a la Hidráulica, a sus infraestructuras, mecanismos y resortes: canales, presas, trasvases, elevaciones, norias etc., los españoles (cuarenta y cinco millones) tienen ‘a pie de grifo’ más de 50.000 Hm3 regulados con tiento, sabiduría y respeto a esa biodiversidad que resulta enjaretada de la peor manera por aquellos que se creen los reyes del mambo cuando aplican sus conocimientos de manera interesada. El respeto a la Hidráulica, por los asuntos que resuelve, debería ser total, a izquierdas y derechas del Universo.
OTRA VEZ, NO, ES QUE NO. - La evidente táctica de Sánchez, dilatando con firmeza el encuentro con Podemos a fin de evitar la repetición de unas elecciones, que serían las cuartas en cuatro años, tiene como objeto poner de los nervios a los podemitas y situarlos/as en el disparadero, llevados por la indignación, de meter la pata hasta el corvejón, votando en contra la investidura de Sánchez. Si Pablo Iglesias pudiera, azotaría sin consideración alguna a Sánchez hasta hacerlo sangrar, empleando para ello toda la saña radical que desde su ideología extrema le proporcionara el látigo vengativo con el que acariciar la espalda de quien, en estos momentos, es ya su principal enemigo. Los nervios han estado a flor de pie durante todo el mes de agosto, cuyos tiempos han sido llevados por el PSOE tratando de hacer de Unidas Podemos el gran traidor, por segunda vez, de la izquierda, lo cual -no hace falta ser un lince de la política- habría de redundar en beneficio del capazo electoral de los socialistas, adonde acudirían (como espermatozoides ávidos de fecundar) todos los votos de quienes por un momento pensaron que la radicalidad y populismo que encierra Unidas Podemos, sería la solución para convertir a España en un país de Izquierdas. Al pairo de estas maniobras tan declaradas, pero como consecuencia de ellas, la estupefacción con que la plural España se pinta la cara es cada vez más evidente. Parece como si los políticos electos no se hubieran espantado con los 315 días que estuvimos sin gobierno, debido a esa ‘cláusula’ inventada por el PSOE del ‘No es No’, y que los más de 120 días de ahora no les produzca la más mínima vergüenza, en medio de una incapacidad supina para superar los desencuentros y formar gobierno. Están todos los partidos más pendientes de sus propios intereses que el del común general. Siendo (así yo me declaro) enemigo profundo de las líneas rojas, de las sanitarias y, sobre todo, del nefasto No es No, la Derecha debería dar un respiro a este interminable intervalo de componendas de la Izquierda y proporcionar las abstenciones necesarias para que España dispusiera de un gobierno lo más pronto posible pues esto, sin duda, es lo que conviene al país, tanto para los de la izquierda como para quienes apoyan la derecha. Vaya un mes de agosto hemos sufrido, tan aherrojado de cara a las inexistentes negociaciones en el ínterin de la Izquierda, y cuyas circunstancias han sido oscurecidas por las tragedias de las que se ocupan los de Open Arms, las desgracias que la listeriosis han producido en unos pocos ciudadanos y, lo peor, la inmensa tristeza, que nos ha llevado al llanto, del accidente que provocó la muerte del comandante Molina, a bordo del C-101. Quien fue un español auténtico, cuya declaración más emocionante la hubo realizado tras una soberbia exhibición aérea, hace unos años: ‘Dibujar los colores de la Bandera de España, en el cielo, con las estelas que los cazas de la Patrulla Águila dejan a su paso, es lo más grande’. Sí, por supuesto, España debería ser lo primero para todos.
