Guillamón Sostenible
Empezó como reflexión acerca de la energía, sus carencias y estrecheces y, de momento, está abierto a todo tipo de conjeturas, a lo que se me ocurra...Aunque eso sí: Agua, Energía y Medio Ambiente, siempre.
martes, febrero 08, 2022
martes, marzo 02, 2021
Es muy probable que, finales de mayo, principios de junio, se superen los 40.000 hm3 almacenados. Algo más del 70% de la capacidad hidráulica del país. | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Agua embalsada en España a 02-03-2021 | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
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martes, diciembre 29, 2020
FINAL DE AÑO 2020
Estados de los embalses.
Prácticamente llegamos al final igual que los últimos años. En torno al 50% de la capacidad de nuestros embalses.
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sábado, diciembre 26, 2020
MI COLUMNA EN ALERTA, DIARIO DE CANTABRIA. SEGUNDO AÑO DE ALERTA EN SANTANDER.
AL SUR DE CANTABRIA
PERDER EL CENTRO. - El Centro, en Política, no es
sino un procedimiento de aproximación. No es nada topológico, no existe. Sin
embargo es la excusa estupenda para inventar un partido de nuevo cuño. No
aparecen más alternativas frente a los otros partidos, posicionados a
izquierdas y derechas, que aquellas que tienen que ver con la oportunidad de
tener algo nuevo para tonificar el hastío que producen las rutinas de los
grandes partidos. No hay centro, no hay ideología. En ellos, en esos partidos,
cabe de todo y, en consecuencia, su militancia (y cargos) es mucho más que
plural, quizá un lío difícil de desenredar. En el CDS de los años 80,
siendo yo su presidente en mi Región, me entró un tipo con su ficha recién
firmada quien, de entrada, me ‘asestó’ esta joya gramatical (e ideológica) :
“En España, lo que hacen falta son muchos Tejeros”. Y se quedó tan ancho en el
Centro de su ajustada ideología, mientras el cuadro que sujetaba una enorme
fotografía de Adolfo Suárez caía al suelo con estrépito como diciendo ‘no es
esto, no es esto’ Ya digo, la aparición de un partido de centro es toda una
oportunidad para quienes desean iniciar su carrera política. Pero el
partido de centro debiera tener un fundamental objetivo: catalizar las opciones
para que pueda darse un buen gobierno centralizado y prestar colaboración a
cualquiera de las fuerzas mayoritarias, a izquierda y derecha, cuyas mayorías
no resulten suficientes para formar gobierno. Ni que pintada, en España, esta
situación se acaba de dar con el PSOE en disposición de gobernar con tal de que
el apoyo centrista se hubiera dado ¡Una verdadera situación de libro! Y no se
dio por la sencilla razón de que Ciudadanos no es un partido de centro;
Ciudadanos es un proyecto para desalojar al PP de la derecha, Dos de cada tres
de sus votantes, en el pasado, habrían antes apoyado al PP. Ciudadanos engaña a
quienes se creen lo del centro. Habrá abandonos a gogó por su derecha y muy
probables huidas hacia el PSOE por su izquierda. Las encuestas, y no solo la de
Tezanos, así lo anuncian. A Rivera se le ha visto el plumero; su objetivo de
echar fuera al PP no le resultado y lo que sí ha venido a suceder es que sus
votantes han despertado. Ciudadanos debió evitar la castaña de nuevas
elecciones dando apoyo al PSOE, pero como no es de centro sino un invento, pues
pasará lo que habrá de pasar.
CON LA MÚSICA A ESA PARTE. - Ya se sabe, señores, que
para subir al Cielo se necesita, además de una escalera grande, otra cosita. El
cielo catalán está nublado y, entre todos, no podemos dejar que el temporal
desguace sus alas rotas. Cataluña es cosa de todos, de nuestra querida España;
esa España mía, esa España nuestra, y por tanto no es admisible no hacer nada
viendo pasar el tiempo como esos cantos de gorrión que caminan por las mentes,
alejadas voluntariamente de todo aquello que resulta conflictivo. No creo que
haya 155 razones para entrar a saco en el conflicto pero alguna, y de mucho
peso, sí que la hay. Creo que se debe entrar decididos, con la frente limpia y
clara, a esa primavera deshojada en que la han convertido quienes parecen que
tienen veneno en la piel y están hechos de plástico fino; esos políticos
independentistas a quienes nada les importa un montón de catalanes, cuya
ambición se limita a vivir su vida, sin más mentiras y en paz, ajenos a la
ideología que ha desafiado el orden constitucional hasta los límites de la
delincuencia. Más le valiera a Torras y los suyos dejar los montes desafiantes
y venir al mar de la estabilidad, a ver si de una vez todas, su voz se rompe
como el trigo al clarear, pues -casi lo estamos viendo- de seguir así las
cosas, cada vez más parecen marionetas bailando en la cuerda de la sinrazón,
empecinados, más y más, en que la única salida es la independencia y que fuera
de ella no hay diálogo. Es como para pedir, de coña, que saquen whisky, cheli,
para todo el personal. Lo peor de todo es que la situación es tan delirante
que, ahora, nos debe importar un montón de gente que dice y habla sin ver
la realidad. Como si el futuro no nos acongojara con sus negros presagios
en un montón de cosas más relevantes que el rollo catalán, como si fuéramos
capaces de detener palomas al vuelo, volando a ras del suelo, como si fuera
posible que, en España, lloviera en sus campos café. En fin, que lo que sufre
Cataluña es algo muy grave que nos hace estremecer. Soy de quienes piensan que
a los referéndums los carga el diablo. No hay mejor método para certificar la
división de un colectivo que realizar uno. En los referéndums, casi siempre
sucede que los resultados varían, a uno y otro lado, alrededor del 50%. Así es
que la situación que se deriva del mismo refleja fehacientemente el estado de
igualdad de unos contra otros. Los referéndums que resultan saludables, sin
embargo, son los que se promueven desde las dictaduras. Franco hizo alguno y le
salían muy bien; más del 90% apoyaba lo que el general deseaba. Faltaría más.
Un referéndum en Cataluña, solo para catalanes, resultaría verdaderamente
trágico; más si el triunfo de los no independentistas se figurara en poco más
del 50%. Hay que estar ciego o haber perdido el caletre para no ver esto.
Torra, es un político a la deriva. Por eso Cataluña está llorando y sus
lágrimas son como perlas que caen al mar, pero el eco adormecido de este
lamento hace que mis amigos catalanes lo pasen mal. Y los amigos de mis amigos
que, por eso son mis amigos, también.
LA ESTRATEGIA DE LA
INDIGNACIÓN. - La
estrategia del PSOE de forzar nuevas elecciones tenía por objeto, a la vista de
las encuestas que Tezanos arbitra, obtener más escaños que los
que en la actualidad dispone y, aun, si las circunstancias le fueran
favorables, alcanzar una solvente mayoría. Como consecuencia de esto, el
PSOE mantiene unas políticas (le importa un comino la inestabilidad
consecuente) cuya intención es indignar al personal de derechas, a fin de que
esta indignación resulte determinante para que los votantes de VOX aumenten. A
lo que se ve, esta acción táctica está dando resultado pues, de lo contrario,
si el votante de VOX se apercibiera del truco, entregaría su voto al PP, éste
lograría mayoría sobre el PSOE y el ‘indignado’ señor de VOX lograría su
objetivo: tener un gobierno de derechas. Por paradójico, que no quede: VOX,
aliado del PSOE. Y dicen que Pedro Sánchez dice que el PSOE quiere una España
sin diferencias, una España donde quepan todos. Y lo dice tras que se haya
puesto en escena una revisión, demasiado real, de lo que hace 80 años era la
pura imagen de una terrible división. Resulta lamentable que lo que,
conscientemente, no se hizo hace 37 años, se haga ahora a bombo, platillo y
chapuza ¿Una España sin diferencias? Pero, señores, si el desahucio de Franco,
ha supuesto para él una nueva victoria, después de 44 años muerto; si quienes
no fuimos franquistas estamos, hoy, a punto de sentirnos así, porque más de la
mitad de españoles estiman improcedente el gesto. Y mucho más, por la
repugnancia que se siente al ver que los perdedores, tan sanguinarios o más que
los vencedores, muestren su jodida superioridad moral, de siempre. Y, esto es
lo que hay. Echando un vistazo, por encima, al montón de encuestas, incluida la
de Tezanos, hay, escaño arriba escaño abajo, un invariante en todas
ellas: ganaría el PSOE, más o menos con los mismos escaños que los que ahora
dispone, haciendo bueno el dicho ‘para este viaje no se necesitan alforjas’.
Dando por supuesto que la izquierda se muestra, como siempre, dividida
(algo patológico, habrá de verse el por qué), a la derecha se le presenta una
gran oportunidad, pues los únicos votantes que pueden impedir que el PP no gane
las elecciones son los de VOX, precisamente el partido que está contra las
izquierdas. Más les valiera a esos votantes votar al PP, a fin de que se formara
un gobierno de derechas que sepa convivir con la izquierda. Lo de pegarse un
tiro en el pie no trae nunca buenas consecuencias. La estrategia de la
indignación le pueda dar el éxito al Partido Socialista, de la misma forma que
en 2011, la indignación, vía Podemos, se la dio al Partido Popular.
EL ACENTO. - Cuando la cosa va de
gramática, especial mención merecen los signos de puntuación, y en lo
particular el acento que, por mucho que con contumacia se ignore su grafía,
viene a significar el valor tónico de lo que resulta ser el núcleo de la
cuestión. Poco de música sé, pero una frase musical resulta más precisa y
melodiosa si la última nota recae en la tónica. Así es que cuando se dice que
ponemos el acento en determinado aspecto de un todo común, estamos sustentando
una opinión, un determinado punto de vista, lo que más importa de la
cuestión sometida a examen, en definitiva. Viene a cuento todo lo anterior
porque al tiempo que estoy ante el televisor pendiente de un debate televisivo
entre políticos, repaso un documento en el que se expresan cualidades muy de
tener en cuenta respecto a España. Según él, nuestro país es el primero del
mundo en acoger refugiados; el primero en donaciones y trasplantes, el primer
país europeo mejor conectado por fibra óptica y el que dispone de más
kilómetros de autopistas. El segundo país del mundo en esperanza de vida y
el más tolerante con cualquier forma de amar. El tercero del mundo con el
sistema sanitario más eficiente. Cuarto país exportador en contenidos televisivos.
Somos, los españoles, una de las 19 democracias plenas del mundo mundial. El
décimo país en publicaciones de artículos científicos; también, en esta
posición, los más contribuyentes en acciones de paz. España es una nación
consolidada, el país de la Transición, de una transición ejemplar y por ello,
todo un referente mundial. La OCDE considera a España uno de los países más
modernos y desarrollados del mundo. La paz, la convivencia entre pluralidades
internas tan acusadas y el progreso alcanzado durante los cuarenta años de
democracia son todo un hito inigualable en la historia del país. España es
impresionante hasta en el deporte donde se han conseguido campeonatos del mundo
en muchas modalidades. En ingeniería, España es el referente mundial, sus empresas
son pioneras en el mundo. Según el muy respetado ranking de la revista
especializada Engineering News Record (ENR), la primera constructora del mundo
es ACS (Florentino Pérez) y las empresas españolas que prestan servicios de
consultoría están entre las mejores del mundo. Tal es la cuestión que poner el
acento en cualquier sitio de esta apabullante relación daría el mismo
resultado: somos un país genial. Claro que en esto de poner el acento en
cualquier discurso, las cosas pueden salir por donde menos te lo esperas y, en
este caso, hablando de España y según lo expresado con rotundidad durante el
precitado debate político, la candidata de Unidas Podemos manifestó con
rotundidad que ‘España es el segundo país del mundo con más desaparecidos, tras
Camboya’. Joé (si Stalin, Videla o Hitler levantaran la cabeza, a esta
pretenciosa candidata sí que la harían desaparecer) Por farsante y por trolera,
por ponerle el acento a España ahí, lo de Irene Montero resulta algo más que
descojonante.
ALINEACIONES. - Me pasa, cuando veo lo que
veo en la actualidad política, que noto enorme diferencia entre los que ayer
fueron y los que hoy son, y no me queda otro remedio que dar por bueno aquello
que dicta eso de que cualquier tiempo pasado fue mejor. Sin duda, la condición
mental que se ve tan condicionada por la vejez me hace mirar los asuntos de tal
manera. No quiero aburrir al lector con la cantinela de que aquellos Suárez,
Felipe González, Guerra, Abril Martorell y otros son incomparables frente a los
Sánchez, Rivera, Iglesias etc... que nos piden el voto para bloquearse entre
ellos (más que para gobernarnos). Entonces para justificar mi nostalgia
de las cosas pasadas, me voy a acercar al fútbol en lugar de la política a fin
de resultar más divertida la encomienda de hoy. A mediados de los
sesenta, mis veranos en Santander tenían, entre otros asuntos, una referencia:
los amistosos de pretemporada del Racing, ya en los Campos de Sport, ya en
Astillero u otra localidad cercana. Julio Gento, Antonio Gento, Abel, Chapela
e Isidro, podría ser la delantera de aquella temporada (y el resto del equipo
-gran equipo- algo así: Aracama, Salvador, Iglesias, Goñi, Jiménez y Raba).
Recitadas las delanteras de tal manera, al modo 3-2-5, a desdén de los estragos
que produjo la aparición del 4-2-4 impuesto por Brasil cuando Didí retrasó su
posición dejando la delantera en Garrincha, Vavá, Pelé y Zagalo, las
alineaciones de los equipos perduró así hasta finales de los años setenta,
atosigados por tácticas cada vez más defensivas, hasta el punto de que hoy
nadie se escandaliza cuando el entrenador de turno anuncia sacar su equipo al
campo en formación de 5-4-1. Incluso, ese 1, acaso pudiera tratarse de un falso
delantero centro, por mucho que antaño esa figura respondiese a un jugador
tuercebotas y malo como la carne de pescuezo. Hoy, sin embargo, esto es una
opción táctica. Hasta que resultó de todo punto imposible numerar a los equipos
según aquel olvidado 3-2-5, a los aficionados se nos dio la oportunidad de
recordar famosas delanteras de equipos de Primera División y ámbito
internacional. Todavía emociona recordar algunas: Kopa, Mateos, Di Stéfano,
Rial y Gento; Arteche, Marcaida, Arieta, Uribe y Gaínza; Basora, César, Kubala,
Moreno y Manchón, por el lado catalán, aún sin anhelos independientes; Canario.
Santos, Marcelino, Villa y Lapetra, aquellos cinco magníficos; Miguel,
Adelardo, Mendoza, Peiró y Collar; Amancio, Pereda, Marcelino, Villa y Lapetra,
quienes vencieron a la malvada URSS. Ésta del Valladolid era muy buena, Aramendi,
Endériz, Morollón, Rodilla y Molina, y tan notable como la de Vall, Torrent,
Wanderley, Domínguez y Serafín. Finalmente, una rara pero que dio a su equipo
el ascenso a Primera División en 1962, Lax, Vicedo, Marsal, Lalo y Monóvar.
Reconocerá el lector que resulta más saludable -por lo deportivo- hablar de
fútbol y no de política, pues por muy desesperantes que sean las tácticas en el
deporte, siempre se entenderán más que las que se enjaretan en la política.
EL PALADÍN DE LA
ANTICORRUPCIÓN. - Que cuatro presuntos sinvergüenzas, por no decir otra cosa, se las llevan
con dos pelotas, aprovechándose de su situación privilegiada en el PP, vale
para que el PSOE, el de la honradez autoproclamada, certifique, por elevación,
que el propio PP es un partido corrupto, enmarañado en la trama del asunto
Gurtel y un montón de tramas más. Con la pretendida honradez, siempre por
bandera, organiza una moción de censura en compañía de radicales súper ultras
de izquierdas, independentistas, antisistema, anti monárquicos y la
inestimable ayuda (por imprescindible) de esos traidores políticos vascos
del pene en V. Y triunfan. Y descalabran al gobierno del PP por corrupto.
Mientras, en provincias (menos en Andalucía, claro), se autoproclaman paladines
de la anticorrupción y, entre otros asuntos de menor calado, fuerzan la
dimisión de una alcaldesa –agobiada por mil expedientes sin resolver- que
nombró a dedo a un interventor y poco importó que, después, un juez justificara
esa decisión digital. Y a un presidente regional le abrieron hasta diecisiete
expedientes en busca, sin reparos, de un culpable de corrupción absoluta, al
tiempo que el juez, uno a uno, iba archivando los asuntos. El PSOE carece de
respeto hacia todos, excepto a sí mismo. Y resulta increíble que haya mantenido
su papel de ilusorio paladín teniendo, durante nueve años, la espada de los
Eres andaluces danzando sobre su cabeza. Finalmente, lo corrompido más
grande que en materia política se ha dado en España, similar al nivel corrupto
que en países tercermundistas, tiene lugar, queda descubierto, de par en par,
con sus pestilentes alfombras al aire, en Andalucía. Condenas a mogollón de un
montón de cargos públicos, desde altos funcionarios hasta presidentes, pasando
por directores generales, gerentes, consejeros: ¡todo el mundo, pringado! Y a
cuenta del Estado, con los cuartos de todos los andaluces y de la parte que nos
pudiera tocar al resto de españoles. Nada de una corrupción individual, ni
siquiera colectiva; una corrupción gubernamental, no dentro del ámbito del
partido, porque éste se quedaba estrecho para poder malversar los dineros a fin
de mantener a quienes, en elecciones, han de votar al partido. Una corrupción
generalizada, masiva, que llegaba a cualquier parte, con un director que
compraba drogas a través de su chofer; con tarjetas, negras, blancas, de
cualquier color, para pagarse las putas con descaro. Esto es demasiado para la
vergüenza de un partido, pero mucho más para el engendro demoledor que se
enjareta a fin de constituirse en el paladín justiciero contra la corrupción.
Qué a cuento viene ahora, en estas circunstancias, lo evangélico que nos
apercibe de esa circunstancia que, teniendo una viga en el ojo, se es capaz de
advertir la paja en el prójimo. Casi 700 millones, se dice, camuflados para
comprar voluntades es la signatura falaz de la infamia y la jeta de un partido
que aviva el odio entre españoles y crea diferencias sin medida. La gran
incoherencia llevada a hombros de la actitud cínica y desvergonzada por quienes
se arrogan esa manida honradez centenaria.
DE INDIGNACIONES. - Se dispara VOX. A la izquierda
de más allá, pero sobre todo a la de más acá –léase PSOE- se les ha ido la
mano. Tanta exagerada apelación a la homofobia, el machismo y el antifeminismo,
han provocado la indignación de personas normales, amantes del orden y
escandalizadas por las reiteradas incoherencias de muchos de sus notables
dirigentes. Lo peor del asunto es que han sido demasiadas las personas normales
que ni son xenófobas, ni machistas, ni antifeministas, las que se han indignado
y se han integrado en las filas de VOX. Personas normales que, por demás, no
abdican –faltaría más- de los requerimientos necesarios para evitar los
desmanes que el evidente cambio climático andrógeno provoca. Gente de bien,
enraizada en los valores que desprecian el odio, sobre todo. Un montón de
personas a las que reconozco y con las que comparto casi todos sus puntos de
vista y que, por cierto, son los que cotidianamente y en cada lugar determinan
sus criterios en cualesquiera bares, calles y plazas. Todo absolutamente
consecuente con la agresiva deriva que la política toma en función de tantos y
tantos botarates de la extrema izquierda, con Franco sepultado o renacido de
sus propias cenizas; los de la jodida superioridad moral que olvida sus propios
desmanes, más terribles, sin duda, que los de quienes ellos acusan de
intolerantes. Fachas, dicen, y se quedan tan frescos. Sí, se les fue la mano,
pero les ha venido, de resultas, tan bien: ¡Podrían formar gobierno! Somos, los
de la derecha responsable, la moderada, quienes pensamos que lo nuestro es
convivir con la morigeración de la izquierda, los que hemos salido perdiendo,
los que votamos al PP; tantos y tan pocos, quizá, que no nos hemos dejado
llevar por la indignación y hemos rechazado subir al barco de la indignación
que pilota VOX. Y la cosa irá a peor, si en política se impone lo que, sin
vergüenza alguna, se propone desde la izquierda: la pelea, la lucha a fondo, la
pelea sin cuartel, elección tras elección. Como si no tuviéramos suficientes
ejemplos de que la única manera de llegar a consensos que propicien gobernanzas
saludables, son los gestionados desde la moderación, desde la equidistancia
mínima exigible a las izquierdas y derechas que confluyen en un centro ideal de
convivencia. Si la gente de derechas, a su vez convergiera en un solo grupo
representativo de la sociedad moderada y amante del orden, seguro que se daría
la feliz circunstancia de alcanzar mayorías suficientes para lograr un gobierno
capaz de hacernos a todos mejores. El comunismo fatal que se nos viene encima
-¿tan malos hemos sido para merecerlo?- se alimenta de la división que su
empeño provoca en las derechas para que éstas pierdan el control y, dicho con
todo el respeto del mundo, VOX, como caladero accesible, recoja la indignación
inducida. A la derecha española habría que espabilarla con más tiento.
CUANTO PEOR, MEJOR. - No sé bien pero que algo malo, malísimo (asunto de
extrema gravedad), hemos hecho en España es una triste realidad. Estar en las
manos de todo un Rufián resulta demoledor para las conciencias de los
ciudadanos cuyos latidos son de ajustada normalidad. Poner en sus manos el
futuro de España es paradójico por donde se mire; por el lado serio o por el
cómico. En las manos de quien es, precisamente, uno de esos malvados catalanes
que buscan y pretenden la descomposición de España, es verdaderamente patético.
