«Transferir las competencias del río Nalón a Asturias es un verdadero disparate»
«El estudio ambiental de Caleao no debe impedir su construcción, sólo determinar las medidas para minimizar su impacto»
JUAN GUILLAMÓN ÁLVAREZ Decano del Colegio de Ingenieros de Caminos de Murcia.
Oviedo, Alejandro ÁLVAREZ
-¿Hay suficientes reservas de agua en Asturias como para estar tranquilos?
En Asturias hay agua de sobra. Quizás el problema que pueda tener esta región en un momento sea la regulación de los caudales.
Juan Guillamón es el decano del Colegio de Ingenieros de Caminos de Murcia y es uno de los mayores expertos en agua de España. Defensor de los trasvases, es muy crítico con las decisiones políticas sobre los recursos hídricos.
-¿Existe un buen aprovechamiento del agua o se tiende al derroche?
-El concepto de aprovechar o derrochar el agua es totalmente subjetivo; depende de la zona. En el caso de Asturias, el problema del agua no existe porque abunda. En la España seca, en cambio, la escasez obliga a un mayor aprovechamiento.
-¿Qué diferencias existen entre el norte y el sur de España a la hora de priorizar el uso del agua?
-En ambos casos, el agua de abastecimiento es prioritaria frente a cualquier otro uso. En el Norte no existe la conciencia de regadío que hay en el Sur, y el abastecimiento, en el caso de que plantee algún tipo de problema, se solucionaría fácilmente. En España el 80 por ciento del agua se destina al regadío.
-¿Falta conciencia del agua en las regiones de la denominada España húmeda?
-Yo no acusaría a nadie de falta de conciencia, puesto que en el Norte hay agua suficiente. Los que se tienen que concienciar son los habitantes de aquellos lugares donde el recurso escasea. Asturias debe entender que no toda el agua debe ir al mar. El Estado debería determinar qué cantidad debe ir al mar y qué cantidad debe aprovecharse para aquellos lugares donde haga más falta.
-Dice que en Asturias sobra agua y sin embargo el Gobierno regional asegura que el suministro no está garantizado si continúa aumentando el gasto.
-Sólo el río Nalón vierte más agua al mar que todos los ríos de la cuenca del Mediterráneo juntos, del Ebro hacia abajo. El problema en este caso puede ser de regulación, pero el agua no debería representar ningún problema en Asturias. En todo caso, de darse, sería un problema de infraestructuras.
-El Principado proyecta la construcción de una gran presa en el valle de Caleao como solución a ese déficit del suministro.
-En España hacen falta más presas por muchas razones. Porque hay que regular nuestros ríos. Sería un poco ridículo que en una zona con una abundante pluviometría, como Asturias, se optase por la construcción de plantas desaladoras. El estudio de impacto ambiental de Caleao debe darnos una pauta sobre su construcción, pero no debe impedir la obra, sólo determinar cuáles son las medidas para minimizar el impacto ambiental.
-Entonces, ¿considera viable el proyecto?
-Yo estoy en contra de la alternativa cero, la de no hacer nada. Hay que conjugar los intereses económicos con los medioambientales y con los del Estado del bienestar. En ese triángulo hay que moverse. Y si hace falta una presa, pues habrá que construirla, y no hacer caso a aquellos intransigentes conservacionistas que impiden cualquier movimiento.
-Otro asunto objeto de debate es el precio del agua. ¿Considera que es demasiado bajo?
-Bajo en Asturias, pero carísimo en Alicante, en Murcia y en Baleares. Por poner un ejemplo, la diferencia en el precio puede llegar a ser hasta diez veces superior. En Murcia, el precio del metro cúbico es de dos euros, mientras que en Oviedo apenas supera los 70 céntimos. Aun así, se puede pagar ese precio.
-¿Es cierto que se pierde tanto caudal de agua como se dice en las canalizaciones?
-La pérdida es inevitable. La efectividad técnica máxima está situada en una pérdida de entorno al 10 por ciento. Hay sitios donde se pierde hasta el 50 por ciento, sobre todo en zonas donde hay abundancia. En el caso de Murcia, la pérdida apenas supera el 12 por ciento. La mejora de la red ha permitido mejorar considerablemente las canalizaciones en los últimos años.
-¿Cómo califica la política del agua que se está siguiendo en España?
-En España no existe una política del agua ni un modelo hidráulico definido. Lo que hay son una serie de medidas que tienen como objeto conformar determinadas decisiones que siempre están marcadas por el signo territorial.
-Explíquese...
-La derogación del trasvase del Ebro ha marcado un hito absolutamente indeseable para practicar cualquier política del agua. A partir de ese momento, como la decisión sólo trató de satisfacer una petición territorial, en este caso de Aragón, ahora los andaluces quieren las competencias del Guadalquivir y el Gobierno asturiano quiere las del río Nalón; un verdadero disparate y un pecado mortal. En España, para gestionar el agua tiene que existir unidad, y la unidad tiene que partir del Gobierno central. Pero para ello es muy importante que personas como la ex ministra de Medio Ambiente Cristina Narbona, la más inteligente y perversa de las mujeres que han participado en el Gobierno, estén lejos de España. Trocear los ríos es el disparate más grande que se puede cometer.
-¿Considera que falta solidaridad entre las autonomías?
-Si dividimos el país por la mitad, hay una España seca y otra húmeda. En España llueve al año 110.000 hectómetros cúbicos, la mayoría en el Norte, de los que sólo se regulan 45.000. Aun así, tocamos a mil metros cúbicos por habitante y año. Lo que no puede ser es lo que pretende Aragón, que tiene aprobada en su Estatuto una reserva de 6.550 hectómetros. Eso supone una cifra cuatro veces y media por encima de la media nacional.
-¿Cómo cree que se podría resolver el problema del agua?
-El futuro pasa por una idea antigua, de Jovellanos, que fue el primero que planteó el desarrollo de España a través de una política de regadíos. En el año 1933, Indalecio Prieto, ministro socialista, retomó la idea de interconectar las cuencas, que más tarde Josep Borrell llevó a las Cortes. Pero el PP se opuso a aquella propuesta, que no salió adelante por un voto suyo. Antepusieron el plan de regadíos al plan hidrológico.
«El futuro del agua está en desarrollar la política de regadíos que planteó en su día Jovellanos»«La derogación del trasvase del Ebro marcó un hito indeseable para practicar cualquier política del agua»
Nació en Murcia en 1947. Decano del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de Murcia y miembro de la Junta Nacional. Está considerado uno de los mayores expertos de España en temas relacionados con los recursos hídricos. Se define como un defensor de la política de trasvases de agua como principio básico y fundamental de la solidaridad entre las regiones. Asegura que España no es un país seco en cuanto a precipitaciones, sino que es un país seco en cuanto a la distribución del agua.