UNIVERSIDADES. - En 1968 en España la población universitaria era de apenas trescientos cincuenta mil. Hoy, después de 50 años, la cifra de estudiantes universitarios supera el millón seiscientos cincuenta mil, con la particularidad de que el 54,5% de tal cifra corresponde a mujeres, lo cual es un parámetro objetivo para entender que la evolución de su papel, y vindicación, en la sociedad actual nada tiene que ver con tiempos pasados. Si en cincuenta años la Universidad española, en lo que a alumnado se entiende, se ha multiplicado casi por cinco, el número de universidades, entre públicas y privadas, se ha elevado, nada menos, que hasta 84, también entre públicas y privadas (50+34). No es cuestión de darle vueltas a si hay demasiados universitarios o no, pero lo cierto es que la oferta que presenta España, en la actualidad, es bastante elevada. Solo la comunidad autónoma de Madrid ofrece, nada menos, que 15 universidades, lo cual resulta tanto o más sorprendente a que en la comunidad autónoma uniprovincial de Murcia haya lugar para tres universidades. Siempre en esta línea de no entrar a valorar si hay o no demasiada oferta universitaria, hay una circunstancia digna de mención en lo que respecta a la capital de España y es la que se corresponde con el hecho de que ocho escuelas de Arquitectura compiten por un alumnado que no siente vértigo por la situación aquella de 2007 que dio lugar a la ruina casi total de la construcción en España. Y, ya que estamos, es muy interesante dar noticia del número de especialidades que se imparten en la Universidad española: un total de 8.382. (6.535 Públicas y 1.870 Privadas). Qué lejos quedan aquellas especialidades de antaño que, poco menos, se limitaban a Medicina, Derecho, ingenierías y ciencias. Claro que si damos pábulo a quienes anuncian que, dentro de diez años, la mayor parte de los empleos serían nuevos y nada que ver con los de actualidad, quizás se entienda el asunto. Lo que sí parece que es objeto de mejora es la reducción de dificultades a la hora de obtener un título. Y es que la Enseñanza, lejos de intentar forjar héroes, tiene por misión dotar al estudiante de elementos esenciales con vistas a su incorporación al mercado laboral. Antes, me consta, las cosas no eran así. Y por eso pongo en la consideración del lector la siguiente y documentada anécdota. En un alegato contra las prácticas educativas de entonces, Evaristo Galois (1811- 1832) escribió: “¿Por qué los examinadores no plantean a los candidatos preguntas que no sean retorcidas? Parece que tuviesen miedo de que los interrogados los entiendan. ¿Cuál es el origen de este deplorable hábito de complicar las preguntas con dificultades artificiales?”. La frase resulta inquietante si se tiene en cuenta que quien así opinaba ya tenía resuelto el problema matemático más importante de su época. En fin, cosas de la Universidad que me ocupan.
AGUILAR, BENGOA Y QUINCE. - Antes de 1963, Santander ya era una ciudad pujante y emprendedora y, sin embargo, su oferta de estudios universitarios quedaba limitada a la Escuela de Peritos Industriales y la Escuela de Náutica. Escaso bagaje para tan importante ciudad y provincia-región tan acreditada. La tradición ingenieril de Cantabria fue la que impulsó la creación de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de Las Llamas. A partir de ahí, y como fructífero embrión de las ciencias y de las letras, paso a paso, fue erigiéndose la hoy muy acreditada Universidad de Cantabria, junto a la insigne Universidad de Verano Menéndez Pelayo, en orgullo y seña de la región cántabra. Al cabo tantos años (la inauguración fue en 1966) quiero recordar a quienes fueron los entusiastas impulsores de la implantación de la ya añeja Escuela de Las Llamas, desde que su creación fue figurada en el Boletín Oficial del Estado. Deberían formularse las gestiones y propuestas oportunas para que en la ciudad de Santander pudiera ser dedicada una calle a los ingenieros de caminos José Aguilar, Ezequiel Bengoa y Ricardo Quince, por ser los entusiastas promotores de una acción notable por la que hoy Santander cuenta con su prestigiosa Escuela de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos. ‘Calle de Aguilar, Bengoa y Quince’, sería mi propuesta.. Una propuesta proveniente de un ingeniero de caminos a quien, por circunstancias adversas, no tuvo ocasión de disfrutar de aquellas magníficas condiciones ofrecidas por una escuela de nuevo cuño y cuya intención no fue otra que la de especializar ingenieros en materia civil con toda garantía. Por extraño que lo parezca, quien esto suscribe, con profundas raíces en Luena, San Miguel y Selviejo, hubo de cursar los estudios de ingeniería en Madrid. Hoy, sin embargo, y muy desde el sur de Cantabria, muestro todo mi interés en las cosas de esta región tan infinita. Vaya, que lo de Santander y sus pueblos, valles, ríos y montañas, es cosa, por lo emocional, prioritaria.