Así las cosas, desde el PSOE están dispuestos a que los españoles durmamos con
nuestro peor enemigo: el contumaz independentismo catalán. Peor es aún ese
engendro político que nos lleva a que, en la doliente Cataluña, hayan elegido
para diputados a unos delincuentes, presos en las cárceles por su rebelión,
sedición, o lo que sea, frente al Estado. Y qué decir de ese líder huido que es
Puigdemont, o del actual presidente, ése otro, que acaba de ser condenado por
haber desafiado el orden electoral a base de lazos amarillos. Es que esto es
para torrarse de golpe. Vistas así las cosas, lo de las negociaciones entre el
PSOE y ERC parece cosa de locos. Amnistía, referéndum e independencia, esto sí
que es lo que se dice marcar paquete, con precisión. Aunque puede mejorarse (el
paquete) con el añadido de un relator, foráneo de España, que actúe como
imparcial sancionador de lo que hubiera de acordarse entre ERC y el PSOE. Las
verdaderas intenciones de unos y otro son imposibles de casar, miradas bajo la
lupa de la Constitución, pues la parte catalana/republicana, escandalosamente
apartada del escolasticismo autoritario de nuestra Carta Magna, impone ‘para
empezar a hablar’ la asunción de tal desconsiderado paquete. Del
resultado de las conversaciones, si se toma la lógica como pauta natural, solo
puede acabar en todo un flagrante desacuerdo, lo cual vendrá en sancionar esa
aspiración que los independentistas catalanes muestran sin pudor: En España,
cuanto peor, mejor. Claro que, de otro lado, ¿qué mejor gobierno para ellos que
uno en el que participe Podemos? Tras una retahíla de contradicciones, de esas
de las de ahora digo y mañana sostengo lo contrario, de las de los abrazos que
son la metáfora del cinismo y la traición, de ambiciones desmedidas, y de
patosos desencuentros de la derecha, cuya mayoría es notoria frente a la
estupidez con que se acredita la superioridad moral de la izquierda, estamos en
un tris de batir el record de la insensatez política con eso de ponernos en
manos del independentismo catalán y los comunistas modernos de Podemos. Joé.
EL CLIMA. - Planteado el asunto,
no precisamente con ánimo por mi parte de establecer la comparación, sino por
la de quien sí se muestra interesado, acerca de quién resulta más imbécil, si
Barden o el alcalde de Madrid, según se desprende de la estupidez de aquél,
cuando de un micrófono solidario hizo cuestión personal, resulta oportuno,
según indica mi modesto magín, señalar al comprometido galán de nuestro cine
como el imbécil en esta apresurada comparación. Lo delicado que resulta
establecer advertencias acerca del cambio climático hace muy necesario que los
imbéciles no se erijan en protagonistas, pues, de resultas, el personal se ve
impelido a opinar entre asumir el peligro de ese enigmático futuro que se
anuncia o enfrentarse, simplemente por rechazo integral, a ése -o esos- que
enarbolan la bandera climática como excusa política para establecer diferencias
en cuanto a su pretendida superioridad moral. Si los que nos alertan acerca del
Cambio Climático y sus nefastas consecuencias fueran, en lugar de activistas de
izquierdas, sesudos profesores en la materia, premios nobeles acreditados
incluso, las cuestiones en danza estarían más cerca de ser entendidas. Me
permito enmendar al alza lo que Max Weber (El político y el científico)
estableció para compadecer, in extremis, ciencia y política, siempre con el
debido respeto que mi inmadurez científica impone, estableciendo que en toda
interpretación de las cosas de la ciencia, el componente emocional ocupaba el
60% del sujeto interpelado. Yo, visto el derrote que lleva el asunto climático,
pienso que ese 60% se queda corto (Einstein fue más allá pues acerca de su
famosa Teoría de la Relatividad, manifestó que frente a ella había solo dos
opiniones: la de los socialdemócratas y la de los liberales conservadores). Y
es que, si en cada manifestación en donde se alerta de lo aterrador del cambio
climático, aparecen pancartas en las que se pone a parir a los neo liberales,
sería de imbéciles (de ser neo liberal) desfilar bajo ellas. Pero no participar
en cualquier manifestación ‘mixta’ tan ideologizada, te condena a ser un
negativista del cambio climático, un facha, un nazi, franquista. Es que enseñar
la patita para precisar determinada cuestión técnica del Cambio es la excusa
para que la izquierda te ponga a parir. No sé si esto es cosa de imbecilidades
o de superioridad moral, pero lo cierto es que como hables, aunque sea con
conocimiento científico, te cae encima el peso moral de toda la universal
izquierda. Casi me matan cuando osé opinar acerca del fracking, aportando datos
acerca de su funcionamiento y ventajas oportunas frente a una energía generada
con efectos nocivos de CO2. Ni la opinión emitida por el Colegio de Minas, ni
los éxitos obtenidos en USA, ni la bondad de los materiales, y las buenas
prácticas en su empleo, frenaron la lluvia de improperios que se me vino
encima. Por cierto, y ya que estamos, en Cantabria y sus valles pasiegos, por
razones estrictamente ambientales, solo por eso, las técnicas de fracking
deberían ser rechazadas. Y Para terminar, si en vez del fantasma de Barden, la
pequeña encantadora Greta y similares, encabezando propuestas para luchar
contra el Cambio Climático, figuraran acreditados científicos, dispuestos a
pasarse por el forro espurios intereses políticos, todos saldríamos ganando.
LA CUMBRE. - Es natural motivo de
sesuda asunción decir que la COP25 de Madrid ha constituido un rotundo
fracaso. Para el activismo político, desde luego que lo es, pues de sus
apocalípticos anuncios, plenos de intención activista, no han dado los
resultados por ellos esperados. Pero mucho más decepcionante es el hecho de que
a nivel científico no se hayan abordado los verdaderos problemas con esa otra
intención provista de racionalidad y con referencia al futuro, próximo futuro,
al que el mundo mundial se enfrenta. Vaya por delante mi impresión personal
acerca de que esta cumbre, como de todas las anteriores, desde Río de Janeiro y
Kioto, no sirven para nada en lo que verdaderamente importa. Si USA, China,
Rusia y la India, se ponen de perfil, cualquier intento de modificar el sistema
energético resulta ser una birria. Si por demás, descontada la población de
esos países -60% del total- y aún del resto, más de mil millones que carecen de
efectivo acceso a la electricidad, las conclusiones que han de resultar para
los países que albergan a unos mil y pico millones restantes, no es otra cosa
que papel mojado. Un ejemplo de esto tendría que ver con la insólita
circunstancia en la que todos los chinos e indios optaran por encender una
bombilla de 100 w durante 24 horas y provoquen el doble de emisiones de CO2 (en
China funcionan un montón de centrales de carbón) de lo que emite toda España
en ese mismo intervalo de un día. En realidad, de lo que en esta COP se debería
haber establecido como conclusión importante acerca de las perversas emisiones
de gases invernadero, de las que el rey es el CO2, sería el análisis oportuno
de una futura situación energética en el horizonte de veinte o treinta años, en
donde el CO2 habría de jugar un papel menos decisivo como ahora. Es fácil
imaginar que el petróleo, en el campo de la energía, tiene los años contados.
Imaginación que, puede asegurarse, pasará a ser realidad en pocos años. Antes
de 2025, la energía solar en la UE tendrá instalados más de 1.500 Gw (la
nuclear, en 60 años, tiene 396Gw). En tal escenario, ¿se ha puesto de
manifiesto que la descarbonización necesaria a día de hoy se compadecerá menos
con la del futuro próximo? ¿En el intento de acordar las reglas
correspondientes se tendría en cuenta tal circunstancia? Para tranquilizar a
esos ciudadanos a los que el miedo atenaza cuando se ven amenazados por los
gurús implacables del ecologismo radical, he aquí una muy buena noticia: Casi
ya, está al caer, el viento en el mar, tan constante, viene en nuestra ayuda,
la energía eólica podrá ser energía de base (¡fuera de una vez por todas, de
ese papel, el carbón, el gas y la nuclear!), quizá para antes del 2025. Adiós
al CO2, poco a poco, por supuesto. No creo que el hombre llegue a dominar el
cambio climático, en su versión antrópica, con medidas heroicas. De lo que sí
estoy seguro es que sabrá controlarlo, si en lugar de acojonarse ante
apocalípticas admoniciones lanzadas por los artistas de la ecología radical, se
valieran de las razones científicas dadas por los propios científicos. Sí, el
cambio climático debe ocuparnos, pero siempre bajo el prisma de la escala
temporal adecuada. La geológica, la dejaremos para dar, con cierta certeza
científica, que, en menos de 10.000 años es muy probable que se produzca una
glaciación de cojones.
LA VIGILANCIA. - No sé si mi
existencia, mis circunstancias, lo que verdaderamente me importa, tienen que
ver demasiado con la velocidad a la que las cosas del mundo, hoy, se mueven.
Quizá (vaya, seguro) una somera comparanza del hoy con el ayer no demasiado
lejano, pudiera dar noticia de lo mucho que se ha avanzado. Sin embargo todavía
me siento impresionado por cómo el tiempo, cada vez, se acorta en su dimensión
estrictamente temporal (la que se rige por la subjetividad): mi abuelo nació
poco después de lo que fue la fugaz Primera República, unos ochenta años antes
de lo de Napoleón y jamás le pareció lejana tal circunstancia; nada que ver con
la sensación a la que mi nieto se ve sometido por la cercanía en que nos vemos
atrapados por mor de esa esfinge identitaria que es la Memoria Histórica,
justiciera de lo que aconteció hace casi ochenta años. Ochenta años pasados y
olvidados por mi abuelo, frente a ochenta de recuerdo cotidiano ¡Qué mundo tan
diferente! Sabemos, eso sí, tantas cosas que me encuentro abrumado. Es
por el asunto de las tecnologías. El recorrido de los adelantos que hoy se
disfrutan, mirados desde el ayer de unos cuantos años (¡el tiempo no corre,
galopa!) es impresionante. Ayer, mi teléfono era el 22 y lo administraba un
operadora cotilla a la sazón; hoy, mi número es de nueve cifras y lo atiendo
sin sacarlo del bolsillo. A cambio de tanto avance, prensa, radio, televisión…,
me siento vigilado, mirado y escrutado en todos mis movimientos, de día y de
noche. Sobre todo en lo que respecta a los asuntos que se refieren al espacio
virtual, cuyo elemento director es un aparato que consta de pantalla, teclado y
otros chismes periféricos. Soy un adicto a él, tales son las ventajas que
presenta, pero confieso que estoy aterrado, que me veo, repito, vigilado y
advertido en cualquier rincón de la web en que me encuentre. Creo que alguien
lo sabe todo de mí; mi teléfono, los últimos dígitos de la tarjeta, dónde
estoy, los pasos que cada día hago, el camino que recorro... Cuando estoy solo
en casa, creo que me vigilan y que por invisibles señas me indican a cada
momento lo que tengo que hacer. Estoy para pedir socorro. Ayer me enganché en
Spotify ¡Saben la música que me gusta y me la ponen sin que yo haga nada!
Seguidor de los años Sesenta, suena una canción de Los Puntos, Llorando por
Granada; me pongo triste y compadezco a Boabdil, pues perder una ciudad tan
hermosa como Granada sería lo más terrible que pudiera nunca suceder. Sí, pero
ahora mismo, alguien me está observando, aunque no mi abuelo, a quien el
caballo de Pavía apenas le inquietaba.
EL TRIBUNAL DE JUSTICIA DE LA UNIÓN EUROPEA. - La Junta Electoral tuvo a bien
autorizar la candidatura al Parlamento Europeo de un presunto delincuente que
se encontraba en prisión preventiva, el señor Junqueras. Del resultado
electoral subsiguiente, tal señor figuró en la lista de elegidos, pero no se le
permite acceder a su puesto en el Parlamento y el Tribunal Supremo, en medio de
alguna duda, decide consultar el asunto con el Tribunal de Justicia (TJUE) de
la Unión Europea. Como los asuntos que la justicia debe resolver no van con la
velocidad del rayo precisamente, en el ínterin de la consulta se produce la
sentencia del Procés por la que Junquera se convierte en un delincuente que ha
de cumplir 13 años entre rejas. Tras esto, al fin, el TJUE nos anuncia que, en
España, no hemos actuado bien y que se debería haber dejado a Junqueras ocupar
su escaño. Menuda faena la que se nos vino encima, Sobre todo porque el
razonamiento seguido para tomar la decisión tiene un fundamento democrático
indiscutible: El voto del ciudadano es valor fundamental en democracia, así es
que el hecho de que Junqueras fuera votado y elegido, le confiere, de facto, la
condición de diputado y la inmunidad consecuente. Dos cosas, ahora. Una,
¿estaba el Supremo obligado a preguntar al TJUE? Dos, ¿debió, antes de
contestar, o al menos considerar, el TJUE que, en el ínterin del asunto,
Junqueras resultó condenado? Con que una de las dos circunstancias se hubiera
producido, quizá ahora estaríamos menos confundidos. Por si fuera poco, tras la
sentencia del TJUE, veinte países han de modificar su legislación electoral. En
España, la Abogacía del Estado ha resuelto el problema de que un delincuente
ocupe un escaño en el Parlamento, autorizándolo. Claro que con medidas de
seguridad al uso para impedir que tal delincuente aprovechara la ocasión para
fugarse. Así es que lo normal será la aplicación de la rutina habitual para
estos casos: traslado del preso en furgón policial hasta Bruselas, en donde
hará aparición en el Parlamento debidamente esposado y custodiado por un par de
miembros de la policía. Será impresionante el momento. La cosa del esperpento
no ha de quedar ahí, pues si la condición de diputado se confiere en el mismo
momento en que se resulta elegido, las tomas de posesión, calificantes, no
tendrían por qué realizarse o bien se podría jurar, o prometer, como le salga
del fondo de sus narices al diputado. Si es catalán, le valdría legalmente
prometer por la República Catalana, y por Basora, César, Kubala, Moreno y
Manchón. El de Murcia, por la Huerta de Europa, que lo es. Claro que sí, y el
de Teruel, por su existencia. Para otro día, nos quedaría el espanto de admitir
si con la sentencia del TJUE, a Junqueras habría de desencarcelarlo o no.
MAYDAY. - Llevamos camino de prorrogar indefinidamente los
Presupuestos Generales del Estado. Se podría lograr un record democrático
y mundial con los presupuestos, por ahora, más longevos de nuestra historia
reciente, la de los 42 años de democracia española. Unos presupuestos, los de
Montoro, prorrogados por el PSOE cuando resultó triunfador en la Moción de
Censura de junio de 2018. Tiene gracia la cosa. Como no fueron capaces de
aprobar su propia propuesta presupuestaria tuvieron que echar mano de una
prórroga. Pedro Sánchez llegó al poder con el apoyo de los radicales de
izquierda, los independentistas y, que escasa vergüenza, del PNV, que cinco
días antes, con su clásico chantaje político, había prestado su apoyo a esos
presupuestos elaborados por Montoro, del PP. Las alianzas post moción de
censura no resultaron válidas para aprobación alguna presupuestaria: así es de
canallesca la tropa independentista. Tras los 315 días transcurridos entre las
Elecciones Generales de diciembre de 2015 y la formación, por fin y mediante
otras elecciones en junio de 2016, del gobierno de Rajoy, más esos otros 324
que median entre el fin de la siguiente Legislatura, en febrero de 2019, la
celebración de Elecciones en abril de ese año y la repetición de las mismas en
noviembre, hasta hoy, nos encontramos con 639 días, en donde la imposibilidad
de formar gobierno ja tenido a los españoles al borde del infarto. Claro que
eso no es lo peor, pues caer en manos de unos agresivos comunistas, liderados
por ese señor de la coleta tan intrépido, la asunción de poder por parte de los
enemigos más aguerridos de España, los independentistas catalanes, es para no
estar tranquilos durante el tiempo que dure semejante coalición. Seguro que, no
menos de la mitad de españoles presenta grandes dosis de acojono, ante el
dibujo de lo que se aparece en el horizonte político a muy corto plazo.
Gobierno del PSOE, Presupuesto de Montoro en vigor, acoso de ERC sin dar
treguas, VOX y Podemos dando palos, a diestro y siniestro (nunca mejor dicho).
Un montón de políticos con su pepla de que el multipartidismo es cojonudo y el
otro montón, sin atreverse a denunciar (por lo de lo impertinencia política)
que el desastre en que España se ha convertido desde la aparición del
multipartidismo, es bien patente: Cuatro Elecciones en cuatro años, 639 días
sin gobierno, unos presupuestos prorrogados desde hace dos años, y, por
descontado, el gobierno que nos acaba de caer encima. Aunque los presupuestos
generales del Estado podrían prorrogarse indefinidamente, lo cierto es que, si
Sánchez no fuera capaz de aprobar los suyos, la espada de Damocles de nuevas
elecciones estaría, de nuevo, sobre nuestras cabezas. Claro que, de producirse
esa situación, el panorama nacional dejaría de ser un drama y se convertiría en
todo un vodevil al más puro estilo cómico. Socorro.
PROGRESISMO. - Lo de subir las pensiones,
el salario mínimo y, en general, asumir el mandato moral de reducir las
diferencias entre unos y otros, no es solo cosa de la superioridad moral de la
izquierda, es cosa de todos los partidos, pues a ver si ahora va a resultar
que, quienes estamos ajenos a esa moral suprema que se atribuye para sí misma
la izquierda, vamos a ser unos traidores a la Humanidad. Nada de eso. Lo que a
unos y otros nos diferencia, es la ausencia o no de populismo, en el puro
sentido de si, lo que se promete, se puede hacer o no, según las
circunstancias. Cuando el gobierno subió un 20% el salario mínimo, en 2019,
unos 40.000 señores se fueron al paro y, lo que es peor, a vivir en la economía
sumergida, ésa que no genera impuestos, porque comer, todos tienen derecho a
comer, y el personal se busca la vida como puede. Doble faena, entonces, más
paro y menos impuestos con qué combatirlo. El Partido Popular debiera tener
como la más noble encomienda, la de llevar a la derecha en torno al centro, con
la recomendación de evitar cabreos enconados a discreción, uno tras otro,
durante la Legislatura que ahora se inicia, pues no le hará falta alguna: un
gobierno con comunistas no tiene futuro. La derecha moderada sí lo tiene, y eso
hay que hacérselo ver a los encabronados de VOX. Señores, ¡que desde los
extremos, aunque se lograra el gobierno, no puede haber estabilidad! Estén
ustedes atentos a Podemos, y su decadente comunismo, cuando se coma por los
pies a las huestes del errático PSOE actual ¡Todos, al Centro! Y, ya que
estamos, me pregunto si lo de los tres salarios mínimos, con los que todo cargo
público de Podemos ha de aviarse, sigue en pie ¡Rebus sic stantibus, Iglesias!
No es lo mismo Vallecas que Galapagar. Qué ironía nos tenía reservada nuestra
plural España, que un gobierno con comunistas sea calificado de progresista. El
comunismo ha sido descartado desde hace tiempo como forma de gobierno oportuno.
Echando mano de un símil futbolístico, señalar que el comunismo es progresista
es tanto como adoptar el 4-2-4 como táctica idónea para el futuro. Creo que lo
más peligroso, hoy, en el panorama político, tras la investidura de Sánchez es
VOX. Dicho con la misma rotundidad con la que puedo afirmar que participo de
muchos de sus puntos de vista, pero nunca el de votarlo. Firme partidario del
bipartidismo como como soy, la moderación me impone. No piense el lector que
culpo a VOX de lo que pasa, pues no es ésta la cuestión, sino la de que, en
pleno siglo XXI, un gobierno con sus entrañas en el comunismo se pueda
considerar progresista. Con el actual gobierno, hemos dado un paso atrás, y
solo la moderación política de la social democracia y el centro político
liberal pueden dar estabilidad al Estado. Llevar la disputa política hasta un
enfrentamiento donde VOX y Podemos sean protagonistas directos, habría de
resultar fatal. A ver cómo nos arreglamos. Claro que en Cantabria, con el PRC
de por medio, la sangre no ha de llegar al río.
ALGO DE PIN RAZONABLE. - Tan enconado está el campo
de batalla político en la cuestión de la enseñanza a los niños que una
circunstancia, no menor desde luego, como es el asunto del pin parental, se ha
constituido como elemento muy esencial en el debate político que enfrenta a
izquierdas y derechas en el momento actual. Una aproximación al caso resulta
pertinente. Es cierto que en la actividad escolar no todo ha de referirse a las
materias que tradicionalmente ocupan los programas educativos, pues dentro de
las circunstancias en las que se encuentra un país democrático ha de haber un
lugar para explicar, y no solo exponer, el baremo imprescindible de valores que
han de concurrir en el acervo del ciudadano. Las actividades extraescolares son
necesarias. No creo que haya discusión alguna, por parte de nadie, para estimar
que esos valores tienen que ver con el respeto a las personas y, en sentido más
amplio, con la Justicia, la responsabilidad, la sinceridad y, sobre todo, con
la libertad. Para un demócrata, no puede haber duda respecto a que la formación
de nuestros hijos debe basarse en lo anterior. Una vez fijado el objetivo,
procede elaborar los programas en donde los contenidos apunten siempre en la
dirección correcta. Además de prestar la importancia que damos a la formulación
de las cuestiones preceptivas, no se debe olvidar lo decisivo que resulta la
acción doctoral de quienes son los encargados de predicar los contenidos de las
lecciones programadas. Aquí reside la gran cuestión que merece discutir
¿Quién cuenta los cuentos a nuestros niños? Se comprenderá fácilmente que no
será lo mismo, para hablar de sexualidad, que lo haga un señor, supongamos, del
Opus Dei, a que lo exponga un aguerrido activista de la libertad sexual. Y
entre estos extremos hay un montón de opiniones a lo largo de cualquier
recorrido. Hay que reconocer esto, sin miramientos, ¡es cuestión de respeto a
los demás!, de una responsabilidad paternal, derivada de la gobernanza asignada
a los padres respecto a la protección de los hijos, de la sinceridad que marca
el derrote democrático en el examen de las cosas, y en definitiva de la propia
Libertad -con mayúsculas- como bandera indiscutible para la convivencia. Hay
razones, entonces, para aceptar con reservas el planteamiento educacional que
sustenta el conjunto de valores que se han enumerado. Y muchas más razones si
somos receptores de los diferentes mensajes que unos y otros políticos nos
envían con tozudez. No estamos tan lejos de olvidar el adoctrinamiento que fue
aplicado durante la dictadura de Franco, mirando al frente, con la cara
destapada y al sol, y si de poner los pelos de punta se trata, consideremos la
aparición del comunismo de Podemos en el gobierno y su nada disimulada
propuesta de aplicar la vieja teoría de Gramsci acerca de dominar la voluntad
del pueblo mediante una radical imposición de determinada hegemonía cultural.
Y, en fin, por no hablar de esa sarta impresionante de mentiras (y
gordas) que tanto Sánchez como Iglesias han protagonizado antes del metafórico
abrazo exhibido 24 horas después de haberse atizado hasta en el cielo de la
boca. Así es que mostrarse partidario de imponer una restricción cautelar a los
propósitos educativos del Estado es una cuestión de justicia, de respeto, de
responsabilidad, de sinceridad y, desde luego, de libertad. Más que seguir
terne en el encono que nos aturde, la cuestión debería analizarse en pos de lo
razonable. Un poquito de pin, por favor.
LA HISTORIA SAGRADA. - No falla, a la segunda o
tercera argumentación sobre el cirio del pin parental, lo de nazi o franquista
sale, sin remedio, a la palestra a fin de dar por buena la imposibilidad de un
acuerdo entre los del pro y los del contra. No debe cundir el desánimo entre
quienes opinan que el adoctrinamiento en la escuela, no solo es posible sino
que casos paradigmáticos así lo demuestran. Vaya por delante que aplicar
medidas correctoras a funcionarios y docentes en el uso de sus atribuciones no
merece mi respeto. Otra cosa es que quienes han de dar conferencias,
extraescolares o complementarias a las materias regladas objeto de obligado
estudio por los estudiantes, si suscitan dudas por sus curricula, deberían
estar sometidos a un imparcial control. No es lo mismo que en temas de
sexualidad, diserte un tipo que sostenga que la homosexualidad es una
abominación ante Dios, que otro capaz de pintarse la picha con los colores del
arco iris como medio de protesta a tipos como el anterior. Es un ejemplo, pero
nos lleva a dar por bueno que el espectro ideológico, entre unos y otros, es
monumental. Así es que la cuestión a debatir no es censurar las tareas sino
arbitrar acerca de las personas encargadas de desarrollarlas, para evitar
posibles adoctrinamientos, porque los hay. Recuérdense las sucesivas denuncias
realizadas por los políticos de toda condición acerca de supuestos
adoctrinamientos independentistas en las escuelas catalanas; la inquebrantable
adhesión obligada al régimen de Franco; las vergüenzas totalitarias del
comunismo en la URSS, por no citar los desmanes chavistas de hoy mismo. Por
cierto, en este orden de cosas, en la determinación de las materias
susceptibles de ser examinadas dentro de las actividades escolares, me muestro
muy partidario de dar a los estudiantes nociones de Religión. La Historia
Sagrada, tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento, debería ser de obligado
conocimiento escolar, pues para entender la historia de la arquitectura, de la
música, la escultura y la pintura, si no estamos al tanto de lo que la Religión
ha supuesto para su desarrollo, difícilmente comprenderíamos su significado.
Contaba José Antonio Fernández Ordoñez, ingeniero de caminos y a la sazón
presidente del Museo de El Prado, que un amigo le pidió una visita explicada al
Museo para su hijo, brillante estudiante y con inequívoca vocación de ingeniero
de caminos. El propio José Antonio acompañó al notable zagal durante la visita.
Al pasar por delante de un cuadro de Platinir, en donde se representaba La
Huida a Egipto de la Sagrada Familia, el aspirante preguntó quiénes eran los
personajes que aparecían en el cuadro ¿San José? No sé quién es ese señor, dijo
el aspirante. Presa de la incredulidad más significada, José Antonio se quedó
pasmado y no pudo por menos que exclamar ¡Si no sabes quién es San José, para
qué demonios quieres ser ingeniero de caminos! En fin, que el románico,
el gótico y el barroco, quizá son movimientos que, en su esencia, llevan mucho
de Historia Sagrada en su deambular histórico. Así es que me declaro firme
partidario de las clases extraescolares y complementarias para la formación
integral de nuestros jóvenes, y sin pin totalitario.
CIRCUNSTANCIAS. - No falla, a la segunda o
tercer argumentación sobre el cirio del pin parental, lo de nazi o franquista
sale, sin remedio, a la palestra a fin de dar por buena la imposibilidad de un
acuerdo entre los del pro y los del contra. No debe cundir el desánimo entre
quienes opinan que el adoctrinamiento en la escuela, no solo es posible sino
que casos paradigmáticos así lo demuestran. Vaya por delante que aplicar
medidas correctoras a funcionarios y docentes en el uso de sus atribuciones no
merece mi respeto. Otra cosa es que quienes han de dar conferencias,
extraescolares o complementarias a las materias regladas objeto de obligado
estudio por los estudiantes, si suscitan dudas por sus curricula, deberían
estar sometidos a un imparcial control. No es lo mismo que en temas de
sexualidad, diserte un tipo que sostenga que la homosexualidad es una
abominación ante Dios, que otro capaz de pintarse la picha con los colores del
arco iris como medio de protesta a tipos como el anterior. Es un ejemplo, pero
nos lleva a dar por bueno que el espectro ideológico, entre unos y otros, es
monumental. Así es que la cuestión a debatir no es censurar las tareas sino
arbitrar acerca de las personas encargadas de desarrollarlas, para evitar
posibles adoctrinamientos, porque los hay. Recuérdense las sucesivas denuncias
realizadas por los políticos de toda condición acerca de supuestos
adoctrinamientos independentistas en las escuelas catalanas; la inquebrantable
adhesión obligada al régimen de Franco; las vergüenzas totalitarias del comunismo
en la URSS, por no citar los desmanes chavistas de hoy mismo. Por cierto, en
este orden de cosas, en la determinación de las materias susceptibles de ser
examinadas dentro de las actividades escolares, me muestro muy partidario de
dar a los estudiantes nociones de Religión. La Historia Sagrada, tanto del
Antiguo como del Nuevo Testamento, debería ser de obligado conocimiento
escolar, pues para entender la historia de la arquitectura, de la música, la
escultura y la pintura, si no estamos al tanto de lo que la Religión ha
supuesto para su desarrollo, difícilmente comprenderíamos su significado.
Contaba José Antonio Fernández Ordoñez, ingeniero de caminos y a la sazón
presidente del Museo de El Prado, que un amigo le pidió una visita explicada al
Museo para su hijo, brillante estudiante y con inequívoca vocación de ingeniero
de caminos. El propio José Antonio acompañó al notable zagal durante la visita.
Al pasar por delante de un cuadro de Platinir, en donde se representaba La
Huida a Egipto de la Sagrada Familia, el aspirante preguntó quiénes eran los
personajes que aparecían en el cuadro ¿San José? No sé quién es ese señor, dijo
el aspirante. Presa de la incredulidad más significada, José Antonio se quedó
pasmado y no pudo por menos que exclamar ¡Si no sabes quién es San José, para
qué demonios quieres ser ingeniero de caminos! En fin, que el románico,
el gótico y el barroco, quizá son movimientos que, en su esencia, llevan mucho
de Historia Sagrada en su deambular histórico. Así es que me declaro firme
partidario de las clases extraescolares y complementarias para la formación
integral de nuestros jóvenes, y sin pin totalitario.
BERLÍN. - Me he dado una vuelta por
Berlín, en concreto, por la parte de la ciudad que quedó a merced de los
soviéticos, tras el final de la 2ª Guerra Mundial. Las diferencias a uno y otro
lado de lo que fue el lamentable Muro, a nivel urbanístico, son notables, no
así el ritmo de vida de sus habitantes. De los terribles daños causados en la
ciudad apenas quedan un montón de memoriales en donde, resaltando
imparcialmente hechos bélicos, se apela al sentimiento de ciudadanos y
forasteros para que no se ausenten de sus memorias los hechos y consecuencias
del conflicto. De Memoria Histórica, estoy hablando. Los alemanes fueron tremendos,
pero el temple político los hace prudentes, prácticos y poco enemigos de
despertar odios pasados. Nada que ver con esa otra Memoria Histórica que se
‘despertó’ en España, 67 años después del final de la Guerra del 36, y 30 tras
el inicio de la Democracia en el país. Aquí, el intento por recuperar la España
dividida en dos, resulta sencillamente espectacular. Mientras en Alemania, con
sabia inteligencia, han dejado en el saco de lo menos importante asuntos como
la muy estrecha colaboración de sus más importantes empresas con el régimen
nazi, en España, en aplicación de la Ley de Memoria Histórica se juzgan hechos
que, comparados con los que en Alemania se tienen por descartados, resultan
ridículos. Juan de la Cierva, quizá uno de los españoles más influyentes a
nivel mundial, es descabalgado de calles y plazas por haber colaborado con el
régimen franquista; el almirante Bastarreche, genial impulsor de las
infraestructuras hidráulicas que dan de beber en la cuenca del río Segura, ha
sido, igualmente, descabezado en todos sus bustos significativos: al inicio de
la Guerra Civil estaba al mando del Alcalá Galiano. Y el comandante Zorita, el
capitán Haya y, aunque nada tuvo que ver, hasta el almirante Cervera. He tomado
notas fehacientes de cómo en Alemania, durante el nazismo, las grandes empresas
colaboraron con el régimen. Anoto algunas de ellas. Volkswagen, tras las
gestiones realizadas con Hitler, fabrican el ‘coche del pueblo’, más conocido
como ‘escarabajo. La gigantesca Bayer, no solo fabricó el letal Zyklon,
con el que se gaseaba a los prisioneros de los campos de concentración sino
que, se dice, utilizaba prisioneros vivos para realizar pruebas en sus
instalaciones. La Opel, equipaba camiones para la contienda bélica y fabricó
miles de aviones bombarderos para el ejército alemán. Es cierto que para el
funcionamiento empresarial en el Tercer Reich se precisaba la autorización
expresa del gobierno, pero ello no debería haber sido óbice para que los
productos fabricados por las empresas no tuvieran una devastadora función. Hugo
Boss utilizó, como esclavos, miles de prisioneros de guerra. Siemens tuvo que
ver mucho con la fabricación del Zyklon. BMW no llegó a fabricar ningún arma
pero sí para que funcionasen. Las vestimentas de los ejércitos nazis fueron
fabricadas por Adidas. En 1999, el gobierno alemán obligó a las empresas que
participaron en el conflicto a indemnizar conjuntamente a las víctimas de la
Guerra. Así fueron las cosas en Alemania, y suerte para todos los alemanes que
la aplicación de medidas compensatorias a las víctimas de la masacre, no hayan
sido tabuladas con el rigor y sentido de restitución con los que se manifiesta
nuestra Memoria Histórica nacional. Cuestión de equilibrio y razonable juicio
en las medidas por parte alemana.
FRANCO, HOY. - Por si la legislación que
viene me pilla en pelotas y me empapele, me apresuro a hacer apología, muy
sentida, del general Franco. Para ello hago valer mi reconocimiento hacia las
cosas bien hechas, proyectadas al futuro y, una vez llegado éste, dar por
sentado la audacia que ha hecho posible el bienestar. Gracias a Franco, a su
política hidráulica, el sistema de embalses que aglutina más de 1.200 presas,
en España, 45 millones de españoles podemos beber, regar y ducharnos, pues, de
lo contrario, de no haber existido tal política franquista, de los 45 millones,
no más 8 hubieran disfrutado de ese suministro. Señores, que la limpieza e
higiene que ahora disfrutamos, es cosa de Franco. Tras este comentario, espero
que la futura ley que ha de condenar opiniones como ésta, no tenga carácter
retroactivo. Si no, estaré perdido. Se me ha ido, de golpe, esa prevención
traumática por la que temía que el progresista de turno me acusara de
franquista. Al carajo. Si en tiempos de Franco -¡ay, tan lejos!- me posicionaba
en contra del franquismo, era, simplemente, porque estaba prohibido. Por la
misma razón, y al contrario, hoy me declaro a favor de Franco, porque esto del
franquismo, lo quieren prohibir. Prometo, no obstante, no votar a VOX jamás,
pues lo mío de derechas no es luchar contra el rival político sino convivir con
él. La política hidráulica de Franco fue genial y el Plan de Estabilización
Económica de España de los años sesenta, fenomenal. Así es que Franco no es tan
malo como se quiere apuntar, y, en lo que a mí respecta, los grises solo me
pegaron una vez, pero estuve espabilado y no me hicieron daño. Sigo pensando,
cada vez más convencido, que la Izquierda, hoy aupada en el gobierno, pretende
dividir a la derecha, Divide y vencerás, desde luego, pero, de seguir así, se
le va a ir la mano en menos de lo que canta un gallo. Ahora, con lo de castigar
lo de las apologías franquistas, se llega al culmen de todo lo que es más
despreciable según las estrictas normas de respeto democrático. Va a resultar
que quienes nos alteramos ante tanta medida sectaria programada desde la
izquierda, quienes no estamos por la labor y mostramos justificada indignación,
somos reo de ser tachados de ultraderechistas. Esto de dividir con tanta
intención, si al final la derecha se convierte en un montón decisivo de votos
tipo VOX, España estaría apañada, pues un nuevo episodio de odio nos llenaría
de él hasta las orejas. Quienes defienden necesariedad de la Memoria Histórica
están convencidos, supongo, de que los perdedores de la Guerra Civil fueron
unos héroes masacrados y auténticos demócratas, horriblemente humillados por el
fascismo. Por supuesto que lo creen. Pero por favor, tengamos todos un poco más
de conciencia, pues la República, en el 36, tenía de demócrata lo que yo de
chino mandarín. Las propuestas incendiarias de Largo Caballero nos darían buena
información y, sobre todo, el ectoplasma del Komintern, ocupando los poros de
cualquier miliciano, no da lugar a considerar a los vencidos como angelitos del
Cielo. Más malos todos que el baladre, en la Guerra, los de izquierdas y los de
derechas. Igualicos. Sin muchas diferencias. Pero, ¡qué suerte el
resultado final, si por él nos libramos de ser una sucursalita del Pacto de
Varsovia, y su particular Telón de Acero!
ÁBALOS EL IMPROPIO. - Reconozco cierta fijación
por el ministro Ábalos. Lo tengo como un personaje con cierto cinismo, de esos
que no se arrugan, cuando las críticas arrecian contra él, pues, si defiende
que no es de recibo lo de aquéllos que no usan caballos para circular, y él sí,
habiendo automóviles para circular, no se arredra ante nadie, con tal de
mantenerse en sus trece. Tengo ante mí, un video en el que, antes de la moción
de censura que aupó al PSOE al poder, manifiesta unas cosas que, vistas ahora,
tras de producirse los acuerdos y pactos con los independentistas y Podemos,
harían sonrojar al más pintado. A él no. Defender una cosa y, a continuación,
la contraria, con igual denuedo, no es cosa de alguien de quien uno se pudiera
fiar. Deberíamos preguntarnos si lo de incurrir en flagrantes contradicciones,
conlleva mentir, o no. Y lo es, necesariamente, pues si una cosa es verdad, la
contraria no lo ser (no hace falta tener conocimientos de Lógica Matemática).
Así es que defender, con consciencia -y constancia- lo que no es verdad, es
materia de sobrado embuste, sin necesidad de tener que opinar sobre ello. En el
caso de la señora Delcy, que tanto está dando que hablar, en medio del gran
ruido que provoca, me atrevo a opinar que la tal señora no nos ha hecho, a los
españoles, incurrir en delito alguno contra la normativa todopoderosa de la UE.
Me creo que la venezolana no transgredió el mandato de no pisar el espacio
Schengen. Esto es, aquí no está el problema. Donde sí está, y de modo claro, es
en la credibilidad de un ministro que es capaz de mentir, sin escrúpulo alguno.
De entre las variadas versiones que nos ha ofrecido, acerca de su encuentro
venezolano, alguna tiene, por fuerza, que ser verdad. Lo que, automáticamente,
lo convierte en mentiroso, si de considerar las otras versiones se trata. La
agresividad que este político, y otros de su partido, ejercieron, desde la
oposición, a las supuestas mentiras que los del PP cometieron, no se compadece
con la defensa a ultranza de las cosas que, ahora, en el PSOE se producen. El
acoso y derribo a Cifuentes, por causa de las cremitas, fue brutal. No creo que
lo de la dulce Delcy, y el propio Ábalos sea una circunstancia de tan escaso
valor como lo de Cifuentes. Es mucho mayor. En esto no debería haber dudas. No
sé si para los políticos, en general, lo de estar en la oposición o en el
gobierno, es cosa de fariseos o saduceos, pero lo cierto es que, en lo que
ahora nos ocupa, este asunto, tan de venezolana condición, es el paradigma de
la falta de credibilidad respecto a un hombre público. En España, seguiremos
enfrentándonos, los unos contra otros, pero sin llegar la sangre al río. Lo
cual, lejos de dar sosiego y tranquilidad, inerva el sistema nervioso de los
ciudadanos, quienes, cada vez más, presencian las reyertas asombrados. Lo de
Ábalos, en ejercicio pleno de su función política, podrá ser tratado como
asunto propio o impropio, desde luego, pero que el factor común a todo su
desarrollo es la mentira integral, de eso no hay duda, ¿Propio o impropio? Por
cierto, en algo que nada tuvo que ver con la política, dentro de lo político,
pero en la vida de un político, éste se tuvo que ir a la puta calle. Eran otros
tiempos, y en otro país, donde se la cogen con papel de fumar, en esto de la
credibilidad. Ese papel, que no impidió dejar el rastro impropio de una escena
consumada, en el despacho del político, cuando una becaria trepadora guardó la
prueba de una acción arriesgada, practicada por debajo de una mesa
presidencial.
CASTA PURA. - Cuando lo de la casita de
Galapagar, no me salían las cuentas. A ver. Una hipoteca a 30 años, es mucha
hipoteca para quienes, como mucho, tienen garantizado el trabajo durante cuatro
años. Y de la cantidad a pagar, no digamos. Por demás, esa traba tan formidable
como artificiosa, de limitar los salarios a tres veces el SMI, no ayudaba a la
comprensión del asunto. Hoy, sin embargo, respiro. Iglesias, el anticaspa, lo
tiene arreglado. Nada de esa absurda limitación de los tres salarios y, sobre
todo, nada de limitar mandatos a doce años. Mejor, treinta. Un tipo listo, este
Iglesias, pues no me digan que el Nuevo Código Ético, inventado a tal fin, no
es cosa de un artista. Magia de la buena, ‘Un Podemos Contigo’, convertido en
‘Un Podemos Para Mí’. Qué casta más dura, la del político. Me impresiona -quizá
debiera escribir, me indigna- la justificación que, como argumentario, cada
miembro de Podemos, en radio, prensa y televisión, argumenta en defensa de esta
propuesta de modificación. Es de risa, escuchar que lo que se pretende es todo
lo contrario de lo que parece favorecer. Como el salario mínimo ha pasado de
seiscientos euros a casi mil, entonces – nos cuentan- los tres salarios mínimos
supone una cantidad tan grande que se escapa de las austeras medidas que,
antes, se instauraron, con la intención de dar muestras de denodado sacrificio,
frente a la casta política que ocupaba el poder. Así es que, ahora, lo de los
tres salarios mínimos, es mucha cantidad. Hay que ser torpe para creer esto,
sobre todo si uno hace una o dos cuentas, no más, acerca del gasto que supone
mantener una casita en su parcela de 2.000 metros ¡Ni con diez SMI, se
mantiene! ¿Qué historia tan estúpida nos quieren contar, con lo del luchador
anti casta convertido en pura casta? Ya, cuando lo de los 30 años de la hipoteca
para hacer frente a un gasto de 600.000 euros, la mosca que llevo tras la
oreja, se volvió un poco loca ¿Treinta años? ¡Pero si los periodos en los que
los políticos se pueden ocupar, van de cuatro en cuatro! El adalid contra la
casta, la caspa y el despilfarro, nos daba cuenta de su intención por estar
cobrando de la política, al menos durante ocho periodos. Para él no cuenta que,
si un día, cae en la recurrente desgracia que inhabilita al político por
practicar la frescura sin tiento, la hipoteca se puede ir al carajo. Por eso,
por si las moscas cojoneras se ponen a dar por saco, un periodo de 12 años, es
poco menos que una minucia despreciable. Fuera, pues, esa estúpida norma. La
trasparencia bien ordenada empieza por uno mismo, aunque ese mismo sea de Podemos.
Lista de gastos, lista de ingresos, sobre la palestra, ya, para los ministros
de Galapagar. Lo de los seis SMI, en su conjunto, no dan para justificar la
casta acumulada en su nido. Casta pura, pero con la caspa acumulada en tanta y
tantas críticas formuladas contra quienes sí, con todo merecimiento, alcanzan
el nivel de vida que, ahora, unidos, los ministros del progreso pueden
disfrutar ¿Tres salarios mínimos y doce años? Ja.
EL BICHO CORONADO. - Qué raro es esto que nos
está pasando; es hasta tremendo e injusto, pues, ¿qué pecado hemos cometido
para tal castigo? Habrá quien piense en la aplicación de la Justicia Divina,
por mor de tanto dislate en que incurrimos los humanos; otros, más perspicaces,
achacarán estas vicisitudes al debe de la sabia Naturaleza, a fin de controlar
la población. Incluso hay quienes explicarían la coyuntura en función de los
funestos intereses económicos de siniestros países en franca confrontación.