NUEVAS ROTULACIONES. - Al final la Guerra Civil y sus horribles circunstancias han de salirnos a todos por las orejas. Llevado por cierta hostilidad a las cosas que en la Ley de Memoria Histórica se contienen, y a la perplejidad que el asunto de la resurrección de Franco produce, me he dado un baño de Guerra Civil este verano. Y tras que mi moral, rememorados los hechos, se ha venido abajo en mérito a las maldades llevadas a cabo por monárquicos nostálgicos confabulados y autoridades republicanas incapaces de frenar sanguinarios episodios, llego a la conclusión de que los supuestos ‘buenos’ fueron tan malos como los supuestos ‘malos’ y que, si en la balanza final, el triunfo hubiera correspondido a los ‘buenos’, los correctivos posteriores al fin de la Guerra hubieran tenido incluso mayor maldad que los que se hubieron ejercido por los ‘malos’ triunfadores. Los del Komintern no eran precisamente unos angelitos. Tengo esta seguridad, los ‘buenos’ que perdieron la guerra contra los ‘malos’, hubieran tomado más represalias que las que se produjeron realmente por parte del bando vencedor. Me di, este verano, una vuelta por la zona de la Hermida de la capital cántabra y, con sorpresa, observé que en las calles se conservan los rótulos que tienen que ver con personas que participaron en la Guerra del lado sublevado. Suerte para los vecinos, me dije, pues así no tendrán que soportar los inconvenientes que se derivan del cambio de nombre y que afectaría a sus correspondencias postales. En Murcia, la parte izquierdista de la Región se niega a rotular el Aeropuerto de Murcia con el nombre de Juan de la Cierva, inventor del Autogiro, por su pasado franquista. En Cartagena, por aquello de la Memoria Histórica, desplazaron de la plaza que llevaba su nombre al Almirante Bastarreche, genial impulsor del aseguramiento del agua potable a todos los ayuntamientos murcianos. En Madrid, la plaza Vázquez de Mella, por aquello de estar colindante al barrio de Chueca, le birlaron el nombre para otorgárselo a Zerolo, por más que el escritor asturiano nada tuviera que ver con lo del 36. Lo mismo que sucedió en Barcelona con el Almirante Cervera, héroe o no en la Guerra de Cuba, quien, tachado de facha por la alcaldesa, cedió el rótulo de su calle a un tal Pepe Rubianes, cuya fama proviene de cuando dijo que a él ‘la unidad de España le sudaba la polla’, Genial. Al capitán aviador Carlos Haya y a su kilómetro y medio de calle, le cambiaron el rótulo que exhibía desde 1954 por el del poeta Joan Maragall, quien por suerte para él nada tuvo que ver con la contienda que ha hecho estallar la histeria en la interpretación última de su Historia. Al aviador, don Carlos, debe quedarle el consuelo de que en Santander se haya respetado su calle. Y así un montón de calles en toda nuestra plural España. Es de esperar que no haya nuevas guerras que desestabilicen una vez más el callejero que, primero, Franco modificó a su antojo y ahora los de la ‘superioridad moral de la izquierda’ enmiendan con tesón.
TRAICIÓN. - Lo de que la izquierda no es capaz de lograr adhesiones, es verdad. Pero solo desde hace cinco años, desde el subidón de Podemos y su líder Iglesias. Antes las cosas no eran así. Desde los comienzos de la Democracia, las izquierdas lo han tenido claro hasta 2011. Podemos, creyéndose ser el rey del mambo, no ha pretendido otra cosa que derribar al PSOE y ocupar su lugar. Cuestión que, felizmente, no ha conseguido, pues de lo contrario, de haber podido suceder, este país se hubiera visto trasladado a un montón de años atrás, de cuando la ideología radical comunista aún no hubo encontrado su san-Martín. Y es que los comunistas españoles de los años 80, los del PCE, eran más inteligentes que estos de ahora y en lugar de tocar las pelotas a los socialistas, prestaron su necesario apoyo para gobernar en un montón de instituciones donde la derecha hubo obtenido mayorías insuficientes. Carrillo y Anguita no mostraron jamás la desfachatez y chulería que es santo y seña del señor Iglesias. Sí, este señor capaz, si pudiera, de despellejar a Sánchez hasta hacerlo sangrar. Los comunistas de entonces, los que devinieron en demócratas, estos, nada tienen que ver con los de Podemos, tan aguerridos, vengativos y audaces. Hoy, a lo que se ve, para las izquierdas es todo muy diferente. Si hablamos de traiciones, en política eso está a la orden del día. Pero no hay alarmas, siempre encontraremos esas hueras palabras (más valdría que se las llevara el viento) capaces de justificar las más flagrantes traiciones. Traición a lo grande es la del lampiño Errejón, cuyos escrúpulos quedaron a merced de los demonios. La puñalada que ha asestado a su antiguo camarada Iglesias y sus seguidores está en lo más alto de los olímpicos juegos de las perversidades políticas. Aun así encuentra las palabras para justificar su hazaña. Lo hizo esta misma semana en Madrid, ante un grupo no muy numeroso de personas. Tomé nota de su discurso y, en verdad, de algunas de sus propuestas no soy capaz de dar crédito sin escandalizarme (estoy por arrancarme los dos ojos, y no uno solo). “Hay que poner el país por delante de los partidos políticos’, dijo parafraseando a Francisco Franco (“Lo que se debe hacer es trabajar para dar vida al país, pues los partidos políticos –un lujo- solo sirven para discutir”). Se asemeja tanto el discurso de Errejón a lo que Franco hubo establecido que miedo me da este señor cuando se lamenta de que, en España, la gente piensa más en las sedes de sus partidos que en el País. Se convierte en el adalid contra la abstención y denuesta sin contemplaciones a los partidos que, mirándose sus respectivos ombligos, han sido incapaces de habilitar, tras cinco meses, un gobierno. Lo que es tanto como afirmar lo que Franco hubo afirmado respecto a que “los partidos solo saben discutir, sin sacar nada positivo”. En fin, como en política todo es posible, no me queda otro remedio que pensar que lo de Errejón no es sino un invento del PSOE para aniquilar a Unidas Podemos, lo cual mirado desde mi lado más alegre, no me parece mal. El fin –en este caso la traición, justificaría los medios.