Pero lo cierto es que estamos -y no es un sueño- en nuestras casas castigados,
cuando, ayer, en otros estados más lisonjeros nos vimos. La vida dista mucho de
ser un sueño para todos. No pasa de mera ilusión, la que ahora nos mueve para
dar matarile a ese bicho tan cabrón, coronado como virus asesino de nuestra
salud y de la economía. Lo peor del jodido virus que nos azota es su capacidad
de contagio, tan brutal. Espero que sea eso y no su gravedad. Según los datos
diarios es mucho más evidente su pandémica propagación que el número de
fallecidos, cuyas cifras son harto inferiores a las de otras infecciones de
menos rigor. Así es que, una vez superado este fatal episodio, nos quedarán los
efectos de una crisis económica que arruinará a más de uno. Dentro de esta
situación trágica, no deja de sorprender la falta de espíritu combativo de
quienes, desde algunos lugares de España, interpretaron las tremendas medidas
restrictivas, impuestas por las autoridades, como oportunidad de tomarse
vacaciones a pie de playa, tomando el sol con placidez. No son conscientes de
la gravedad del problema, y la asunción de la responsabilidad individual se la
pasaron por los güevos. Quiero expresar mi optimismo respecto a esto del
coronavirus, mediante un lamento pesimista, oxímoron necesario para mitigar
angustias, de un lado, y anunciarlas, de otro. Lo peor de esta pandemia será la
crisis económica tan fantástica que está ocasionando. Al final, el número de
muertos no sobrepasará las centenas de millar y esto, comparado con pasadas
epidemias, apenas es nada. La de la Viruela provocó 300 millones de muertos; el
sarampión, 200 millones; la peste bubónica, 12; el tifus, 4; el cólera, 3; la
gripe española, 50; la gripe asiática (1958), un millón. Y la peor, por lo
reciente, la del SIDA que mató a más de 30 millones de personas. La
contaminación, por sí sola, matará 4 millones en 2020. Y, como nota adicional,
el tabaco fulmina en España, cada año, a 50.000 personas. Así es que lo peor
del bicho coronado será el tremendo perjuicio que terminará ocasionando a la
Economía. Viendo el transcurso de los acontecimientos, no se me ocurre, por
desgracia, solución alguna y eficaz para compadecer tanta pérdida económica
para las pequeñas empresas, regidas por autónomos y, no solo a estos, sino a
todo lo derivado, directa e indirectamente, de la paralización de la economía
para toda la sociedad. Pasado este episodio fatal, toca empezar de nuevo. Una
verdadera desgracia la que tenemos encima.
RUFIÁN PROPONE. - Me acaban de dar noticia
de lo que el muy aguerrido independentista catalán y látigo de la democracia,
Rufián, ha propuesto para implementar, como medida salvadora, argumentos sobre
los cuales hacer frente a la pandemia del coronavirus. Y son fantásticos; es
como si todo el mundo menos él se hubiera caído de un guindo, como si, de
repente, todos estuviéramos ciegos e incapaces de ver lo fácil que es hacer
frente a una crisis económica. Una de dos, o los ciudadanos estamos perdiendo
cuartos pagando el sueldo de diputado a este espécimen, o Rufián es nuestro
héroe, nuestro campeón, de la economía, de la política, de la lucidez excelsa
en el magín más arreglado que tenemos en España. Loor a tan acreditado
político, a quien ha conseguido hacernos ver, a todos, que la riqueza no se
crea; al contrario, viene directamente del cielo, es como el maná que recibimos
gratis y que, por la historia malvada esa que, desde la derecha, se anuncia
respecto a que la riqueza hay que crearla -y para esto es imprescindible mimar
al empresario que arriesga lo suyo y crea empleo- es una falacia propia
de fachas, nazis y franquistas, quienes, para sus intereses y propio beneficio,
intentan cercenar las libertades de todo individuo, pues resultaría, según
Rufián y adláteres varios, que el desarrollo no es cosa del trabajo y esfuerzo
de la gente sino producto de cualquier decreto publicado por el gobierno de
turno, puesto que lo público es sagrado, inviolable y, lo que sería ya la
repanocha, indiscutible y único frente a lo privado. Es de una
irresponsabilidad tremenda tener un diputado como el señor Rufián, pues lo suyo
no es sino pólvora mojada, de colores y pintoresca, huera por dentro y
populista por fuera. He aquí sus propuestas (a lo que yo añadiría que a todo
confinado -y confinada, hay que estar al loro- por qué no darle, además, una
asignación de dos duros para mayor felicidad del conjunto. La lista
de Rufián es ésta: Suspensión del pago del alquiler y de los servicios básicos,
como luz, agua y gas, para los colectivos más afectados. Prohibición de los
despidos. Moratoria directa de los pagos de las cotizaciones de la SS para
autónomos, y del IVA a las pymes. Renta de confinamiento para los colectivos
más vulnerables. Impuesto extraordinario solidario y temporal a compañías
digitales de distribución y reparto, como Glovo. Un impuesto solidario y
permanente para las grandes fortunas. Utilización del superávit de los
ayuntamientos (6.000 M€ en el año 2009). Cierre de centros educativos y de los
que cuiden a personas mayores. Ampliar las ayudas a los autónomos, poner los
hostales y hoteles al servicio de quienes no tienen casa. Si yo fuera pobre, y
no muy listo, votaría a este fantasma que cree que esto es Jauja y que los
cuartos vienen llovidos del cielo. Claro que yo no soy pobre, al menos si esta
crisis me respeta, y no tengo nada de tonto, así es que lo de Jauja y sus
bondades, lo dejo para los rufianes.
EXCALIBUR. - Cuesta, ya lo creo que
cuesta, no salir por peteneras y poner el pasado, a mogollón, sobre la mesa, en
materia de acción-reacción de gobiernos conservadores VS los progresistas de la
superioridad moral, pero la situación actual, azotada por el coronabicho de los
cojones, requiere unidad de acción de todos para afrontar la lucha contra un
enemigo invisible tan cabrón. Seguro que merece la pena el esfuerzo de caminar
en pos de la unidad de acción. Esto es así y, sin embargo, tomar en
consideración, de manera objetiva, desde luego, que al mismo tiempo se debe
criticar, por lo constructivo, las incoherencias que nuestro gobierno ha podido
cometer, también es procedente. La primera y mayor capital incompetencia tiene
que ver con la propia competencia. No es un juego de palabras, es evidente que
siendo España un estado descentralizado, la asunción de la política
centralizada acordada por el gobierno central, nos coge a todos en pelota.
Vamos a ver. Un ejemplo: si el entrenador de un equipo dispone una alineación
donde casi todos son defensas, lo lógico sería no emplear una táctica basada en
el ataque, porque carece de delanteros. Pues lo mismo, si las competencias en
Sanidad están transferidas a las comunidades autonómicas, si el Ministerio,
vaciado de las mismas, va y echa mano de las competencias que ya no le
pertenecen y se pone a liderarlas, el asunto no puede salir bien. Así, las
cosas han ido fatal; rara es la Autonomía que no haya hecho llegar sus quejas
por la falta de coordinación con el gobierno central. A ver, esto que digo
resulta razonable: puesto que son las comunidades autónomas las que gestionan
la sanidad en sus respectivos territorios, el gobierno central, por medio de su
ministerio de Sanidad, lo que debería haber hecho era emplearse en labores de
coordinación y, llegado el caso de producirse errores, ineficaces prácticas e
imposibilidad de lograr avances por parte de las comunidades, entonces ejercer
labores de suplencia en los servicios afectados. En suma, en lugar de dirigir;
practicar coordinar y suplir. A la hora de escribir este artículo, en España,
muere un afectado por el covid-19 cada dos minutos. Si el gobierno actual fuera
de derechas, España estaría incendiada. Si por un perro (Excalibur) que murió
víctima de la lucha contra el ébola, hace seis años, se pidió la dimisión de la
ministra, ¿qué no se exigiría ahora cada dos minutos? Por descontado que hay
animosidad contra este gobierno y, aunque a mí me resulta exagerada (es mejor
criticar con serenidad), resulta de algún modo merecida, muy merecida, si se
toma en consideración los antecedentes habidos entre gobierno y oposición, y
porque el gobierno social-comunista demuestra un cinismo de gran altura, por
aquello de discriminar comportamientos según su propia conveniencia. Así es que
por un perro que se mató, no ha lugar a clasificar a nadie como mataperros, de
tal forma que, por la misma razón, en esa misma línea de razonamiento, no
evitar 800 muertes diarias, también pudiera asignarse a lo de matapersonas.
Claro que esto, comportarse así, calificar de esta manera, no tendría perdón de
Dios.
PACTO DE TOLEDO. - La mejor manera, yo diría
que la única, de poder gobernar con cierto orden y paz política generalizada, a
mi modo de ver, sería mediante un ofrecimiento de colaboración real por parte
del PP al actual gobierno, con la indispensable condición de que Unidas Podemos
saliera del mismo. Tengo ante mí una fotografía con los integrantes del Pacto
de Toledo, con el que se dio comienzo a la Democracia en España y, a la vista
de ello, se me hace cuesta arriba ver una repetición de los mismos, habida
cuenta de los personajes que hoy pudieran comparecer en el pacto. Torra,
Rufián, Urcullu, algún tipo de Bildu, Iglesias, Garzón, alguien de VOX… En
cambio, sí que sería deseable que Pablo Casado ofreciera su apoyo a Sánchez,
con la condición de apartar a Podemos, y el compromiso, por parte de aquél, de
formar un gobierno unitario socialista, bajo el supuesto de estar integrado por
personas con sólidos conocimientos técnicos en las materias propias de la
gobernanza política, al tiempo de negar la aptitud para gobernar a quienes
poseen el exclusivo mérito de saber escalar por entre las interioridades del
partido. Ese apoyo, lo espera España ya. Hablamos de un gobierno socialista
monocolor, de corte social demócrata, lejos de actuar como lo hizo Zapatero- y
lo hace Sánchez-, y más al estilo que impuso Felipe González, tan alejado de
este par de sujetos, y tanto como demostró estarlo de Largo Caballero. Un
gobierno que, sin perder las señas socialistas, se sitúe en las coordenadas de
la economía libre de mercado, para lo cual debe descartar cualquier propuesta
venida de Podemos, partido atrabiliario en lo ideológico que pierde la noción
del sano juicio, enarbolando la bandera de lo público con exageradas muestras
de populismo, como si el resto de españoles que no seguimos el rumbo podemita
ignoráramos el valor trascendental que tiene lo público para la sociedad,
siempre con el reconocimiento expreso de que lo privado no es enemigo de lo
público, como sanciona con reiteración el postulado comunista de los de
Podemos. Es para indignarse, cada vez que Iglesias viene con el cuento de que,
ahora, a diferencia de 2008 en que Europa rescataba a los bancos, lo que se
pide es rescatar a las personas con dificultades económicas, los que más
sufren, algo así como plasmar la existencia irremediable de ricos contra
pobres, ¡la lucha de clases, de vuelta, y en plan marxista ortodoxo! A Iglesias
hay que sacarlo del gobierno, porque el primer beneficiado será el propio PSOE
y, desde luego, España. Ya está bien de convocar a unos para litigar el odio
con los otros. Podemos ha sabido arbitrar que lleguemos a odiarnos tanto como
él odia a lo privado, a los chalets, a la casta, a los sueldos de siete mil
euros y a todo lo que se mueve fuera del cúmulo de sus contradicciones. El
cinismo de Iglesias no debe impedir un pacto de gobierno mediante el cual el PP
apoye, con sus condiciones por descontado, a un nuevo gobierno socialista
compuesto de gente capaz y dejando fuera a los comunistas.
LEALTAD. - Si en lugar de tener un
gobierno social comunista, esto es, con todas las izquierdas e independentistas
dentro, estuviera España gobernada por un gobierno de derechas, la situación
dramática por la que pasa el país a cuenta del bicho coronado, sería la de la
de Dios es Cristo, ¿o no? Los antecedentes de confrontación gobierno-oposición,
cuando estaban cambiadas las tornas, nos darían el orden de magnitud acerca de
lo que es capaz de hacer una oposición de izquierdas ante la tragedia que
sufrimos. Ahora, las cosas no llegarán a tanto. Los más excitados (oigan, que
las excitaciones no son nada compadecientes con la mesura) de VOX, son los más
ruidosos, pero sus indignadas manifestaciones no pasan de ser expuestas con el
orden exigido en el ámbito normal de la política; esto es, portavoces y altos
cargos criticando, y poniendo a caldo, todo cuanto propone el gobierno;
incluso, se llegan a pedir dimisiones, pero sin escraches y caceroladas. El PP,
aunque tremendamente crítico con el gobierno y, desde luego, sobrado de
razones, muestra lealtad en sus comportamientos como oposición responsable, sin
que ello suponga el apoyo en exclusiva a las tesis de gobierno y tenga que
taparse la boca para no expresar crítica alguna. No, la lealtad (Martínez
Almeida dixit) tiene un doble recorrido: el apoyo en la ida y la crítica en la
vuelta. Al fin y al cabo, el gobierno hasta el momento, siempre ha tenido el
respaldo de los populares. Y esto es lo realmente importante, si bien se
entiende sin dificultad alguna que, ante los errores evidentes cometidos por
este gobierno, no es posible callar, sin más que examinar los resultados
obtenidos en la lucha contra el coronavirus en relación con otros países. La
derecha es más responsable que lo que lo hubiera sido la izquierda en estas
circunstancias. En las comparecencias en los medios públicos, los altos cargos
aparecen apoyados por miembros de la cúpula militar y todo resulta normal. Si
fuera al contrario, los izquierdistas clamarían que esto es lo propio de un
gobierno golpista. En medio del fragor de la batalla contra el virus, parte del
gobierno no se priva de criticar en público al Rey y hasta le obsequian con la
cacerolada de las nueve de la noche. El amigo Iglesias no se ha dado cuenta aún
de que ejerce como ministro del gobierno de una monarquía democrática y que
vive en Galapagar, pues quizá el subconsciente le traiciona y le hace actuar
como si viviera en Vallecas y fuese el activista antisistema de hace dos días.
Y no digamos de los medios de comunicación, públicos y privados en manos
izquierdistas, que, en tal caso, en lugar de airear imágenes de cadáveres en
países extranjeros como hacen ahora, expondrían los propios con toda su
crueldad, haciéndose eco del sufrimiento de tantos enfermos hacinados.
¿Llamaría, la izquierda, asesino al supuesto gobierno de derechas?
Dejo este alegato con el que
Carlos Bardem se despacha a cuenta del brote de hepatitis de hace unos años.
Textual: “Que haya gente en España muriendo todos los días, ¡qué tristeza!,
pero hay que transformar esta tristeza en rabia, en indignación, en voluntad de
cambiar esto, porque vivimos sumidos en una estafa económica y social,
sostenida por una estafa política…, que haya gente muriendo todos los días. El
PP es un teatro de guiñoles siniestro desarbolado, del que yo confío, de
verdad, sinceramente, que le quede poco, que le quede un año en el poder. Unos
señores que se han dedicado a mentir desde que ganaron las elecciones hasta el
día de hoy, y lo demuestran con sus hechos, día a día, ¿dónde está la mejora de
la gente? Ahí hay un montón de gente que se está muriendo, gente que se va a
morir, tienen fecha de caducidad en su vida, 11 personas. Creo que es un dato
demoledor. Hoy, 20 de noviembre, van a morir 10 personas de hepatitis C. Es muy
fácil, usted, y cualquier ciudadano, visualicen a 100 personas de las que
conocen, y después quiten 10 ¡Que todos los días mueren 10!, hay que
salir a la calle, hay que movilizarse, hay que luchar contra esta gente y hay
que ir a votar, y hay que echarlos del poder y recuperar este país y esta
sociedad para nosotros, para los ciudadanos, para la gente que trabaja, porque
esta gente que se está muriendo son trabajadores, gente que ha trabajado toda
su vida, que ha cotizado a la Seguridad Social toda su vida. No hay nada tan
populista como el gobierno actual que nos está llevando a todos a la ruina ¡10
muertos y se permite esto! “. Sin comentarios.
EN BICICLETA. - Confinado desde el 13 de
marzo, no he dejado de hacer ejercicio ni un día. En la habitación que dejó
libre el último de mis hijos para irse de autónomo, tener nueve personas a su
cargo y estar, en lo dramático, a verlas venir por culpa del coronavicho chino,
he instalado mi bicicleta estática a la que soy capaz de darle pedales cada día
lo suficiente para recorrer 25 kms en poco más de tres cuartos de hora. Animado
de esta potencia, y de que de Cantabria son los Trueba, Pérez Francés, Cobo,
Aja, San Emeterio y Freire, decidí recorrer, en plan virtual, los 840 kms que
separan Murcia de El Sardinero. Treinta y cuatro días muy deportivos para hacer
este virtual viaje. Era fundamental aprovechar el paso por pueblos y ciudades
para meditar sobre sus circunstancias. Suerte tuve al pasar por Cieza (la de
Murcia), pues la bellísima floración de sus árboles frutales, en especial la
del melocotón, tuvo este año lugar antes del 13 de marzo. Así es que, a mi paso
por tierras esparteras, la alfombra de tonos rojos, rosas y blancos estaba
espectacular. Caramelos, en Hellín; alubias con sus sacramentos en El Vasco de
Villarrubia; mirada preocupada a los pantanos de Buendía y Entrepeñas, desde
Saelices, y rumbo a Madrid, evitando entrar en la ciudad de esta manera: de A-3
a R-3, luego M-50, después R-2, vuelta a M-50 y, final, en la A-1. Descarto
parar en el Ondarreta de San Agustín de Guadalix, pues prefiero el Asador
Tudanca, en Aranda del Duero. Tudanca es para mí la Tablanca de Pereda, el tío
que mejor escribió de todo el mundo mundial, con permiso de Concha Espina, la
dama de Luzmela (¿Mazcuerras?). Una vez en Burgos, me digo que nada de
comodidades y moderneces, quiero pasar por El Escudo. Tomo la N-623 y, en nada,
dejo atrás el Páramo de Masa y llego a Cabañas de Virtus. Cuando era niño, mi
padre subía el puerto en segunda y para bajar tenía que meter la tercera marcha
y, aun así, en invierno el coche patinaba y en verano había que refrescar el
radiador. Me detengo en San Miguel, capital de Luena, saludo a mis parientes, y
en Selviejo, le digo hola a Santiago, su único habitante. Antes de salir de
Luena, saludo con admiración al busto que Riancho tiene en Entrambasmestas.
Alceda, Ontaneda, Puente Viesgo, Vargas etc. Como quiero hacer mi entrada en
Cueto con detenimiento, decido quedarme en Astillero, antes de dar giro a la
última etapa. Reposto en La Abadía para recuperar fuerzas. Alguien, al verme
tan deportivo, me pregunta: ¿sabe usted quién es el mejor extremo de la
historia? Yo no me arredro y respondo ¿Gainza? El parroquiano (es del mismo
Guarnizo), sin alterarse, replica: Caballero, le he preguntado por el mejor
extremo de la historia, no por uno de los mejores. Ah -respondo- Entonces, Paco
Gento, ¡la Galerna del Cantábrico! El último día, disfrutando de las bondades
de la virtualidad, entro a Santander por Cuatro Caminos, me resulta emocionante
ver Valdecilla; la Alameda, la Catedral y una paraduca en Concha Espina, tan
cerca de los Meones; Puertochico, Castelar, San Martín, Reina Victoria, la
Magdalena y, por de frente, Somo y Pedreña, tras El Puntal. Por fin El
Sardinero (la Primera y Castañeda). Me quedo en el hotel Palacio del Mar, del
intrépido cazador y pescador Juan Renedo quien, por demás, es ingeniero de
caminos, y bien que sudó para serlo, pues su primer examen en la Escuela de Las
Llamas lo suspendió con un 0.00 endosado por el muy cruel Chandi Bengoa.
¿A qué temperatura está
el agua? ¿Y a qué me baño? De modo virtual, por supuesto: el agua está muy fría
y, además, ¡sigo confinado!
GALÁPAGOS. - Las islas Galápagos, esa
tierra que sirvió para que Darwin diera con su popular teoría, es un territorio
que siempre me inquietó, y mucho más ahora cuando parece que el más fecundo de
los galapagares está situado en España. Las del archipiélago ecuatoriano, a
diferencia del de España, que son dos, aunque simulan ser más, la componen
nueve islas principales más unos cuantos pequeños islotes, en total diecinueve.
Hay una circunstancia que llama la atención, pues siendo que el conjunto de
estas islas están situadas en latitudes nulas o casi nulas, dada su posición
cercana al Ecuador, lo normal es que sus especies tengan que ver con climas más
tropicales que en ningún otro sitio, y sin embargo habita en una de ellas, la
más septentrional, Marchena o Pinta, no estoy seguro, una especie de pingüino,
el llamado pingüino penguin, que por mucho que sus hábitats naturales estén el
sur, siempre en las cercanías de la Antártida, por lo que fuera, quizás por ser
el más espabilado de su especie y como artista del intrusismo, se ha colado
entre animales de otra especie o casta y vive tan tranquilo en esas islas como
si su pasado frío y antártico le importase una guita. Es un bicho muy
inteligente que aletea con suma facilidad por entre los de más acá, pero sobre
todo por entre los de más allá. Y lo sorprendente del caso es que pese a su
escasa talla (física) deambula sin problemas entre galápagos de muy alta
condición. Bien, quizá va siendo hora contar porqué a las islas en
cuestión se las refiere como las Galápagos. Sin duda así lo dispuso Darwin,
pues todas ellas en su conjunto componen un auténtico galapagar que, como bien
sabe el lector, es un sitio donde abundan los galápagos. Un bicho de estos, aun
teniendo los atributos de la tortuga, no debe clasificarse específicamente en
su grupo, pues su especialidad es saber nadar con pericia en el mundo acuoso.
Sí, puede admitirse que el galápago es una tortuga marina, de acuerdo, pero no
es ni como una tortuga mora, ni leprosa, ni mediterránea, que son las más
típicas en nuestra península. En cambio, pudiera encontrarse gran parecido con
cierta especie peligrosa, el galápago europeo, una especie en apariencia tímida
que no se adapta bien a la cautividad propia de ciertos humedales del tipo
vallecano. El galápago auténtico -quedan pocos- puede llegar a pesar
doscientos kilos y medir más de un metro cincuenta. Es -o era- un animal
gigantesco. Su especie más interesante es la Chelonoidis abingdonii (menudo
nombre para recordar) y su ejemplar último y más famoso es Solitario George, un
supermacho alfa decepcionante pues, para salvar la especie, fue encerrado con
dos hembras, pero fue incapaz de lograr descendencia y la especie se extinguió.
El tamaño no lo es todo, como tampoco lo es el pasado de algún espécimen para
que éste se vea reconvertido en pieza apetecida, antes objeto de caza y después
compañera amable donde reposar con astucia.
SEGUNDO MEDIO AÑO DE
ALERTA
EL DIMORFISMO. - Hablaré del acusado dimorfismo que existe nuestra
humana especie. Admito que no sé si en los tigres, leones u otros animales de
robusta raza, se dan tantos rasgos diferenciados entre macho y hembra como en
los humanos. Como advertencia previa he de manifestar que, entre el hombre y la
mujer, en la más aventajada especie animal, y como seres humanos, las
diferencias existentes en cuanto a derechos y deberes civiles, son nulas de
toda nulidad. No hay ni una sola diferencia, aunque en cuanto a empeño, laboriosidad
y talento, globalmente la mujer es quizá sea superior al hombre. Esto podría
constituir una sutil diferencia favorable a la mujer, pero donde más se pueden
apreciar los rasgos de un dimorfismo muy acusado es observando los aspectos
biológicos y físicos de ellas y ellos. Por descontado, en la sociedad civil
democrática en la que nos encontramos, se sabe convivir con estas diferencias.
En los grandes almacenes, los espacios están discriminados en función del sexo.
No son habituales las peluquerías unisex; las mujeres se pintan la cara, los
hombres, no; los tacones son de uso femenino; vestuarios y servicios, separados
etc.… A nadie se le ha ocurrido unificar las competiciones
deportivas, pues en lo de ‘más alto, más fuerte y más lejos’, la verdad es que no
hay color, dicho lo cual, con el debido respeto a Ruth Beitia, Coral Bistuer, y
Úrsula Ruíz, desde luego. Además, si se llegaran a unificar las competiciones
deportivas, algún feroz partidario del feminismo pediría la implantación de una
determinada cuota para las mujeres. Curioso sería tener que aceptar que el
Racing de Santander tuviera obligación de alinear un mínimo de mujeres en sus
partidos. O que, en básquet, el UCAM Murcia se viera obligado a que uno de sus
pívots fuera, por lo del cupo, una mujer. En lo físico y en sus maneras de
manifestarse, el dimorfismo se nos muestra con rotundidad. Nada malo se
desprende de esto. Si bien, el peligro que una mujer solitaria y borracha
tiene, no lo sufre -siempre, por lo general- alguien de sexo masculino. En lo
biológico es donde más diferencias hay, y lo que más ha influido en esa cultura
atrasada, condenada a desaparecer, por la que el hombre, sin discusión alguna,
ha tenido sometida a la mujer. Se trata del embarazo. Esta particularidad de la
mujer la ha hecho figurar por debajo de sus posibilidades como persona a lo
largo de su existencia ¡Y el hombre astuto se ha aprovechado de
eso! La normativa legal vigente en sociedades democráticas no tiene,
en absoluto, nada que ver con lo que de esta cuestión hubo en el pasado. Hoy la
legislación discrimina no a la mujer, sino al hombre, en beneficio de aquélla,
y esta transgresión constitucional a la igualdad de todos sin diferencias de
sexo, se asume democráticamente, al menos hasta que en la cuestión de derechos (y
deberes) de los hombres y las mujeres sean iguales. No es necesario tomar las
cosas por la tremenda, como algunas feministas se afanan en practicar su
empeño, de modo que los hombres aparecen como enemigo a batir. No hace falta, y
téngase en consideración que no es necesario ser de izquierdas para encontrar
sentido a la igualdad de sexos, pese al dimorfismo tan evidente entre hombre y
mujer. Por cierto, acabo de leer que, respecto a la sexualidad de unas y otros,
las diferencias son notables, al menos en lo cardinal, pues a cuenta de la
función reproductiva, mientras la mujer puede llegar a ovular unas 500 veces a
lo largo de su vida, el hombre podría llegar a suministrar más de 500.000
millones de espermatozoides, dicho cual con la prevención de que tal cuenta no
sea interpretada fuera de contexto. Ah, y que lo normal es que sean las mujeres
quienes se pinten las uñas y no los hombres. Lo normal, digo.
SEXUALIDAD CONFINADA.
- Suele responder, como argumento feliz, Luqui García Palacios, con la frase
‘según encuestas no publicadas’, a fin de justificar sus argumentos, y como
muestra de su sentido del humor, por demás inteligente. Lejos de imaginar la
existencia de unas supuestas encuestas incapaces de salir a la luz, me
encuentro con una que, siendo real y publicada en cierto periódico local,
resulta de tan inquietante conclusión que, por ello, Luqui debería cambiar de
argumento, pues, tras la contemplación de ésta que ahora me ocupa, resulta muy
difícil que hubiera, bien guardadas, encuestas no publicadas. El asunto va de
un trabajo desarrollado durante el confinamiento, acerca de la sexualidad
femenina, por el Instituto Sexológico Murciano con motivo del Día Mundial de la
Masturbación y bajo el lema ‘Tiempos de confinamiento, tiempo de masturbación’.
Los resultados se recogen en un amplio reportaje que ocupa dos páginas
completas en un periódico, con toda suerte de titulares y recursos, a lo largo
y ancho de esas páginas. El titular principal que llama la atención reza así:
‘Mas de 55.000 mujeres de la Región, nunca se han masturbado’. Una conclusión
que, debido a mi limitado conocimiento del asunto, no acierto a valorar si como
buena o como mala, aunque, con toda sinceridad, opino que, en cualquier caso,
es improbable que tal conocimiento resulte sustancial para la sociedad. Pese a
este elevado absentismo sexual de la mujer, la encuesta determina un notable
aumento de esta práctica individual durante el confinamiento. El 36% de las
mujeres estima que la masturbación es un ejercicio importante, lo cual quizá tenga
que ver con que el día 7 de mayo haya sido elegido, a nivel mundial, como el
Día Mundial de la Masturbación, circunstancia que yo ignoraba y que, pese a
ello, motiva la concentración de un montón de hombres y mujeres, testaferros de
condición, y lo celebren. Es muy importante, también según la encuesta, saber
que de los hombres apenas un 2% no acuden a la masturbación como consuelo
sexual, mientras que las mujeres que renuncian a tan oscura actividad onanista
representan el 25% del total. La encuesta se viene arriba en su aspecto
sicológico y constata que hay hombres y mujeres que consideran el consuelo
masturbador como un acto de bajeza moral, citando sus respectivos porcentajes:
21%, las mujeres y 12%, los hombres, lo cual demuestra una vez más el gran
dimorfismo existente en la raza humana ¿Estimulaciones a diario? El 20%,
chicos, 5%, chicas. Uff. Cosas así se recogen en el trabajo, y hasta se citan
los tipos de juguetes sexuales al uso, desde el vibrador hasta un simple
chorrito de agua. La realización de este tipo de estudio, tan meticuloso, es
cosa de un ente privado, así es que nada que objetar a que cada uno que haga de
su capa un sayo para gastar los cuartos en lo que le venga en gana a cada cual.
Distinto sería que la encuesta hubiera sido realizada por organismo público y
gasto a cuenta de los impuestos. No me negarán que las conclusiones son
curiosas, pero, a fin de cuentas, dudo si la sociedad receptora de la noticia
final podrá o no mejorar en sus andaduras, tan procelosas, surcando rumbos en
direcciones muy abstrusas. Quizá tenga ahora, tras la encuesta, más ayuda para
ello. Ahora bien, en la línea de este trabajo, yo no me sentiría tampoco
alarmado de darse la circunstancia en la que en una encuesta (no publicada) se
llegara a determinar el número de varones que cargan a la izquierda, lo cual,
además de ser interesante para los sastres, sería de interés para los analistas
políticos, a fin de ver si hay correlación entre los que cargan a la izquierda
y los que votan a izquierdas. Y llegar a la posible conclusión de ‘dime dónde
cargas y te diré a quien votas’. Quizá no me haya tomado muy en
serio la encuesta del ISM, pero es que no llego a ver qué beneficio pandémico
tiene para una sociedad confinada, el mayor o menor número de gallardas con las
que pudieran apañarse, en este caso, las murcianas.
EMPRESARIO DIEZ.
- Acabo de recibir un video de Pablo Iglesias que, con un tono pretendidamente
austero y tolerante -muy parecido al empleado cuando pidió disculpas por ‘no
haberle roto la cara a los fachas con los que discute en televisión’-, en el
que propone algo de extraordinario interés para las mujeres maltratadas y sus
perros. Lo dice en un tono tan convincente que tal propuesta bien merece ser
considerada tan insustancial como aquella con la que defendió esa otra, pasado
el tiempo, al disponer que donde hay propiedad privada, hay corrupción, lo
cual, y por cierto, no ha sido obstáculo para haber situado en el mapa, con
toda pompa y circunstancia, a Galapagar. Ni qué decir tiene que, aun
respetando a las mujeres maltratadas y sus perros, tal propuesta, actualmente,
desmerece, y mucho, frente a cualesquiera que provenga de un empresario
democrático, de un empresario ‘diez’, de los buenos, de los que crean empleo y
que con su actividad provee de fondos al estado a fin de que haya caminos,
canales, puertos, sanidad y enseñanza gratuitas, así como poder repartir fondos
de carácter social a personas cuya renta es mínima o que carecen de ella. Son
mis favoritos, estos empresarios. Cada vez que oigo a un político de izquierdas
decir que los empresarios solo quieren, con codicia, amasar el dinero de sus
beneficios, me llevan los demonios. Es verdad que hay dos clases de ricos,
buenos y malos (bah, también regulares). Los primeros son la clave del
bienestar para el estado; los segundos, allá con sus asuntos y, gracias a Dios,
que ya van quedando pocos de quienes tienen a resguardo sus cuartos y solo los
gastan en función de los instintos de su ombligo. Respecto a los ricos buenos,
los empresarios ‘diez’, es obligado referirnos a ellos de un modo cardinal,
esto es, cifrando su contribución a los deberes del estado con números. Se
puede hacer un cálculo aproximado de esta asunto, en función de sus
obligaciones laborables en relación con la actividad desempeñada. El empresario
es, en primer lugar, el mejor recaudador que tiene el estado. En bienes y
servicios, el empresario desembolsa el 21% del valor de adquisición en concepto
de IVA; se hace cargo de la parte empresarial de la seguridad social de sus
empleados y del IRPF de ellos para girar directamente su importe al estado.
Después, abona el 22% del impuesto de sociedades sobre el beneficio para, en
fin, como contribuyente personal al estado, liquida sus beneficios al tipo
correspondiente. Para entender lo anterior con cifras, hagamos el cálculo para
una figurada actividad empresarial y una producción final de 100 euros, con
beneficio estimado del 10%. El IVA final soportado 22- 11= 11%; SS, 12%;
IRPF,6%. Y una ecuación final de las ventas más o menos, así. Ventas = Compras
+Personal + Gastos Generales + Beneficio. Del impuesto de Sociedades, el
empresario transfiere al estado de su beneficio (10), 2,2 euros, más su
liquidación de la renta como sujeto pasivo (tipo del 40%), otros 2,5€. Su
beneficio queda reducido a 10 – 2,2 – 2,5 = 5,3€. Al estado le ha pagado
11+6+12+2.2+2.5= 33,7€. El empresario ‘diez’ español, por cada euro que gana,
entrega 6,5 al estado. Nuestro ordenamiento constitucional consagra la bondad
del sistema de libre mercado y determina al empresario como actor fundamental
del estado social de derecho. El empresario ‘diez’, no solo practica el ‘seis
por uno’, sino que hace de recaudador para el estado, correspondiendo a éste
distribuir el ‘tesoro’ de acuerdo con las mejores intenciones, sea de izquierdas
o sea de derechas. Vistas las cosas con objetividad, resulta normal despreciar
los argumentos de quienes cargan contra los que se suponen que son ricos, pues,
sin ellos, a ver de qué manera podrían abastecerse las cuentas del estado y su
posterior aplicación a las políticas pertinentes. Estas críticas, tan
estúpidas, se caen por su propio peso sin más que considerar qué pasaría si
empresarios como Amancio Ortega, en lugar de procurar decenas de miles de
empleos se gastara sus cuartos en piulas.
LA DIFICÍL MODERACIÓN. - Si uno es de derechas, aunque a lomos de la
moderación más inteligente, siempre estará más cerca de la derecha extrema que
de la radical izquierda. Esto es, llegado el infausto caso de que la
polarización política nos atenace, incluso más, de lo que ahora obliga, de cien
posibilidades ofrecidas, en todas, siempre estaría más con VOX que con Podemos.
Sin embargo, mis dosis de optimismo me llevan a imaginar otros horizontes,
distintos del actual, donde las fuerzas políticas se dirijan en la dirección
contraria, esto es, a la moderación del centro común de una política menos
belicosa. Hoy echo en falta el modelo de gobierno de un PSOE social demócrata y
un PP moderadamente liberal, frente al sesgo que están tomando las cosas, pues,
¿en qué demonios estamos, dando vueltas a que si VOX o a que si Podemos? Lo de
la radicalidad de las izquierdas metidas por el PSOE en el gobierno tendrá
perdón de Dios desde su propio interés, pero desde el imparcial punto de vista
político es de cárcel total, de cárcel inmisericorde donde penar las
contradicciones políticas, las mentiras y los desvaríos de hacer incumplimiento
de las ofertas prometidas. Lo de VOX y sus banderas, y lo de Podemos y sus
desprecios hacia ellas, no debe ser la imagen de España. Que Pablo Iglesias se
haya infiltrado en el CNI es cosa de locos, y que día tras día haya gente
poniendo a parir a la derecha en su gusto por administrar la bandera nacional,
no me sugiere otra cosa que esta respuesta: hagan ustedes lo mismo, la bandera
es tanto de ellos como suya, enarbólenla con orgullo y, de paso, olvídense de
responder con la enseña republicana. Hay, de otro lado, un exceso de
superioridad moral por parte de la izquierda, de lo que es ejemplo determinada
circunstancia habida en el Parlamento de Andalucía. A ver si me aclaro, a ver
si estoy perdiendo la chola y la imparcialidad a mochazos. Resulta que PSOE y
Podemos se han encabronado tanto con la decisión gubernamental de nombrar a un
señor de VOX presidente de la comisión para la recuperación económica y social
de Andalucía que han dado un portazo a dicha comisión y se han retirado de la
misma, como muestra de protesta. No doy crédito a mi imparcialidad, tiene
cojones el asunto, si se compara con el bonito detalle que el gobierno de la
nación ha tenido con el gallo Iglesias, colocándolo en el CNI, a
fin de que esté al tanto de espías, jueces, fiscales e independentistas. O sea
que los de VOX son unos mangantes y el galapagareño de corte venezolano,
aguerrido luchador demócrata, santo inocente. Me pierdo en la imparcialidad,
pero no me siento culpable. Simultáneamente al cabreo de la izquierda andaluza,
la derecha en el Congreso de los Diputados, acepta (no sé si sin rechistar o
no) que el diputado de Podemos, Sánchez Serna, se integre en la correspondiente
comisión para el restablecimiento económico de España, tras los desastres de la
covid-19. La derecha, en sus manifestaciones extremas, es menos belicosa que la
izquierda. No puede comprobarse (lástima que sea imposible) pero de haberse
dado la circunstancia inversa de la actual -que la derecha ejerciera el
gobierno y la izquierda oposición- las críticas, las manifestaciones, los
escraches actuales no serían mas que pintura en comparación con el fuego
desplegado. Esto es seguro, por mucho que no se pueda demostrar y sí comparar
con actitudes pasadas, en donde la izquierda llamó asesinos globalmente a las
autoridades, sobre todo a la ministra en ejercicio, cuando lo del ébola que
mató al perro Excalibur, y más cuando lo de la crisis de la malvada de la
Hepatitis C. Cerca de 30.000 muertos es mucha más razón para llamar asesinos,
que la razón del cadáver de un perro. Tengo el convencimiento de que la radical
confrontación que asola a España tiene en Sánchez, en sus mentiras y cinismo,
su responsable. Pero, ojo, no es tiempo de pedir dimisiones en el gobierno.
Ahora no. Todo llegará.
LOS INFORMES DE PARTE. - Comprenderá el lector que, ante el mogollón de
informaciones volando a todo tren en los medios informativos, presente mis
reparos ante la profusión de opiniones interesadas que toman sus respectivas
justificaciones en lo que, comúnmente, llamamos ‘informes de parte’. Todos
sabemos que esos informes, como su esclarecedor nombre indica, de qué parte
están. En la actual situación de España, ahíta por los rigores de la pandemia
y, aún más, por la extraordinaria escalada política de una terrible confrontación,
sin duda, avivada su fuego por mor de la eclosión indeseable de tantos partidos
concurrentes, a uno y otro extremo del espectro político, las declaraciones de
los políticos cuentan, siempre, con el interesado apoyo de un elíptico informe
de parte. Hacen (los políticos) sus propuestas y se quedan tan panchos, lo cual
no es sino parte de un peligroso proceso mitómano por el que se es capaz de
asumir hasta las propias mentiras. Días pasados, en una tertulia radiofónica,
me sale un payo y me echa en cara (soy de derechas) que la corrupción en
España, mueve al año 90.000 millones de euros. Dicho así, con dos cojones. Me
limité a decirle que eso era una mentira como un castillo, una gran y
monumental mentira, retándole a que en el siguiente programa demostrara lo que,
para mí (y para lo más aproximado a la verdad), era una flagrante mentira.
Llegado el siguiente programa, nada dijo sobre el particular, lo cual que fue
mejor para él, pues yo había investigado la procedencia de la disparatada
cifra. Resulta que, en 2018, el grupo europarlamentario de los Verdes/Alianza
Libre Europea, constituido por 52 eurodiputados, publicó el informe ‘Los costes
de la corrupción alrededor de la Unión Europea’ y en lo que respecta a España,
las prácticas corruptas suponían esos 90.000 de euros al año. Animado por una
agitada indignación intelectual, pude comprobar que los métodos utilizados por
esos guerreros anti desarrollistas carecían de seriedad económica alguna, pues
sus mediciones de los niveles de corrupción en el sector público eran obtenidas
mediante la realización de encuestas directas a los ciudadanos y de un cierto
indicador ‘riesgo de país’, calculado en función de las probabilidades de tener
que realizar sobornos y otro tipo de corrupción incrustada en el sistema político.
En resumen, lo de los 90.000 millones no era otra cosa que el uso retorcido de
unas cifras ofrecidas por un trabajo publicado por el Parlamento Europeo. Causa
bochorno que estudios así salgan a luz, y más para aprovecharse de que, en los
últimos barómetros publicados por el CIS, la corrupción y el fraude se
convierten en el tercer mayor problema existente en España. Lo cierto es que,
debido a la naturaleza ilícita de la corrupción, ésta es difícil de detectar y
medir. Sin embargo, si de llegar a estimar el montante de la corrupción en
España, de acuerdo con la evidencia de que, en efecto, existe, podríamos estar
en sintonía de lo que El economista.es estima respecto al coste de la
corrupción en España: ‘Más de de 7.500 millones saqueados, desde 1978 hasta
2016’. Claro que, después, habría que añadir lo de los ERES andaluces, que no
es moco de pavo. Compare el lector estas últimas cifras con las de los
‘imparciales’ verdes/aliados/ libres/europeos, y de seguido, con gran
consternación, vengamos en lamentar hasta donde se puede llegar propagando
disparates. Pero, Dios mío, ¿en manos de quién estamos dejando la faena de
gobernar nuestras ciudadanas conciencias?
CATORCE.
- Los españoles son iguales ante la Ley, sin que pueda prevalecer
discriminación alguna por razón de raza, sexo, religión, opinión o cualquier
otra circunstancia personal. Así lo especifica el art. 14 de la Constitución
Española. No se trata ahora de discutir la objetividad de la Ley de Violencia
de Género, pues aprobada y practicada como lo está, apenas merece la pena
cuestionar si tal encaje procede o no. Lo que sí merece consideración es
determinar que su aplicación conduce a situaciones manifiestamente injustas.
Como consideración previa, puede comprobarse que, en la legislación que regula la
defensa de los derechos de propietarios afectados por la ocupación ilegal de
sus viviendas, las resoluciones de los jueces provenientes de la aplicación
legal de esa normativa, se producen, no en el momento de la denuncia por parte
del afectado, sino una vez resuelto -aunque eso requiera largos periodos de
tiempo- el contencioso en el juzgado mediante sentencia judicial. La
explicación política, social y humanitaria del proceso, que así se sigue,
proviene de una actitud legislativa que da prioridad a los más débiles (por
mucho que, ahora, los okupas, más que debilidad lo que demuestran es falta de
escrúpulos a mogollón). No ocurre tal circunstancia en la aplicación judicial
de los pormenores que entran en el juego de la violencia por razón de género
(¿por qué hablamos de género cuando lo que se quiere decir es sexo? sino todo
lo contrario: basta que una señora denuncie, para que, de inmediato, sin
esperar a que una investigación objetiva determine los pormenores de esa
denuncia, el juez dicte orden de alejamiento para el sujeto denunciado, siempre
y cuando se trate de la denuncia de la mujer contra el hombre; en caso
contrario no hay cuestión, y en el caso de hombre contra hombre, o mujer contra
mujer, no tengo idea de lo que se derivaría de una eventual denuncia. Hace unos
días, en Cieza (la de Murcia, no la de Cantabria) una mujer denunció que su ex
pareja la había maltratado cruelmente en el momento en que éste fue a buscar a
la hija que tienen en común, por haber sido objeto de vejaciones y amenazas físicas.
El juez, ipso facto, dictó orden de alejamiento; más, por fortuna para quien
resultó ser falso maltratador, el mancebo de la Farmacia sita en el bajo del
domicilio de la denunciante, observó, y así lo declaró, que la entrega de la
niña se hizo en tono de familiaridad evidente; el padre del denunciado,
saludando afectivamente a su ex nuera, la niña feliz y todos tan contentos.