NO HAY PANTANOS INÚTILES. SANTOMERA. - La recientes riadas de los días 12 y 13 de septiembre en Levante han dejado claro la importancia que la ingeniería hidráulica tiene para la defensa de las personas. En la cuenca del Segura los datos pluviométricos son de una tristeza que aburre, pues la media de precipitaciones anuales (según series pluviométricas suficientemente fiables) es de 150 l/m2. La sequedad y aridez de sus tierras merecen más respeto hidrológico, sin duda. La lluvia recogida en aquellos días llegó, en algunos lugares, hasta valores de entre 240 y 290 l/m2. Es decir, en dos días ha llovido casi un 160% más de lo que llueve en un año. El régimen de lluvias, tan extremo, resulta brutal para la zona. El Plan de Defensa contra las Avenidas del Río Segura, finalizado hace casi 30 años, ha hecho posible que los daños causados (con ser muy importantes) no hayan producido las desgracias que riadas mucho menos voluminosas sí produjeron en el pasado. La regulación de ríos, ramblas y ramblizos de que los fueron objeto todos aquellos que confluyen en el Segura, es obra magistral de la ingeniería. Entre las aportaciones más reseñables cabe destacar la aportación que el Embalse de Santomera hizo a efectos de normalidad ciudadana. Tal embalse se sitúa en la denominada Rambla Salada, cuya escasa aportación anual ha mantenido, durante años, muy bajo el nivel del embalse. Nunca estuvo lleno y la calidad de sus aguas son de pésima condición para el riego. Los días 12 y 13, el embalse estuvo recibiendo un caudal de 200 l/seg y gracias a que el vaso se encontraba casi vacío, fue capaz de laminar ese caudal que, de no haber sido así, hubiera producido –según Mario Urrea, presidente de la Confederación Hidrográfica del Segura- una catástrofe de enormes dimensiones y la pérdida de numerosas vidas humanas. Santomera fue concebida como mecanismo hidráulico de regulación, sin merecer otro tipo de uso distinto. No es una presa para fomentar el riego, ni para producción eléctrica, es simplemente una presa de regulación. Su valor se ha puesto en evidencia al cabo de los 52 años de su construcción y el hecho de estar normalmente en un nivel bajo no impide que los criterios para su evaluación técnica se hayan sustentado en el común criterio ingenieril que estima el concepto de regulación plurianual como el más correcto en la planificación hidráulica de las circunstancias hídricas. La irregularidad de las lluvias –más ahora, afectadas por el cambio climático- no permite determinar seguridades ciudadanas frente a ellas a corto plazo. Este es el caso de la presa de Santomera, cuyo objetivo se hubo cumplido más allá de los 50 años desde que se hubo fijado esa particularidad. Hace unos años, y por parte de ese ecologismo radical que no para en mientes cuando se trata de denostar la ingeniería, se puso en tela de juicio la presa de La Serena, en el río Zúcar, con capacidad para 2.950 hm3 y usos de regulación, regadío y eléctrico. Fue acusado, por estos artistas de la conservación a ultranza, de pantano inútil. Sin embargo, su conveniencia quedó demostrada al haber evitado, en las inundaciones de diciembre de 1995 y enero siguiente, importantes daños materiales y personales a lo largo del Zúcar, afectando a poblaciones tan importantes como Mérida y Badajoz. Esto, solamente esto, justificaría la bondad del sistema. Mirar, de vez en cuando, más allá de la nariz, aporta objetividad en el juicio.