Posteriores investigaciones sobre el caso descubrieron que la denunciante en
cuestión era más mala que la quina; se le encontraron en el móvil unos malvados
mensajes enviados a su expareja: que si te voy a denunciar, que si voy a
destrozar tu vida, y otras lindezas gratuitas del estilo. Sucede que ahora lo
que priva en las legislaciones de todo el universo mundo, su gran descubrimiento,
es que la palabra de la mujer es dogma de fe indiscutible y que, de ella, hay
que dar estricto cumplimiento. Una cosa es que la mujer haya estado relegada
atávicamente respecto al hombre, con sus derechos y deberes, y otra dar
oportunidad para que, dicho sin ambages, pueda darse una patada al contenido
del artículo 14 de la CE y a los que se pongan por en medio. Acabo de leer las
Memorias de Woody Allen, he repasado los pormenores de la denuncia
de que fue objeto por su ex novia Mia Farrow y sucede que
ningún juez lo condenó por abusos sexuales. Es la única acusación de este tipo
que ha sufrido este gran director de cine, pues nadie de las 106 actrices
protagonistas de sus películas (¡ninguna!) ha formulado contra él acusación
alguna. Mi opinión es que Allen no es un depredador sexual, y sí víctima
propiciatoria, desde hace 28 años, de las artimañas utilizadas por Mia Farrow
para con Dylan, hija de ambos. Vaya, toda una cabronada tipo art.
14, pero versión americana.
LA CALLE ES MÍA.
- Cuando en 1976, Fraga Iribarne acuñó aquella frase de ‘La calle es mía’,
lo suyo no debería ser calificado más que como una fanfarronada y algo mucho
menos pretencioso que lo de Pedro Sánchez cuando, en modo interrogatorio y
pillín, dijo ¿De quién depende la Fiscalía?, pues, de seguido, la fiscal
general de estado, si no siguió instrucciones precisas del gobierno, lo cierto
es que, por lo parecido, resulta difícil discernir si en sus providencias hay
independencia o no. Un montón de años después, siendo presidente del gobierno
Mariano Rajoy, el entonces jefe de la oposición, Pedro Sánchez, sin ánimo
alguno de crispar, por supuesto, le espetó a don Mariano -también en modo
interrogativo- esto ¿Es franquista,
posfranquista o fraguista, eso de la frase ‘La calle es mía? Sin esperar
respuesta, el hoy presidente, con la autoridad que le otorga la ya legendaria
‘superioridad moral de la izquierda’, afirmó: ¡franquista! Franquista o no, lo
cierto es que nadie puede arrogarse, en democracia, tal propiedad, así es que,
ausente Fraga de la política y del mundo, uno llega a pensar en lo imposible
que sería por parte de político alguno, no ya sugerir la metáfora que tiene en
la propiedad callejera su sustento, sino dar testimonio público de que,
realmente, la calle es suya. Pero no. Me voy a ir a las inmediaciones de la
calle de Riomonte en La Navata, de Galapagar, donde el heterodoxo más genial de
la política, Pablo Iglesias, se ha hecho fuerte allí, asistido por fuerzas,
coches y patrullas de la policía nacional, las mismas que ayer permanecían en
sus cuarteles, ajenos a la dispensación medicinal, en forma de jarabe
democrático, que el aguerrido adalid de los pobreticos suministraba en
radicales cucharadas a los, según él, enemigos de la democracia, los de la
derecha cruel y sanguinaria, de casta cobarde, utilizando el paliativo método
del escrache, como castigo, y al tiempo, medicina solidaria para acabar con
quienes, igual que hugonotes reconvertidos, deberían alcanzar las glorias
de la izquierda ¡Un chalet bien vale sus principios! Sin embargo, Tino, el del
modesto bar de Vallecas, el panadero, el frutero y el vendedor de cupones, ayer
tan queridos por el señor de Riomonte, asisten confundidos a la carrera por
éste emprendida, de tan opuesto signo a lo que, antes de figurar entre los prebostes
de La Navata, predicaba por plazas y calles, sin miramiento alguno hacia
quienes, para él, no eran sino parásitos. La diferencia entre Fraga y Pablo
Iglesias es que, para el gallego, su imaginación lo llevaba a creer que suya
era la calle, mientras que el galápago de nuevo cuño, sabe que la calle es
suya. Lo cual no es sino la sutil diferencia entre pensar y saber. Así es
que meditando acerca de la insólita circunstancia por la que los
ministros, señores de Iglesias, se ven protegidos por las fuerzas
del orden, alineadas a lo largo y ancho de su residencia en Galapagar, me da
por pensar qué es lo que hubiera sucedido en cualquier ciudad de España si la
policía local hubiese dispuesto sus defensas para impedir los agudos escraches
continuados propinados a los alcaldes de derechas por las cofradías de
las santísimas congregaciones comunistas, un día sí y otro también. Quizá de
haberse dado el caso, los Iglesias dirían que esos policías eran ‘matones al
servicio de los ricos’. Un montón de alcaldes fueron agredidos e insultados,
algunos de ellos, con sus familias, tuvieron que ir a dormir fuera ¡Qué
escandaloso es el embudo político de algunos! Y, por cierto, leo en Google que
en las Islas Galápagos hay un intruso: el Sphenicus Mendiculus, una especie de
pingüino, que lejos del hábitat natural de los de su clase, la Antártida, se
adaptó a vivir en esas islas, donde viven las tortugas. Y yo digo ¿No es más
natural que los pingüinos vivan con los pingüinos y que los galápagos vivan con
los suyos en su galapagar?
EL DISPARATE.
- Propongo al lector que repare en el nuevo dislate político, relacionado con
la solicitud del gobierno cántabro a la CHE de 5 hm3 procedentes del Embalse
del Ebro para abastecimiento, El gobierno de Aragón se opone a esa
transferencia, por dos razones, una porque sigue creyendo que el rio Ebro es
suyo y, dos, por sus propias y legendarias narices; las mismas que le valieron
para poner sobre la mesa, con éxito, que, en su Estatuto de Autonomía, figure
una reserva hidráulica para su territorio de 6.500 hm3 al año. No es
necesario que el lector calcule el % de lo que solicita Gochicoa, en nombre del
gobierno cántabro, respecto a esa reserva hidráulica aragonesa; yo la escribo,
0,07%. Solo por lo cardinal del asunto, Aragón debería hacérselo mirar. Sin
embargo, la petición de Gochicoa adolece de tres debilidades en sus argumentos:
‘es de justicia’, ‘el abastecimiento es prioritario’ y ‘dos terceras partes del
embalse del Ebro están en Cantabria’. Para justificar el suministro que se
reclama, ninguna de las razones va más allá de la ingenuidad política, si se
toma como referente que el agua y sus riquezas carecen de dueño, puesto que esa
propiedad es exclusiva del Estado. Al principio hice alusión genérica a los
disparates y creo obligado justificarlo con el ejemplo que hoy nos da, de
nuevo, el pueblo aragonés. Resulta que cuando Zapatero llegó en 2004 al
gobierno, en tres meses y mediante decretazo, tiró por tierra el Trasvase del
Ebro, cuyas obras estaban recién comenzadas. Aragón organizó un frente de fuerza
impresionante, aduciendo que el trasvase terminaría con la riqueza de Aragón, y
unidos a la fracción más verde que te quiero verde de España y la del propio
Aragón, forzaron que la auténtica verdad política estaba en determinar que 1050
hm3 trasvasados desde el Delta eran malos de toda maldad para todos (y todas).
No contento con esta manipulación, los aragoneses, haciendo gala de lo tozudos
que son, incluyeron en su Estatuto de Autonomía la reserva de 6.550 hm3/año. Y
si tal cantidad debiera erizar los pelos y clamar contra el Cielo, quienes
admitieron horror por aquellos 1050 hm3 en la desembocadura del Ebro, callaron
y aceptaron que un volumen seis veces mayor que aquella criminal cifra no era
para tomárselo tan a mal. Desde luego, el Ebro parece de los aragoneses, pues
ni unidad de cuenca, ni cristo que lo fundó, son razones suficientes para que,
en lo político, se determine que Zaragoza no es el ombligo de ese río. Hoy,
solo faltaría que el gobierno central, por medio de la CHE, pusiera de rodillas
al gobierno de Cantabria, solo por el hecho de que la toma del volumen
solicitado pertenece a una cuenca hidrográfica en la que no se encuentran los
territorios a los que se quiere abastecer. Cantabria por la disposición
orográfica de sus tierras, tan fantásticas y de belleza cuasi infinita, no
dispone de muchas posibilidades para hacerse con las reservas hidráulicas que
en otras regiones sí es posible. Hace años, lo del llamado Bitrasvase fue una
buena operación, pero condicionada a devolver los caudales en distintas
estaciones del año. Esta concesión política, habilitada por los caudales
circulantes en el Pas y el Besaya, ya me hubo parecido una solución rácana y,
en efecto, hoy la operación retorno hasta el embalse del Ebro, no se realiza.
Terminaremos con un cálculo sencillo, a fin de determinar numéricamente el
disparate tan espectacular que se contiene en el Estatuto de Autonomía de los
aguerridos aragoneses. Si 1.329.000 aragoneses disponen cada año de 6.500 hm3
de agua, su dotación por habitante y año es de 4.891 m3. Puestos a dotar a cada
uno de los 44, 7 millones de españoles con la misma cantidad, nuestras reservas
hidráulicas deberían ser de 218.600 hm3: esto es, cuatro veces la capacidad del
sistema de embalses de España. O si se quiere, 3600 nuevos embalses de
regulación más. Esto de los aragoneses y el Ebro debería arreglarse ya, por
mucho que la Plural España, sea tan plural.
ON LINE. -
El futuro se nos ha echado encima, ya está aquí. Lo que se barruntaba habitual
para dentro de unos años, es una realidad que nos ha cogido desprevenidos.
Cuando la mayoría de la población, ya talludita, estaba en disposición de pasar
a la lección que sigue a lo de on-off, la telemática, en forma de meteorito
veloz y furioso, se ha adueñado de nuestras costumbres. Nos hemos puesto, los
mayores, casi de repente, a la altura de esos jóvenes, niños y bebés de
chupeta, que saben darle al dedo para proveerse de información. Quienes hemos
hecho del lápiz y bolígrafo nuestros elementos básicos de trabajo, nos vemos
hoy obligados a verlos como chismes del pasado; ahora la cosa va de pantallas y
aplicaciones. La pandemia nos ha llevado a practicar el modo de trabajar a
través de internet, nos hemos hecho expertos en el teletrabajo y es posible que
esta experiencia tenga ya poco recorrido hacia atrás. Una vez superada la
emoción de poder establecer conversaciones con los compañeros de trabajo,
jefes, colegas o subordinados, hemos podido comprobar que casi todo lo que se
hace en la oficina, es posible hacerlo en casa, Esto es algo extraordinario,
desde luego. Cincuenta días sin poder pisar la calle (algunos, bastantes más)
es tiempo suficiente para poder cabalgar sobre el futuro y sobrepasarlo
fácilmente. En todo caso, sí que es preciso reflexionar con los datos que nos
explican cuál ha sido el derrote telemático de las cuestiones on-line en la
Enseñanza. A falta de cifras más concretas, me cuentan que el número de
suspensos en las distintas facultades y escuelas universitarias ha disminuido
en torno a un diez por ciento. Me parece escaso margen para las facilidades que
el sistema ha proveído para profesores y alumnos. Mi amigo Prístino, el de la
pastinaca del espigón de más allá, me cuenta ufano que ninguno de sus hijos,
este curso y al contrario de los anteriores, han sufrido suspenso alguno (se
habrán hecho más listos, le digo). Claro que él mismo reconoce haber
participado en el examen on-line de una de sus hijas en edad universitaria:
Hicimos el examen juntos -dice- sin problemas, pues me cuidé de no aparecer en
el monitor del ordenador, dispuesto en ‘modo on-line’. Esto de los exámenes on-line
es cosa de meditarlo a fin de encontrar el modo de evitar las trampas que, en
este sistema, son fáciles de toda facilidad. En determinada universidad
española, de alto índice de competitividad, en cierta asignatura ha sucedido -y
no tanto por la bondad con la que la cátedra se emplea normalmente- que la nota
media del curso ha resultado ser, nada menos, de 9,2 (sobre 10); no ha
suspendido alumno alguno y, claro, a la vista de los dieces obtenidos
por 25 alumnos (más de 9,5, son 63, y sobresalientes, otro montón),
algunos de ellos han llegado a la conclusión de que son merecedores, ya que
estamos, de la matrícula de honor: a ver cómo se torea esto. Como consecuencia
de estos resultados, el reducido grupo de alumnos que decidieron no presentarse
al examen, es posible que estén tirándose de los pelos. Los antecedentes de los
resultados de la asignatura en cuestión nos dicen que el número de
sobresalientes respecto a años anteriores ha subido desde el 20% hasta 65%, y
el número de suspensos bajó desde el 18% hasta el 0. Es evidente que esto
merece una reconsideración, pues los resultados de este curso, seguro que no
reflejan la realidad competitiva de los alumnos. No digo que se le nieguen
méritos a la generalidad de quienes han logrado este curso mejorar sus
calificaciones, pero sí debo plantear que las autoridades docentes deberán
implantar medidas para que los exámenes seguidos por ordenador hagan más
difícil las trampas por las que el alumno puede valerse. Es justo y necesario
que así sea, pues los conocimientos adquiridos por los jóvenes en la
universidad, han de ser el instrumento eficaz para que la sociedad mejore.
PUTIN, IGLESIAS Y HASTA FRANCO. - Vladimir Putin es de esos rusos que recién
advenidos a la democracia no se chupa el dedo. Ha sabido aprovechar las
circunstancias para, mediante una conveniente consulta, agenciarse nada menos
que la posible continuidad en el poder hasta 2036. Esto, hace un par de años y
no ahora, hubiese supuesto una crítica radical por parte de Pablo Iglesias,
entonces enfrascado en su cruzada contra la casta política a la que había que
desbancarla del poder. Mas hoy, el señor de la coleta, ha callado como si lo de
Putin fuera una maniobra democrática destinada a librar al pueblo ruso de las
maldades terroríficas que la derecha es capaz de practicar. El resultado
obtenido por Putin no deja lugar a dudas: apoyo del 78% con una participación
del 65%, si acaso algo rácana pero suficiente para demostrar que el apoyo a
Putin es amplio y suficiente. En el caso de Iglesias, la pandemia le ha
permitido hacer una maniobra astuta a fin de proteger sus intereses. Para ello
convocó la Tercera Asamblea Ciudadana Estatal para mediados del anterior mayo
de forma telemática, como es habitual en estos casos, y aunque la participación
fue lamentablemente escasa, 11%, logró el apoyo del 92% de la militancia, cifra
que le vale para exhibir el orgullo podemita sin que le cause resquemor alguno
la mísera participación habida. Estos caudillos de la democracia moderna como
Iglesias, no valen para las consultas ni la mínima parte de lo que Franco
lograba con las suyas. Eso si que eran victorias aplastantes, referéndum
convocado, referéndum que arrasaba con resultados rotundos. El último de ellos,
hacia 1966, con lo de la Ley Orgánica del Estado y con una participación del
89%, obtuvo la aprobación del 96% de los votos (claro que, a la vista de estas
exageradas cifras cabe la duda de si los que votaban sí, lo hicieron bajo
vigilancia policial, aunque no lo creo). Eso sí que era una adhesión
inquebrantable y no la miseria de ahora, por mucho que con ella se haya
beneficiado (con la cara más dura del mundo) de la prohibición de poder seguir
en lo alto de su partido por tiempo indefinido y, lo que ya raya en el
esperpento, eliminar la historia de los tres salarios interprofesionales con
los que arengó a sus huestes y las arremetió contra los ricos, haciéndoles ver
que los ricos son los malos que se dedican a recortar derechos de los pobres y
les quitan el pan de ellos y de los suyos. Menuda hipocresía que tiene que ver
con el meollo de una casita de campo a pagar en veinticinco años y cuyo
mantenimiento requiere no el sueldo de seis salarios mínimos sino el de veinte
o más. Esto de Iglesias ha de explotar cualquier día, será inevitable, pues cae
con reiteración en los supuestos vicios de aquellas circunstancias ayer
denostadas, y no solo olvidadas sino practicadas con lo más fuerte del cinismo
político. Caerá, sin duda, dejando la vergüenza a rastras, doblada o rota sin
misericordia, si bien dentro de una casa casposa, lejos de aquella Vallecas a
la que simulaba adorar. Bastará para ello que ese reducido montón de
seguidores den de lado a lo preferente que es el odio visceral a los enemigos
de Iglesias y pongan el foco en lo que realmente éste representa, el de un
falsario, cuyo cúmulo de contradicciones carece de paragón alguno. Cada vez más
me convenzo más de que el carácter chulesco y agresivo de este individuo no es
más que la fachada artificiosa de una coraza de carácter defensivo frente a lo
que se viene encima. Debería pagar el precio de haber instalado el odio entre
los españoles. Debería desaparecer. No es de recibido que, en España y, en
pleno siglo XXI, tengamos al comunismo morando en un rincón de nuestra bandera.
DEBERÍA IRSE.
- No ofrezco duda alguna de que soy de derechas, de derecha moderada, eso sí, y
sin embargo en tres ocasiones fui votante del PSOE, más por razones de índole
personal que por cuestión de doctrina, pero voté. Pero con Pablo Iglesias la
cuestión política se ha enredado de tal manera para mí, que vivo trastornado
las circunstancias habidas desde que, en 2011, este caudillo de la violencia
ideológica apareció en nuestras vidas. He vivido con desesperación los logros
políticos alcanzados por su partido a partir del espectacular ascenso de 2015.
Desde su llegada he tenido la impresión de que ahora somos todos enemigos, de
los unos y de los otros. Parece como si el pacto de progreso firmado por los
representantes políticos de la generación del cambio, artífices del
trascendental trueque de la Dictadura por la Democracia que hoy disfrutamos,
fuese un paso en falso; como si aquella renuncia de Felipe González al
marxismo, a fin de construir una social democracia lejos del marxismo, fuera
una trampa; y como si el bipartidismo que Partido Popular y PSOE formaron para
dar alternancia y consistencia a los gobiernos hasta la violenta aparición de
Podemos y su consecuencia letal, el multipartidismo, no fuera sino un truco
antidemocrático para domeñar la voluntad de los españoles. Muestro
mi radical postura frente al comunismo que se integra en el gobierno actual, de
pésimas condiciones y que ha necesitado hasta de la celebración de cuatro
Elecciones Generales en cuatro años. La mano de este mentiroso compulsivo,
chulesco en sus manifestaciones y agresivo en su discurso es la que mece la
cuna de este gobierno que, lejos de mostrarse como valedor de la doctrina
socialdemócrata que lo validó como gobierno oportuno para los españoles, hoy se
ve sometido al irritante rumbo que marcan los podemitas de Iglesias. Claro que
continuar por el camino que señaló el insensato Zapatero para revalidar viejas
pendencias de una guerra civil, cuyas diferencias hubieron sido bien eliminadas
muchos años antes, fue fácil para Pablo Iglesias, una vez subsanadas, en el corto
espacio de una noche, sus terribles diferencias con Pedro Sánchez, ese árbitro
fulero de la conciliación. No solo es mi deseo, sino una propuesta que ha de
beneficiar a España: que Iglesias desaparezca. Este ladino señor, capitán de
las contradicciones más groseras, no tiene un pelo de tonto (aunque el plumero
con el que se adorna es ya escandaloso) y echó mano de esa democracia interna,
tan oportuna, para organizar, en mayo, una Asamblea Ciudadana
Telemática y blindar su poder en el partido. Deberíamos suponer que la debacle
electoral, casi sin precedentes (Galicia y País Vasco), era cuestión previsible
para los cálculos del propio Iglesias, como así ha sido. Fíjense en las cifras
que se desprenden del apoyo ‘masivo’ que le dio la militancia. Fue elegido gerifalte
superior de Unidas Podemos con el 92.19% de los votos (Bah, Franco salía por
más) pero la participación se redujo al 11% del censo electoral, lo cual
significa que de toda la militancia (516.492 votantes), ¡solo tiene el apoyo
del 10,6%!, esto es, 54.577 valientes e inquebrantables partidarios de su
entronización. La conclusión es que 461.915 militantes de Podemos, o están en
contra de Iglesias o les importa un bledo su liderazgo. Esta cardinalidad tan
exagerada debería desautorizarlo, siga o no siga en Galapagar (esto es otro
asunto). Echando un vistazo hacia atrás, sin necesitar de viajar mucho en el
tiempo, resultados muchísimo menos dramáticos que los habidos por las
coaliciones moradas, precipitaron la dimisión de los responsables políticos. Ejemplos:
Rubalcaba y Rivera. El colmo de la chulería de este señor sería no poner el
cargo a disposición de ese diez por ciento de militantes que le dieron su
apoyo. El resto, los del noventa por ciento, seguro que lo verían con buenos
ojos. La verdad, jamás llegué a tener que pedir la eliminación fulminante de
alguien a quien considero rival en lo político, pero deseo con todas mis
fuerzas que el señor de marras desaparezca cuanto antes de la escena política.
Y, ya que estamos, no vendría mal que salieran del gobierno él y sus ministros,
a fin de que el PSOE volviera a la senda de la social democracia y pidiera al
PP leal colaboración para superar la legislatura.
DEAL.
- El notición de la semana, se mire como se mire, es que Europa, menos mal, se
ha mostrado capaz de resolver un problema de mucho nivel, tal que, de no
haberse llegado a un acuerdo, el futuro de la Unión no podría haber sido más
funesto. Deal (acuerdo) fue la mágica palabra que, ya de madrugada, pronunció
el muy aliviado presidente del Consejo, Charles Michel, una vez puesto de
acuerdo a los unos, los otros, a Merkel y Macron. La mutualización de las
transferencias (préstamos y subvenciones) es muy buena noticia para España.
Pero, señores, en España ¿Qué está pasando? Pues que el gobierno tiene el
compromiso electoral de derogar la Ley de Reforma Laboral (la que inventó,
entre otras buenas cosas, los ERTES) y esto no es asunto baladí pues, además
del compromiso formal que hay entre los dos partidos integrantes de este
gobierno, socialistas y comunistas, hay otro de corte mucho mayor y de signo
espeluznante, pues espeluznante es tomar en consideración todo aquello que
exigen los enemigos declarados de España, tal es la exigencia de Bildu respecto
a que ‘hay que derogar en su totalidad la Ley Laboral’. Desde Bruselas nos
dirán que de eso, nada de nada y, es más, no solo se nos va a exigir el
mantenimiento de la Ley, sino que deberemos añadir cláusulas de mayor rigor al
que el articulado anterior nos obliga. Esto de pertenecer a un club como el europeo
no resulta nada compatible con la aplicación de ideas comunistas. Algo debe
reformarse en este gobierno. Un gobierno con protagonismo comunista, donde los
cinco ministros que lo integran, no se privan de poner en solfa las mismas
cuestiones que, antes de gozar del poder otorgado, argumentaban como activistas
encarnizados en la brega política. Quizá, el presidente Sánchez debió matizar
el ingreso de estas personas al modo en que Mitterrand, en su día, resolvió la
integración en su gobierno de tres comunistas. No he nombrado a tres ministros
comunistas -dijo- he nombrado a tres comunistas ministros de mi gobierno y me
deben lealtad. Bonito y explícito juego de palabras, el suyo, desde luego. No
deja de sorprender, y mucho, la nueva propuesta del gobierno que, por medio de
ese activista reciclado a político que es Pablo Iglesias, formuló,
ayer o anteayer, como proyecto de ley integral para indemnizar a las víctimas
del franquismo, creando una campaña que contemplaría establecer el derecho a la
reparación moral y económica de las víctimas del franquismo. El ministro
holandés, ése que no se fía del destino que les vamos a dar los cuartos de los
fondos europeos, mutualizados o no, como pedimos, se va a descojonar.
Aprovechar las ayudas de los 27 que, tras tensos debates, han otorgado a los
países miembros, para condenar el golpe de estado y poner patas arriba lo
conseguido en la Transición política, ahora, en plena pandemia, en plena crisis
y desconcierto económico es, desde luego, sin necesidad de meter al Rey Emérito
por medio (por cierto), toda una estupidez comunista, llevada a cabo por lo que
parece ser un loco desatado. Los exigentes estados ‘frugales’ nos estarán
mirando con lupa. En fin, llegado el caso, lo más conveniente, sin duda, sería
apartar a Iglesias y sus muchachos del gobierno, a cambio de un pacto de
estabilidad con el PP para tres años y como medida profiláctica para hacer
frente a las condiciones que la Unión nos establezca. 140.000 millones de euros
(el equivalente al 11% del PIB español) en seis años, de esta cantidad, 72.700
millones en calidad de subsidios, y el resto a préstamos, no es para jugar a
las batallitas comunistas.
MIENTRAS.
- Mientras a la hora en que esto escribo, la conquista de Marte se recrudece
(una vez más) y da comienzo para los americanos, excitados, y tan combativos, y
atizados por la doble anticipación de excursiones espaciales hacia ese planeta,
emprendidas por chinos y árabes del Emirato, en España seguimos dándole vueltas
a la feliz circunstancia por la que la UE ha procedido a un auxilio de carácter
extraordinario a éste nuestro país. A mí se me hace difícil entender que la
aportación del presidente Sánchez haya sido, no solo decisiva, sino meramente
positiva, dentro de la actuación conjunta de los jefes de estado; de todos, de
los de los países necesitados y de los sobrados al modo frugal. Opinión, por
cierto, muy distinta a la que, en el Congreso de los Diputados, expresaron de
modo grandilocuente, entusiasmados, los diputados y senadores del PSOE, en su
avalancha laudatoria hacia el presidente, a quien, sin duda alguna, consagran
como el pilar principal sobre el que se sustentó el fuste que representa a toda
la Europa global. Supongo que, en esto -y en lo de Marte- habrá divisiones
oportunas entre unos y otros, a fin de no dar tregua al ambiente crispado que,
entre los políticos, y en colaboración con la pandemia, es el pan nuestro de
cada día. Mientras, también, el Deportivo de La Coruña se agarra al cabo
ardiendo que el coronavirus cabrón ha puesto en tela juicio la legalidad de la
confrontación de la postrera jornada en la Liga de Segunda B, y nos tiene a un
montón de futbolistas enfrascados en que sí y en que no, lo del Depor es
sucedáneo de artimañas para no descender. Entonces llega VOX y saca la pata del
banco para amagar con una moción de imposible censura que lo único que pretende
es advertir a la gente de derechas que el verdadero enemigo de la izquierda es
VOX, identificando a los bandos (izquierda y derecha) como enemigos, lo cual no
es solo improcedente, sino todo un gran disparate pues, ciertamente, las lides
políticas han de verificarse, no sobre la enemistad sin límites, sino en la
convivencia pacífica de unos y otros reflejada en posiciones firmes pero no
agresivas. Desde la derecha, los objetivos no han de fundarse en el ataque
total (eso sí, lo de Iglesias es todo un disparate inaceptable) sino en la
proposición reglada de objetivos entre los unos y los otros. Y simplificando el
debate a una sola alternativa: gobierno de derechas o gobierno de izquierdas. Y
los americanos que se llevan un todo terreno a Marte (tracción en las cuatro
ruedas, quizá) y el Depor que no quiere bajar -toma y yo no quiero que baje el
Racing, no te fastidia-, pero es que no vale llorar como el moro de Granada
lloró ante su pérdida, ‘lo que no has sabido defender en toda la temporada, no
me vengas ahora a reclamar por un quítame esas pajas que ese par de individuos,
Rubiales y Tebas, se han sacado de la manga. En lo de Marte, si eso es una
competición, que ganen los americanos; de los chinos no me fio un pelo y menos
de los de los Emiratos, gente con tanta pasta que asusta. Los USA, siempre, han
sido unos colaboradores necesarios. Cuando se los ha requiere, en extremas
situaciones, acuden ¿Ejemplos? Primera y Segunda Guerra Mundiales, la Guerra de
los Balcanes y el Iraq (si bien en estos frentes no anduvieron muy finos),
cuando las matanzas de hutus y tutsis, en Ruanda, y, en lo particular, cuando
pusieron firmes a los marroquíes en la isla Perejil. A los argumentos del Depor
no les doy enjundia, sobe todo porque, ¡casualidad!, en 1991 su ascenso a
Primera se produjo tras un incidente en la última jornada (incendio provocado
por alguien en Riazor) que le dio la oportunidad, durante 48 minutos, de saber
cuáles fueron los resultados finales del resto de partidos. Si el rival
perjudicado, el Real Murcia, hubiese argüido las mismas consideraciones que
ahora ejercita el Depor, quizá habría provocado la descojonación que hoy, por
el contrario, no se produce. Y, a todo esto, por si fuera poco, tras el
descalabro podemita en Galicia y País Vasco, Tezanos, una vez más, vaticina el
crecimiento de Iglesias, su coleta y su ‘si ayer dije esto, hoy no me acuerdo’,
Mientras, yo esperando que la covid-19 me permita ir a Santander, como cada
año.
HYDE Y JEKILL.
- Hace tanto tiempo que ya casi no me acuerdo de nada de la novela de RL
Stevenson sobre el doctor Jekill y el señor Hyde. Sí, de qué va. Dos
personajes; uno, Hyde, malvado a más no poder, y el otro, Jekill, médico y
respetado ciudadano. La particularidad de estos dos personajes, del todo
antagónicos, es que se corresponden con una misma persona. Jekill es Hyde; Hyde
es Jekill. También, en la tradición escocesa novelística, encontramos a James
Hogg, cuyo más lucido personaje resulta ser un tipo que, animado por el mismo
diablo y por su condición luterana (los elegidos de Dios, jamás merecerán el
castigo divino), se convierte en un asesino borracho. Por último -y éste es un
personaje real- William Brody, modélico ciudadano de siglo XVIII, concejal de
su ayuntamiento, ejemplo de conducta cívica durante el día, quien de noche se
convertía en un ladrón, de cuyas trastadas nadie se enteraba, ni siquiera sus
dos amantes, con las que tuvo cinco hijos. Escribo esto para advertir al lector
de que, por mucho que uno intente clasificar las cosas que determinan la
objetividad con que se pretende observarlas, nunca podrá afirmarse, con
seguridad, que, uno de cualesquiera de los puntos de vista empleados,
resultaría válido para la objetiva determinación que viene a cada caso. Lo del
Rey Juan Carlos es toda una evidencia de lo que quiero expresar. Un Rey
modélico en su actuación como conductor de una monarquía democrática como no ha
habido otra, y, al tiempo, un hombre de desaforada bragueta en lo íntimo de sus
circunstancias. Lo que más me interesa expresar, en este momento tan infeliz
para la monarquía, es lamentar en lo más profundo, que tales circunstancias
vengan de perlas a señores como Iglesias, cuyo afán es dar carpetazo a los
postulados democráticos enunciados y aceptados por todos en 1978, justo cuando
yo, aquel año, junto con un montón de personas, carecíamos de sentimiento
monárquico. Lo de la monarquía nos traía sin cuidado, pero el transcurrir de 39
años, en donde no hemos tenido necesidad de votar a un jefe del estado para
garantizar la democracia, imparcial, y adecuado representante feliz de todos
los españoles ante el mundo, nos ha convertido, a ese montón, en profundos
monárquicos. Y, desde luego, la razón de ello es Juan Carlos. Tómese nota de
ello, pues fuera del aguerrido grupo republicano que amenaza el orden
constitucional, (estoy por asegurarlo) es donde está la mayoría de los
españoles. En el otro orden de cosas, en el de la nocturnidad que afecta a ese
otro Juan Carlos, el follador impenitente, no soy de quienes estarían
dispuestos a admitir contemplaciones, del tipo estúpido, a más no poder, como
el que pretende justificar las historias del rey aludiendo a su condición de
borbón, y la afición de estos por asaltar camas. No hay historias de braguetas
sueltas y pendones inteligentes que haya acabado bien. Lo del rey -en su
nocturnidad, insisto- ha sido una historia de éstas. Lo de los cuartos, para
él, carece de importancia, de ahí que no haya tomado suficientes medidas para
oscurecer los trapicheos económicos. Ha sido la bragueta lo que le ha movido.
Es un escándalo todo el conjunto de actividades, extra monárquicas, extra
matrimoniales, indecorosas, tanto que debe purgar todas sus tropelías con la
vergüenza necesaria. Cierto es que, si hubiese llevado más cuidado, menos
impulsivo en su apetito carnal, ahora todos estaríamos más tranquilos,
disfrutando de nuestra democracia tan monárquica como venturosa y, lo mejor,
que los cantamañanas que día tras día, hacen del cuestionamiento monárquico su
discurso, no dispondrían de esta oportunidad que lo disruptivo de la conducta
sexual de Juan Carlos (Hyde) les ha puesto en bandeja para acosar al muy
ejemplar rey -que fue- de España, Juan Carlos (Jekill). No lo duden, señores, a
España, la monarquía le va muy bien.
ARIAS NAVARRO.
- Tengo serias dudas de si me estoy
convirtiendo en un carcamal, igual que aquellos pocos que se rasgaban las
vestiduras cuando, en 1978 y con la Constitución vigente, se le dio carpetazo a
la Dictadura ¿Debería, en tal caso, dejarme el bigotito recortado, y tan fino,
con el que se adornaban el labio superior aquellos denodados franquistas de
entonces? No quiero ni pensarlo, pero es tal la intolerancia que muestro frente
a los aguerridos representantes del renovado comunismo en el gobierno de
España, que lo mío es todo un acto de rebelión intelectual. Quiero creer que
esto, por el contrario, no es propio de un tipo reaccionario y sí una muestra
democrática de intolerancia frente a todo un conjunto de cosas a las que veo
imposible de lograr algo positivo. No se puede entender, dentro de lo racional
de las cosas, que el gobierno sea al tiempo gobierno y oposición. Vean, si no,
las manifestaciones continuadas del vicepresidente Iglesias en contra del orden
constitucional. O estás gobernando, o estás en contra de lo que te obliga por
pertenecer al gobierno. Esto es como aquello de Piqué, defendiendo la camiseta
del equipo representante de todo lo que el defensa no respeta. Un sinsentido. Y
con lo de la nocturnidad del rey Juan Carlos, a la parte comunista del gobierno
se lo hemos puesto a huevo: guerra a la monarquía. Estoy en contra de tener que
respetar un gobierno en donde milita un tipo como Iglesias, y por eso me
rebelo. La consecuencia de la aparición en el panorama político del hombre de
la Coleta es que hemos empezado a odiarnos los unos a los otros, con pasión. La
aparición de VOX es muestra de ello. De punta se me ponen los pelos con solo
pensar que, en el futuro próximo, la alternativa de poder se redujera a un
duelo entre Podemos y VOX. Quienes se empeñaron en acabar con el bipartidismo y
lo lograron, flaco favor le hicieron a la estabilidad política. Ya expresé
líneas atrás mi temor a convertirme en una especie de Arias Navarro del 78,
pero es que mi espanto ante el actual gobierno (no tanto debido al giro
izquierdista del PSOE, cuanto a la presencia comunista) es ya monumental. Menos
mal que, para mi consuelo, las circunstancias de hoy no son las de hace
cuarenta y tantos años, y la democracia protege mi indignación política. Pero,
volviendo a la carga, me reconcomo por dentro (y por fuera) cada vez que tengo
la oportunidad de escuchar declaraciones de la ministra Montero, la de
Galapagar, a quien le han dado un ministerio para que pueda seguir jugando a
activista anti reaccionaria. Señora Montero, que usted ahora es ministra, que
no es una estudiante lideresa de una facultad de Letras, que esto es serio, que
lo suyo es gobernar y no lanzar mensajes progres que no sirven para sino para
arengar descamisados y enemigos progres del gobierno. Que usted no está en una
asamblea de las que se montan con facilidad en las facultades universitarias.
Usted está para cooperar con el resto de ministros en la creación de empleo. Es
que es para descojonarse, cada vez que hace declaraciones. Parece que quien
habla no es una ministra, sino una cajera del supermercado del Corte Inglés o
Mercadona. Miren, si no, ésta que ayer mismo le oí decir: ‘la clave para
entender a la mujer está en llegar a discernir el misterio del binomio
sexo/género’. Y es que para ella no es fácil distinguir qué es la mujer y que
no lo es. Y ahí la tenemos, de ministra, mientras yo tengo la horrible
pesadilla de haberme convertido en Arias Navarro. Hay, todavía, cosas peores
que dan paso a posibles pesadillas horribles, ¿cómo es posible un gobierno que
pueda gobernar un país, con los más enconados enemigos del propio país formando
parte de ese gobierno? De ninguna manera; es lo que estamos viendo, mientras
los cuartos que nos mandarán, bajo lupa, desde Europa, no harán más que
advertir la imposibilidad de gobernar, simultaneando el gobierno con lo de
hacerse oposición a sí mismo.
MIÉRCOLES DE AGOSTO. - En este verano tan extraño,
dominado por circunstancias tan ajenas a la normalidad, nada ha impedido mi
vuelta -y más que vuelta, revuelta- a Cantabria. Créanme si planifico la visita
sometido a ciertas condiciones de contorno que me impongo, en función de lo qué
hacer en este norte de España de dimensiones temporal y física tan infinitas.
El baño en la Segunda del Sardinero (la Primera se la dejo a los turistas) es
prioritario, para lo cual consulto desde quince días antes las predicciones del
tiempo que suponen sol para el Sardinero. Presenta esta tarea algún
inconveniente, pues es normal que tras diez o doce días de consulta, la
predicción del buen tiempo se traslade de un día al anterior o posterior. Hay
que estar muy al loro en la planificación. Este año he dado plenamente en el
clavo. El miércoles, 19 de agosto, este año, en Santander, resultó ser
sensacional. Brisa suave del suroeste -sin duda refrescante-, débil oleaje; el
azul del Cielo, más propio de tierras sureñas, impecable su color; la temperatura
del agua en torno a los 21º prestaba ayuda a los cuerpos de los bañistas que se
vieron afectados por rayos UV de casi 7, sin llegar al color rojo que implica
peligro: una protección (SPF) de 15-20 es suficiente para resistir hasta el 90%
de los rayos arrojados por el sol ¿Y la temperatura ambiente? Realmente
increíble, nada menos que 32º a mediodía (hasta bien entrada la noche, los 30º
no fueron rebajados) pero con una sensación térmica más que moderada. La playa
de Castañeda dispone de la posibilidad de establecer control en sus entradas.
Desde primeras horas, mediante el aparato oportuno, se escanea el número de sus
ocupantes. A la hora de mayor concurrencia, una pantalla, en cada acceso,
indica el porcentaje máximo de admisión en función de las limitaciones que
impone la covid-19. Media hora de cola, a eso de las doce y treinta, fue
necesario para poder acceder a la playa. El control no solo de entradas y
salidas sino de ocupación eran muy efectivos y es lástima que cuando presenté
mis respetos a la alcaldesa de la ciudad, Gema Igual, esa misma mañana en su
despacho, no tuviera conocimiento de lo exquisito de su gestión en esta materia
de pandemia tan condenada. Entre tanto elogio que le hube mostrado, seguro que,
en lo que a esto se refiere, no habría escatimado ninguno. Vaya, es que llegar
a Santander y ser recibido por su alcaldesa es motivo más que de satisfacción:
‘Aquí estoy de nuevo y le presento mis respetos’, Llevo encima de mis gastadas
alforjas, por demás, la obligación de visitar en Luena a mis parientes. A
orillas del Pas, aguas abajo de donde el arroyo de la Salcera rinde sus aguas
al Magdalena y éste al propio Pas, junto al inhabilitado temporalmente
Balneario de Puente Viesgo, dimos cuenta de un machote espectacular. Subir de
Santander hasta el pie del Escudo por la N-623 es, desde luego, la obligación
de cada año. En Alceda hube de disfrutar de su reconocido Parque, en exclusiva,
pues el balneario ha sido cerrado a los cuatro vientos, asediado por el bicho
coronado, ése tan cabrón. No he subido a Vozpornoche para saludar a su único
habitante, Santiago. Fuera de la ruta N-623, me quedan los recorridos que desde
Santander practico a Este y Oeste. Este año, Isla, playa de El Tejo al Este, y
Comillas, al Oeste. En San Vicente de la Barquera, imposible entrar en sábado:
adiós a la Exposición del ilustre cántabro Torres Quevedo. Siempre nos quedará
Mazcuerras, cuna de Rosalía de Castro quien, junto a José María de Pereda,
marca la perfección con su escritura, en el fondo y en la forma. Hola y adiós a
la Montaña, pero un adiós encendido para Chema Puente, quien en todo momento y
ocasión ha sabido acompañarme igual que si fuera una airosa racha de nordeste
durante mi estancia.
RÁPIDO, CONCRETO.
- En 1918 la senadora Pilar Barreiro fue obligada a abandonar el Grupo Popular
en el Senado como condición impuesta por Ciudadanos para aprobar los
Presupuestos Generales del Estado. La razón era estar investigada dentro un
determinado proceso judicial. Un año más tarde, su caso fue archivado por el
juez. En 2015, para votar a favor de la investidura de Pedro A Sánchez como
presidente de la Región de Murcia, Ciudadanos (y no es broma) exigió que el
Partido Popular destituyera a quien era su secretario general, Miguel A Cámara
por estar investigado. En 2018, su caso fue archivado por el Juez. En 2017, el
propio presidente Pedro A Sánchez hubo de dimitir acosado por diecisiete
denuncias hechas por el PSOE, de las que hoy han quedado resueltas a favor del
presidente dieciséis. Sirvan estos tres ejemplos para verificar la fina
interpretación de la presunción de inocencia cuando se trata de juzgar las
cosas del rival político. Quizá la expresión más rotunda podría ser la que en
su día -ayer, no hoy, desde luego- Pablo Iglesias, quien al ser interpelado
acerca de su actitud política si en su partido sucediera algún caso de
investigación judicial, hubo afirmado: ‘apertura de juicio oral, dimisión; así
de rápido, así de concreto’. El líder radical de la izquierda, en su
moderación, lleva el asunto hasta el momento de la apertura del juicio oral. Lo
de estar investigado (recuérdese, lo que antes era imputación) merece, ahora,
ser contemplado bajo el criterio de la presunción de inocencia. Pero los
acontecimientos que parecen llegar no presentan un horizonte halagüeño para
Iglesias. El juzgado de instrucción número 42 de Madrid, del que es titular el
magistrado Juan José Escalonilla, ha resuelto investigar (imputar) a Juan
Manuel Olmo, secretario de Comunicación de Podemos, a Daniel Frutos, el de las
Finanzas del partido, a Rocío Val, gerente, así como al propio Podemos como
persona jurídica. Veremos en qué queda aquella rotunda afirmación de Iglesias
tan contundente, pero me temo que, dada la carrera emprendida por el señor de
la coleta, dirá, en el momento de esa apertura oral que parece inminente, que
no van con él estas minucias sin importancia. De su dimisión (aunque poco
probable) podría desprenderse algo que daría tranquilidad a muchos españoles.
No me refiero a su salida del gobierno, que también, sino a la del CNI, pues,
en lo personal, me produce verdadero acojono que un tipo como él, con ese
montón de declaraciones pasadas alentando odios y profiriendo insultos sin
cuento a la clase política, sin distinción, poniendo a caldo, no solo al PP
sino al mismísimo PSOE, el de la cal viva, pueda ahora tener noticias seguras e
inmediatas sobre quienes tienen encomendadas funciones estrictas para la
defensa nacional. No llego a entender que un parque de bomberos pudiera estar dirigido por un acreditado pirómano, dispuesto a darse
de ‘osttias’ con los que el propio pirómano
califica como seres fachas y ladrones. Sería deseable que este señor se
marchara; yo participaría en un colecta para recaudar fondos destinados a pagar
su chalet, propondría que se subiera el posterior sueldo a veinte salarios
mínimos, a fin de que quedara recluido para siempre. También arbitraría la
posibilidad de fabricarle una asamblea de facultad universitaria en donde
pudiera realizarse como instigador político para siempre. Tales son las cosas
que se me ocurren a fin de apartar a quien, en esta década, ha conseguido
encabronar a unos y otros, tal que es el odio lo que se supura entre los bandos
ideológicos. Bueno, ¿y qué decir de la
colaboración de Podemos, prestada al PNV para que, junto a Bildu (¡qué disparate!),
hayan dispuesto un ‘cinturón sanitario’ a VOX en el Parlamento Vasco a fin de
garantizar el buen gobierno?, ¿hemos de
suponer que Bildu y el pasado criminal que le ha sido entregado, es la mejor
garantía de los derechos y libertades de los vascos? De ser así, apaga y
vámonos ¡Bildu, paladín de las libertades!
SUERTE, AL FIN Y AL CABO. - Según noticias fundadas por otros, esto es, por la
mismísima Comisión Europea (CE), España es la única de las grandes economías
donde la confianza ha empeorado como consecuencia de la pandemia de la covid-19
(véase el indicador de sentimiento económico, ESI). Mal asunto lo de esta
noticia. Sería cuestión de cargar las tintas contra la labor del gobierno,
desde luego, pero sin alarmas pues, aunque hubiéramos gozado de un gobierno de
derechas, si bien las cosas seguro que habrían mejorado, no sería tampoco para
tirar cohetes. Digo que el mejoramiento se habría producido, pues no creo que
la gestión actual haya podido ser peor. Sin embargo, no me quejo en toda su intensidad
porque, en cambio, creo que haber ‘gozado’ de un gobierno de izquierdas,
durante la pandemia, y con los avatares nocturnos del Rey Juan Carlos, ha sido
muy bueno para España; toda una suerte que la izquierda nos haya
permitido respirar a los españoles, La única pega para ensombrecer esta
cuestión tiene que ver con Podemos ¿Qué pinta un partido como éste, cien por
cien de oposición, en el gobierno?, ¿es que las maniobras propias de la
oposición son también operativas al timón del gobierno? Las manifestaciones
continuadas de Iglesias tienen un contenido tan inoportuno, según se desprende
del discurso de todo un vicepresidente del gobierno, que, a partir de ahí, solo
el descrédito gubernamental tiene algo de sentido. Veamos, las tropelías del
rey emérito que, por cierto, son difícilmente admisibles, han sido consideradas
por el gobierno como asunto aparte (eso sí, grave) para la consideración de la
actual monarquía como sistema democrático de gobernación. En esto sí es
responsable la posición del gobierno, aunque parte integrante de él, Podemos,
ponga en tela de juicio nuestro sistema de gobierno cuando su función es no ya
defenderlo, sino desarrollar sus mecanismos. Es como si el vicerrector de un
colegio estuviera atizando al alumnado (con el consentimiento del propio
rector) contra la dirección. Esto, señores, es un contradiós. Es una verdadera
suerte que el descubrimiento de las aventuras de Juan Carlos y su bragueta se
hayan desvelado bajo un gobierno de izquierdas, pues de haberse producido con
el PSOE en la oposición, las cosas hubiesen sido dramáticas pata la monarquía.
Eso, por un lado, pues por el otro tenemos el follón de la pandemia ¿Imaginan
que el PSOE estuviera ahora en la oposición, con cerca de 30.000 por la
Covid-19? Bastaría ver cómo se las gastó cuando el cirio que montó el ébola
hace unos años ¡Qué barbaridad, cuanta energía empleada en una crítica tan
desaforada, qué ínfulas en la petición de explicaciones, en las exigencias de
dimisión de todo quisque¡ ¡Al margen de un religioso que regresó de las
misiones africanas infectado y murió en España, no hubo más fallecido que un
perro! Por el perro que mató, el PP fue llevado en volandas de la crítica hasta
el mismo infierno. No estoy por poner impedimentos a la complicada labor del
gobierno en su gestión de la pandemia, pero es que se me llevan los demonios
cuando pide colaboración bajo el tupido velo del cinismo con que el que llevan
sus cosas. Vaya, es que solo comparar 30.000 muertos con un perro me lleva a la
desesperación más profunda. Eso sí, jamás se me ocurriría poner palicos en las
ruedas a quienes negocian la salud en España. Hay que salir de ésta con la
colaboración de todos. Y un aviso. Soy mayor, es más, soy viejo,
pero la imparcialidad me guía y, sobre todo, el sentido común. Por eso opino
que la economía ha de estar ya por encima de las políticas sanitarias
necesarias para frenar las maldades de la covid-19. Aunque nos tengamos que
morir los viejos. Dicho esto, con cierta sorna, pero con algo de verdad. Un
nuevo estado de alarma, con el montón de comercios cerrados, con tantos
trabajadores metidos en ERTES -que ya casi no se da abasto- declarar un nuevo
estado de alerta sería tanto como dar matarile a la economía. Si los españoles
fuéramos más responsables, más respetuosos con las normas que nos obligan a
cumplir con las medidas anti pandémicas, se podría salvar la economía y evitar
que los viejos palmásemos. Ojo, los viejos y los jóvenes, porque los peligros
ahora, los señalan.
CAPITALISTAS Y COMUNISTAS, UNIDOS. - Basta darse una vuelta por las hemerotecas que
señalan las impresionantes contradicciones del vicepresidente Iglesias para
darnos cuenta de que las disparidades entre los unos -ministros socialistas- y
los otros -los comunistas- pueden ser admitidas ya con toda normalidad. El día
en el que se produjo el anuncio de absorción de BANKIA por la CAIXA, la Bolsa
reaccionó valorando a aquella entidad en unos 1.600 millones más sobre su
cotización en ese día. Como la participación estatal, vía FROB, supera el 60%,
el Estado, de golpe. registró un beneficio de 1.000 millones. Por eso Sánchez
pidió calma a su vicepresidente ante tal ganancia. Ganancia esperada y que, por
eso, la astuta Calviño, nada le hubo indicado con antelación a los ministros
podemitas, no fuera que sus aspiraciones públicas entorpecieran la operación.
Que una vez más Iglesias se la envaine viene a estar reflejado en el orden del
día que da cuenta de nuestra plural España. Al mismo tiempo, nos pide el
presidente del gobierno, Sánchez, fidelidad y comprensión a fin de que, entre
todos, afinemos en la gobernanza de las cosas que tanto nos interesan. Buena
voluntad no nos debe de faltar, pero ¿Qué actitud habríamos de adoptar quienes
leemos, el mismo día, en la misma página, bajo el mismo recurso y titular, que
la vicepresidenta del gobierno, Nadia Calviño, ve la oportunidad de sacar a
Bolsa los cuartos del FROP dedicados a Bankia, y el vicepresidente de ese mismo
gobierno, Pablo Iglesias, tan preocupado como su ministro Garzón, señala la
oportunidad de formar un banco público (al modo del ICO, dice) cuando las
noticias de la fusión Caixa y Bankia se nos anuncian de golpe? ¿Deberíamos dar
por buena una alianza entre el capitalismo, con su mecanismo de mercado, y la
rigidez marxista del comunismo con coleta, y el preciso aditamento del
independentismo?, ¿qué historias son éstas? ¿Apoyamos la nacionalización de la
Banca o la sacamos a concurso? Pero el gobierno a lo suyo, a perfeccionar lo de
su propia reedición de la Historia ¿Más Memoria histórica? Si el fascismo
(malo) no hubiera vencido al comunismo (peor) en 1939, ahora estaríamos
hablando del lazo rojo, anudado al cuello, del ciudadano español, y las
aclamaciones diarias de adhesión a la URSS, durante el tiempo que hubo
transcurrido desde el final de la Guerra Civil y el desmantelamiento del Pacto
de Varsovia, telón de acero incluido, pues eso es lo que hubiéramos
protagonizado (¡descojónate del Cara al Sol!) Pero si la Komintern tenía
agarrado al gobierno republicano por los mismísimos cojones; si lo que se hacía
y deshacía entonces en España era dirigido y controlado por Moscú. Además, los
dirigentes que perdieron la guerra eran más malos que el demonio y se lo
pusieron a güebo a los confabulados. Pobre España, implicada en el feo asunto
de ‘susto o muerte’ y ahora con estas historias de histérica memoria. Y lo que
faltaba, que desde la Justicia argentina se proceda a una particular revisión
de la conducta democrática que, a partir de 1975, hizo de España un país, en lo
fundamental, feliz, sorprende y mucho. Un primer impulso intelectual hace de
mí, un ciudadano afectado muy perplejo. Que en el país de los Videla y compañía
se proceda a una revisión democrática de otro, casi ejemplar, como España, es
que es como si nos tocaran las pelotas. Y eso no es lo peor, pues desde esa
nueva fortaleza surgida en España, de tono tan comunista, que, sin duda,
pretende poner en evidencia la estabilidad democrática ganada y hasta el valor
de la propia Constitución, se acepta el pulso argentino y se llega hasta el disparate
de poner en tela de juicio a españoles tan grandes como Martín Villa ¡Para no
echar gota! A ver, un voluntario, que invente cualquier asamblea de facultad,
en adecuado ambiente de su propia inmanencia, para que Iglesias y los suyos,
aprendan a enjaretar adornos con hilo en complejas urdimbres de tejido, calado
con flores y figuras, para que se los pongan en las bocamangas de sus coletas,
bordadas con puntillas y que, de esta manera, prosigan con sus propuestas. Que
se vayan hasta allá, y no vuelvan.
JUSTICIA Y LEY.
- Me produce verdadera inquietud la facilidad con la que un juez enmienda lo
dispuesto por otro colega, le da la vuelta al resultado y sentencia
todo contrario que el anterior. Sé muy bien que los señores jueces no tienen
por qué hacer justicia -eso corresponde a los legisladores- pues lo suyo es
limitarse a aplicar la Ley, sean éstas buenas o nefastas para los ciudadanos.
Durante un mes hemos estado apercibidos por una supuesta jugarreta que el rey
de las coletas, Sr. Iglesias, habría practicado para, no solo burlar a la
justicia, sino para engañarla. Por lo leído y escuchado, lo de la tarjeta de la
ex asesora de Iglesias discurrió por senderos tenebrosos, con velocidades
diferentes según cada uno de los abstrusos recorridos transitados. El juez
abrió el expediente, con todas las de la Ley y no con la pretensión de hacer
justicia, sino como procedimiento necesario para aplicarla. En esas estábamos,
cuando de golpe (las noticias contradictorias nunca dejarán de sorprendernos),
aparece un juez diferente y determina que Iglesias vuelve a ser el personaje
perjudicado y no el culposo en la trama sometida a estudio. Esto es, por
razones legales, lo uno y lo otro, son considerados por jueces diferentes como
el personaje capaz de ser una cosa y, de pronto, pasar a ser la contraria. Que
la Justicia reparta suerte llevando a lomos la pesada carga de la aplicación
rigurosa de las leyes, desde luego, pero he de manifestar que estoy como aquél
que se quejaba de haber depositado su gozo en un pozo, ya que mis simpatías
acerca del señor de las coletas son del todo inexistentes. Reconozco mi
aversión a quien, no hace nada (y el tiempo vuela), tenía las pelotas de
manifestar, sin empacho alguno, que ‘si la revolución avanza, la nación
avanza’. Sí, lo dijo cuando nos contó que Venezuela era ‘referencia
fundamental’ para los ciudadanos del sur de Europa, y demostración palmaria de
ser la alternativa más viable para un gobierno de derechas. Oigan, que Iglesias
lloró a la muerte del Comandante: ‘Chaves ha muerto, pero será invencible’, nos
anunció para acojono de quienes le hubimos despreciado políticamente. E
insistió con aquello de ‘soy comunista y por tanto simpatizo con el gobierno
bolivariano. Valiente, y explícito, don Pablo. Claro que algunos, incluso no
siendo fachas, le agradecieron que no hubiera llevado a la práctica su deseo de
’romper la cara a los fachas’. Estos antecedentes son los que me hacen
aborrecer a los ministros de Podemos que militan en el gobierno, entendiendo
por aborrecer solo aquella parte que, dentro del conjunto de detalles que
integran el verbo, tiene que ver con el pensamiento político. En resumen, la
recapacitación judicial por la que el culpable se convierte en perjudicado, me
ha sentado como un tiro. Pero ahora viene lo peor ¿Es posible ser más pardillo
que quien se inventó lo del asunto de Kitchen?, ¿alguien sería capaz de apuntar
una sola dirección en donde un asunto así planteado no fuera descubierto por el
más tonto de los políticos? Resulta que se organiza un dispositivo para defenderse
de un delincuente provisional y se echa mano de más de cincuenta
intervinientes. Con que uno solo de ellos se deje llevar la lengua por el
demonio, la trama quedaría desvelada. Y así ha sido. Menuda chapuza, que ha
servido para que el PSOE, ese partido inmaculado -al que las heridas de
los EREs andaluces
parecen haberle apenas acariciado- recupere su papel de adalid de la lucha
contra la corrupción, y le tire un nuevo viaje a las maltrechas espaldas del
PP. Y hasta, careciendo de vergüenza política, le echan en cara que los 54.000
euros empleados para acorralar a Bárcenas proceden de los fondos del Estado, y
esto, señores, es lo más grave. Lo mismo que no lo es los 855 millones
chorizados en Andalucía mediante EREs fantasmas, directores generales depravados,
dos presidentes condenados y las habilidades de un chófer putero y
drogadicto. Así es que caigan sobre mí estas desventuras que dan
respiro a Podemos, de un lado, y de otro, mortifican al PP por su candidez. Eso
sí, no descarto que, tras acabar con la pandemia, las cosas vuelvan a nivel,
esto es, al nivel que a España interesa.
LOS DATOS OBJETIVOS. - Cuando en política se dice que una cuestión se pone
sobre la mesa bajo el supuesto de la objetividad, por lo general, más vale
echarse las manos a la cartera por lo que pudiera suponer de atraco ideológico.
Sin embargo, sin olvidar que el vicepresidente Moño En Alto mantiene sus
prioridades de gobierno en terminar con la Monarquía, lo cierto es que la
cuestión económica es lo que más nos importa a los españoles, más ahora,
metidos de lleno en la ominosa pandemia que nos fustiga. Y pese a lo que apunto
al inicio de esta columna, daré datos objetivos (sin mancha alguna de interés
ideológico) respecto a economía. Tres son los parámetros a tener en cuenta; eso
sí, en todo lo suyo de consideración cardinal. El PIB, el Paro y el
número de afiliados a la Seguridad Social. Considero, en exclusiva, los números
que se desprenden de los gráficos de INE (fuente oficial). Cuando Felipe
González (1982-1996) se hizo cargo del gobierno, había en España unos 2,2
millones de parados, esto es, el 16,6% de la población activa; el número de
afiliados a la SS fue notable, pero al final del periodo en el que gobernó, el
Paro subió hasta el 21,1% (3,6 millones) En el gobierno de Felipe no hubo
ningún año con resultado negativo del PIB. El mandato de Aznar (1996-2004)
registró estas cifras: en ningún momento hubo recesión negativa del PIB; del
21,1% de Paro, se pasó a 10,5%, creando empleo para 1,8 millones de personas,
lo que supuso un incremento espectacular en el número de afiliados a la
SS. Durante todos los años el PIB estuvo por encima del 3%, cifra
que solo a partir de la cual puede crearse empleo. Al final de la legislatura,
el número de parados era de 1,8 millones (10,5% de la población activa). Y
llega Zapatero (2004-2011), el de la Memoria Histórica, al gobierno. Recibe un
país con 1,8 millones de parados (10.5%) y lo deja en 5,3 millones (22,6%); las
afiliaciones a la SS bajan con la misma espectacularidad con la que subieron en
el periodo de Aznar, y en 2008 se produce la caída del PIB en un 4%, siendo la
mayor habida en todo el período democrático. En 2011, el gobierno de Rajoy
(2011-2018) se hace cargo de los 5,3 millones de parados de Zapatero para
dejarlos, al fin del periodo, en 3,2 millones (14,5%), presentando un máximo de
crecimiento del 4% del PIB en 2016. Y ya, con lo de Sánchez (2018-2020), para
qué insistir; la caída, por el momento, es de más del 15% del PIB, y el número
de parados, en 2020, se incrementa hasta el 28%. A este último gobierno habría
que aplicarle la tremenda influencia de la pandemia, mas teniendo en cuenta que
los resultados adversos obtenidos, tanto en lo que respecta a la economía como
a la propia sanidad, en relación con el resto de los países del mundo, las
correcciones al alza no quiero aplicarlas, y menos aún en consideración de este
contradiós impresentable que los socialistas y comunistas aplican al gobierno
de la Comunidad de Madrid, a desdén de ser responsables de unos resultados que,
a modo de ejemplo, multiplican por cuatro las maldades pandémicas del Reino
Unido. En resumen, viendo estos resultados tan objetivos, y pidiendo disculpas
por haberme atrevido a transgredir mis propios principios, se puede llegar a la
conclusión de que, en materia de economía política, toca ser de derechas por la
cuenta que a todos nos trae. Otra cosa es dejarse llevar por la ideología, pues
ésta nos puede llevar a donde se quiera, incluso, a que pase como en China,
donde una ideología comunista, en lo económico los chinos se han convertido en
unos verdaderos aristas. La riqueza es necesario que esté presente en cualquier
política, de lo contrario, la hora de repartir es la hora que abre el umbral de
la miseria. Así es que cuando un gobierno echa mano de la ‘pasta’ para
distribuir ingresos mínimos vitales, es lo mismo que abrir la puerta al
desempleo y, lo que es mucho peor, a ampliar las diferencias entre unos y
otros. Dicho todo lo cual a despecho de que me llamen capitalista y facha,
cuestión que nada me importa, o al menos, menos de lo que una Ley Democrática
que pretende reescribir determinada historia en donde los buenos fueron mas
malos, aun, que los propios malos.
PEDRO (H) CABRÓN.
- Hacer cabronadas era lo propio de Pedro Hernández Cabrón hace
500 años, mitad corsario y a medio camino entre mercenario y servidor del rey.
Un tipo de cuidado, tanto que sus ‘hazañas’ eran tildadas de cabronadas. Eso
era antes, ahora estoy por la cuestión de que otro Pedro, el actual presidente
Sánchez, es todo un experto en hacer cabronadas. Ya sean con cierto escrúpulo y
dispensa, ya sea como parte de su estrategia para encabronar a la Derecha y
dividirla. Es un tío listo, pero habría que avisarle de que con el odio entre los
españoles no se debería jugar. A sus tácticas las carga el diablo. Tras las
últimas elecciones, presa del miedo cósmico que le tengo al comunismo, traté de
ver con Teo Gª-Egea la posibilidad de encontrar la forma en que pudiera
formalizarse un pacto de gobierno por parte del PP, pero éste, quizá resignado,
dijo que Sánchez se limitaba a disimular y que su única intención era pactar
con Podemos. Albert Rivera, cuando se le echó en cara su renuncia a no haber
apoyado al PSOE en las penúltimas elecciones, contestó más o menos de la misma
forma, en el sentido de que las conversaciones entre Ciudadanos y PSOE no eran
sino el palimpsesto que escondía la verdadera intención de Sánchez, pactar con
Podemos. Lo de Sánchez es ser como Pedro Hernández Cabrón. Pero más allá de
estas consideraciones, es necesario echar un vistazo de conjunto a las
maniobras de Pedro Sánchez, pues a su lado Maquiavelo palidecería. A la
Derecha, como es su intención, ya la tiene suficientemente dividida haciendo
buena la frase machadiana aquella de ‘españolito que vienes al mundo, te guarde
Dios, una de las dos Españas ha de helarte el corazón’. No dejamos de recibir,
día a día, mensajes con comentarios, fotos y videos, por parte de indignadas
gentes de derechas clamando contra las cosas del gobierno actual. Una de dos, o
esto es un agobio o estamos perdidos, pues se llega a la conclusión de que la
etapa socialista (magnífica, encomiable, feliz) de Felipe González no fue sino
la excepción del PSOE preconizado por el infausto Largo Caballero y el actual
reconvertido por el irresponsable Zapatero y dirigido hoy por el propio
Sánchez. La inmoderación actual es germen de la que nos llevó a los españoles a
odiarnos hasta la guerra. Estamos peligrosamente enfrentados y a punto de
helarnos el corazón. Estamos a pique de que PSOE y VOX se den la mano. Entre
unos y otros, están consiguiendo sus objetivos. Aquéllos, viendo cómo sus
expectativas electorales crecen sin parar, y estos, satisfechos de ver a la
derecha cada vez más dividida. Aun así, viendo las cosas venir, ya no sorprende
el cinismo con el que gobierno ‘explica’ sus cosas. De un lado considera que
los demócratas de derechas somos poco menos que gilipollas y los de la
izquierda meros defensores de la causa con tal de excitar a la derecha. Y si
hay que echar mano de Tezanos, pues se echa. Lo último es inaudito, con toda la
hemeroteca sobre la cabeza de Sánchez, se inicia el proceso de indulto al
Procés, se impide la presencia del Rey en Cataluña y se llama a Bildu para
hablar de presupuestos. Este ‘Tres en Uno’ simultáneo que se nos ha
dado por parte del gobierno no es de extrañar, pues es parte de su estrategia:
una vez dividida la derecha, ocupar todo el espacio de la izquierda. Negociar
con Bildu los PPGG, aceptar la petición de los independentistas catalanes sobre
la prohibición de la presencia del Rey en Cataluña y negociar con los propios
sediciosos la reducción de penas que se aplican a la sedición, es todo un
desafío de este gobierno sustentado por los propios enemigos de España, los anti
constitucionalistas, y los herederos de los mayores crímenes políticos
cometidos en la España democrática, sí, pero la cuenta y su coste se la pasarán
a Podemos, sencillamente, de manera que las urnas se llenarán de diferente
forma en las elecciones venideras. Sánchez le está haciendo la cama a Iglesias
cada vez que le deja hablar y calla. Sabe lo que se hace, He aquí a un nuevo
estratega (en plan Pedro Hernández Cabrón) que está, quién lo diría, cumpliendo
sus objetivos. Pero vamos a ver, ese tal Ivan Redondo, ¿no fue asesor del PP?,
¿quién lo dejo escapar? Así las cosas, la salida del Barsa de Luis García para
reforzar al Atlético, ¿no será cosa también de Redondo?
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